La España del Siglo XIX: De las Cortes de Cádiz a la Restauración Borbónica (1812-1874)

Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812

La Guerra de la Independencia tuvo importantes consecuencias políticas. La ausencia de la familia real dejó en España un vacío de poder, lo que llevó a la creación de Juntas. Posteriormente se creó la Junta Central Suprema, la cual convocó Cortes Constituyentes. Estas se reunieron en Cádiz, la única ciudad que no había sido ocupada por los franceses.

Composición de las Cortes

En las Cortes se diferenciaban tres grupos principales:

  • Liberales: La mayoría de los diputados, defendían las reformas políticas y el fin del Antiguo Régimen.
  • Absolutistas: Minoría partidaria de mantener el Antiguo Régimen y la soberanía real.
  • Americanos: Algunos diputados de las colonias, preocupados por la situación de sus territorios.

Obra Legislativa y Reformas

La obra legislativa de Cádiz sentó las bases de la España contemporánea. Elaboraron la Constitución de 1812, la primera de la historia en España. Además, aprobaron numerosas reformas que pusieron fin al Antiguo Régimen:

  • Libertad de imprenta.
  • Abolición de la tortura y supresión de la Inquisición.
  • Supresión de los señoríos y los gremios.
  • Declaración de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.

La Constitución de 1812 (La Pepa)

Aprobada el 19 de marzo de 1812, sus puntos clave fueron:

  • Reconocía la soberanía nacional (el poder reside en la nación).
  • Establecía una monarquía moderada hereditaria, donde el rey promulgaba las leyes.
  • Adoptaba el principio de división de poderes:
    • Poder legislativo: Ejercido por el rey y las Cortes. Los diputados eran elegidos por sufragio universal masculino indirecto, aunque para ser candidato se requerían determinadas rentas.
    • Poder ejecutivo: Correspondía al rey, quien nombraba a los ministros.
    • Poder judicial: Ejercido por tribunales de justicia.
  • Establecía la religión católica como la única del Estado.

El Reinado de Fernando VII (1814-1833)

1. Sexenio Absolutista (1814-1820)

Un grupo de diputados absolutistas entregó a Fernando VII el Manifiesto de los Persas, sugiriéndole que restituyera la plena soberanía real. El monarca decretó la abolición de la Constitución de 1812, significando la vuelta al Antiguo Régimen: se restituyeron los señoríos y los bienes confiscados a la Iglesia. Los liberales fueron perseguidos y trataron de restaurar el liberalismo mediante pronunciamientos militares.

2. Trienio Liberal (1820-1823)

En 1820 triunfó el pronunciamiento liberal dirigido por el coronel Riego, quien proclamó la Constitución de 1812 en Las Cabezas de San Juan. El rey tuvo que jurar la Constitución y liberar a los liberales encarcelados. Se restauraron las reformas de Cádiz.

El liberalismo se dividió en dos facciones:

  • Moderados: Partidarios de reformas suaves para que estas fueran aceptadas por las clases dominantes y el rey.
  • Exaltados: Defendían la aplicación estricta de la Constitución de Cádiz y reformas más radicales.

Durante el Gobierno liberal hubo varios intentos golpistas de los absolutistas, apoyados por el rey. En 1823, la Santa Alianza envió a España a los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército que repuso a Fernando VII como rey absoluto.

3. Década Ominosa o Final del Absolutismo (1823-1833)

La restauración de Fernando VII como monarca absoluto coincidió con una grave crisis económica. La Hacienda no tenía fondos y la pérdida de la mayoría de las colonias americanas agravó la situación. Los liberales continuaron protagonizando pronunciamientos.

El Problema Dinástico y el Origen del Carlismo

Se unió a la crisis el problema dinástico. En España estaba vigente la Ley Sálica, que impedía reinar a las mujeres. Dado que Fernando VII no había tenido hijos varones, promulgó en 1830 la Pragmática Sanción, que derogaba la Ley Sálica. Su hija Isabel, nacida en 1830, podía reinar. Muchos absolutistas no aceptaron esta decisión y apoyaron a su hermano, Carlos María Isidro de Borbón.

Tras la muerte de Fernando VII, María Cristina se hizo cargo del gobierno como regente, ya que Isabel era menor de edad. Carlos de Borbón se proclamó rey de España, desencadenándose así la Primera Guerra Carlista. Este conflicto fue un enfrentamiento ideológico:

  • Liberales (Isabelinos): Apoyaban a Isabel II y el régimen constitucional.
  • Carlistas: Defendían el absolutismo y la vuelta al Antiguo Régimen.

El Abrazo de Vergara puso fin al conflicto, aunque carlistas y liberales volverían a enfrentarse en otras dos guerras posteriores.

El Reinado de Isabel II (1833-1868)

1. Triunfo del Liberalismo y Regencias (1833-1844)

La minoría de edad de Isabel II produjo un periodo de regencias. La primera regente fue su madre, María Cristina. El Gobierno intentó mantener el absolutismo, pero el comienzo de la Guerra Carlista forzó a la regente a buscar el apoyo de los liberales, divididos en moderados y progresistas.

María Cristina se alió inicialmente con los moderados, pero las protestas y el Motín de La Granja la obligaron a entregar el Gobierno a los progresistas, quienes tomaron medidas clave:

  • La desamortización promovida por Mendizábal.
  • La promulgación de la Constitución de 1837, de carácter más progresista que la de 1845, pero menos avanzada que la de 1812.

María Cristina dimitió por sus enfrentamientos con los progresistas y asumió la regencia el general Espartero, un militar progresista. Gobernó de forma autoritaria, lo que le granjeó la oposición de moderados y de parte de los progresistas. Isabel II fue proclamada reina con 13 años.

2. La Década Moderada (1844-1854)

Isabel II encargó la formación de Gobierno exclusivamente a los moderados. El general Narváez presidió varios gabinetes. En 1845, se promulgó una nueva Constitución que estableció la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, elegidas por un sufragio muy restringido. También se limitaron algunos derechos individuales.

La política ultraconservadora condujo a la radicalización de la oposición:

  • Progresistas y Demócratas: Defendían el sufragio universal masculino.
  • Republicanos: Deseaban la proclamación de la República.

En 1854, se produjo el pronunciamiento de Vicálvaro, dirigido por O’Donnell.

3. Bienio Progresista (1854-1856)

Este periodo se caracterizó por una gran actividad legislativa:

  • Ley de Ferrocarriles.
  • Una Constitución (1856) que no llegó a ser promulgada.
  • La desamortización de Madoz de bienes de la Iglesia y de ayuntamientos.

En 1856, la reina encargó la formación de Gobierno a O’Donnell.

4. Gobiernos Moderados y Unionistas (1856-1868)

O’Donnell había creado la Unión Liberal, un partido centrista que alternó en el Gobierno con los moderados hasta el final del reinado.

El Sexenio Democrático (1868-1874)

En los últimos años de Isabel II se vivió una grave crisis social, política y económica:

  • Se produjeron revueltas en el campo y en las ciudades.
  • Los progresistas, republicanos y demócratas eran excluidos del poder.
  • El régimen se distanció de la población debido al autoritarismo.
  • La reina era cada vez más impopular.

La Revolución de 1868 y el Gobierno Provisional

En 1866, progresistas, demócratas y republicanos firmaron el Pacto de Ostende para derrocar a Isabel II. La Unión Liberal se sumó al pacto. En 1868 se produjo un pronunciamiento para deponer a la reina, liderado por Serrano, Prim y Topete, creándose juntas revolucionarias. Esta revolución, conocida como La Gloriosa, triunfó y la reina abandonó España.

Tras la victoria, se constituyó un Gobierno provisional presidido por Serrano. En 1869 se creó una Constitución, el primer texto democrático de España, que reconocía el sufragio universal masculino. Se mantuvo la Monarquía y Serrano fue nombrado regente hasta que se eligiera un rey.

Monarquía de Amadeo I de Saboya (1871-1873)

Las Cortes eligieron rey a Amadeo de Saboya, quien llegó a España después del asesinato del general Prim, su principal valedor. Amadeo I fue un rey democrático, pero tuvo que hacer frente a la oposición de los monárquicos, la Iglesia y los republicanos. La población lo rechazó por ser extranjero y durante su breve reinado estallaron una guerra en Cuba y otra carlista. Amadeo I abdicó al no poder superar la inestabilidad.

La Primera República (1873-1874)

Las Cortes proclamaron la Primera República, que solo duró once meses y tuvo cuatro presidentes: Figueras, Pi i Margall, Salmerón y Castelar. La República tuvo que afrontar graves problemas:

  • El estallido del movimiento cantonalista: El cantonalismo era una interpretación radical del federalismo que proponía la organización de España como una república federal de 17 Estados. Se crearon cantones independientes, pero el movimiento fue reprimido.
  • La Guerra de Cuba: Comenzó en 1868 por el descontento de la población criolla, que deseaba participar en el gobierno de la isla. Los sublevados fueron apoyados por EE. UU. Este conflicto finalizó en 1878.
  • Tercera Guerra Carlista: Finalizó en 1876, ya en el reinado de Alfonso XII.

En esta situación de caos, el general Pavía dio un golpe de Estado. Posteriormente, se produjo un nuevo pronunciamiento protagonizado por Martínez Campos que restauró la dinastía de los Borbones con Alfonso XII, dando inicio a la Restauración.

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