Las consecuencias de la Ley General de Ferrocarriles de 1855

LA MAYORÍA DE EDAD DE ISABEL

Durante la mayoría de edad de Isabel II, ya desmantelado el antiguo régimen, se procedíó a la construcción del nuevo Estado liberal.
Podemos distinguir dentro de este periodo distintas fases: una década moderada, un bienio progresista, el gobierno de la uníón liberal.

La década moderada

En Noviembre de 1843, con solo 13 años, Isabel II fue proclamada reina. Su apoyo fundamental fue el general
Narváez, quien en Mayo de 1844 se hacía a cargo del gobierno.

Los moderados contaban con el respaldo de los oficiales más importantes del ejército. Las elecciones del 1844 supusieron el triunfo de los moderados.

La Constitución de 1845 va a sustituir a la de 1837 y representa la ideología de los moderados. Esta constitución recoge las ideas básicas del moderantismo: El poder ejecutivo reside en el rey, rechazo de la soberanía nacional y sustitución por la soberanía compartida del rey y las cortes, en cuanto al reconocimiento de derechos y libertades se reconocen los más básico, se reducía El derecho de voto al 1 % de población, se proclama la confesionalidad del Estado, se suprimía la milicia nacional y el juicio por jurados.

Se creó la guardia civil contra. A la desaparecida milicia nacional. Se promulgó un nuevo código penal. El ministro de hacienda, Alejandro Mon llevó acabo la reforma de hacienda. Se firmó además un concordato por el cual el Estado se comprometía a reservar una parte del presupuesto de los gastos eclesiásticos. De esta manera se normalizaban la relaciones del Estado liberal con la Iglesia Católica.

El autoritarismo de los gobiernos se fue incrementando, en la década de los 50, la suspensión de cortes fue habitual. A la oposición de los carlistas y progresistas se uníó el sector de izquierdas de los moderados y el partido demócrata, desgajado del ala izquierda de los progresistas..

La década se cerró con el gobierno de Juan Bravo Murillo, quien llevó acabo una amplia labor administrativa y hacendística.

Entre 1846 y 1849 se desarrolló en Cataluña la segunda guerra carlista. El pretexto fue la planeada boda entre Isabel II y el pretendiente carlista al trono (Carlos VI)

El bienio progresista

Los últimos años de la década moderada habían desembocado en una represión intensa hasta provocar la repulsa de los propios moderados. A la crisis política hay que añadir además la crisis económica.

La actitud del gobierno, partidario de reformar la Constitución para fortalecer más los poderes del ejecutivo en detrimento del parlamento, provoca el levantamiento de los progresistas y parte de los moderados. La revolución de 1854 se inició con un pronunciamiento militar por O’Donnell que solo buscaba un cambio de gobierno. La intervención del progresista abríó una fase de levantamiento popular que llevó a los sublevados a ampliar su programa.

El enfrentamiento se produjo entre las tropas de O’Donnell y las leales al gobierno. En la ciudades estallaron revueltas populares.

Los insurrectos en su huida hacia el sur proclamaron el manifiesto de Manzanares. En el se solicitaba la reforma de la ley electoral, la descentro de la la descentralización del poder estatal y el restablecimiento de la milicia nacional.

Tras estos sucesos, Isabel II encargó al general Espartero la formación de un nuevo gobierno al frente de los progresistas. Los progresistas, en coalición con los moderados aperturistas volvía al poder.

Durante este periodo, en 1856 se llegó a laborar una nueva constitución que no llego a promulgarse.

En 1855 se produce la culminación del proceso desamortizador , promovido por el ministro de hacienda, Pascual Madoz. Establecía la venta en subasta pública de toda clase de propiedades rústicas y urbanas pertenecientes al Estado, a la iglesia y a la propio municipio. Las consecuencias de esta segunda desamortización fue la eliminación de la propiedad comunal y eclesiástica.

También con el fin de impulsar un mercado de ámbito nacional se aprobaron normas como la ley de concesiones ferroviarias y leyes bancarias.

Durante el Siglo XIX en España, en otros países de Europa se pretendía impulsar el proceso de revolución industrial, que debería transformar la economía agraria en otra basada en el desarrollo de la industria y el comercio. El verdadero impulso se dió con la ley general de ferrocarriles. La ley dejaba a la iniciativa de compañías privadas la construcción y explotación de los diferentes tramos de red. Se le ofrecíó todo tipo de facilidades, entre ellas permitir la entrada de capital y material extranjero.

La revolución liberal burguesa supuso la transformación de la sociedad estamental en la actual sociedad de clases capitalistas.

A la inestabilidad política del periodo, por el frágil pacto entre progresistas y moderados hay que añadir la conflictividad social por huelga de obreros, especialmente violenta en Barcelona que culminaron en una huelga general en 1855.

Éstos conflictos provocar una crisis en el gobierno. O’Donnell sustituyó a Espartero como jefe de gobierno y se encargó de sofocar la revuelta.

El gobierno de la uníón liberal

La preocupación principal de los gobiernos liberales en esta etapa fue restaurar el orden y durante este periodo se produjo la alternancia en el gobierno de dos fuerzas políticas:-los moderados dirigido por Narváez.-la uníón liberal, nuevo partido creado por O’Donnell.

Los partidos extremistas permanecían al margen de la vida política.

El primer gobierno breve de O’Donnell se caracterizó por el retorno a las instituciones de la década moderada. La milicia nacional fue suspendida y se re implantó la Constitución de 1845, a la que se añadió el acta adicional, que ampliaba las libertades.

Se aprueba la ley Moyano que ordena y centraliza la instrucción pública de toda la nacíón.

La vuelta de O’Donnell y la uníón liberal al poder en 1858 hace imposible la reconstrucción de la unidad entre liberales y la alternancia política fue una etapa de relativa estabilidad política y social que coincidíó con un importante desarrollo económico.

Uno de los pilares de la uníón liberal fue la política exterior. Se llevan a cabo una serie intervenciones que buscan restaurar el prestigio de España en el exterior Y fomentar el nacionalismo entre la opinión pública.

El fracaso de la uníón liberal fue no ser capaz de crear una alternativa política y lograr La estabilidad social. En 1861 estalla una sublevación campesina en Loja que fue promovida por los republicanos, cuyo objetivo era el reparto de tierras.

En 1863, el gobierno de los unionistas fue incapaz de afrontar la oposición política de los progresistas, demócratas y republicanos y hacer frente a la crisis económica que empezaba afectar a la agricultura, la industria y a las finanzas.

La imposibilidad de los progresistas devolver pacíficamente el poder abre la vía del pronunciamiento militar. En 1866 el general Prim se subleva sin éxito.

En Agosto de 1866 las distintas fuerzas de oposición promoverán desde el exilio El pacto de Ostende, que recogía un programa de mínimos para acabar con el régimen y con la monarquía.

La muerte de O’Donnell en 1867 y de Narváez en 1868 deja la reina sin sus principales apoyos. A esto hay que añadir las recesión económica de 1868 y aumentó el descontento general

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