Liberales vs. Absolutistas en el Reinado de Fernando VII
Fernando será el último monarca absoluto. En su reinado destacan tres periodos: Sexenio Absolutista, Trienio Liberal y Década Ominosa.
Sexenio Absolutista
Mediante el Tratado de Valençay, Fernando recibía el trono español por parte de Napoleón. Una mayoría de la población apoya la vuelta al Antiguo Régimen. Le presentan el Manifiesto de los Persas, documento en el que abogan por volver al Antiguo Régimen. Fernando delega el gobierno en una camarilla incapaz de hacer frente a la crisis económica y a la independencia americana.
Trienio Liberal
El coronel Riego se pronuncia en Cabezas de San Juan para hacer frente al levantamiento independentista. Fernando se verá obligado a jurar la Constitución de Cádiz y a formar un gobierno con liberales moderados. La división entre liberales moderados y progresistas facilita que la Santa Alianza mande un ejército desde Francia, lo que devuelve el poder absoluto a Fernando.
Década Ominosa
Fernando comienza una persecución de los liberales y anula la constitución. Sin embargo, mantuvo algunas medidas liberales y creó el consejo de ministros, donde puso a afrancesados y absolutistas moderados. Para acabar con los problemas económicos, su ministro de Hacienda propuso hacer pagar impuestos a los privilegiados. Esto provoca el rechazo de los absolutistas más radicales, a lo que se sumará el problema sucesorio. Fernando quería que el trono pasara a su hija Isabel en vez de a su hermano Carlos, por lo que debía derogar la Ley Sálica y buscar apoyos de los liberales.
Carlismo
Tras la muerte de Fernando, Carlos se autoproclama rey en el Manifiesto de Abrantes, lo que dará lugar a las Guerras Carlistas. Fernando VII se casó con Mª Cristina, quien se queda embarazada de la futura Isabel II. Para asegurar su sucesión, aprueba la Pragmática Sanción, la cual anulaba la Ley Sálica, permitiendo reinar a las mujeres. Los ministros carlistas consiguen que Fernando derogue la Pragmática Sanción. Sin embargo, la reina logra que el rey restablezca la Pragmática Sanción y que Carlos se exilie en Portugal.
Nace el carlismo, con apoyos a Carlos como rey de España frente a Isabel II. La ideología del carlismo se resumía en «Dios, Patria y Ley», defendiendo el Antiguo Régimen. Sus defensores eran absolutistas, clero, artesanos, etc. Los carlistas se hicieron fuertes en la zona noreste y mediterránea. A nivel internacional, la Santa Sede y la Santa Alianza los apoyaban.
A Isabel la apoyaron los liberales, que pedían una constitución que estableciese la división de poderes. Los carlistas formaron un ejército gracias al militar Zumalacárregui, que pondrá en jaque al ejército isabelino. Finalmente, los carlistas se rinden ante el general Espartero, lo que pone fin a la primera Guerra Carlista. Los carlistas se volverán a levantar en 1846, pero serán derrotados fácilmente.
Reinado de Isabel II: Minoría de Edad y el Papel de los Militares
En el reinado de Isabel se produce el paso del Antiguo Régimen al liberalismo. El reinado tiene dos etapas: las regencias y la mayoría de edad. Las regencias son dos: la Regencia de su madre Mª Cristina y la Regencia de Espartero. Las guerras carlistas impulsaron el establecimiento del estado liberal. Los militares participaron en política también mediante pronunciamientos.
Los partidos liberales se dividían en dos grupos: Moderados o conservadores, liderados por Narváez; y Progresistas o demócratas, liderados por Espartero.
Cuando comenzó la regencia de Mª Cristina, esta llamó al gobierno a los liberales moderados. Para ganarse el apoyo de los liberales frente a los carlistas, se aprobó el Estatuto Real de 1834, una carta otorgada que no era una constitución y que fue elegida por la regente y otra por sufragio.
En 1835 se inició la Revolución Liberal, con levantamientos populares y la formación de Juntas, proceso que llevará a la presidencia al progresista Mendizábal. El principal objetivo de Mendizábal era conseguir fondos para pagar la guerra. Sin embargo, la regente Mª Cristina fuerza la vuelta de los moderados al gobierno. La regente se ve obligada a poner en vigor la Constitución de 1812, aunque se empezó a redactar la constitución de 1837.
La desamortización de Mendizábal expropió y puso a la venta los bienes del clero regular y de las órdenes militares. En 1837, los liberales moderados recuperarán el gobierno. La Constitución de 1827 inicia el liberalismo en España, y desde entonces habrá vigente una constitución.
Tras el final de la primera Guerra Carlista, Espartero hace un pronunciamiento y sustituye a Mª Cristina como regente de España. Durante la regencia de Espartero se completa la desamortización de Mendizábal. La burguesía catalana, con apoyo del pueblo, se levanta contra Espartero en Barcelona. Este reacciona bombardeando la ciudad. En 1843, Narváez hace un pronunciamiento contra él y las cortes declaran la mayoría de edad de Isabel II con 13 años.
Reinado de Isabel II: Mayoría de Edad y el Papel de los Militares
El reinado de Isabel II como mayor de edad se divide en tres etapas: la Década Moderada, el Bienio Progresista y la etapa final del reinado. Este periodo se caracterizará por un predominio de los gobiernos liberales moderados o conservadores, siendo el máximo exponente Narváez.
Los moderados aprueban una nueva Constitución, la de 1845, que estará vigente hasta 1869. Esta es conservadora y modifica la progresista de 1837. Así, la soberanía pasa de nacional a compartida entre la Corona y las Cortes.
Las medidas centralizadoras de los gobiernos moderados establecían el nombramiento directo por parte del poder ejecutivo de los gobernadores civiles al frente de las 49 provincias establecidas por Javier de Burgos en 1833. Se establece una ley educativa, igual para toda España, la Ley de Moyano. Se crea la Guardia Civil para el control del bandolerismo, que sustituye a la milicia nacional.
En 1854 se produce un levantamiento apoyado por el partido de La Unión Liberal de O’Donell. Espartero es nombrado jefe del gobierno. Los progresistas estarán en el poder durante dos años, en el bienio progresista. En este tiempo, derogan la Constitución de 1855, impulsada por Madoz. La desamortización, al igual que la de Mendizábal, favoreció a la burguesía adinerada. El objetivo de la desamortización de Madoz era conseguir dinero para financiar el ferrocarril y el desarrollo industrial, por lo que fue acompañada de la Ley General de Ferrocarriles.
En la etapa final del reinado de Isabel, tras la dimisión de Espartero, los moderados de Narváez se alternan en el gobierno con La Unión Liberal. Se restablecen la Constitución de 1845 y sus medidas centralizadoras. Sin embargo, la crisis económica iniciada en 1866 con la quiebra del ferrocarril y malas cosechas provoca que los progresistas, marginados del gobierno por la reina, practiquen el «retraimiento», medida por la que deciden no presentarse a las elecciones para denunciar la falta de legitimidad del gobierno y pasan a conspirar abiertamente. En 1866, firman un pacto con los demócratas para desalojar a Isabel II del trono. Esto desembocó en la Revolución Gloriosa, que puso fin al reinado de Isabel.