España y las Relaciones Internacionales a finales del Siglo XIX
En las relaciones internacionales, **Cánovas** intentaba mantener a España neutral en los conflictos entre las potencias y salvaguardar los restos del imperio: las islas **Filipinas** y otros archipiélagos del Pacífico, **Cuba**, **Puerto Rico** y algunas posesiones en el norte de África y golfo de Guinea. Se contaba con escasos recursos económicos. Sin embargo, la economía colonial (especialmente la cubana) era muy beneficiosa para la metrópoli. **Cuba** era apetecida por **Estados Unidos**, que había intentado comprarla y anexionarla.
Consecuencias del Desastre Colonial: El Regeneracionismo
Tras la derrota del **98**, a los dirigentes políticos y a los intelectuales les sorprendió la pasividad con que la opinión pública reaccionó a la pérdida del Imperio colonial, solo alterada por el dolor y las protestas ante las pérdidas humanas. Ni la guerra cubana ni el **Desastre** provocaron un movimiento de exaltación nacionalista.
Los políticos justificaban el sacrificio de la flota en batallas que llevaban a una derrota segura con la idea de salvar la dignidad patria y evitar al país una humillación nacional.
Entre los años finales del siglo XIX y los primeros años del siglo XX, se desarrolló en nuestro país una corriente ideológica de protesta contra el régimen de la **Restauración** que recibió el nombre de **regeneracionismo**. Los regeneracionistas estaban obsesionados por la decadencia de nuestro país y se emplearon a fondo en identificar, analizar y denunciar los peores vicios y defectos de España:
- El analfabetismo
- La pobreza
- El atraso económico
- La bancarrota financiera del Estado
- El caciquismo
- El fraude electoral
- La carencia de auténticas instituciones democráticas
- El centralismo
- El militarismo
- La incapacidad para retener nuestros territorios coloniales en el **98**
**Joaquín Costa**, destacado regeneracionista, autodidacta, enérgico y desorbitado intelectual aragonés, exigía la completa destrucción del sistema político de la **Restauración**, y afirmaba que los gobernantes eran unos parásitos y cobardes charlatanes.
El mayor impacto del desastre lo sufrió la política oficial de los partidos del turno durante el reinado de Alfonso XIII. En los años inmediatos al desastre colonial hubo en la esfera política un brote de «regeneracionismo» pronto fracasado. Los intentos renovadores de este serán los que caractericen la primera etapa del reinado personal de Alfonso XIII que, llegado a los dieciséis años, juró la Constitución el 17 de mayo de 1902. Esta primera etapa puede llevarse hasta el año 1912.
En todos los miembros de la **Generación del 98**, el regeneracionismo en general y **Joaquín Costa** en particular resultaron muy influyentes. Los hombres del **98** (**Miguel Unamuno**, **Antonio Machado**, **Azorín**, **Pío Baroja**, **Ramiro de Maeztu**) suelen ser jóvenes provincianos que pasan por una etapa radical juvenil. La mayor parte de ellos fueron liberales que criticaban no la esencia política de la **Restauración** (Gobierno liberal) pero sí su práctica habitual. Aunque cada uno actuó independientemente, sin embargo, todos tuvieron un signo común.
La Insurrección Cubana
El movimiento independentista cubano y el estallido de la guerra condicionaron:
- La época del Sexenio, que no pudo aplicar su proyecto (abolición de las quintas y la reducción de impuestos).
- Facilitó la **Restauración** borbónica, pues el proyecto republicano de abolición de la esclavitud de **Cuba** empujó a la burguesía catalana y a los grandes propietarios de las plantaciones con mano de obra esclava hacia posiciones más conservadoras del partido alfonsino dirigido por **A. Cánovas del Castillo**.
En **Cuba** se excluía la perspectiva de la independencia, a pesar del predominio de los grandes hacendados y comerciantes españoles. En la revolución española de 1868, los reformistas cubanos entraron en contacto con los conspiradores favorables a introducir cambios en el sistema colonial. El movimiento independentista, integrado por los esclavos (liberados por los secesionistas), los campesinos y los hacendados medios cubanos, radicalizó la guerrilla.
Durante el gobierno Sagasta de 1893 a 1895, el Ministro de Ultramar **A. Maura** elaboró un plan de reformas autonomistas a una proyectada Diputación Provincial, pero no fue bien acogido por los separatistas ni por los fieles a España y fracasó. La insurrección cubana iniciaba la definitiva guerra de emancipación. Esto supuso un cambio de Gobierno en manos de **Cánovas del Castillo**.
El movimiento independentista cubano perdió, en el mismo año 1895, a **José Martí**, dirigente intelectual e instigador del movimiento emancipador cubano. Al mismo tiempo, llegaba a la isla **M. Campos**, nombrado capitán general por el nuevo gobierno de **Cánovas**. A comienzos de 1896, el Gobierno conservador de **Cánovas**, partidario de perseguir una victoria armada sobre los insurrectos antes de proceder a una reforma del régimen colonial imperante en **Cuba**, trasladó allá a asumir el mando de las tropas españolas al general mallorquín **V. Weyler**. **Cánovas** es asesinado y relevado por Sagasta.
La Guerra Hispano-Estadounidense y el Tratado de París
La guerra tuvo un desenlace rápido dada la desigualdad de fuerzas existente, ya que España no poseía una marina moderna que pudiese enfrentarse con la americana ni tampoco contaba con recursos para sostener una lucha centrada en una zona tan alejada y tan próxima a **Estados Unidos**.
En el **Tratado de Paz** del 10 de diciembre de 1898, España tuvo que renunciar a **Cuba**, **Puerto Rico**, el archipiélago de **Filipinas** y la isla de Guam a cambio de una indemnización de 20 millones de dólares. El **imperialismo americano** dio con ello un gran paso adelante, pues el obligado otorgamiento de la independencia a **Cuba** no impidió que este país quedara dominado política y económicamente por **EEUU**, mientras que **Filipinas** quedó como dependencia colonial de estos.