Comentario de texto estatuto de autonomía del País Vasco 1979

6.1. EL REINADO DE Isabel II (1833-1868): LA PRIMERA GUERRA CARLISTA. EVOLUCIÓN POLÍTICA, PARTIDOS Y CONFLICTOS. EL ESTATUTO REAL DE 1834 Y LAS CONSTITUCIONES DE 1837 Y 1845 

El reinado de Isabel II (1830-3868) se divide pasó la minoría de edad (1830-1843) con las regencias de María Cristina (1830-3840) y de Espartero (1840-1843) y el reinado efectivo (1840-3868) con la mayoría de edad.                                                                                                                                          MINORÍA DE EDAD DE Isabel II (1833-1843): Comenzó con el estallido de la Primera Guerra Carlista (1830-3840), durante la regencia de María Cristina. Causas:                                                                            1.La cuestión sucesoria: los carlistas apoyaban a Carlos María Isidro y por tanto la ley sálica, negando la legitimidad de la pragmática sanción y la sucesión de Isabel                                                                        2.El enfrentamiento ideológico: el carlismo defendía el antiguo régimen y el mantenimiento de los fueros; y el liberalismo defendía la política centralizadora, soberanía nacional y división de poderes.    La Primera Guerra Carlista estalló el 1 de Octubre tras el Manifiesto de Abrantes y se desarrolló en tres fases:                                                                                                                                                                  1.Avance carlista (1830-1835). Con fuerza en Navarra y País Vasco, dirigidos por zumalacárregui. 2.Repliegue carlista (1835-1837).Fracasan en la toma de Bilbao (muere zumalacárregui), y no consiguen tomar Madrid (1837).                                                                                                                           3. Triunfo Isabelino (1837-1839). La división del carlismo facilitó el Convenio de Vergara (1839) entre Maroto y Espartero (abrazo de Vergara) pactando admitir militares carlistas en el ejército isabelino y mantener los fueros.

El carlismo provocó la Segunda Guerra Carlista (guerra dels matiners, 1846-1849), ante el fracaso de la boda entre Isabel II y Carlos VI. El movimiento no volvería a surgir hasta la proclamación del Rey extranjero Amadeo de Saboyá (1872).                                                                                                                En las regencias (1833-1843), los gobiernos liberales desmantelaron el Antiguo Régimen gradualmente. Los Liberales formaron dos partidos:                                                                               Partido Moderado, continuistas doceañistas, defendían: la soberanía compartida (Rey-Cortes), daban amplios poderes al rey y limitaban los derechos individuales, junto a un sufragio muy censitario.   Partido Progresista, seguidores de los exaltados, defendían la soberanía nacional, las cortes unicamerales, limitaban el poder del rey y ampliaban el sufragio.                                                      Regencia de Mª Cristina (1833-1840)                                                                                                                    Fase moderada (1833-1835), transición entre el estado absolutista de Fernando VII y el liberal de Isabel II, con reformistas como Cea Bermúdez. Ante la necesidad de apoyos, llamó a Martínez de la Rosa, liberal moderado. Se elaboró el ESTATUTO REAL (1834), Carta otorgada, reconocía Cortes Bicamerales: Estamento de poderes y Estamento de procuradores, no reconocía: soberanía nacional, división de poderes, derechos individuales; dejando el poder legislativo en el Rey.                    Revolución liberal (1835-1840). Mendizábal, al frente del gobierno, tomó medidas para desmantelar el Antiguo Régimen: libertad de imprenta, ley de supresión de conventos y Decreto de desamortización de los bienes del clero regular. Estas medidas provocaron su destitución. La regente intentó volver al moderantismo, lo que provocó el pronunciamiento en la Granja, entregando el gobierno a los progresistas y restableciendo la constitución de 1812. El gobierno progresista de Calatrava eliminó el régimen señorial, el mayorazgo y el diezmo, restablecíó la ley municipal.                                                Obra legislativa: CONSTITUCIÓN DE 1837. Consolidó el régimen constitucional; proclamaba la Soberanía Nacional; división de poderes, Cortes bicamerales (Congreso por sufragio censitario y Senado de designación real). Reconocía derechos individuales, libertad de prensa, autonomía municipal, y la Milicia Nacional. Cuando Mª Cristina intentó modificar la ley municipal (1840), provocó la oposición progresista y de Espartero, que presionaron para la salida de Mª Cristina.                Regencia de Espartero (1840-1843), su autoritarismo (fusilamiento de Diego de León, bombardeo de Barcelona) suscitó la oposición de moderados y de los propios progresistas y militares. Moderados y progresistas organizaron un pronunciamiento liderado por Narváez, que le obligó a dimitir.                  Las Cortes proclaman la mayoría de edad de Isabel II con solo 13 años, iniciando el REINADO EFECTIVO (1843-1868). A lo largo de sus tres fases se procedíó a la construcción del Estado Liberal.              Década moderada (1844-1854), Narváez acometíó distintas medidas: Suprimíó la Milicia Nacional, creó la Guardia Civil (1844) y promulgó La CONSTITUCIÓN DE 1845; la soberanía compartida rey-cortes, Cortes bicamerales (con sufragio censitario para el Congreso y Senado vitalicio de designación real). Se establecíó el control de la administración provincial y local, nuevo Código Civil y Penal, reforma fiscal y Concordato de 1851. Con el aumento del autoritarismo se funda el Partido Demócrata (1849), reivindican el sufragio universal, Cortes unicamerales, libertad religiosa, instrucción primaria gratuita intervención del Estado en ámbitos sociales. La suspensión de las Cortes (1854) aumentó el descontento.                                                                                                                                                      Bienio progresista (1854-1856), comienza con el pronunciamiento fallido del general O’Donnell en Vicálvaro. En su retirada, se le une el general Serrano y proclaman el Manifiesto de Manzanares. Isabel II encargó el gobierno a Espartero. Restaura: Ley de Imprenta, Ley Electoral y Milicia Nacional. Se elabora la Constitución de 1856. Importante obra legislativa: en economía se aprobó la Desamortización de Madoz (1855) de bienes eclesiásticos, municipales y del Estado; Ley de Ferrocarriles (1855), Ley Bancaria (1856). La crisis económica y el aislamiento de los progresistas provocaron la caída de Espartero.


Gobiernos de la Uníón Liberal (1856-1868): O’Donnell, con su partido la Uníón Liberas, intentaba establecer un liberalismo centrista. Devolvería a España a una política exterior más activa (Guerra contra Marruecos, expedición a México, etc). El gobierno se enfrentó a una grave crisis económica (quiebra de industrias y paro), social (descontento popular, aislado del régimen elitista liberal) enfrentó a la sublevación de los sargentos del cuartel de S. Gil. La oposición firmará el Pacto de Ostende (progresistas, republicanos y demócratas querían destronar a la reina y convocar Cortes Constituyentes). La muerte de Narvaez y O’Donnell, aisló a la reina. En Septiembre de 1868 Prim y Topete inician la sublevación “La Gloriosa”, dirigida por Serrano que provocó la caída de Isabel II y abríó la esperanza de un régimen democrático.


6.2 EL REINADO DE Isabel II: LAS DESAMORTIZACIONES DE MENDIZÁBAL Y Madoz. DE LA SOCIEDAD ESTAMENTAL A LA SOCIEDAD DE CLASES.

El reinado de Isabel II (Regencias y reinado efectivo) supuso la transición del Antiguo Régimen al Estado liberal. La desigualdad jurídica desaparecerá y la economía tenderá a liberalizarse. La necesidad de liberalizar el suelo en el marco de un estado liberal se recurríó a las desamortizaciones (la expropiación por parte del Estado de tierras eclesiásticas o municipales, para su posterior venta). También, se tomaron medidas como la abolición del régimen señorial de los gremios y la supresión del mayorazgo. Existen algunos tímidos intentos de reforma de la estructura agraria en el Siglo XVIII, con la venta de los bienes de los Jesuitas en 1767, tras el motín de Esquilache. Intentos de Miguel Cayetano Soler, en la época de Godoy en 1798. En 1813 las Cortes de Cádiz dieron pasos hacia la liberalización como la eliminación del poder señorial, renovado durante el Trienio Liberal, que decretó en 1820 la enajenación de mayorazgos                                                          La desamortización de Mendizábal (1837-1849), tuvo lugar durante la Regencia de María Cristina (1833-1840), con la llegada de Mendizábal al gobierno tras las revueltas progresistas en 1834 (Estatuto Real). Consistíó en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la Iglesia (desamortización eclesiástica). Los objetivos fueron: sanear la Hacienda, financiar el Ejército para Guerra Carlista y convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal frente al carlismo. Al tiempo que pretendía aumentar el número de nuevos medianos propietarios, la producción y con ello la recaudación. Las consecuencias de esto fueron: 1) Desmantelamiento de la propiedad de la Iglesia y de sus fuentes de riqueza tradicionales. La propiedad se liberalizó y pasó a manos de la burguésía agraria e industrial y la nobleza.    2) Al realizarse la venta en pública subasta, las desamortizaciones contribuyeron al aumento de los latifundios y la especulación,  produciendo la proletarización del campesinado (que no tendrá acceso a las tierras por el excesivo precio de los lotes). 3) La producción aumentó menos de lo esperado por la escasa fertilidad de las tierras y la escasa innovación de los propietarios de las fincas. 4) El déficit en la hacienda pública se alivió y destruyeron muchos edificios parte del patrimonio artístico al abandonarse. 5) Distanciamiento de los progresistas con los moderados.              La desamortización de Madoz (1855-1867) de bienes municipales. Se inicia en el Bienio progresista (ley de 1855); pretendía, además de reducir la deuda pública, financiar la construcción de infraestructuras necesarias para modernizar la economía (ferrocarril). Provocó la ruptura con la Santa Sede y conflictos con la reina. La venta de las tierras supuso un incremento de recursos para el Estado que duplicó los ingresos de la anterior desamortización, pero tuvo una opinión social negativa, ya que recayó sobre tierras comunales, que resultaban de gran utilidad a los vecinos.                                                        Los cambios sociales derivados del nuevo marco jurídico-político (igualdad jurídica) fueron profundos. Se produjo el paso de una sociedad estamental (cerrada), basada en el privilegio por nacimiento, a una de clases (abierta), determinada por la riqueza. La legislación isabelina estuvo encaminada a proteger la propiedad y a la oligarquía que la poseía.  La nobleza perdíó sus privilegios estamentales, pero la revolución liberal permitíó a este grupo comprar y vender propiedades, incluso mejorando su situación económica. Siguieron manteniendo una mentalidad rentista. Conservaron parte de su poder gracias a la presencia en la Corte, altos mandos del ejército y en política (en el Senado). La pequeña nobleza, se deterioró económica y socialmente.  El clero se vio afectado al dejar de ingresar su principal fuente, el diezmo, y las desamortizaciones que sufrieron sus propiedades. Por ello se mostraron recelosos del sistema liberal. La burguésía fue la gran protagonista; la supresión de privilegios permitíó legalmente la movilidad social, y las desamortizaciones la posibilidad de hacer negocios. Hasta la década de 1870 se distingue una burguésía periférica (industria y comercio) como en  Barcelona o Bilbao y otra de interior (finanzas, agricultura, comercio e industria) como en Madrid o Valladolid. Después aparece un nuevo tipo de burguésía financiera. Domina la vida social y económica en las ciudades de Cataluña, la costa norte, Andalucía y Madrid.                                                                              Las clases medias fueron un grupo muy heterogéneo (pequeños propietarios rurales, mandos intermedios del ejército, funcionarios, profesionales liberales, funcionarios del Estado, comerciantes y artesanos). En este sector el Estado liberal encontró un importante apoyo, en especial los estudiantes (impulsando el partido demócrata primero y luego el movimiento republicano).                                                                                                                Las clases populares eran el grupo más numeroso (campesinos, jornaleros, servicios domésticos y un artesanado urbano). Su situación se fue deteriorando. La industrialización del país (periferia) creó un nuevo grupo, la población obrera, que se organizó a través de asociaciones de ayuda mutua y cuyo movimiento tiene su fase decisiva durante el Sexenio Democrático, cuando toman contacto con la Asociación Internacional de Trabajadores (1ª Internacional).


6.3. EL SEXENIO DEMOCRÁTICO (1868-1874): LA CONSTITUCIÓN DE 1869. EVOLUCIÓN POLÍTICA: GOBIERNO PROVISIONAL, REINADO DE AMADEO DE Saboyá Y PRIMERA REPÚBLICA.

El Sexenio Democrático español se enmarca en una Europa y un mundo cambiante: nuevas y prácticas sociales (democracia, socialismo, anarquismo), políticas (imperialismo), nuevas rutas comerciales canal Suez, avances tecnológicos (inicio de la segunda revolución industrial) y nuevos movimientos culturales (Realismo y Naturalismo).                              ANTES DE 1868: El malestar social, la crisis económica y el desprestigio de Isabel segunda aumentaban. Tras el fracaso de la sublevación del cuartel de San Gil en 1866, Prim pacto en Ostende, una alianza con el Partido Demócrata al que se unieron los republicanos para promover el cambio de régimen y convocar cortes constituyentes.                        REVOLUCIÓN 1868 o Gloriosa: Se inició cuando el almirante Topete junto a Prim y Serrano se sublevaron en Cádiz. Los sublevados en su manifiesto “Viva España con honra” proclamaban la expulsión de la reina y el establecimiento de un Gobierno provisional constitucional que aseguraba el orden y la regeneración política del país. Tras el Golpe de Estado, se inició una revolución popular: se formaron juntas revolucionarias en muchos puntos del país. El ejército leal a la reina fue derrotado en alcolea (Córdoba), Isabel II se encontró sin apoyos y se exilió a Francia.                                                                        GOBIERNO PROVISIONAL presidido por Serrano (1869-1871), Formado por unionistas y progresistas, tomaron medidas inmediatas como: disolución de las juntas locales revolucionarias, expulsión de los jesuitas, derogación del fuero eclesiástico y convocaron elecciones a cortes constituyentes que dieron la mayoría a la coalición de progresistas, demócratas y unionistas. Las Cortes (elegidas por sufragio universal masculino) redactan que la CONSTITUCIÓN DE 1869 establecía la soberanía nacional, división de poderes: legislativo en las cámaras, Ejecutivo en el rey a través de los ministros y judicial en los jueces. Consagraba derechos básicos (reuníón asociación y expresión) y por primera vez libertad religiosa, sufragio universal masculino y la monarquía democrática cómo sistema de Gobierno. El Gobierno aprobó: ley electoral, ley de matrimonios civiles, juicios con jurado, Ley Orgánica del Poder Judicial y reforma del Código Penal.                                    Había una Constitución, pero España era una monarquía sin rey. Se instauró una regencia presidida por Serrano, y Prim y fue nombrado jefe de Gobierno. Aunque estaba descartada la vuelta de los Borbones, Cánovas del Castillo forma el partido alfonsino, en defensa de los derechos del hijo de Isabel II. Durante el año 1869 se produjeron varios problemas: comienza la guerra con Cuba, los carlistas se reorganizan en torno a Carlos VII (tercera guerra carlista), y se suceden levantamientos republicanos por todo el país.                          LA BÚSQUEDA DE UN REY: Prim se centró en Leopoldo de Hohenzollern, duque de Montpensier, Fernando de y Amadeo de Saboyá. En Octubre de 1870, Amadeo de Saboyá aceptó la corona, con el consentimiento de las potencias europeas, en Noviembre las Cortes lo eligen rey.                                                                                                                REINADO DE AMADEO (Enero 1871-Febrero 1873) Fue debido a diversos factores: a su llegada, se produjo el asesinato de su valedor, Prim; el conflicto militar con Cuba persiste, falta de apoyos políticos y oposición de carlistas y republicanos. A ello se uníó la oposición de la nobleza y burguésía; y las movilizaciones obreras y populares que reclamaban un régimen republicano. Amadeo I abdicó en Febrero de 1873, y las 2 cámaras reunidas en una sola asamblea, proclamaron la primera república.                                                                        LA REPÚBLICA: La asamblea había proclamado la I república.                                                      Estanislao Figueras: Presidente de una república unitaria de tipo centralista, inmediatamente chocó con los republicanos federales. Su principal cometido era convocar cortes constituyentes que promulgaran una nueva Constitución. Se enfrentó con graves problemas: Crisis de Hacienda, Cuestión de Cuba y la Tercera Guerra Carlista. En su breve Gobierno promulgo una amplia amnistía, abolíó la esclavitud en Puerto Rico y suprimíó las quintas.                                                                                                                                                      P.I. Margall: En las primeras elecciones triunfaron los republicanos federales, proclamándose la República Democrática Federal. Al tiempo estalló una revolución cantonal, protagonizada por la clase media y trabajadores urbanos; comenzó en Cartagena extendíéndose al sur y Levante. Al no poder aprobar la Constitución P i Margall dimitíó, le sucedíó Salmerón                                                                                                                      Salmerón: Se limitó a restablecer el orden, confiando en el ejército y reprimir los movimientos obreros. Dimitíó al no querer firmar unas penas  de muerte contra revolucionarios.                                                                                                                            Emilio Castelar le sucedíó, intentó restablecer el orden. El Golpe de Estado del General Pavía (Enero 1874), disolvíó las Cortes republicanas.                                                  TRANSICIÓN 1874: Fue el periodo de transición entre la primera república y la restauración borbónica, El poder pasó a Serrano, apoyado por liberales, cómo topete y sagasta, mientras que Cánovas intentaba el regreso de los Borbones. El pronunciamiento en Sagunto del general Martínez Campos, acabó con el sexenio revolucionario, iniciando la Restauración.


7.1 LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): CÁNOVAS DEL CASTILLO Y EL TURNO DE PARTIDOS. LA CONSTITUCIÓN DE 1876

Tras el golpe del general Pavía (1874) se disolvieron las Cortes republicanas y se establecíó un Gobierno provisional. Del general Serrano presidía lo que de facto era una dictadura militar, se sofocan los focos de revuelta, se anuló la oposición republicana y las organizaciones obreras fueron prohibidas.                                                                                                                                                                  La restauración de la monarquía borbónica en la persona de Alfonso XII se extiende desde 1875 hasta la mayoría de edad de Alfonso XIII en 1902. Pero el verdadero artífice del sistema político de la restauración fue Cánovas del Castillo, que consiguió establecer en España una monarquía liberal parlamentaria no democrática, que haría posible la gobernabilidad del Estado durante casi 40 años.      El proyecto político de Cánovas se gestó durante el Sexenio, cuando Cánovas al frente del partido Alfonsino consiguió que la reina en el exilio abdicara a favor de su hijo. Alfonso se educó en la Academia de Sandhurst, tras el golpe del general Pavía que terminó con la experiencia republicana (Enero 1874), hizo publicar el Manifiesto de Sandhurst (Redactado por Cánovas. Lo hizo presentando la  restauración de la monarquía dialogante, constitucional y democrática como la única solución a los problemas de España. En Diciembre de 1874, los generales Martínez Campos y Jovellar protagonizaron el pronunciamiento militar en Sagunto, restableciendo la monarquía y adelantándose a la acción de Cánovas. Serrano dimitíó, Cánovas inició un gabinete-regencia, y en Enero Alfonso XII lo confirmó en el Gobierno.                                                                                                                                                                    EL SISTEMA CANOVISTA: Durante el reinado de Alfonso XII (1875-1885), Cánovas del Castillo establecíó las bases para conseguir la estabilidad política en España. Los objetivos políticos del sistema canovista se centraron en:                                                                                                                                                         1. Pacificación del país. El ejército, protagonista político del Siglo XIX, debía volver a los cuarteles y servir al estado con independencia de quién gobernara. Finalizando la tercera guerra carlista (1876) y la de Cuba  (paz de Zanjón, 1878).                                                                                                                           2. Bipartidismo. Inspirado en el modelo inglés: Alternancia en el Gobierno de dos partidos y consolidación de sus instituciones fundamentales, monarquía y Parlamento. En España los progresistas sólo habían accedido al poder mediante pronunciamientos. Para evitarlo y conseguir estabilidad, era necesario que los liberales se turnan en el poder. Los partidos que se turnaron fueron:                            –  Partido conservador: Antiguos moderados, unionistas y católicos, liderados por Cánovas. Estaba apoyado por  la burguésía financiera y latifundista, y la aristocracia.                                                                –   Partido Liberal: Formado por progresistas comas demócratas y republicanos moderados, liderados por Sagasta. Apoyado por la burguésía industrial y comercial, funcionarios y profesionales liberales.     El turnismo del sistema canovista: Los 2 partidos aceptaron turnarse en el Gobierno. Para conseguirlo, era necesario el fraude electoral. El rey encargaba la formación de Gobierno al partido que le tocase, se disolvían las Cortes y se convocaban elecciones, desde el Ministerio de la Gobernación se ponía en marcha el “encasillado” (lista de diputados provinciales que debían salir elegidos y habían elaborado los gobernadores civiles). La lista se impónía mediante presión, compra de votos de los caciques, amenazas, y si no era suficiente se manipulaba el censo, o las actas de resultados. Estas prácticas antidemocráticas en el sistema caciquista, eran conocidas como “pucherazo”.                                            3. Constitución de 1876. Era necesario para legitimar el régimen, convocando elecciones a cortes por sufragio universal masculino, y estas de mayoría conservadora la redactaron y aprobaron. Inspirada en la de 1845 pero con novedades de la de 1869.                                                                                      Establecía la soberanía compartida rey-cortes. No existía una clara división de poderes:                             – Legislativo es compartido rey-cortes bicamerales.                                                                                             – Ejecutivo (rey elige al jefe de gobierno)                                                                                                               – Judicial (tribunales bicamerales).                                                                                                            Congreso elegido por sufragio censitario y Senado parte de elección real y otra mediante un sistema indirecto. Se recogen algunos derechos y libertades (herencia de 1869). Se declara la confesionalidad del Estado: Catolicismo como religión oficial, tolerando otros cultos.                                          EVOLUCIÓN DEL REINADO: En el reinado de Alfonso XII (1875-1885) el gobierno lo ejercíó básicamente el partido conservador, salvo entre 1881-1884 que gobernó Sagasta con un partido no del todo estructurado.                                                                                                                                                  Medidas del partido conservador: Cánovas restablecíó el concordato con la Santa Sede, restituyó a militares depuestos, y eliminó a los alcaldes y gobernadores civiles nombrados en el sexenio. Promulgó la ley electoral, ley de imprenta, fin de la libertad de cátedra y prohibíó asociaciones Obreras.                                                                                                                                                                        En 1885 muere Alfonso XII, iniciándose la regencia de María Cristina de Habsburgo con el pacto de El Pardo, respetando el turno de partidos y garantizando el sistema canovista, pero aumentando la corrupción política. El Partido Liberal tendría un mayor peso legislativo en la residencia, en el llamado Parlamento largo (1885-1890).                                                                                                                  Medidas del Partido Liberal: promulgaron el código comercio, ley de asociaciones, ley del jurado, Código Civil, ley del sufragio universal.                                                                                                                En 1893, elaboraron el proyecto de Estatuto de Cuba y Puerto Rico que no se aprobó. En 1895 se iniciaba la insurrección que llevaría a la guerra de Cuba. El turnismo se mantuvo Pon toda la residencia, incluso durante la guerra de Cuba y la muerte de Cánovas (1897).


7.2 LA RESTAURACIÓN BORBÓNICA (1874-1902): LOS NACIONALISMOS CATALÁN Y VASCO Y EL REGIONALISMO GALLEGO. EL MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO.

La Restauración borbónica (1874-1902) se basó en el sistema político de Cánovas del Castillo apoyado en la Constitución de 1876 y fortalecido con la firma del pacto de El Pardo tras la muerte de Alfonso XII. Se mantuvo a lo largo de la regencia de María Cristina, superando la guerra de Cuba y la muerte de Cánovas en 1897 a manos de un anarquista.

OPOSICIÓN AL SISTEMA:

A) CARLISTAS. Tras su derrota en 1876 divididos en: los que rechazaban el régimen, liderados por Ramón nocedal, y los liderados por Vázquez de mella que formarían un partido en lucharían dentro de la legalidad.

B) REPUBLICANOS. Estaban muy desunidos. Castelar lideraba a los posibilistas, colaboraron con el partido de Sagasta. Salmerón y Pi i Margall estaban divididos en su concepción de la república: Salmerón defendía una república unitaria, y Pi i Margall una federal. Ruiz Zorrilla y su grupo eran partidarios de la lucha armada.

C) NACIONALISMOS Y REGIONALISMO. Surgieron como oposiciones nuevas al sistema de la restauración alcanzando un gran desarrollo en los años finales del Siglo XIX. Objetivos: creación de instituciones propias o autonomía administrativa, y en otros lograr la independencia. Esto supónía un modelo de Estado descentralizado, opuesto al centralista del sistema canovista.

– Nacionalismo catalán. Se inició un movimiento literario y cultural, pero el catalanismo político se inicia en la restauración con el republicano federal Valenti Almirall, que fundó el Centre catalá (1882) demandando una mayor autonomía. En 1891 se crea la Uníó catalanista que promovíó las bases de Manresa, primer programa que incluía un proyecto de Estatuto de autonomía. En 1901 se formó el primer gran partido catalanista, La Liga regionalista, liderado por Prat de la Riba y Francesc Cambó. Durante los primeros 20 años del Siglo XX fue el primer partido catalán.

– Nacionalismo vasco. No tuvo su origen en movimientos culturales, nacíó más tarde que el catalán pero evoluciónó rápidamente. En 1895 Sabino Arana funda el partido nacionalista vasco, con apoyo inicial escaso por su radicalismo antiespañol e independentista. Desde 1898, osciló desde el independentismo a la integración autónoma en el Estado español y fue ganando adeptos en clases medias. Cuidó mucho de desmarcarse del carlismo, del que rechazaba su ideología reaccionaria.

– Regionalismo gallego. El nacionalismo gallego tuvo un desarrollo más lento y un menor arraigo social. A mediados del siglo junto al movimiento cultural o rexurdimento hay unos tímidos planteamientos políticos. Durante la restauración el galleguismo político se inicia, cuando Manuel Murguía funda la asociación regionalista gallega. Tuvo menor implantación social que el catalán y el vasco.

D) MOVIMIENTO OBRERO Y CAMPESINO. Surge paralelo al desarrollo de la industrialización del país. Las pésimas condiciones de vida de este grupo crearían poco a poco una conciencia de clase. Tras la creación de sociedades mutuas de ayuda y algunos episodios de insurrección, despertó en el sexenio tras su desilusión con los partidos demócratas y la llegada de las ideas anarquistas y socialista. Se crearía la sección española de la internacional. Con la restauración las asociaciones Obreras pasaron a la clandestinidad hasta la aprobación de la ley de asociaciones (1887).

Anarquistas: Se organizaron con la Fundación de la Federación de Trabajadores de la regíón española FTRE (1881). Mayor presencia en Cataluña y Andalucía;  las divisiones internas y la represión les llevó a final de los 80 aún activismo sindical y reivindicativo, y una minoría se radicalizó (mano negra).

Socialistas: Refugiados en torno a la asociación del arte de imprimir, presidida por Pablo Iglesias en 1874. En 1879 fundan el PSOE y en 1888 la Uníón general de trabajadores como sindicato del partido; cuyo objetivo era mejorar las condiciones de vida y de trabajo de los obreros, mediante la negociación, las demandas al poder político y la huelga. PSOE y UGT, fueron hasta comienzos del Siglo XX minoritarios, comparados con los anarquistas.

Hasta 1900 gran parte de las acciones sindicales estaban penalizadas como delito y fueron duramente reprimidas.


7.3 EL PROBLEMA DE Cuba Y LA GUERRA ENTRE ESPAÑA Y Estados Unidos. LA CRISIS DE 1898 Y SUS CONSECUENCIAS ECONÓMICAS, POLÍTICAS E IDEOLÓGICAS.

Los restos del Imperio colonial español, tras la pérdida de la América continental, consistían en Cuba, Puerto Rico, Filipinas y un conjunto de islotes y pequeños archipiélagos dispuestos por este oceánico.

Cuba Y PUERTO RICO. Situadas en las cercanías de Estados Unidos, tenían una economía basada en la agricultura de exportación, aportaban a la economía española importantes beneficios, debido a las leyes arancelarias que impónía la metrópoli. Eran un mercado cautivo de España, obligado a comprar harina y textiles a la metrópoli impedidas de exportar azúcar a Europa desde 1870. Privadas de toda capacidad de autogobierno. La dependencia de España se mantuvo por el papel que la metrópoli cumplía con sus tropas y administración, asegurando la explotación esclavista que beneficiaba a una reducida oligarquía. Eran colonias históricas que habían sido transformadas durante siglos por España.

FILIPINAS. La población española era escasa y los capitales invertidos no importantes. La soberanía se había mantenido tres siglos gracias a la fuerza militar y a las órdenes religiosas. La relación con la metrópoli se centró, en la explotación de recursos sagrarios y en la presencia de clérigos y misioneros.

INDEPENDENCIA DE Cuba Y FILIPINAS. El 1868 comenzaron en Cuba movimientos independentistas, con la sublevación popular dirigida por Céspedes, iniciada con el grito de Yara, luchando por la abolición de la esclavitud y por la autonomía política. Estos movimientos sintieron el estímulo de Estados Unidos, con la abolición de la esclavitud tras la guerra de secesión y tras la ley arancelaria de 1891, por la que se impedía a los cubanos el libre comercio con EEUU. La guerra de los 10 años (1868-1878), concluyó con la Paz de Zanjón, El general Martínez Campos se comprometíó a dar a Cuba cierto autogobierno. Los resultados fueron escasos. Surgíó el Partido Liberal cubano (1878) representando sectores de la burguésía criolla buscando más autogobierno; pero la guerra chiquita (1879-1880) puso de manifiesto el descontento por la paz de zanjón y avivo el independentismo. 

En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano partidario de la independencia y en Filipinas José rizal fundó la Liga Filipina. La propuesta de una nueva ley autonómica para Cuba llegó tarde y la guerra independentista se endurecíó con José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. España envió a Martínez Campos, pero fracasó. Asumíó el mando el general Weyler, no impidió la lucha armada. En Filipinas fue ejecutado Rizal, pero Aguinaldo mantuvo la insurrección.

En 1897 desaparece Cánovas, los líderes de Cuba y Filipinas tenían relación con Estados Unidos, ya que tenía intereses económicos en la zona. Sagasta cree necesario reconocer una amplia autonomía, pero Estados Unidos se implica en el conflicto y la voladura del acorazado Maine (15 Febrero 1898) sirvió de pretexto para una declaración de guerra (Guerra hispanoamericana), que se desarrolló en el Caribe y Filipinas. Las derrotas de Cavite y Manila en Filipinas; y Santiago en Cuba, llevaron a la Paz de París el 10 de Diciembre de 1898, España reconocía la independencia de Cuba y cedía a Estados Unidos Puerto Rico, Filipinas y la isla de Guam. En 1899 España vendía al Imperio alemán las islas Coralinas, las Marianas y Palaos.

EL DESASTRE DEL 98: pérdida de las últimas colonias. Consecuencias.

– Ideológicas. Se produjo una crisis de la conciencia nacional, apareciendo un movimiento intelectual y crítico, el regeneracionismo, que rechazaba el sistema político y social de la restauración, al considerarlo una la cara para el progreso de España. Entre sus representantes destacan Joaquín Costa, Almirall… El regeneracionismo tuvo su vertiente literaria con la generación del 98 (Unamuno, Baroja…)

– Económicas. La derrota supuso la pérdida del mercado colonial, iniciándose una política proteccionista. La industria se recuperaría pronto; y la repatriación a España de los capitales situados en América, propiciaron el desarrollo de la banca española.

– Políticas. Con una propuesta de reforma y modernización: el llamado regeneracionismo político que representaban políticos de diferentes partidos; en el conservador Francisco Silvela, y en el liberal José Canalejas. En política internacional, España dejó de ser un Imperio, iniciando una intervención en África.

– Otras consecuencias. El desprestigio militar, lo que traería graves consecuencias en el Siglo XX; crecimiento del movimiento obrero, protagonizando sucesos como la semana trágica de Barcelona (1909); y mayor empuje y protagonismo de los nacionalismos periféricos.

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