Batalla del Ebro

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LA CONTRAOFENSIVA REPUBLICANA

: Tras el desconcierto y la falta de coordinación iniciales, el Gobierno republicano fue capaz de reorganizarse y restaurar cierta estabilización, tanto política como económica. Además, los suministros soviéticos llegaban con cierta regularidad y Largo Caballero decidíó integrar las milicias en el ejército popular, formando unidades mixtas, integradas por voluntarios y militares. Así, la República tomó la iniciativa en dos intensas ofensivas:-La batalla de Brunete.
Los objetivos consistían en aliviar la presión del ejército franquista en el frente norte y levantar el cerco de los sublevados en torno a Madrid. El Ejército Popular de la República creó el frente de Madrid, que consiguió un rápido avance inicial pero fue incapaz de consolidar sus posiciones. La batalla concluyó sin grandes cambios territoriales. –

Belchite

El ejército republicano inició esta ofensiva en el frente de Aragón con dos objetivos:

Militar

Reducir la presión en el frente norte y conquistar Zaragoza.

Político

Extender la influencia del Ejército Popular. Los republicanos lograron conquistar teruel pero apenas unos días después los nacionales recuperaron el control.
Las tropas franquistas avanzaron de forma imparable hacia el Mediterráneo.
El Gobierno se trasladaba a Cataluña. La última esperanza para Negrín fue prolongar la guerra para esperar ayuda internacional, que se vio frustrada por los tratados de Múnich. Las tropas franquistas bien abastecidas por Alemania e Italia, aprovecharon la inercia de la batalla de Teruel para proseguir su ofensiva. El último intento republicano para evitar la caída de Valencia tuvo lugar en la batalla del Ebro que pretendía sobre todo proporcionar al Gobierno una situación algo más ventajosa en caso de una eventual negociación con los franquistas. Fue de las pocas batallas en las que los republicanos consiguieron resistir más tiempo pero también son derrotadas ante la superioridad franquista. Franco lanzó entonces una ofensiva contra Cataluña.
Los republicanos no pudieron hacer otra cosa que retroceder ordenadamente hacia la frontera francesa. Las tropas de Franco entraron en Barcelona y conquistaron los últimos fuertes republicanos en la frontera pirenaica.
Como consecuencia, muchos republicanos, entre ellos personajes intelectuales como Antonio Machado, no tuvieron más opción que huir hacia Francia, de la manera más ordenada posible, al ver prácticamente perdida la guerra.

La monarquía en la primera oposición

El triunfo de Franco, y las expectativas de intervención alidada animaron la posibilidad de una restauración de la monarquía en la persona de don Juan de Borbón, hijo de Alfonso XIII. Sus movimientos desde 1943 habían creado inquietud en los círculos franquistas, sobre todo cuando elementos de las élites militares, económicas y nobiliarias plantearon esta alternativa como solución ante el temor de una posible intervención aliada.La opción monárquica estuvo apoyada por el PSOE y sectores de la Internacional Socialista en la persona de Indalecio Prieto, quien intentó llegar a un acuerdo con un Juan de Borbón que había elaborado el Manifiesto de Lausana para reclamar la restauración de una monarquía parlamentaria.La drástica intervención de Franco hizo fracasar esta tentativa. España quedó definida como un reino, aunque Franco se aseguró la Jefatura permanente del Estado y la designación de su sucesor. El elegido fue el príncipe Juan Carlos, hijo de don Juan, que fue trasladado a España para ser educado bajo el control de la dictadura.

Las leyes fundamentales:

El afianzamiento del poder personalista de Franco fue posible gracias a la aprobación de una serie de leyes que fueron: –
Fuero del Trabajo (1938): definíó las relaciones laborales como competencia del Estado, negando expresamente la lucha de clases. –
Ley de Cortes (1942): se tradujo en un incremento del poder personal de Franco, ya que las cortes quedaban organizadas como organismo con carácter consultivo. Así se hicieron legales las reuniones pero estas debían hacerse con el permiso del caudillo. –
Fuero de los Españoles (1945): consistíó en una especie de tabla de derechos y deberes de los españoles. Pero el techo en el ejercicio de estos se situaba en la obediencia a la dictadura y en la unidad espiritual de España. –
Ley del Referéndum (1945): Franco podía someter a referéndum los proyectos de leyes aprobados por las Cortes, siempre que lo estimara oportuno. –
Ley de Sucesión (1947): definía a España como un reino. La ley sancionaba la permanencia de Franco al frente de la Jefatura del Estado y la capacidad de este para elegir a su sucesor. Esta ley en un momento de dificultades internacionales cerraba la puerta a la restauración de la monarquía en la persona de don Juan de Borbón.

La implantación de la dictadura:

Tras el Golpe de Estado desatado por los sublevados comienza a instaurarse en España una dictadura, pero tras finalizada la guerra, Franco toma el poder del gobierno e implanta una dictadura total. Se llevan a cabo pasos sucesivos, Franco es nombrado Jefe de Estado y generalísimo (Salamanca 1936). Establece así una dictadura personal, pues poseía un control personal sobre todos los poderes. No se basa en ningún partido político. La fidelidad al líder (caudillo) resultó trascendental para mantener el difícil equilibrio entre las diversas familias políticas del franquismo: falangistas, conservadores, miembros del nacionalcatolicismo…A pesar de las represalias y de las nuevas exigencias a la sociedad la dictadura de Franco recibíó un gran apoyo por parte del Ejército, que fue la columna vertebral de la dictadura, formada por los simpatizantes con el franquismo, pues los republicanos tuvieron que huir al exilio. A su vez le apoyaron la Falange, las Oligarquías y los propietarios, agricultores y grandes terratenientes que estaban en contra de la reforma agraria y la Iglesia, cuyo apoyo fue muy importante.

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