El Absolutismo Monárquico: Poder y Sociedad en la Europa Moderna
El absolutismo fue un sistema político de gobierno vigente en Europa entre los siglos XVII y XVIII. Se caracterizaba por la concentración de todos los poderes en una sola persona, el monarca, quien los poseía de forma ilimitada. Este poder estaba respaldado por el derecho divino, una creencia según la cual toda la autoridad del monarca procedía directamente de Dios, y los reyes solo le rendían cuentas a Él.
La Autoridad Única Conferida por Dios
La expansión europea, los profundos cambios económicos y sociales, y las constantes guerras aumentaron aún más el poder del rey. Monarcas españoles, franceses e ingleses concentraron en sí toda la autoridad absoluta y solo rendían cuentas a Dios.
La soberanía residía en el monarca: él decidía qué leyes se aplicaban, qué decisiones se tomaban y cómo se ejecutaban. El rey era soberano absoluto; la soberanía era sinónimo de rey y gobernaba por mandato divino.
Cuando los monarcas afirmaban: «Es nuestro deber defender el reino», lo hacían bajo la premisa de «Dios y yo, el rey». El rey era considerado sagrado, y el resto de la población estaba por debajo de él, siendo sus súbditos y acatando sus órdenes.
Absoluto, pero no Solo
A pesar de su poder absoluto, los reyes no ejercían solos las funciones del Estado. Contaban con instituciones de gobierno y funcionarios (judiciales, legislativos), y los reyes afirmaban su autoridad sobre estas instituciones.
Uno de los principales desafíos del rey fue imponer su poder sobre la nobleza, ya que los nobles tradicionales tenían cargos estatales y buscaban mantener su influencia y dirección.
Nobleza de Espada y Nobleza de Toga
Las monarquías otorgaron títulos de nobleza a miembros de familias que no eran nobles, una facultad exclusiva del rey. Cuando alguien era designado funcionario de la Corona, este nombramiento solía ir acompañado de un título de nobleza (caballero, barón, conde).
Los funcionarios usaban una toga, y las familias nobles tradicionales llamaron despectivamente nobleza de toga a estas personas que cambiaron su estado social por ocupar un cargo como funcionarios estatales.
A las familias nobles antiguas las llamaron nobleza de espada, ya que eran descendientes de los señores que habían conquistado como guerreros sus títulos y privilegios durante la Edad Media.
Los miembros de la nobleza de toga eran, en muchos casos, ricos burgueses que accedían a cargos públicos comprándolos. Ellos obtenían el cargo adelantando el pago de los impuestos de todo el año.
Aunque los reyes querían limitar el crecimiento de la nobleza de toga, las necesidades económicas los obligaban a recibir el dinero y, por tanto, a otorgarles el cargo.
Las Minorías Reales y la Regencia
Aunque el absolutismo representaba el poder supremo del rey, surgían situaciones particulares como las minorías reales. Cuando el rey moría y su sucesor era un niño, ¿quién tomaba las decisiones? El regente, un miembro de la familia real que actuaba en nombre del niño. Este regía sin ser el monarca, ya que el monarca legítimo era el niño. Ese gobierno se llamaba regencia.
Todos los miembros de la familia real querían ser regentes (madres, tíos, primos). En algunos casos, incluso querían coronar a otro y no al sucesor del rey fallecido.
Esto disminuía la autoridad real y podía ocasionar guerras o alianzas por medio de matrimonios con el niño heredero.
Thomas Hobbes y la Justificación Intelectual del Absolutismo
El absolutismo fue justificado desde el ámbito intelectual, además del respaldo religioso que ya tenía.
Thomas Hobbes (1588-1679), en su obra El Leviatán, sostiene que todos los hombres son iguales y que esa igualdad es el origen de la desconfianza, ya que todos los seres humanos aspiran a disfrutar de los mismos bienes y, sobre todo, a mantener su propia conservación. Considera que existían tres causas principales de la discordia entre los hombres:
- La competencia para lograr un beneficio;
- La desconfianza para obtener seguridad;
- La gloria para ganar reputación.
Características Esenciales del Absolutismo
- Ubicación temporal: Periodo de los siglos XVII y XVIII.
- Concentración de los poderes en el rey.
- Derecho divino de los reyes.
- Respaldo de teorías filosóficas al absolutismo.
- Conflictos sociales, políticos, económicos y religiosos.
- Orden interno para enfrentar las amenazas del exterior.
- Formación de una nueva burocracia compuesta por funcionarios que desplazaban a la nobleza tradicional.
La Guerra de los Treinta Años (1618-1648)
La causa principal de este conflicto fue la diferencia religiosa entre los estados alemanes.
Fases de la Guerra
1. Fase Palatino-Bohemia (1618-1625)
Nobles calvinistas dieron un golpe de Estado contra el rey Fernando de Austria, lo que se conoce como la «Defenestración de Praga». Nombraron rey a Federico del Palatinado (Unión Evangélica). Fernando II de Austria, apoyado por la Liga Católica, derrotó a los calvinistas en la Batalla de la Montaña Blanca en 1624.
2. Fase Danesa (1625-1629)
Cristian IV, rey de Dinamarca, acudió en ayuda de los protestantes alemanes, pero fue vencido por el ejército imperial. Se firmó el Edicto de Restitución, que establecía que todas las posesiones eclesiásticas expropiadas después de 1555 debían volver a sus dueños originales.
3. Fase Sueca (1630-1635)
El rey sueco Gustavo Adolfo (luterano) se enfrentó al Imperio Alemán. Logró avanzar hasta Múnich, pero fue asesinado en 1635. Se firmó la Paz de Praga, que puso fin a la tercera etapa de la guerra.
4. Fase Francesa (1635-1648)
Francia le declaró la guerra a España, también gobernada por los Habsburgo. El emperador alemán se negó a capitular hasta 1648.
La Paz de Westfalia (24 de octubre de 1648)
Con la Paz de Westfalia se puso fin a la Guerra de los Treinta Años. Sus principales acuerdos fueron:
- Se reconoció el calvinismo con el mismo estatus que el catolicismo y el luteranismo.
- Se anuló el Edicto de Restitución.
Consecuencias de la Paz de Westfalia
- El poder del Imperio Alemán se debilitó significativamente.
- Terminó la época de hegemonía del Imperio Español.