La Caída del Antiguo Régimen en España: Guerra de Independencia y Constitución de 1812

La Crisis del Antiguo Régimen

Durante la Edad Moderna, Europa se había sustentado en tres pilares: monarquía absoluta, sociedad estamental y economía agrícola de subsistencia. Se trata del sistema conocido como Antiguo Régimen. Este sistema va perdiendo su solidez a lo largo del siglo XVIII debido a una serie de factores entre los que cabe destacar el ascenso de la burguesía y la aparición de nuevas actividades económicas desligadas de la tierra, la difusión de las ideas de la Ilustración, la sucesión de crisis de subsistencia y la mala administración de los monarcas.

En España, esta crisis del Antiguo Régimen se gesta en el reinado de Carlos IV y tiene su punto culminante en la Guerra de la Independencia. Su reinado estuvo marcado por frecuentes crisis a nivel internacional e internas.

Política Exterior de Carlos IV

La política exterior de Carlos IV, en la que jugó un papel muy destacado su primer ministro Manuel Godoy, pasó por dos fases:

  • La primera fase estuvo determinada por el impacto de la Revolución Francesa y por la declaración de guerra a Francia.
  • La segunda fase se caracterizó por la amistad con Francia y el enfriamiento de relaciones con Gran Bretaña.

En 1807 Francia y España firmaron el Tratado de Fontainebleau. En él se acordó la invasión y reparto de Portugal entre ambos países. Para ello, se permitía el paso de las tropas francesas por nuestro territorio. Tras su ocupación, una parte de Portugal sería entregada a Godoy. Pero hubo un cambio de planes: el proyecto inicial de ocupación de Portugal se convertiría en otro de ocupación peninsular.

Política Interna de Carlos IV

La política interna se caracteriza por la bancarrota financiera. Para solucionarla se acudió a los préstamos de bancos extranjeros, la emisión de valores reales y a las desamortizaciones de bienes eclesiásticos. Todo ello supuso el creciente descontento de la burguesía, nobleza, clero y las clases populares.

El Motín de Aranjuez y las Abdicaciones de Bayona

La creciente oposición interna contra Carlos IV puso sus esperanzas en el príncipe Fernando. En marzo de 1808 los partidarios de Fernando, ante el traslado de la familia real, protagonizaron el Motín de Aranjuez y lograron la detención de Godoy y la abdicación del rey a favor de su hijo.

Pero Napoleón lograría obtener el trono de España, tras conseguir en las Abdicaciones de Bayona las sucesivas renuncias de Fernando y Carlos, y lo cedió a su hermano José, quien se convirtió en el nuevo rey de España.

El Levantamiento del 2 de Mayo

Ante la llegada de las tropas francesas a España, el país respondió con el levantamiento popular del 2 de Mayo de 1808 en Madrid. Los ejércitos de Murat aplastaron todo conato de resistencia y llevaron a cabo una brutal represión. Era el comienzo de la Guerra de la Independencia.

Guerra de la Independencia

Tras el inicio de la rebelión contra los franceses en Madrid, la insurrección se extendió al resto del país.

Durante el conflicto se produjeron a la vez dos fenómenos distintos:

  • La guerra contra el ejército francés en defensa de la independencia.
  • La reorganización política del país según los principios del liberalismo.

La guerra se desarrolló en tres fases:

  • La primera aconteció entre el fracasado levantamiento del 2 de Mayo y noviembre de 1808. Los franceses intentaron ocupar las principales vías de comunicación pero se toparon con una resistencia que se generalizaba por toda España. En la Batalla de Bailén, el General Dupont, frente al general Castaños, sufrió la primera derrota de un ejército napoleónico en campo abierto. Además, en agosto, las tropas inglesas al mando del general Wellington desembarcaron para apoyar a los españoles contra el invasor francés.
  • La segunda fase transcurrió entre finales de 1808 y 1812. Napoleón acudió a España con un poderoso ejército y obtuvo importantes victorias. Solo Cádiz quedó libre de la ocupación. Esos éxitos lo llevaron a retirarse sin concluir la conquista peninsular, tarea que dejó en manos de su hermano, José I. Comenzó una fase de desgaste: la resistencia española se organizó en guerrillas, una nueva forma de lucha caracterizada por la actuación de pequeños grupos de combatientes que realizaban ataques rápidos y por sorpresa a los enemigos.
  • La tercera fase se inició en la primavera de 1812, aprovechando la superioridad numérica del ejército anglo-español ante la retirada de parte del ejército francés. Las sucesivas victorias obligaron a José I a abandonar España y a Napoleón a firmar el Tratado de Valençay, por el que se acordó la paz y el reconocimiento de Fernando VII como legítimo rey de España. Como consecuencia de la Guerra, España sufrió unas pérdidas demográficas muy elevadas y, a nivel internacional, se puso en marcha el proceso independentista en las colonias de América.

Cortes de Cádiz

Desde 1808, ante la ausencia de autoridad por las Abdicaciones de Bayona y la negativa a aceptar al nuevo rey José I, el pueblo español en su conjunto asumió la soberanía. Se crearon las Juntas, que declararon actuar en nombre del rey y se convirtieron en un poder paralelo al de la nueva monarquía.

Estuvieron compuestas por miembros de procedencia diversa. Tras las abdicaciones se crearon Juntas locales y provinciales. En septiembre de 1808 se formó la Junta Central del Reino, presidida por el conde de Floridablanca, asumiendo la regencia hasta que volviera Fernando VII al trono. Esta Junta estableció su sede primero en Aranjuez, luego en Sevilla y finalmente, ante el avance de las tropas francesas, en Cádiz. Su labor consistió en gobernar el país y en la convocatoria de una reunión extraordinaria de las Cortes del reino en Cádiz. Tras la convocatoria en enero de 1810, la Junta se disolvió y cedió sus poderes a una Regencia de cinco miembros hasta la celebración de las Cortes.

Fueron elegidos representantes de treinta y tres ciudades. Estos se trasladaron a Cádiz, quedando inaugurada la sesión el 24 de septiembre de 1810. Funcionaron hasta septiembre de 1813.

En su primera sesión aprobaron el principio de soberanía nacional, es decir, el reconocimiento de que el poder reside en el conjunto de los ciudadanos, representados en las Cortes.

Composición y Grupos Políticos

Las Cortes Generales estaban compuestas por 296 diputados. La ideología política era muy variada, aunque predominaban 3 grupos:

  • Los absolutistas o tradicionalistas: partidarios del Antiguo Régimen.
  • Los liberales: pretendían un régimen político basado en las ideas de la Revolución Francesa.
  • Los renovadores o jovellanistas: defendían algunas reformas políticas y sociales, pero sin perder la tradición.

Labor Legislativa de las Cortes

Las Cortes de Cádiz transformaron las estructuras sociales, económicas y políticas, mediante la promulgación de dos tipos de leyes: las que liquidaban los fundamentos del Antiguo Régimen y las que diseñaban un nuevo Estado, reflejado en la Constitución de 1812.

Para acabar con el Antiguo Régimen, se aprobaron dos tipos de medidas. Unas de carácter político, con la intención de suprimir el absolutismo y establecer una Constitución. Y otras de carácter social, cuyo objetivo era erradicar la sociedad estamental y los privilegios. Las Cortes aprobaron también medidas de carácter económico y social.

Las más destacadas fueron:

  • Desamortización.
  • Supresión del régimen señorial (la dependencia que tenían los campesinos con respecto a los señores).
  • Libertad de trabajo y de contratos.
  • Supresión de la Inquisición.

Constitución de 1812

La Constitución de 1812 logró desmontar el sistema político del Antiguo Régimen con el nacimiento del Estado Liberal y el comienzo del constitucionalismo. Se promulgó el 19 de marzo de 1812, hecho por el que es conocida popularmente con el nombre de “La Pepa”. Puede ser considerada como ejemplo de conciliación entre liberales y absolutistas.

Principios Fundamentales de la Constitución de 1812

Sus principios básicos son:

  • Soberanía nacional: el poder político pertenecía a la nación española en su conjunto.
  • División de poderes: el poder legislativo residía en las Cortes, el ejecutivo en el rey y sus ministros y el judicial en los tribunales. Además, se redujeron los poderes del rey.
  • Reconocimiento de derechos individuales: libertad de imprenta, derecho de propiedad, etc.
  • Igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
  • Sufragio universal masculino.
  • El catolicismo fue la religión oficial del Estado.

Conclusión

La Constitución de Cádiz de 1812 supuso una gran conquista histórica al plasmar en sus artículos un modelo de vida político y social que implicaba la desaparición del Antiguo Régimen y el reconocimiento a la burguesía de sus derechos sociales y políticos. Su vigencia fue corta, pues Fernando VII la abolió a su llegada. El Trienio Liberal (1820-1823) significó su restauración y, de nuevo, un breve periodo en 1836.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *