La hegemonia de la Union Liberal

Gobierno de Narváez (1863-1868)-excepto 65-66

Se trata de un gobierno moderado con un frecuente recurso de la fuerza asociado a la falta de apoyo y legitimidad, lo que desencadena una crisis política muy aguda y con una amplia oposición. Durante este periodo se produce un agotamiento del régimen tras la muerte de O’Donell y más tarde de Narváez.

  • Crisis económica y social:

    En 1866 estalla una crisis financiera debida a la crisis del ferrocarril debida a las inversiones no rentables, al hundimiento de la bolsa y a la bancarrota de la Hacienda Pública; Ese mismo año tiene lugar una crisis industrial del textil catalán debida a la guerra de Secesión en Estados Unidos. En 1868 tiene lugar una crisis de subsistencia debida a las malas cosechas de trigo y a las subidas de precios.
  • Crisis política:

    las protestas estudiantiles por la destitución de Castelar en 1865 dan lugar a la Noche de San Daniel, que acaban con una dura represión. La respuesta a la Revuelta de los

    Sargentos del Cuartel de San Gil (Villarejos) que pedían reformas del sistema político es la de los fusilamientos de los militares implicados.

Ante la descomposición y falta de legitimidad del poder se organiza una amplia oposición (demócratas, progresistas como Prim, unionistas como Serrano, republicanos, etc.). Estos firmaron en Bélgica el Pacto de Ostende (1866)

donde definen sus objetivos revolucionarios. El objetivo principal es acabar con el régimen en tres pasos:-Derrocamiento de Isabel II.-Formación de Cortes constituyentes por sufragio universal.-Papel necesario de la Unión Liberal.Para el gran acuerdo todas las partes tienen que ceder. Los demócratas ceden la forma de gobierno que decidan las Cortes, los progresistas acceden al sufragio universal y al derrocamiento de Isabel II. Por otra parte cada vez están más presentes en la acción política los dirigentes obreros.En 1868, nadie, excepto los moderados más radicales,  defendía la causa isabelina: la actitud dictatorial de los últimos jefes de gobierno (Narváez y González Bravo), crisis de subsistencia, crisis financiera, etc., presagiaban un cambio revolucionario.

EL TERRITORIO DE CASTILLA-LA MANCHA CON ISABEL II ■ I guerra carlista:

No tuvo mucho éxito el levantamiento carlista en CLM, si se formaron partidas guerrilleras, que en ocasiones actuaban como los bandoleros, de hecho sus cabecillas eran crueles y sanguinarios caso de Orejita o El Carabinero del Corral.

No tomaron ni una sola ciudad, pero se hicieron fuertes en las serranías castellano-manchegas, reactivándose cuando las expediciones nacionales de D. Carlos pasaban por CLM. Socialmente, el carlismo prendió en le clero, buena parte del campesinado, artesanado e hidalgos. Pero en general la región estuvo controlada por los liberales.

Como en casi toda España el Convenio de Vergara puso fin la Primera Guerra Carlista.

La nueva división provincial de Javier de Burgos

: La nueva división administrativa de Javier de Burgos (1833)

, estructuraba España en una serie de regiones, carentes de peso administrativo y en 49 provincias, verdadera clave para el asentamiento de lo que sería el Estado liberal. Las provincias quedaban en un punto intermedio entre el Estado y los municipios. Al frente de cada provincia quedaba el Gobernador Civil, representante del Estado en la provincia y con amplios poderes de todo tipo.

La Mancha, recibiría el nombre de Castilla La Nueva, estaba integrada por las provincias de Madrid, Toledo, Cuenca y Ciudad Real; Albacete quedaba ligado a Murcia, nombre también de la región. Se impuso también el criterio de que la provincia tuviese el nombre de su capital (excepto País Vasco y Navarra). Así, desaparece la provincia de  La Mancha y nace Ciudad Real, ello, no sin polémica, caso de Ciudad Real y Almagro o Albacete y Chinchilla.Posteriormente se produjeron ajustes:

  • En 1836 Villena deja de pertenecer a Albacete y pasa a formar parte de Alicante.
  • Villarrobledo deja de ser ciudadrealeño y pasa a ser municipio de Albacete

    .
  • Requena y Utiel pasan de Cuenca a Valencia.

En un nivel administrativo inferior, se crean partidos judiciales, con un municipio al frente, que ostenta la categoría de cabeza de partido judicial,, albergando los juzgados, notarías y registro de la propiedad.La división de la Administración de Justicia, dejaba a Castilla La Mancha dividida en dos Audiencias: la Audiencia de Albacete, de la que dependían Murcia, Ciudad Rea Cuenca y Albacete y la Audiencia de Madrid, de la que dependían Guadalajara, Toledo y Madrid.

Evolución del sistema político liberal durante el reinado de Isabel II

Durante la Guerra Carlista, se ponen de manifiesto las primeras actividades políticas en CLM, se trata en concreto de movimientos progresistas encaminados a derribar el Estatuto Real.El golpe de sargentos de LA Granja (1837) tiene su eco y apoyo en Ciudad Real y Albacete canalizado a través de las Juntas Directivas Constitucionales.

En los sucesivos accesos de progresistas al poder (Espartero, Bienio), la actitud de los castellano-manchegos es de notorio retraimiento y conformismo, siempre bajo control de las élites locales (políticos, nobles, militares y altos funcionarios,  con la colaboración del ejército y la Milicia Nacional).El republicanismo inicial se presenta en nuestra Región de la mano del periódico albaceteño El Defensor del Pueblo, y a partir de 1849, la aparición del Partido Demócrata, servirá para movilizar a los sectores descontentos con el progresismo y el moderantismo, éste, junto a  la Unión Liberal, marcaron los últimos años de la monarquía isabelina.





BIENIO PROGRESISTA (1854-1856) Y LA VUELTA AL MODERANTISMO(1856-1868)Bienio Progresista es el nombre con el que se conoce el breve periodo transcurrido entre julio de 1854 y julio de1856, durante el cual el Partido Progresista pretendió reformar el sistema político del reinado de Isabel II, dominado por el Partido Moderado desde 1843, profundizando en las características propias del régimen liberal, tras el derrumbe de los gobiernos moderados en la década anterior. Los antecedentes a este segundo periodo de reinado de Isabel II fueron el autoritarismo de Bravo Murillo y las revoluciones europeas de 1848. Bajo la influencia de estas revoluciones se produce un nuevo levantamiento progresista por parte de O’Donell y Domingo Dulce en Vicálvaro en 1854

. Paralelamente políticos progresistas y moderados elaboran el Manifiesto de Manzanares liderados por Cánovas del Castillo que reivindican el cumplimiento de la Constitución, la reforma de la Ley Electoral, la restauración de la Milicia Nacional, recuperar autonomía para los municipios o eliminar las «camarillas».

Acción de gobierno

  • Desde el principio van a recuperar los principios de la Constitución del 37, y se prepara una nueva para 1856 pero que nunca llegará a promulgarse.
  • En economía se desarrolla un ambicioso plan que responde a los intereses de la burguesía urbana y las clases medias. Además se lleva a cabo la Ley de desamortización de Madozafectando a bienes de Ayuntamiento, bienes del Estado, del clero y de las órdenes militares eliminando las tierras comunales con el objetivo de reducir la deuda pública, de crear tierras para pequeños propietarios y para financiar parte de la construcción del ferrocarril.Las consecuencias negativas las sufrieron los aldeanos de bajas rentas, ya que utilizaban las tierras comunales de los municipios para subsistir y, al quedar esas tierras en propiedad privada no las podrían utilizar además de no poder adquirirlas.En Castilla La Mancha esta desamortización expropió bienes municipales, repercutió gravemente, debido a que Toledo fue la cuarta provincia del país en bienes desamortizados seguida de Guadalajara.
  • Se promulga la nueva Ley General de Ferrocarriles (1855) por la que se daban grandes beneficios y privilegios a quienes invirtieran en la construcción del ferrocarril, puesto que  resultaba ser un medio de transporte  imprescindible al proceso de industrialización que se estaba desarrollando en España. Con esa ley los inversores extranjeros, especialmente  de Francia y Reino Unido, emplearon capitales en la construcción de vías férreas, relanzando además la actividad de los bancos.  Se construyeron más de 4500 km de vía férrea. Esta ley tiene como consecuencia la absorción de parte del capital que hubiera podido ir a la industrialización.
  • Finalmente se implantaron las leyes liberalizadoras de las Sociedades Anónimas y de los bancos que permitieran la expansión del sistema financiero para el desarrollo industrial.

Problemas de gobierno:

A pesar de esas medidas, el bienio fracasó en lo social

: epidemias de cólera, conflictividad laboral, alza de precios, etc. El pueblo se agita, con este panorama, el movimiento obrero y el sindicalismo dan sus primeros pasos en Barcelona. En 1855 se produce la primera Huelga General

. Al año siguiente, rechazada la Ley del Trabajo, se suceden los actos violentos. Además de producen rebrotes carlistas. Tiene lugar una crisis de gobierno por las desavenencias entre Espartero (jefe de gobierno) y O’Donell (ministro de guerra).Esta crisis acaba con la dimisión de Espartero y con O’Donell sustituyéndole y optando por la fuerza para sofocar levantamientos.

El bienio progresista  había fracasado.

Gobierno de Unión Liberal y moderados

En 1856 con la Unión Liberal de O’Donell vuelve cierta estabilidad al poder durante cinco años (1858-1863). Se trata de un partido bisagra que estuvo tanto en el surgimiento del Bienio como en la reacción moderada.

Se constituyó así un Gobierno presidido por O’Donnell;  era consciente de que el desarrollo y la creación de riqueza eran no sólo el camino para una España nueva, sino el mejor antídoto contra la revuelta social.

El ferrocarril comenzó su auténtica expansión a comienzos de la década de los sesenta, y la industria metalúrgica se benefició de la política de O’Donnell de construcción naval para dotar al país de una escuadra capaz de enfrentarse a las de las primeras potencias del mundo. Otras reformas de interés son  el primer censo (1857) y la ley de Instrucción Pública de Moyano  que estructura un sistema educativo que se mantendrá hasta el siglo XX. Así, fue la época dorada del ferrocarril, el crecimiento de los bancos, la expansión del textil catalán y el nacimiento de los Altos Hornos de Vizcaya.

O’Donell inició una política exterior activa, para fomentar el patriotismo popular, desviar la atención sobre los problemas internos y satisfacer a los sectores más activos del ejército. Durante este periodo se producen intervenciones en Marruecos (Wad-Ras), la Conchinchina, Méjico, Chile y Perú.

Estos años, sólo se vieron  alterados ocasionalmente por brotes de republicanismo,  manifestaciones de descontento social, como la revuelta campesina de  Loja (1861) y el nuevo levantamiento carlista encabezado por el conde Montemolin, fácilmente sofocado. Deserciones en el seno de la Unión Liberal y el desgaste natural provocado por su larga permanencia en el poder forzaron la dimisión de O’Donnell el 27 de febrero de 1863. La caída de O’Donnell, dio paso de nuevo a los moderados, que alternaron el poder con los unionistas hasta la caída de Isabel II en 1868.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *