La Guerra Civil Española: Un Conflicto Determinante del Siglo XX
La Guerra Civil Española (1936-1939) fue uno de los acontecimientos más trascendentales del siglo XX, con profundas repercusiones en la historia de España y Europa. Este documento explora sus orígenes, desarrollo, fases clave y las devastadoras consecuencias que dejó.
Introducción
En julio de 1936, un grupo de generales se rebeló contra el gobierno de la Segunda República Española con el objetivo de un rápido triunfo del pronunciamiento militar. Sin embargo, la resistencia republicana provocó una guerra civil que se prolongó por casi tres años. El conflicto se internacionalizó rápidamente debido al apoyo de la Alemania nazi y la Italia fascista a los sublevados, y el de la URSS al gobierno de la República. Fue uno de los acontecimientos más importantes del siglo XX debido al exilio masivo, la represión sistemática y la instauración de la dictadura franquista, que se prolongó por casi 40 años.
Desarrollo del Conflicto
La conspiración fue dirigida por el general Mola contra el gobierno de la República. El general Franco se trasladó desde Canarias a Marruecos para dirigir a las tropas del Ejército de África. Las fuerzas sublevadas se extendieron rápidamente por gran parte de Extremadura, Castilla y León, Galicia y Mallorca. Sin embargo, ciudades clave como Madrid, Barcelona, Valencia y Bilbao permanecieron leales a la República. España quedó así dividida en dos zonas.
Mientras el ejército de los sublevados se concentraba en África, el gobierno republicano controlaba la flota, la aviación, gran parte de la industria y las reservas de oro del Banco de España. Inicialmente, Casares Quiroga, presidente del gobierno, no repartió armas a la población. Sin embargo, su sucesor, José Giral, sí lo hizo, ya que ni el bando sublevado ni el republicano contemplaban otra opción que no fuera el conflicto bélico.
Los Bandos Enfrentados
Pronto se definieron dos bandos claramente diferenciados:
- Bando Nacional: Su intención era eliminar a los ‘enemigos de la patria’ (a quienes denominaban ‘los rojos’). Contaban con el apoyo de la Iglesia Católica, terratenientes, banqueros, grandes empresarios y sectores conservadores.
- Bando Republicano: Sus apoyos provenían de los partidos de izquierda, sectores laicos, campesinos y obreros. Intentaban defender la República frente al avance del fascismo, extendido por Europa. Dentro de este bando, coexistían diversas tendencias, destacando anarquistas y comunistas.
Apoyos Extranjeros
El bando nacional contó con el apoyo crucial de la Alemania nazi (Hitler) y la Italia fascista (Mussolini), que enviaron armamento pesado, aviación y tropas. La dictadura portuguesa de Salazar también envió a los ‘Viriatos’ (voluntarios). Además, multinacionales angloamericanas suministraron petróleo y medios de transporte.
La República, por su parte, contó con el apoyo de la URSS, que aportó material bélico, pilotos y técnicos. También recibió el valioso apoyo de las Brigadas Internacionales, formadas por voluntarios de todo el mundo.
Fases de la Guerra Civil
La contienda se desarrolló en varias fases clave:
Primera fase: Del Estrecho a la Batalla de Madrid (julio 1936 – octubre 1937)
Los sublevados lograron la ocupación de gran parte de Andalucía y Extremadura, junto con la conquista de San Sebastián e Irún. Sin embargo, no lograron tomar Madrid, que resistió heroicamente.
Segunda fase: Del Norte a Teruel (primavera 1937 – primavera 1938)
Las tropas franquistas conquistaron la Cornisa Cantábrica, lo que incluyó el trágico bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor alemana. En esta fase, se evidenció la movilización total de recursos al servicio bélico por parte de los sublevados.
Tercera fase: La Batalla del Ebro (abril – diciembre 1938)
El territorio republicano quedó dividido en Cataluña y la zona Centro-Sur. Los republicanos lanzaron una gran ofensiva en el frente del Ebro, que resultó en aproximadamente 60.000 bajas y un desgaste irreparable para sus fuerzas.
Cuarta fase: La Campaña de Cataluña y el fin de la Guerra (hasta marzo de 1939)
Las tropas nacionales desplegaron todos sus medios hasta lograr la toma de Barcelona. Esto provocó la huida de Manuel Azaña y el exilio de la mayor parte del gobierno republicano a Francia. Finalmente, las fuerzas franquistas tomaron Madrid, y la guerra finalizó oficialmente el 1 de abril de 1939.
Evolución Política de las Zonas
Zona Republicana
Tras el gobierno de Largo Caballero, que incluyó ministros del PSOE, PCE, Izquierda Republicana y grupos nacionalistas vascos y catalanes, se incorporaron también dirigentes anarquistas como Federica Montseny, la primera mujer ministra en la historia de España. Dentro de esta zona, coexistieron dos modelos enfrentados: los anarquistas, que emprendieron la colectivización de tierras y fábricas, y el PSOE y PCE, que eran partidarios de un gobierno centralizado y una mayor militarización.
Zona Nacional
Franco emergió como el jefe supremo de los ejércitos sublevados. Sus éxitos militares y la unificación forzada de falangistas y carlistas (FET y de las JONS) le permitieron establecer las bases de una dictadura. Franco concentró en su persona los poderes legislativo, ejecutivo y judicial. Estableció la censura, un estricto control sobre las organizaciones patronales y obreras, y restauró un estado confesional que volvió a financiar a la Iglesia Católica. Se eliminó el derecho al divorcio y al matrimonio civil, consolidando así el Nacional-catolicismo como pilar ideológico del nuevo régimen.
Conclusión
La Guerra Civil Española dejó un saldo devastador: aproximadamente 300.000 muertos, un gran número de exiliados y miles de prisioneros políticos. La dictadura franquista prolongó durante décadas las ejecuciones, los encarcelamientos y la reclusión en campos de concentración, con un trágico balance de muertes a causa del hambre, las enfermedades y los maltratos. Una parte significativa de los exiliados se dirigió a Francia y otra a México, incluyendo a destacados catedráticos, escritores y artistas. Los represaliados fueron condenados a trabajos forzados; a los profesores, por ejemplo, se les expulsó de la administración pública con el objetivo de erradicar la enseñanza laica. Los efectos económicos de la contienda fueron igualmente desastrosos, sumiendo al país en una profunda crisis. La profunda huella de la guerra y la voluntad de no volver a repetirla jamás promovieron, en la Transición, el llamado ‘pacto del olvido’ con el fin de evitar nuevas confrontaciones.