De Olivares a Carlos III: La Transformación de la Monarquía Hispánica (Siglos XVII y XVIII)

El Conde-Duque de Olivares y la Crisis del Siglo XVII

El Conde-Duque de Olivares fue valido del rey Felipe IV entre 1622 y 1643. La etapa de gobierno de Olivares transcurrió durante la acelerada decadencia de la Monarquía Hispánica debido al desgaste de las guerras exteriores. De hecho, desde 1617 se había reanudado la ofensiva en los Países Bajos, inscribiéndose en un conflicto por la hegemonía europea: la Guerra de los Treinta Años.

Proyectos de Reforma y Centralización

El objetivo principal de Olivares fue enderezar la crisis crónica de la hacienda real en busca del prestigio imperial. Para ello, planteó dos grandes proyectos:

  1. La Red de Erarios (1621): Según este proyecto, se establecería un tesoro público diseminado en erarios que actuarían como banco estatal. En dichos erarios se depositarían capitales cuya liquidez serviría para que la Corona obtuviera préstamos. Sin embargo, fracasó en 1626 por la oposición de las Cortes.
  2. La Unión de Armas (1625): Presentada el 11 de noviembre de 1625, consistía en la repartición de las cargas militares y fiscales del imperio entre los reinos, para formar un ejército común mantenido en función de la población y de la riqueza. A pesar de todo, en 1626 también fracasó debido al rechazo de los reinos periféricos.

Medidas Fiscales y Consecuencias Económicas

Se establecieron nuevos impuestos, como la creación del papel sellado en 1632, además de endurecer los impuestos indirectos. Para aumentar la recaudación, se vendieron cargos públicos, títulos y tierras comunales. Para conseguir liquidez, se acuñaron millones de ducados de vellón, lo que conllevó el auge de la inflación e incidió en la bancarrota estatal de 1627. A pesar de la inestable situación, se mantuvo el objetivo de Olivares: la creación de una monarquía unitaria desde Castilla, buscando la unificación jurídica e institucional.

La Crisis de 1640 y la Caída de Olivares

Reinos como Valencia, Aragón o Nápoles cedieron a algunas pretensiones de la Corona, pero Cataluña se resistió al modelo unitario. Por ello, el Conde-Duque de Olivares decidió forzar su participación en la Unión de Armas llevando la guerra contra Francia a territorio catalán. El ejército real ocupó Cataluña causando una incipiente conflictividad social que estalló en la sublevación de los Segadores en 1640. Finalmente, Cataluña se rindió en 1652.

La guerra contra Cataluña inspiró otros intentos de sublevación en Andalucía, Nápoles y Portugal. Este último consiguió la independencia bajo el mando de Juan IV el 1 de diciembre de 1640.

En conclusión, las principales repercusiones de los proyectos del Conde-Duque partieron del conflicto entre ambas concepciones del Estado: la centralista-absolutista y la pactista-foralista. La crisis militar de 1640 marcó la caída de Olivares, cuyo prestigio descendió rápidamente. En el exterior, los enemigos aprovechaban para atacar con más fuerza. El estado financiero y económico favoreció el descontento social, y la nobleza cada vez veía con más desconfianza las incipientes medidas que afectaban a los privilegios estamentales. El rey, presionado y temeroso de las consecuencias, le escribió una carta al Conde-Duque de Olivares el 17 de enero de 1643 para «aceptar su renuncia”.

Una vez retirado, los detractores de Olivares se aseguraron su destierro, primero cerca de Madrid, y luego a Toro. Incluso la Inquisición le abrió un proceso por acusaciones de brujería en 1644. Un año después, moriría.


La Guerra de Sucesión Española y el Establecimiento Borbónico (1701-1713)

El Conflicto Dinástico

La muerte sin descendencia de Carlos II desencadenó un gran conflicto nacional e internacional en torno a las dos candidaturas al trono español: la del Archiduque Carlos de Austria y la de Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Borbón.

En su testamento, Carlos II designó heredero a Felipe de Anjou, con el nombre de Felipe V, pero el Archiduque no lo admitió y reclamó su derecho al trono. Al ascender Felipe V al trono en 1701, se formó un bando dentro y fuera de España que no aceptaba al nuevo rey y apoyaba al Archiduque Carlos de Habsburgo; entonces, la guerra civil y europea estalló.

Dimensiones del Conflicto

Aunque la causa principal del conflicto fue la falta de descendencia de Carlos II, este tenía una doble perspectiva:

  • Perspectiva Internacional: El ascenso al trono de Felipe V representaba la hegemonía europea y la temida unión de España y Francia bajo un mismo monarca. Esto llevó a Inglaterra y Holanda a apoyar al candidato austriaco, sustentado por los Habsburgo de Viena. Las diversas potencias europeas se posicionaron ante el conflicto sucesorio español, generando la Guerra de Sucesión, un conflicto internacional surgido en 1701.
  • Perspectiva Nacional (Guerra Civil): El conflicto se terminó convirtiendo en una guerra civil, donde Felipe V representaba el modelo centralista y uniformista francés, apoyado en la Corona de Castilla, mientras que Carlos de Habsburgo personificaba el modelo foralista, que representaba la continuidad de la tradición y el respeto a los fueros, apoyado por la Corona de Aragón y especialmente en Cataluña.

El Tratado de Utrecht (1713)

La guerra terminó con el triunfo de Felipe V, junto a las victorias militares de Almansa, Brihuega y Villaviciosa. Un acontecimiento internacional fue clave para entender el desenlace del conflicto: Carlos de Habsburgo heredó en 1711 el Imperio Alemán y se desinteresó de su aspiración a reinar España. Sus aliados, Inglaterra y Holanda, pasaron a ver con prevención la posible unión de España y Francia bajo un mismo monarca. La guerra concluyó con el Tratado de Utrecht en 1713. El tratado estipuló que:

  • Felipe V era reconocido por las potencias como rey de España, pero renunciaba a cualquier posible derecho a la corona francesa.
  • Los Países Bajos españoles y los territorios italianos (Nápoles y Cerdeña) pasaron a Austria.
  • El reino de Saboya se anexionó la isla de Sicilia.
  • Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca, el navío de permiso y el asiento de negros.

El Tratado de Utrecht marcó el inicio de la hegemonía británica.

El Nuevo Estado Borbónico: Centralización y Reformas

Definiciones Clave

Estado Borbónico
Hace referencia al periodo de la historia de España iniciado en 1700, en que Carlos II, el último rey de la Casa de Austria de la Monarquía Hispánica, nombró en su testamento a Felipe V de Borbón como su sucesor, lo que provocó la Guerra de Sucesión Española. Durante este período, la nueva dinastía construyó una monarquía absoluta centralista y uniformista que puso fin a la monarquía compuesta de los Austrias de los dos siglos anteriores y aplicó políticas reformistas, parte de ellas inspiradas en los principios de la Ilustración en España, especialmente bajo los reinados de Fernando VI y de Carlos III.
Guerra de Sucesión Española
Fue un conflicto dinástico español que se origina tras la muerte sin descendencia del rey Carlos II de España. El trono de España correspondía a Felipe V de Borbón, nieto del rey francés Luis XIV, designado en el testamento por Carlos II antes de morir, pero el miedo de muchas potencias europeas a una unión dinástica entre Francia y España generó que apoyaran al Archiduque Carlos de Austria en sus pretensiones al trono español. De esta manera, el conflicto dinástico se convirtió en una feroz guerra internacional que decidiría para siempre los destinos no solo de España sino también de toda Europa.
Decretos de Nueva Planta
La transformación del Reino de España con los Borbones acabó con la Corona de Aragón, con sus siete siglos de historia y su carácter confederal. Tras su victoria en la Guerra de Sucesión (1701 – 1713), Felipe V transformó el sistema político del Reino de España en base a dos objetivos: reforzar el absolutismo y edificar un estado centralista al estilo francés. Los Decretos de Nueva Planta establecieron cómo alcanzarlos.

Consecuencias de los Decretos de Nueva Planta

La llegada de la nueva dinastía borbónica propició importantes cambios en el Estado, inspirados en el estado absolutista francés e introducidos durante el reinado de Felipe V. Los Decretos de Nueva Planta impusieron la organización político-administrativa de Castilla a los territorios de la Corona de Aragón.

Reorganización Territorial y Administrativa

Como consecuencias de los Decretos de Nueva Planta, podemos citar:

  • Sustitución de los Virreyes por los Capitanes Generales como gobernadores políticos de las provincias.
  • La división del territorio en provincias.
  • Las Reales Audiencias se mantuvieron para las cuestiones judiciales.
  • Siguiendo el modelo francés, se creó la figura de los Intendentes, funcionarios encargados de las cuestiones económicas.
  • En los ayuntamientos se mantuvieron los cargos de Corregidor, Alcalde Mayor y personeros del común (elegido por el pueblo).

(Nota: A continuación, se presenta información que mezcla la organización borbónica con elementos de la posterior Constitución de 1812, manteniendo el contenido original del documento).

En cuanto a la organización territorial, se instauró el fuero único y se dividió al Estado en municipios y provincias gobernadas por ayuntamientos y diputaciones electivos. En el ámbito militar, se dictaminó la creación en cada provincia de cuerpos de milicias nacionales con la intención de preservar el orden constitucional, mientras se decretó que: “Ningún español podrá excusarse del servicio militar”.

La Constitución de 1812 fue el resultado de unas Cortes formadas por absolutistas, moderados y liberales, muchos de ellos partidarios de ideas contrapuestas. El resultado fue un texto bastante largo (384 artículos agrupados en 10 títulos) y con características eclécticas, conservadoras por un lado y progresistas por otro.


El Despotismo Ilustrado de Carlos III (1759-1788)

Carlos III, tercer hijo varón de Felipe V, fue rey de España desde 1759 hasta su muerte en 1788. Su política interior puede calificarse de despotismo ilustrado, combinando monarquía absoluta con intentos de reformas ilustradas y liberales con la ayuda de ministros y colaboradores como Esquilache, Aranda, Campomanes, etc.

Principales Reformas Ilustradas

  • Económicas:
    • Proyectos de reforma agraria.
    • Creación de un mercado nacional facilitando la libre circulación de bienes, mercancías y capitales dentro del territorio español.
    • Apoyo a la actividad industrial.
    • Fin de algunos monopolios.
    • Estabilización de la política fiscal racionalizando los ingresos y gastos de la Hacienda.
    • Creación de la Lotería Nacional y las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País.
  • Culturales: Reforma de las enseñanzas medias y universitarias, creación de las escuelas de artes y oficios.
  • Sociales: Limitó el número de hidalgos, declarando honestas las profesiones manuales y el comercio.

La Cuestión Agraria y las Propuestas de Reforma

En el reinado de Carlos III, la actividad más importante seguía siendo la agricultura (de tipo feudal) aunque el rendimiento era bajo y solo podía aumentarse cultivando más cantidad de tierra, lo cual era difícil debido a los amplios privilegios de la Mesta. Además, una parte importante de la superficie estaba amortizada y no se podía vender, lo cual frenaba la modernización de las técnicas o sistemas de cultivo. Por otra parte, las tierras disponibles solían ser de mala calidad, afectando al rendimiento.

La situación anterior y el aumento de la población generaban continuas crisis de subsistencias. Por ello, se debatió la necesidad de una reforma para la que fue muy importante el “Informe sobre la Ley Agraria” de Jovellanos, que analizó los problemas del campo español y también las propuestas de las Sociedades Económicas de Amigos del País. Los objetivos de la reforma debían ser aumentar la producción agraria, fomentar la estabilidad social creando un sector de propietarios rurales que trabajasen para aumentar los beneficios y elevar los ingresos del Estado estableciendo una contribución sobre la renta agraria.

Medidas Propuestas y Limitaciones

Con este fin se propusieron varias medidas:

  • Modificación de la estructura de la propiedad: Las tierras vinculadas a señoríos y mayorazgos o en manos de la Iglesia debían ser objeto de compraventa o desamortización; las tierras comunales se arrendaron.
  • Colonización de nuevas tierras: Dio lugar a nuevas poblaciones en Sierra Morena y el valle del Guadalquivir.
  • Construcción de obras públicas: Se mejoraron los regadíos con la construcción de canales (Canal de Castilla, Canal de Aragón) y pantanos (Lorca).
  • Introducción de nuevos cultivos: Como la papa y el maíz, provenientes de América.
  • Reducción de los privilegios de La Mesta: La Mesta se vio afectada por las medidas liberalizadoras, ya que, al incrementarse el precio del cereal por su liberación del mercado, los propietarios prefirieron invertir en cultivos y no en ganado.

Las medidas anteriores no lograron una transformación importante del campo español. Por ejemplo, el proceso desamortizador no se abordó y la propiedad agraria no se cambió. Las formas de propiedad y explotación y la oposición general ante las medidas liberalizadoras lastraban las reformas que pretendían adaptar las estructuras del Antiguo Régimen a las nuevas necesidades sin atentar contra los intereses de los estamentos privilegiados.

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