Felipe II: Política, Conflictos y Expansión del Imperio Español

Felipe II (1556-1598)

Tras la abdicación de Carlos V, su hijo Felipe no heredó el título imperial, pero aún así se convirtió en el monarca más poderoso de la época. Aumentó sus posesiones en 1580 tras la muerte del rey de Portugal sin descendencia directa, lo que le convirtió en legítimo heredero por ser hijo de Isabel de Portugal.

Política interior

Felipe II optó por un gobierno personalista, asumió responsabilidades gubernativas y propició el imperio Hispánico. También comenzó una administración pública moderna. Estableció la Corte en Madrid en 1561, lo que acabó con la corte itinerante típica en el medievo.

Rebelión de las Alpujarras

Los moriscos representaban más de la mitad de la población de Granada. En 1567, un decreto les prohibía el uso de su lengua y limitaba su religión. Esto provocó un malestar y estalló la rebelión en 1568 en la ciudad de Granada, pero se extendió hasta la sierra de las Alpujarras. En 1569, Felipe II mandó un ejército de 50.000 hombres para sofocar la revuelta. En 1570, se puso fin a la rebelión y se decretó la dispersión de los moriscos por toda Castilla.

Alteraciones de Aragón

Durante su reinado, Felipe II trató de fortalecer su autoridad en Aragón. Sin embargo, Antonio Pérez, su secretario, le traicionó y desencadenó el enfrentamiento entre él y la justicia de Aragón. Tras descubrir las manipulaciones de Antonio Pérez, lo mandó a encarcelar, pero huyó de allí a Aragón. Tras recurrir a la Inquisición para que lo detuvieran, un motín popular se opone a tal detención, por lo que Felipe II envió un ejército para sofocarlo y el justicia mayor Lanuza les acusa de contrafuero. A pesar de esto, el ejército entró y ajustició a Lanuza. Antonio Pérez finalmente huyó a Francia.

Política exterior de Felipe II

Se centró en proteger su imperio y la unidad religiosa.

Enfrentamiento con Francia

En 1556, el conflicto se reanuda, derrotando a Francia en San Quintín (1557). Francia buscará a partir de entonces la paz, que llegó en 1559 con la paz de Cateau-Cambrésis. El resultado de la paz fue el matrimonio de Felipe II con Isabel de Valois, hija del monarca francés.

La rebelión de los Países Bajos

La guerra en los Países Bajos fue el mayor problema de Felipe II. Se originó por el descontento de los sectores burgueses ante los fuertes impuestos, por el surgimiento de un sentimiento nacionalista, y por el conflicto religioso. La primera rebelión se produjo en la región de Flandes en 1566 y contó con el apoyo de Francia e Inglaterra, deseosas de minar el poder de la corona española. Felipe II envió a los tercios con sus mejores generales al frente: el Duque de Alba, Juan de Austria y Alejandro Farnesio, que ejercieron una dura represión. Finalmente, en 1579, el sur de los Países Bajos aceptó la obediencia a Felipe II, pero el norte, las futuras Provincias Unidas de Holanda, mayoritariamente calvinistas, continuaron la lucha por la independencia. La rebelión nunca fue controlada y Felipe II acabó designando a su hija gobernadora con derecho a sucesión. Pero al no tener ésta descendencia, los Países Bajos revirtieron a la corona española en el siglo XVII y se reabrió el conflicto.

Ofensiva contra los turcos para la defensa del Mediterráneo

Los dominios en Italia obligaban a España a estar vigilante ante la amenaza turca. Por ello, la monarquía hispánica, Venecia y la Santa Sede formaron en 1570 la Liga Santa, y firmaron una flota que se enfrentó a los turcos en las costas griegas de Lepanto, victoria que frenó el avance turco. A partir de ahora el océano Atlántico cobrará importancia y allí tendrán lugar grandes batallas contra ingleses y holandeses.

Portugal y la Unión Ibérica

Las relaciones hispano-portuguesas habían sido tensas durante el siglo XV por la expansión por el Atlántico, pero parecieron normalizarse con el matrimonio de Carlos I con su prima Isabel de Portugal y con el de Felipe II con su prima María Manuela de Portugal. En 1579, D. Sebastián, rey de Portugal, muere en Marruecos, en la batalla de Alcazarquivir, sin descendencia y se abre el período sucesorio. Felipe II participa alegando sus derechos como nieto del rey Manuel I e hijo de una infanta portuguesa. Pero los portugueses no ven clara esta candidatura al considerarla perjudicial para sus intereses económicos y coloniales, ya que quedarían supeditados a un rey castellano. Felipe II ordena al Duque de Alba la invasión de Portugal. Las Cortes portuguesas le proclaman rey en 1581 y él se compromete a respetar las leyes y costumbres portuguesas. Entre 1581 y 1648 se mantiene la unión ibérica, que nunca satisfizo a los portugueses, que van a intentar recuperar su independencia por todos los medios a su alcance. Con esta unión el Imperio de Felipe II se incrementa al incorporar también todo el imperio portugués. Podía controlar el Atlántico frente a los avances ingleses, pero no fue posible tras el fracaso de la Armada Invencible.

Las relaciones con Inglaterra

El triunfo del anglicanismo durante el reinado de Isabel I pone fin a las buenas relaciones hispano-inglesas. Además, Inglaterra, en crecimiento demográfico y económico, quiere participar en el mercado colonial en el que Felipe II tiene el monopolio. Inglaterra ayuda a los sublevados flamencos y concede patente de corso a Sir Francis Drake para atacar a la flota hispana que iba y venía de América. En 1588, Felipe II plantea la Armada Invencible para invadir Inglaterra. Fue un auténtico fracaso y la primera gran derrota de la hasta entonces invencible monarquía hispánica. La paz con Inglaterra no llegó hasta 1604 con Felipe III.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *