Los Reyes Católicos (1469-1516)
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se casan en 1469. Tras la muerte en 1474 de Enrique IV, rey y hermanastro de Isabel, estalla la guerra civil castellana (1474-1479) entre Isabel y Juana la Beltraneja, venciendo el bando isabelino (Tratado de Alcaçovas). Los Reyes Católicos inician la monarquía hispánica como unión dinástica y no de reinos. Buscan crear una monarquía autoritaria moderna centralizando el poder y fortaleciendo los órganos de gobierno.
El Consejo Real se convierte en órgano de gobierno, las Cortes pierden relevancia y solo se convocan para aprobar contribuciones, la Chancillería (con sedes en Valladolid y Granada) se ocupa de la justicia y la Cancillería fue sustituida por los secretarios reales. Además, nace la Santa Hermandad para mantener el orden público. En Aragón se mantienen los fueros y nace la figura del virrey. Los reyes empiezan a controlar la Iglesia mediante el derecho de presentación y el Patronato Regio. También nace la Inquisición, única institución común en ambos reinos. En 1492, los Reyes Católicos entraron en Granada tras una guerra que duró 11 años con hitos previos importantes como la toma de Alhama (1484) y la de Málaga (1487). Los monarcas declararon la unidad religiosa tras la firma de las capitulaciones con Boabdil. En 1492 también se produce la expulsión de los judíos con consecuencias demográficas y económicas negativas.
La Casa de Austria: Los Austrias Mayores
Carlos I (1516-1556)
Carlos I hereda de sus abuelos maternos Castilla, Aragón, territorios americanos y de sus abuelos paternos territorios europeos y la candidatura a la corona imperial (Carlos V). Su política interior está marcada por la revuelta de las Comunidades (1520-22) en la que ciudades castellanas se oponen a Carlos I por ser extranjero y por aumentar la presión fiscal para financiar su candidatura imperial. Serán derrotados en Villalar en 1521 y sus líderes Bravo, Padilla y Maldonado fueron ajusticiados. También fue importante la revuelta de las Germanías (1519-23), en Valencia y Mallorca, en la que gremios y campesinos se unen contra los señores feudales, siendo derrotados los sublevados. En política exterior destaca la derrota a Francisco I de Francia (Pavía 1525) obteniendo el dominio del Milanesado. Contra los turcos alternó triunfos (Túnez, 1535) con fracasos (Argel, 1541) y contra los protestantes (Reforma luterana) venció en Mühlberg (1547), aunque con la Paz de Augsburgo se reconoció la libertad religiosa. Carlos I abdicó en su hijo Felipe la corona española y en su hermano Fernando los derechos imperiales.
Felipe II (1556-1598)
Felipe II (1556-1598) intentó mantener la hegemonía. En política exterior, vence contra Francia en San Quintín (1557), firmando la Paz de Cateau-Cambrésis (1559), también derrotó a los turcos en Lepanto (1571) pero no pudo frenar la rebelión de las provincias protestantes del norte. Inglaterra, que enviaba corsarios contra los barcos españoles y apoyaba a los rebeldes holandeses, derrotó a la Gran Armada española en 1588. Fue reconocido como rey de Portugal en las Cortes de Tomar (1581). En lo que respecta a su política interior, fijó la capital en Madrid (1561), potenció las instituciones creadas por los Reyes Católicos (consejos, secretarios, virreyes y gobernadores) y creó las Juntas. También sofocó la rebelión de los moriscos en las Alpujarras (1568-70) y la rebelión aragonesa con Antonio Pérez.
La Casa de Austria: Los Austrias Menores
Los Austrias Menores delegaron en validos. Destacaron el duque de Lerma con Felipe III, el Conde-Duque de Olivares con Felipe IV y Juan José de Austria con Carlos II.
Felipe III (1598-1621)
El duque de Lerma expulsó a los moriscos (1609-1614). Felipe III siguió una política pacifista firmando la paz con Inglaterra en 1604, con Francia en 1610 y la Tregua de los Doce Años con los Países Bajos en 1609. Pero pronto estallará la Guerra de los Treinta Años (1618-1648).
Felipe IV (1621-1665)
Recién entronizado Felipe IV (1621), expiró la Tregua de los Doce Años y España entró en la guerra en el bando de los católicos, y Francia, pese a ser católica, se enfrentará a España. La guerra termina en la Paz de Westfalia (1648), en la que España reconoce la independencia de Países Bajos. En 1659 firmó la Paz de los Pirineos con Francia, perdiendo el Rosellón y la Cerdaña. El Conde-Duque de Olivares creó el Gran Memorial y la Unión de Armas, que provocará revueltas (1640) en Andalucía, País Vasco y Sicilia, pero sobre todo en Cataluña, donde los tercios no pusieron fin a la rebelión hasta 1652. También Portugal se unió a la revuelta y consiguió la independencia (Juan IV) apoyada por Francia e Inglaterra. España la reconoció en 1668.
Carlos II (1665-1700)
El reinado de Carlos II (1665-1700) se inicia con la Regencia de Mariana de Austria. La enfermedad del rey hizo que durante su mayoría de edad Juan José de Austria y el duque de Medinaceli dirigieran el país. Francia siguió atacando a España (Paz de Nimega, 1678), a lo que se puso fin mediante la Liga de Augsburgo. La falta de descendencia de Carlos II supuso el fin de los Austrias en España con la llegada de los Borbones tras la Guerra de Sucesión.
La Casa de Borbón: Felipe V y la Guerra de Sucesión
Felipe V (1700-1746)
Carlos II, sin descendencia, eligió a Felipe de Borbón, duque de Anjou, para sucederle en el trono, hecho que provocó el estallido de la Guerra de Sucesión (1701-1714) entre la Gran Alianza antiborbónica y los partidarios del candidato francés. No solo fue una guerra europea, ya que en España estalló también una guerra civil al apoyar Castilla al candidato francés y Aragón al candidato austriaco. La Guerra de Sucesión sufrió un giro inesperado cuando el archiduque Carlos heredó el Imperio (1711), ya que Inglaterra temió la vuelta a la unión de un imperio germano-español (como el de Carlos I). De este modo se alcanzó la paz con los Tratados de Utrecht (1713) y Rastadt (1714) en los que Felipe de Borbón fue reconocido como rey de España (Felipe V).
Asimismo, España perdió el monopolio del comercio americano y el asiento de negros, instaurándose el navío de permiso. Inglaterra se quedó con Menorca y Gibraltar, y Austria con Flandes y las posesiones españolas en Italia. Con el nuevo rey, España y Francia pasaron a ser aliadas firmando varios Pactos de Familia. Primero (1733, Guerra de Sucesión de Polonia), España recuperó las Dos Sicilias, segundo (1743, Guerra de Sucesión de Austria), Parma y Tercer Pacto de Familia (1761, Guerra de los Siete Años y de la Independencia de Estados Unidos), recuperó Florida y Menorca.