II República: Constitución de 1931, Democracia y Derechos Civiles (Discurso de la Diputada Clara Campoamor)
Análisis del discurso de Clara Campoamor
El texto proporcionado es un fragmento del discurso de Clara Campoamor, una de las defensoras más destacadas del voto femenino en la Segunda República española, pronunciado en las Cortes Constituyentes en 1931. Es una fuente histórica clave que ilustra el momento político y social en el que se elaboraba la Constitución de 1931, particularmente en lo relacionado con la incorporación del voto femenino en un contexto democrático.
En su discurso, Campoamor argumenta en varios puntos clave:
- Llamado a la conciencia democrática: Sostiene que el voto de la mujer no representa un peligro para la República, sino que, por el contrario, es un acto de justicia y de fortalecimiento del sistema democrático.
- Responsabilidad compartida: Enfatiza que la política debe ser cosa de todos, hombres y mujeres, ya que ambos géneros comparten la responsabilidad de la sociedad.
- Denuncia de prejuicios: Expone los prejuicios existentes contra la mujer en la esfera política.
- Advertencia: Alerta sobre las consecuencias negativas de no otorgar el voto a las mujeres.
A través de su intervención, Campoamor subraya la importancia de reconocer los derechos de la mujer para consolidar una verdadera democracia.
Este discurso refleja una lucha por la igualdad de derechos y la inclusión de la mujer en la vida política, un tema central en la Constitución de 1931, que finalmente otorgó el sufragio femenino.
La Constitución de 1931: Avances y Características
La Constitución de 1931, aprobada durante la Segunda República española, es considerada una de las más avanzadas de su época debido a su carácter democrático, progresista y laico, así como a los avances significativos que propuso en relación con los derechos civiles y políticos.
Una de las características más destacadas de esta Constitución fue la consagración del sufragio universal, sin distinción de sexo, lo que permitió que las mujeres pudieran votar y ser elegidas como diputadas, algo que se logró gracias a la lucha de personas como Clara Campoamor. Este derecho al voto femenino fue un hito en la historia de España y alineó al país con otras naciones europeas que ya habían adoptado el sufragio universal.
En cuanto a la organización del Estado, la Constitución de 1931 definió a España como una «República democrática de trabajadores de toda clase«, un modelo de Estado republicano, laico y progresista que rompió con el sistema monárquico y aristocrático del pasado. También incluyó el reconocimiento de la autonomía regional, estableciendo la posibilidad de crear gobiernos autónomos en algunas regiones del país.
Además, la Constitución garantizaba una serie de derechos sociales, económicos y políticos fundamentales:
- Derechos sociales y económicos:
- Derecho al trabajo.
- Jornada laboral limitada.
- Educación laica y gratuita.
- Asistencia médica.
- Prestaciones sociales (pensiones por vejez o invalidez).
- Derechos políticos:
- Libertad de expresión.
- Derecho de reunión y manifestación.
- Separación Iglesia-Estado, marcando una clara ruptura con el pasado autoritario de España.
Otro aspecto importante fue la creación de un Tribunal de Garantías Constitucionales, destinado a velar por el cumplimiento de los derechos establecidos en la Carta Magna y asegurar la independencia de los poderes del Estado. Este enfoque hacia la protección de los derechos y la consolidación de un sistema democrático reflejaba una visión moderna y avanzada para su tiempo.
En resumen, la Constitución de 1931 fue un avance significativo hacia una sociedad más igualitaria y democrática, poniendo en práctica principios de justicia social, derechos civiles y la laicidad del Estado. A pesar de que su vigencia fue corta debido a la Guerra Civil, dejó una huella duradera en la historia constitucional de España y su proyección como referente para el exilio republicano.
Formación del Frente Popular hasta el Golpe de Estado de 1936
Contexto Inmediato al Inicio de la Guerra Civil Española (1936)
El discurso de Juan Negrín pronunciado en el Council of Foreign Relations en Nueva York, el 8 de mayo de 1939, nos ofrece una visión crítica sobre los acontecimientos que llevaron al estallido de la Guerra Civil Española. En este discurso, Negrín se refiere al contexto político y social de España entre 1931 y 1936, un periodo marcado por la alternancia de gobiernos liberales y conservadores. A pesar de esta alternancia, el gobierno republicano de la Segunda República se vio envuelto en una creciente polarización política, especialmente después de las elecciones generales de febrero de 1936.
Las elecciones de 1936, organizadas por un gobierno derechista, resultaron en una inesperada victoria para los republicanos y la izquierda, lo que generó un fuerte rechazo en los sectores más conservadores y fascistas del país. A partir de ese momento, se desató una ola de violencia, sabotajes y persecuciones por parte de los elementos reaccionarios, mientras que el gobierno republicano adoptó una postura de tolerancia, lo que provocó represalias de los sectores más radicalizados de la izquierda. Negrín menciona el asesinato de Calvo Sotelo, líder de la derecha monárquica y fascista, que muchos consideraron un pretexto para justificar el golpe de Estado de julio de 1936. Sin embargo, el propio Negrín afirma que el levantamiento militar ya estaba preparado con anterioridad y que su propósito era instaurar un régimen autoritario y totalitario en España.
Contexto Histórico General de la Guerra Civil Española
La Guerra Civil Española de 1936 fue el resultado de una serie de factores nacionales e internacionales que llevaron a una polarización extrema dentro de la sociedad española. En el contexto internacional, Europa estaba inmersa en la creciente radicalización política de los años 30, producto de la crisis económica de 1929 y el ascenso del fascismo y el nazismo en países como Italia y Alemania. Estos movimientos fascistas fueron vistos como una amenaza por sectores de la sociedad española, especialmente por las fuerzas de izquierda, que temían la expansión de estas ideologías en su país.
A nivel nacional, la Segunda República vivió una situación de inestabilidad política y social. Los gobiernos republicanos fueron incapaces de implementar reformas profundas que resolvieran las demandas sociales de las clases trabajadoras y populares, lo que generó un descontento generalizado. La sociedad española estaba profundamente dividida entre la izquierda y la derecha, lo que dificultaba cualquier intento de conciliación. Esta polarización se exacerbó con la formación del Frente Popular, una coalición de fuerzas de izquierda que, a pesar de su victoria electoral en 1936, se enfrentó a una feroz oposición por parte de la derecha, que veía en sus reformas un ataque a sus intereses.
Desde antes de las elecciones de 1936, un grupo de militares, encabezados por el general Emilio Mola, comenzó a conspirar para derrocar al gobierno republicano en caso de que la izquierda ganara las elecciones. Estos militares recibieron el apoyo de sectores civiles conservadores, como la Iglesia Católica, los grandes terratenientes y parte de la burguesía. La creciente violencia política y los enfrentamientos entre grupos de extrema izquierda y derecha aumentaron la tensión, creando un clima de inseguridad y desconfianza.
Finalmente, en julio de 1936, el levantamiento militar liderado por Mola y otros generales dio lugar a la Guerra Civil. Aunque el golpe no logró tomar el control de todo el país, dividió España en dos bandos enfrentados: los republicanos, que defendían el gobierno legítimo, y los nacionales, que buscaban instaurar un régimen fascista. La Guerra Civil Española fue, por tanto, la consecuencia inevitable de la polarización política y social que había estado gestándose durante años, y el fracaso parcial del golpe de Estado exacerbó este conflicto.
En resumen, la Guerra Civil Española fue el resultado de una combinación de factores, tanto internos como externos, que desestabilizaron la Segunda República. La radicalización de la política, la oposición de la derecha a las reformas del Frente Popular y la intervención de potencias extranjeras contribuyeron a un conflicto que dividió al país y preparó el terreno para una lucha a muerte entre fuerzas democráticas y fascistas.
El Aislamiento Internacional de España (1939-1959) y sus Consecuencias
Análisis de la Resolución de la ONU de 1946
El texto proporcionado es una resolución oficial de la Asamblea General de las Naciones Unidas, emitida el 12 de diciembre de 1946. En cuanto a su forma, se trata de un texto jurídico-político con el objetivo de condenar al régimen de Franco y justificar su aislamiento internacional. El contexto histórico de la resolución es fundamental, ya que se sitúa en los primeros años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, durante la fase inicial de la Guerra Fría, donde las potencias democráticas buscaban reorganizar el orden mundial y eliminar las huellas del fascismo.
Este documento tiene como autor a la Asamblea General de la ONU y está dirigido principalmente al gobierno de Franco, aunque también se orienta a los Estados miembros de la ONU, a quienes se insta a actuar en consecuencia con las recomendaciones presentadas. La finalidad de la resolución es condenar la naturaleza del régimen franquista, acusándolo de fascista y de haber colaborado con las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, lo que lo convierte en un régimen que no representa los intereses del pueblo español. La ONU recomienda que no se permita al gobierno de Franco participar en los organismos internacionales hasta que se forme un gobierno democrático en España.
El contenido del texto se estructura en dos partes principales. En el primer párrafo, se acusa al régimen de Franco de ser fascista, respaldado por la ayuda de la Alemania nazi y la Italia fascista, lo que lo vincula ideológicamente con esos regímenes. En el segundo párrafo, se destaca el apoyo que Franco brindó a las potencias del Eje durante la guerra, como la creación de la División Azul, que combatió junto al ejército nazi en Rusia. También se subraya la exportación clandestina de wolframio a Alemania, un mineral crucial para la industria bélica alemana. Finalmente, el texto concluye con un llamado a la creación de un nuevo gobierno en España, elegido libremente por el pueblo, que respete las libertades fundamentales, como la libertad de expresión, religión y reunión.
Impacto de la Resolución: Relaciones Exteriores y Política Interna
La resolución de la ONU de 1946 marcó el inicio de un aislamiento internacional para el régimen de Franco. La comunidad internacional, especialmente los países democráticos, rechazaron al gobierno de Franco y, en consecuencia, España quedó excluida de los beneficios del Plan Marshall, el programa de ayuda económica destinado a la reconstrucción de Europa tras la Segunda Guerra Mundial. La única excepción en este contexto fue Argentina, que mantuvo relaciones con el régimen franquista. Este aislamiento, sumado a las consecuencias de la Guerra Civil y la falta de apoyo internacional, obligó al gobierno de Franco a adoptar una política económica autárquica, buscando la autosuficiencia y la intervención estatal para controlar la economía, lo que dio lugar a una grave escasez de productos básicos, un sistema de racionamiento que duró hasta 1951, y el auge del mercado negro o “estraperlo”.
Sin embargo, a partir de finales de la década de 1940, el contexto internacional comenzó a cambiar. La Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética provocó que Estados Unidos buscara aliados en Europa para frenar la expansión comunista. Ante esta situación, el régimen de Franco, en una posición de debilidad, ofreció su territorio para establecer bases militares estadounidenses. En 1953, España firmó los Pactos de Madrid con Estados Unidos, lo que permitió que el país rompiera parcialmente su aislamiento internacional. A cambio de ceder bases militares en su territorio, España recibió ayuda económica y militar de los Estados Unidos, lo que marcó un cambio en las relaciones exteriores y permitió al régimen franquista empezar a integrarse de nuevo en el sistema internacional.
Este cambio de enfoque también tuvo repercusiones a nivel interno. A partir de 1957, España se encontraba en una grave crisis económica, por lo que Franco llevó a cabo una remodelación del gobierno e incorporó tecnócratas, muchos de ellos vinculados al Opus Dei, como nuevos ministros. En este contexto, se aprobó el Plan de Estabilización entre 1957 y 1959, que abandonó en parte la autarquía y permitió la modernización de la economía. Además, en 1959, la visita a España del presidente estadounidense Eisenhower consolidó la relación con Estados Unidos, ayudando a mejorar la imagen del régimen en el contexto internacional y contribuyendo al fin del aislamiento de España.
Este cambio en la política exterior y la modernización económica en los años posteriores a 1953 marcaron el fin de un periodo de aislamiento para el régimen de Franco, que comenzó a integrarse de nuevo en las instituciones internacionales, aunque de manera limitada. Sin embargo, la relación con Estados Unidos y la firma de acuerdos clave fueron esenciales para la evolución de la política exterior de España hasta 1959.
La Oposición Democrática al Franquismo: Exilio y Represión
Análisis sobre la Represión Franquista en Canarias
El texto es una fuente secundaria, de carácter histórico, escrita por Aarón León Álvarez, historiador tinerfeño, con el objetivo de mostrar cómo la represión franquista en Canarias se convirtió en un pilar fundamental para la consolidación del régimen. El texto fue publicado en 2015 en el libro La represión franquista en Canarias y está dirigido a historiadores, politólogos e interesados en la historia contemporánea. En el fragmento se analiza cómo el régimen franquista se sustentó en la violencia desde sus orígenes, buscando desmantelar las organizaciones del movimiento obrero, eliminar a los opositores y mantener un control total sobre la sociedad canaria. La represión no solo fue física, sino también económica, social, cultural y moral, y estuvo presente durante los años posteriores a la Guerra Civil. Participaron en la represión militares, falangistas, guardias civiles y colaboradores civiles. El objetivo de la represión era llevar a cabo una «limpieza social» para lograr la reeducación de la sociedad y consolidar el régimen. Como consecuencia, los canarios sufrieron muerte, exilio e integración forzosa al nuevo régimen.
Mecanismos de Represión Institucional y Resistencia
La represión franquista se justificó como una medida para evitar cualquier tipo de oposición que pudiera amenazar la estabilidad del régimen. Para llevarla a cabo, se promulgó una serie de leyes como la Ley de Responsabilidades Políticas, la Ley de Depuración de Funcionarios, la Ley de Represión de la Masonería y el Comunismo, y la Ley de Seguridad del Estado, que daban al régimen la autoridad para perseguir y castigar a los opositores. Los tribunales militares, especialmente los Consejos de Guerra, jugaron un papel central en la ejecución de la represión. En 1964 se creó el Tribunal de Orden Público (TOP), que se encargó de juzgar delitos políticos no violentos, como huelgas o manifestaciones.
El resultado de estas medidas fue devastador: más de 100,000 personas fueron ejecutadas, y medio millón de personas se exiliaron. Además, miles de funcionarios y trabajadores fueron depurados, y se incautaron los bienes de los exiliados y de los partidos y sindicatos republicanos. Cualquier persona sospechosa de ser opositora al régimen podía ser detenida, torturada o encarcelada.
A pesar de esta brutal represión, la oposición no desapareció. En los años 40, los maquis mantuvieron la resistencia en las zonas montañosas, y en 1944 se intentó la «Operación Reconquista de España» para derrocar el franquismo desde el exilio, aunque fracasó. En los años 50, la oposición se trasladó a las universidades, donde los estudiantes exigían reformas políticas y mayor libertad. El régimen respondió intensificando la represión, especialmente contra los estudiantes.
Decadencia del Franquismo y Opciones Políticas tras la Muerte de Franco
Reflexión Histórica sobre la Decadencia del Régimen
El texto de Pere Ysàs es una reflexión histórica sobre la decadencia del franquismo a medida que se acerca la muerte de Franco, con el aumento de la disidencia en la sociedad española. A través de un análisis crítico, Ysàs destaca cómo, a pesar de los esfuerzos continuos del régimen y las dificultades internas, la oposición al franquismo se fortaleció debido a los cambios sociales, culturales y económicos en España. En particular, subraya cómo la sociedad española comenzó a ser más receptiva a las influencias externas, especialmente las provenientes de Europa, lo que contribuyó a la creciente resistencia. El autor enfatiza que aunque Franco falleció en 1975, la salud política del régimen estaba tan deteriorada como su salud física, mostrando que, a pesar de los intentos por mantener el control, la dictadura estaba condenada a la crisis.
Crisis Política del Tardofraquismo y Escenarios Post-Franco
A partir de la década de 1970, el régimen franquista entró en una profunda crisis, especialmente marcada por la subida de los precios del petróleo en 1973, que afectó gravemente a la economía española. Esta crisis, junto con un fuerte aumento de la conflictividad social y laboral, hizo evidente el declive del franquismo. Además, la violencia política se intensificó, con atentados terroristas de grupos como ETA, que culminaron en el asesinato de Luis Carrero Blanco en 1973, un golpe mortal para la estabilidad del régimen. La descolonización africana también dejó a España atrapada en una situación internacionalmente delicada, especialmente con la pérdida del Sahara, que fue entregado a Marruecos y Mauritania en 1975, tras la Marcha Verde. El estado de salud de Franco empeoró, y en 1974 delegó temporalmente sus funciones en el príncipe Juan Carlos, lo que generó un creciente enfrentamiento interno entre los sectores del régimen que buscaban una continuidad sin cambios y aquellos que deseaban una apertura política.
Tras la muerte de Franco en 1975, España se encontraba ante tres posibles opciones políticas:
- Continuidad del franquismo: Defendida por los sectores inmovilistas del régimen.
- Reforma del régimen: Una transición hacia una democracia dentro de la legalidad de las leyes franquistas, impulsada por los aperturistas como el rey Juan Carlos I y Adolfo Suárez.
- Ruptura total con el pasado franquista: Propugnada por la oposición democrática, que buscaba un cambio radical hacia la democracia y formó la Coordinación Democrática con el objetivo de establecer un gobierno provisional y convocar elecciones libres.
La transición hacia la democracia fue un proceso complejo, pero se aceleró por el deseo de evitar un colapso total del país y por el creciente consenso entre los sectores reformistas del régimen y la oposición democrática.
Los Comienzos de la Democracia y sus Desafíos (1978-1986)
Análisis del Discurso de Investidura de Felipe González (1982)
El texto corresponde al discurso de investidura de Felipe González, realizado el 30 de noviembre de 1982, tras su victoria electoral en las elecciones generales de ese año. Este discurso tiene carácter político, ya que expresa las bases del programa del gobierno socialista que comenzaría a gobernar España. Felipe González, en su discurso, subraya su compromiso con la legalidad y la Constitución española, dejando claro que su gobierno no permitirá ninguna violación de la ley, aludiendo a la violencia y al chantaje como elementos que no desviarán su objetivo de cumplir la norma fundamental del país. También se destaca la importancia de la integración de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), como uno de los grandes objetivos de su gobierno, lo que implicaba superar los obstáculos y trabajar arduamente para que España se convirtiera en miembro pleno. Por otro lado, el discurso también menciona la relación con Estados Unidos, resaltando que el gobierno de Felipe González revisará los términos de cooperación en defensa y seguridad, haciendo referencia a la OTAN y comprometiéndose a proteger los intereses del pueblo español. Este discurso se produce en un contexto difícil, marcado por la crisis económica, la violencia terrorista y la necesidad de consolidar la democracia en un país que acababa de dejar atrás décadas de dictadura.
Principales Desafíos Políticos de España a Principios de los Ochenta
A principios de los años 80, España enfrentaba varios desafíos políticos que marcaron la etapa de la Transición y los primeros años de democracia. Estos se pueden agrupar en:
- Problemas internos:
- La resistencia de sectores del ejército al proceso de democratización, manifestada en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 (23-F). Este episodio evidenció el talante antidemocrático de algunos sectores militares y las debilidades del gobierno.
- Una etapa de violencia extrema, conocida como los «años de plomo«, donde el terrorismo de ETA y los grupos de extrema derecha como Guerrilleros de Cristo Rey y Fuerza Nueva pusieron en jaque la estabilidad del país.
- La violencia política estuvo acompañada de represión estatal, como se evidenció en episodios como el Caso Almería y las muertes durante las manifestaciones, lo que generó una creciente desconfianza hacia las instituciones.
- Problemas externos:
- Dificultades para ingresar en la Comunidad Económica Europea (CEE), debido a la reticencia de algunos países europeos, como Francia, que temían la competencia agrícola.
- La entrada en la OTAN fue un tema conflictivo. Aunque el PSOE había prometido en su campaña un referéndum para retirar a España de la organización, el gobierno de Felipe González se vio obligado a cambiar de postura bajo la presión de sus socios europeos, lo que llevó a la convocatoria de un referéndum en 1986 para decidir si España permanecía en la OTAN.
A pesar de todos estos desafíos, la movilización social, mediante huelgas, manifestaciones y actos culturales, desempeñó un papel crucial en la consolidación de la democracia y el reconocimiento de los derechos fundamentales en el país.