Evolución de la Unión Europea: Desde sus Orígenes hasta la Actualidad

El Movimiento Europeísta y la Construcción de la Unión Europea

1.1 Los Orígenes del Europeísmo

El europeísmo experimentó un notable auge a finales del siglo XIX. Se produjeron progresos significativos en el ámbito del derecho internacional, con la aceptación generalizada por parte de los países europeos. Los Congresos Universales por la Paz, celebrados a partir de 1849, y las Conferencias de La Haya de 1899 y 1907, contribuyeron de manera muy destacada a este avance. Estas reuniones impulsaron la adopción de normas legales comunes y reforzaron la convicción sobre la necesidad de mejorar la cooperación entre Estados.

La relación entre el movimiento europeísta y la paz cobró especial relevancia tras el fin de la Primera Guerra Mundial. Este conflicto evidenció la necesidad de avanzar hacia una unión supranacional que evitara la repetición de enfrentamientos bélicos. A esta idea se sumaron líderes políticos de Francia y Reino Unido, así como de Alemania, a pesar de ser la gran vencida.

Además, la guerra puso de manifiesto la creciente influencia mundial de Estados Unidos, derivada de su importancia económica y financiera, superando a la de cualquier país del viejo continente. Los gobiernos europeos tomaron conciencia de que el futuro de Europa requería una mayor colaboración entre Estados. En este contexto, numerosos empresarios y financieros apoyaron la creación de la Unión Paneuropea, fundada en Viena a principios de 1920.

1.2 La Creación de la CECA

El movimiento europeísta resurgió con fuerza tras la Segunda Guerra Mundial. Un nuevo Congreso de La Haya, celebrado en mayo de 1948, reunió a los partidarios de la unificación continental y propuso la creación del Consejo de Europa en enero de 1949. Esta primera institución, integrada inicialmente por diez países (Bélgica, Francia, Luxemburgo, Países Bajos, Reino Unido, Irlanda, Italia, Dinamarca, Noruega y Suecia), tuvo como objetivo salvaguardar los principios del patrimonio común europeo, favorecer el progreso económico y social, y promover los derechos humanos y las libertades fundamentales.

Uno de los primeros resultados de esta institución fue el Convenio Europeo de Derechos Humanos, firmado en Roma el 4 de noviembre de 1950 y en vigor desde 1953.

Un segundo paso crucial en el proceso de unificación fue la creación, en 1951, de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Esta comunidad estableció un mercado único para estos dos productos entre sus miembros. Su importancia radica en ser la primera institución donde los países integrantes (Francia, Alemania Occidental, Bélgica, Italia, Luxemburgo y Países Bajos) aceptaron la libre circulación de productos y delegaron su gestión a un organismo común.

1.3 El Tratado de Roma y la CEE

El 25 de marzo de 1957, los países de la CECA firmaron el Tratado de Roma, que instituyó la Comunidad Económica Europea (CEE) y la Comunidad Europea de la Energía Atómica. El énfasis principal fue lograr la libre circulación de mercancías, servicios, capitales y personas, y desarrollar una política económica común. El tratado abarcaba áreas como transportes, agricultura y comercio exterior. Durante la década de 1960, se avanzó en la mejora de las redes de transporte.

Como alternativa a la CECA, surgió la propuesta británica de la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), cuyos objetivos se limitaban al libre comercio. A ella se unieron Islandia, Noruega, Suiza, Dinamarca, Austria, Suecia y Portugal.

1.4 La Ampliación Comunitaria

La transformación del núcleo inicial de seis países firmantes del Tratado de Roma en la actual Unión Europea no fue un camino fácil, llegando a generar dudas sobre si se alcanzaría la unión que hoy conocemos (europesimismo). Sin embargo, los éxitos de la Comunidad propiciaron que un buen número de países solicitaran su integración.

En 1973, firmaron su adhesión Irlanda, Reino Unido y Dinamarca. Grecia se sumó posteriormente, mientras que España y Portugal lo hicieron en junio de 1985. La Europa de los Seis se convirtió así en la Europa de los Doce.

Los campos de cooperación se ampliaron a aspectos no meramente económicos. Cinco países firmaron el acuerdo para abolir los controles fronterizos, dando lugar al espacio Schengen. El Acta Única Europea abrió la puerta a áreas como la seguridad y defensa, el medio ambiente, la innovación tecnológica y la investigación.

2.2 Las Principales Instituciones Comunitarias

Las principales instituciones de la Unión Europea, creadas inicialmente por el Tratado de Roma, han ido ampliando sus funciones con el tiempo:

  • El Parlamento Europeo: Garantiza la participación ciudadana en las instituciones de la Unión. Tiene competencias en la elaboración de normas, la aprobación del presupuesto y el control de las actuaciones de las demás instituciones de la UE.
  • La Comisión Europea: Es la institución ejecutiva de la UE, actuando como un gobierno comunitario. Sus miembros son elegidos por su presidente, quien es nombrado por el Parlamento tras un acuerdo entre los gobiernos nacionales.
  • El Consejo de la Unión Europea: Ejerce el poder legislativo de la Unión y es el principal organismo de toma de decisiones. Sus funciones incluyen la aprobación de leyes junto con el Parlamento, la coordinación de las políticas económicas de los miembros, la firma de acuerdos internacionales, el desarrollo de la política exterior y la coordinación de la cooperación entre tribunales nacionales y policía.

Existen otras instituciones importantes, como el Tribunal de Justicia (que hace cumplir la legislación común), el Banco Central Europeo (responsable de la política monetaria y bancaria), el Tribunal de Cuentas (que fiscaliza y controla el gasto de la Comisión) y el Defensor del Pueblo (que vela por el respeto a los derechos de los ciudadanos).

2.1 La Creación de la Unión Europea

El avance decisivo hacia una asociación política se materializó el 7 de febrero de 1992, con el Tratado de Maastricht, que creó la Unión Europea. La UE es una entidad jurídica independiente de los Estados que la componen, poseyendo competencias exclusivas de carácter económico.

El Tratado estableció los tres grandes pilares de las actuaciones comunes de la Unión Europea:

  • Los acuerdos establecidos en los Tratados Comunitarios: Recogen las políticas de la Unión en las que los Estados miembros han cedido soberanía y adoptan decisiones comunitarias.
  • La Política Exterior y de Seguridad Común: Abarca la cooperación entre gobiernos para emprender acciones comunes en política exterior.
  • La Justicia y Asuntos de Interior: Atiende temas como terrorismo, inmigración clandestina, política de asilo y tráfico de drogas. La creación de Europol, germen de una futura policía europea, es una de las novedades más destacadas.

El tratado también creó la Ciudadanía Europea, que permite circular y residir libremente en los países de la Comunidad, así como el derecho a votar.

2.3 Las Últimas Adhesiones a la Unión Europea

El 1 de enero de 1995 tuvo lugar la cuarta ampliación de la Comunidad con la incorporación de Austria, Finlandia y Suecia, naciendo así la Europa de los Quince.

El 1 de mayo de 2004 se produjo la adhesión de diez nuevos países: Eslovaquia, Eslovenia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, República Checa y Chipre. En 2007 se sumaron Bulgaria y Rumanía.

Ante estas sucesivas ampliaciones, la Unión Europea ha ido revisando sus principios fundacionales, siguiendo la estela del Tratado de Maastricht. En 1999 entró en vigor el Tratado de Ámsterdam, y dos años después se firmó el Tratado de Niza, que reestructuró todas las instituciones.

Hoy en día, la UE se ha consolidado como una organización importante con 27 Estados miembros y cerca de 500 millones de habitantes.

Ciudadano Europeo

El término ciudadanía europea se refiere a un estatuto jurídico complementario a la pertenencia a un Estado miembro, con la finalidad de fomentar la participación ciudadana en el proceso de integración comunitaria.

El rasgo definitorio de la ciudadanía europea fue el derecho a la libertad para vivir y trabajar en el país de la UE elegido por los ciudadanos de los Estados miembros.

Se aprobó la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea, que incluye, entre otros:

  • El derecho a votar y a ser elegido en las elecciones municipales y del Parlamento Europeo.
  • Derechos relevantes como el respeto a los derechos fundamentales.
  • Protección como consumidores.
  • Acceso a la información.

La ciudadanía europea no incluye obligaciones y, en algunos países, se debate abiertamente su utilidad.

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