Concepto de encasillado 1874

EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN. CarácterÍSTICAS Y FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA CANOVISTA

   Entendemos por Restauración la vuelta al trono de la dinastía borbónica tras el fracaso de la Primera República. Cronológicamente, abarca el periodo histórico comprendido entre el pronunciamiento del general Martínez Campos a favor de Alfonso XII el 29 de Diciembre de 1874 hasta 1923 con la dictadura de Primo de Rivera. Reinaron en esta época Alfonso XII y Alfonso XIII.

    Los factores que determinan la vuelta de los Borbones fueron el Manifiesto de Sandhurst y el Golpe de Estado de Martínez Campos. El príncipe Alfonso (hijo de Isabel II) dirigíó desde la academia militar de Sandhurst (Inglaterra) una carta a los españoles que afirmaba que la única solución a los problemas de España era la restauración de la monarquía tradicional. La idea fundamental del manifiesto era integrar en la persona del rey dos ideas hasta entonces contrarias: liberalismo y catolicismo. Días después, tiene lugar en Sagunto (Valencia) el Golpe de Estado del general Arsenio Martínez Campos proclamando a Alfonso XII rey de España. Tras el golpe, ocupará la presidencia del Gobierno Antonio Cánovas del Castillo.

    Las primeras medidas de Cánovas consistieron en lograr el acercamiento a la Iglesia y conseguir un Ejército amigo, reincorporando a los oficiales que habían sido eliminados por el Sexenio Revolucionario, y nombrando al rey jefe supremo del Ejército. También se convocan elecciones para crear unas Cortes que elaborasen una nueva Constitución, la de la Restauración.

  Además, bajo la dirección de Cánovas, se pudo dar fin a la tercera Guerra Carlista; para ello, Alfonso XII se desplazó al norte de la Península y ofrecíó una amplia amnistía a los carlistas, a cambio de que aceptasen la monarquía constitucional que él representaba. También tuvo éxito Cánovas logrando el fin de la Guerra Larga en Cuba (1878) con la Paz de Zanjón; aunque la guerra volverá a estallar un año después.

   ánovas del Castillo fue el principal impulsor del sistema de la Restauración. Éste pensaba, siguiendo su admirado modelo inglés, que un solo partido no podía mantener la Restauración, sino que eran precisos dos partidos políticos que respetasen la Constitución y representasen las diferentes ideologías. Estos dos serían los partidos “oficiales o dinásticos”, y se turnarían en el gobierno:
Son el Partido Conservador y el Partido Liberal (representaban, respectivamente, a la derecha y a la izquierda del pensamiento liberal)
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  Cánovas creía en la existencia de una especie de “constitución interna” que debía formar parte de la Constitución de manera indiscutible, y que se basaba en principios como la patria, la monarquía, la dinastía histórica, la libertad, la propiedad y el gobierno conjunto del rey y las cortes. Por ello, establecíó como paso previo al proyecto constitucional que la monarquía y las cortes eran anteriores y superiores a cualquier Constitución.

  Fuera del sistema de turnos entre el Partido Conservador y el Partido Liberal, quedaban republicanos, socialistas (el PSOE nace en 1879), carlistas y nacionalistas.

  El sistema político de la Restauración quedaba asegurado con la alternancia de los dos partidos dinásticos (Conservador y Liberal) que manipulaban las elecciones para turnarse en el poder, falseando la voluntad nacional. Cuando un presidente del gobierno se veía obligado a dimitir por una crisis o un escándalo, el rey encargaba el nuevo gobierno al líder de la oposición, que convocaba elecciones y siempre ganaba por mayoría absoluta; ya que se amañaban los resultados con la colaboración de los alcaldes, los gobernadores civiles y los  caciques. Para ello, se practicaban el “encasillado” y el “pucherazo”, que eran posibles gracias al caciquismo.

  El encasillado consiste en la planificación previa de los resultados electorales. Se elaboraba una lista de escaños previamente acordados para cada partido. Estos candidatos “oficiales” tenían prácticamente ganada la elección antes de que se celebrara.

   Con el pucherazo se amañaban las actas tras el recuento de votos. Otro modo era la compra previa de votos mediante fraude o violencia. A menudo se utilizaban como votantes los nombres de fallecidos.

  Todo el sistema turnista era posible gracias al caciquismo, hecho sociopolítico que se manifestó en España desde mediados del S.XIX, hasta el primer tercio del Siglo XX. Consistía en el control del poder en determinadas zonas rurales por personas de influencia y prestigio social. Los caciques eran los encargados de recopilar votos y amañar elecciones.


   En 1876 fue promulgada la Constitución, de gran vigencia (hasta 1931), debido en gran medida a la flexibilidad en su interpretación Durante la redacción de esta Carta Magna, surgieron controversias entre conservadores y liberales, en lo que respecta al concepto de soberanía, el sistema electoral (sufragio censitario o universal) y la confesionalidad del Estado. Finalmente, esta Constitución sancionaba la soberanía compartida cortes-Rey, la monarquía hereditaria, un parlamento bicameral, un Estado confesional, y una imperfecta separación de poderes que otorgaba al rey la facultad de nombrar al jefe del gobierno, designar o revocar ministros y convocar o suspender las cortes; entre otras leyes.

   El sistema de turnos comenzó con el Partido Conservador (1875-1881). Durante esta etapa se abolieron los Fueros de las Provincias vascas, con el fin de lograr la igualdad jurídica de todos los ciudadanos. Recordemos, además, que habían apoyado a los carlistas. También se promulgó una Ley de ayuntamientos por la que la Corona nombraría a los alcaldes en poblaciones de más de 30.000 habitantes; y una ley electoral que establecía el sufragio censitario. Además, se implantó la censura en la imprenta.

   Del siguiente turno, en el que gobernó el Partido Liberal, destaca la ley de libertad de reuníón y expresión.

   En 1885 muere Alfonso XII, y su esposa, María Cristina de Habsburgo, embarazada del futuro Alfonso XIII, actuó de regente hasta que éste subíó al trono. Por el Pacto de El Pardo, Cánovas y Sagasta acuerdan continuar con el turno de partidos tras la muerte del Rey.

   Hasta 1890, gobierna el Partido Liberal. De esta época destacan la ley de libertad sindical y la de sufragio universal.

   El Partido Liberal y Conservador seguirán turnándose con Cánovas y Sagasta al frente, hasta que el primero es asesinado en 1897 por un anarquista italiano; y Sagasta muere en 1903. Ambos serán sustituidos por otros líderes de sus partidos, que continuarán con los turnos.

   En conclusión, con este sistema, la España oficial de la Restauración se divorciaba cada vez más de la España real de los caciques; así el sistema parlamentario se desprestigiaba día a día por la práctica del falseamiento electoral y el caciquismo.

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