Conflicto en Berlín y las Grandes Ideologías Económicas del Siglo XX

La Guerra Fría en Berlín: División, Bloqueo y Muro

En 1945, cuando finalizó la II Guerra Mundial, por los Acuerdos de Potsdam, Alemania fue dividida en cuatro zonas de ocupación entre las potencias vencedoras. La capital alemana, Berlín, se dividió en cuatro sectores, a diferencia del resto del país, cada uno de ellos ocupado por Inglaterra, Francia, EE. UU. y la URSS. Aunque se permitía la libre circulación de personas dentro de la ciudad y la comunicación por carreteras y vías especiales de Berlín Occidental con la zona oriental.

El Bloqueo de Berlín (1948-1949)

En 1948, las potencias occidentales promovieron la unificación monetaria de sus tres zonas de ocupación en Alemania como primer paso para crear un Estado alemán occidental. La protesta de la URSS se produjo al enterarse de que dichas reformas también incluían a Berlín Oriental. Los soviéticos respondieron con el bloqueo del sector occidental de Berlín, ciudad situada en el corazón de la zona de ocupación soviética. Las carreteras y las vías férreas fueron cortadas por el Ejército Rojo y la ciudad quedó completamente aislada con el objetivo de que las tropas occidentales se retiraran para adueñarse de todo Berlín. Se vivió una gran tensión ante el temor de una guerra entre las superpotencias. Junto a 15.000 soldados occidentales vivían 2 millones de berlineses que pasarían hambre y frío.

EE. UU. descartó la posibilidad de usar camiones y tanques para romper el bloqueo. Resolvió abastecer la ciudad por aire. Durante 10 meses, EE. UU. organizó un Puente Aéreo para abastecer a la ciudad, llevando por aviones unas 7.000 toneladas diarias de alimentos, medicinas, ropa y carbón a los tres aeropuertos en Berlín Occidental. Aunque en total se realizaron casi 280.000 vuelos, los soviéticos decidieron no derribar los aviones occidentales.

La Construcción y Caída del Muro de Berlín (1961-1989)

Para frenar las fugas, el gobierno comunista de la RDA, con apoyo soviético, cerró herméticamente sus fronteras en la ciudad y se construyó el Muro de Berlín el 13 de agosto de 1961. Era un muro de 45 km de largo que separaba en dos partes a la ciudad: el sector occidental y el oriental. Desde ese momento, un estricto sistema de pases y permisos se impuso, incluso para quienes quisieran visitar a sus familiares del este.

Para EE. UU., el muro violaba el acuerdo de libre circulación pactado en Potsdam en 1945. Ese día, la mayor tensión fue cuando el mando estadounidense envió una columna de tanques al Sector Charlie, punto de cruce oficial entre la zona occidental y oriental. Pronto se acercaron del otro lado tanques y vehículos artillados soviéticos. Luego de permanecer apuntándose mutuamente varias horas, ambas columnas militares recibieron órdenes de retirarse. Mientras duró el muro, hubo muchos intentos de huida hacia la parte capitalista. El muro cayó hacia 1989.

Sistemas Económicos y Políticos: Socialismo y Liberalismo

El Socialismo: Propiedad Colectiva y Planificación Centralizada

El socialismo es un sistema en el cual se socializan todos los medios de producción; todas las fábricas y medios de transporte pasan a ser propiedad del Estado y son gestionadas por el Estado o por sus propios trabajadores (bajo supervisión estatal). El socialismo se aplicó en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), Yugoslavia, los países del Pacto de Varsovia (Polonia, Rumanía, Checoslovaquia, etc.), China, Angola, entre otros. Hoy persiste en Cuba, Vietnam y Corea del Norte.

El sistema económico que rige actualmente en el mundo es el capitalismo (nació a fines del siglo XVIII), y el hombre hasta ahora inventó solo dos sistemas alternativos al capitalismo: el socialismo y el anarquismo.

La idea del socialismo es que el Estado (que es de todos, pertenece al pueblo y es controlado democráticamente por el pueblo) maneje la economía de manera planificada, y de ese modo usar la riqueza, los esfuerzos, los recursos naturales y la tecnología de una sociedad de manera inteligente con un único objetivo: mejorar la calidad de vida de la población.

En el capitalismo, en cambio, los medios de producción están en manos privadas (en manos de quienes los hayan comprado o heredado) y los hombres compiten entre sí y se venden su trabajo unos a otros. No hay planificación de la economía; cada uno busca su propio beneficio y aprovecha los recursos (laborales, naturales, tecnológicos) que tenga a su alcance para ese objetivo.

Pero cuidado: vulgarmente se suele llamar «comunismo» al socialismo. Y se suele llamar «socialismo» a los países capitalistas en los cuales la riqueza está distribuida de un modo relativamente equitativo (como Suecia, Noruega, Islandia, etc., que son países capitalistas, por ende, NO son socialistas, pero la gente suele llamarlos equivocadamente «socialistas»). Y a los países socialistas (como la URSS, Cuba o Corea del Norte) los llaman erróneamente «países comunistas». Pero la verdad es que el comunismo es otra cosa muy diferente.

El Liberalismo Económico: Libre Mercado y No Intervención Estatal

Esta doctrina postula que, para que la sociedad progrese, el Estado debe intervenir lo menos posible en la economía. Los liberales económicos creen que el Estado debe permitir a los empresarios hacer lo que quieran. Para ellos, los pilares del progreso humano son la propiedad privada, la libertad de empresa y el libre comercio.

Los liberales con frecuencia creen que el Estado solo debería ocuparse de la policía y de contratar empresas para que construyan caminos, y que todo lo demás (incluso la salud y la educación) debería ser privado. Algunos liberales incluso creen que el dinero debería ser privado; es decir, que el Estado no debería imprimir dinero, y que cada banco privado debería crear su propia moneda y que los ciudadanos elijan qué moneda quieren usar según en cuál confían más. Claro que estas ideas liberales tan extremas jamás se aplicaron. Pero, desde los años setenta, es muy fuerte en el mundo la idea de que los Estados no deben poseer empresas (ni siquiera de electricidad o de agua potable, de nada) y en algunos países hasta se llegó al punto de privatizar las jubilaciones (las pensiones para ancianos pasaron a ser manejadas por empresas privadas).

Las ideas liberales con frecuencia generan crisis económicas y profundas injusticias (hambre, desocupación, gente sin educación ni salud ni vivienda, etc.), pero esas ideas se mantienen fuertes porque los empresarios se aseguran de financiar a los investigadores que tengan ideas liberales, colocar en los medios a periodistas con ideas liberales y presionar a los gobiernos para que apliquen políticas económicas liberales.

Existe otra corriente dentro del liberalismo económico que promueve la igualdad de oportunidades.

Además, los liberales que tienen algo de cerebro entienden que el Estado sí debe intervenir en la economía, aunque sea para impedir que se formen oligopolios. Oligopolio es cuando muy pocas empresas controlan todo el mercado de un producto (por ejemplo, que todo el acero que se produce en un país sea fabricado por dos empresas). La base del progreso, según los liberales, es la competencia entre empresarios por ofrecer un producto mejor que su competidor. Pero cuando existe oligopolio, los empresarios no compiten (no bajan los precios, no mejoran el producto). Por eso es que el Estado debe intervenir y obligar a los empresarios a vender una parte de sus empresas a nuevos inversores y producir menos.

Por ofrecer un producto mejor que su competidor, pero cuando existe oligopolio, los empresarios no compiten (no bajan los precios, no mejoran el producto). Por eso es que el Estado debe intervenir y obligar a los empresarios a vender una parte de sus empresas a nuevos inversores y producir menos.

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