15.2. La consolidación del régimen. Las transformaciones económicas: De la autarquía al desarrollismo. Los cambios sociales. El crecimiento económico que experimentaban los países como Alemania, Francia y Bélgica permitió que numerosos parados españ

15.2. La consolidación del régimen (desde Febrero de 1957 hasta el gobierno que se nombra el 29 de Octubre de 1969).
Las transformaciones económicas: De la autarquía al desarrollismo. Los cambios sociales.En lo político, el periodo se caracterizó por el inmovilismo y el aumento de la oposición interna al régimen. Las reivindicaciones de democracia y libertad no fueron nunca escuchadas. El franquismo procuró buscar su legitimidad en los éxitos económicos alcanzados.A) La oposición al régimen franquista. La universidad, (desde 1964 hasta el final del régimen) vivíó en permanente protesta, reprimida policialmente.Desde 1939 sólo esporádicamente había surgido alguna protesta obrera, pero a partir de 1960 se multiplicaron las huelgas y manifestaciones, aunque eran ilegales. Surgieron las CC.OO (de inspiración comunista). En 1962 eran una fuerza sindical importante (ilegal) en las grandes industrias. Es en este período cuando se inicia un lento distanciamiento de la Iglesia. En 1968, la Conferencia de obispos criticó el sindicato único y defendíó la libre sindicación. El arzobispo Tarancón inició una moderada crítica al régimen. Fue también la época en la que aparecen los “curas obreros” (muchos de ellos afines al PCE), que se distanciaron de la Iglesia oficial y querían estar más cerca del pueblo.En 1959 se funda ETA como forma radicalizada del nacionalismo vasco. También crecíó la oposición democrática. En la reuníón de Múnich se reunieron personalidades políticas de distintas tendencias, manifestando su deseo de volver a la democracia. La respuesta de Franco fue siempre la represión, que se plasmó con la creación del TOP (Tribunal de Orden Público).B) Política interior. En 1966 se aprobó la Ley Orgánica del Estado, que pretendía dar una apariencia de normalidad al régimen. Fue sometida a referéndum: el régimen hizo una propaganda intensa a favor del sí. De acuerdo con esa ley, España era una “democracia orgánica”, de manera que cien representantes de las familias eran elegidos a Cortes, pero no se permitía que fuesen miembros de la oposición. La ley distinguíó entre las funciones de Jefe del Estado y del jefe del gobierno, aunque Franco tenía siempre la última palabra. Las leyes aprobadas por las Cortes no podían contradecir los Principios Fundamentales del Movimiento. Un complejo sistema de Consejos (del Reino, de Estado, de Regencia, de Cuentas) completaba el entramado institucional.Otro tema importante era la sucesión de Franco. Se descartó a don Juan, por su posición claramente favorable a la democracia. Sólo en 1969 fue designado sucesor oficialmente (don Juan Carlos) pero a condición de que acatase los principios del Movimiento Nacional al suceder a Franco.En 1966 se promulgó la ley Fraga: se suprimíó la censura previa de prensa, aunque los directores serían perseguidos si la publicación atacaba los principios del Movimiento Nacional.C) Política exterior. Durante este período se solicita el ingreso en las Comunidades Europeas, pero sólo se conseguiría un acuerdo de trato preferencial. España concedíó la independencia a parte de sus colonias en África (Guinea Ecuatorial, el sector marroquí español, Ifni, Fernando Poo).D) Las transformaciones económicas: De la autarquía al desarrollismoTras la guerra, la producción se había paralizado prácticamente. Se implantó una autarquía protegida por aranceles, y se interrumpieron las importaciones. Surgieron los mercados negros (estraperlo), y la población tuvo que sufrir el racionamiento. La producción se centró en la agricultura, pero los rendimientos fueron bajos. La industria fue una actividad escasa e ineficaz, y estaba dirigida por el Estado. Se congelaron los salarios; aún así, no se dominó la inflación. El Estado no contaba con préstamos procedentes del exterior, debido al aislamiento internacional.La creación del INI en 1941 no favorecíó en un primer momento la recuperación industrial, pues se limitó a la intervención económica para reflotar empresas en peligro de quiebra. La situación se iría modificando lentamente con las primeras ayudas norteamericanas y los inicios del turismo. En 1952 se suprimíó el racionamiento. Para favorecer la producción y el empleo se fueron suprimiendo las principales medidas autárquicas, liberalizándose el comercio exterior e interior. La falta de divisas, el elevado déficit y la creciente inflación eran las manifestaciones más claras del fracaso de la autarquía.Para poner fin a la crisis, en la segunda fase del franquismo un grupo de economistas del Opus Dei (los “tecnócratas”) iniciaron una profunda reestructuración económica. Se introdujeron poco a poco medidas liberalizadoras de la economía, en gran parte para poder asegurar el crecimiento económico y el mantenimiento del régimen. El sistema no estaba totalmente abierto a la economía de mercado, ya que los precios estaban controlados y seguían siendo altos los niveles de protección al comercio y la agricultura. Aún así, la década de los 60 y 70 se caracterizó por un espectacular desarrollo de la economía española. Nuestro país se modernizó, y aumentó el nivel de vida de la población.En primer lugar, el ministro Ullastres puso en marcha el Plan de Estabilización económica. Se logró detener la inflación con la apertura al exterior (al aumentar las importaciones, aumentaba la oferta, y eso hacía bajar los precios), el aumento de impuestos (una masa monetaria más reducida disminuía la demanda), la reducción del intervencionismo del Estado, el apoyo a la empresa privada y la liberalización de la banca. Se logró aumentar el PNB, la producción industrial (acero, cemento y automóviles sobre todo) y la producción agrícola. No se acabó con el problema del minifundismo y el latifundismo.En segundo lugar, se pusieron en práctica los Planes de Desarrollo. Pretendían contrarrestar los desequilibrios económicos regionales, y para ello se introdujeron los Polos de Desarrollo y de Promoción Industrial. Se establecieron en Burgos, Coruña, Sevilla, Huelva, Valladolid, Vigo y Zaragoza. Se potenció la instalación de empresas mediante medidas fiscales, subvenciones, etc. Pero seguía habiendo zonas subdesarrolladas y desatendidas: La Mancha, Extremadura, etc. El progreso industrial estimuló las migraciones interiores, del campo a la ciudad.El crecimiento económico que experimentaban países como Alemania, Francia y Bélgica permitíó que numerosos parados españoles pudiesen emigrar a esos países, la mayoría de forma temporal. Los envíos de divisas hacia España fueron una importante fuente de ingresos para España.A partir de la década de los 60, el turismo permitíó equilibrar la balanza de pagos. España llegó a ponerse a la cabeza mundial en la recepción de turistas. Los precios bajos y la climatología favorecían la elección de España como destino turístico. La llegada del turismo también sirvió para que los españoles adoptasen nuevas mentalidades más cercanas al entorno europeo.El avance económico fue palpable, pero los índices de crecimiento fueron menores que los de los países del entorno. Durante los años 60 y 70 la inversión extranjera fue importante en la industria química, maquinaria pesada e industria mecánica.E) Cambios sociales. En cuanto a la evolución de la población, hubo una tendencia al incremento de la natalidad. Se logran buenos resultados en las tasas de mortalidad; se produce un rejuvenecimiento de la población. La política pro-natalista del régimen fomentaba las familias numerosas. Desde mediados de los 60 iba en aumento el número de empleados del sector terciario, y de la clase media. Aumentó el empleo femenino.Las personas, sobre todo en los primeros años del régimen, estuvieron sometidas a una estricta moral, acorde con la importancia que la Iglesia católica tenía en el Estado. La educación se extendíó a gran parte de la población, pero el adoctrinamiento fue intenso. Se descuidó la investigación científica. La cultura sufre un colapso debido a la censura, que fue muy estricta, si bien la producción literaria fue rica y abundante. Durante la dictadura franquista, la mujer dejó de tener los derechos que la Constitución de 1931 le había otorgado

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