El Reinado de Isabel II (1833-1868)
1. La Regencia de María Cristina y la Primera Guerra Carlista (1833-1840)
A. La triste herencia de Fernando VII
Después de la muerte de Fernando VII estalla la Primera Guerra Carlista (1833-1840), una guerra civil que enfrentó a defensores de Carlos María Isidro (carlistas) frente a defensores de Isabel II (liberales). Mientras Isabel no cumplía la mayoría de edad, su madre María Cristina asumía la regencia. Tuvo que aceptar propuestas liberales y renunciar al absolutismo.
B. Las bases sociales del carlismo
- Mayoría carlista: provincias forales (Vascongadas y Navarra) y norte del Maestrazgo castellonense.
- Mayoría isabelinos: mayor parte de las ciudades.
C. La Primera Guerra Carlista (1833-1840)
- 1833-1835: Zumalacárregui derrotó a todos los generales isabelinos. Iban a conquistar Madrid, pero Carlos María Isidro decidió cambiar el objetivo por Bilbao.
- 1836-1837: El predominio carlista se manifestó en las expediciones del general Miguel Gómez por toda la península. En mayo de 1837, los carlistas tuvieron la oportunidad de conquistar el poder al salir de Estella la Expedición Real.
- 1837-1839: A finales de 1837, el ejército isabelino comandado por Espartero logra levantar el sitio de Bilbao y empezaron las divisiones dentro de los carlistas, ya que la camarilla civil de Carlos no aceptaba el nombramiento de Maroto como jefe del ejército carlista. Este y Espartero firmaron el Convenio de Vergara (agosto de 1839) en el cual Espartero recomendaría a las Cortes el reconocimiento de los fueros vasco-navarros y la integración en el ejército isabelino de aquellos que no quisieran permanecer en el ejército carlista.
- 1840: La resistencia carlista se limitó al Maestrazgo, donde el general Cabrera no aceptaba el Convenio de Vergara. En mayo de 1840, los isabelinos toman Morella, acabando así con el último foco carlista. La guerra tuvo un total de 140.000 muertos.
2. El Paso del Absolutismo al Liberalismo (1833-1840)
A. El liberalismo moderado y el Estatuto Real
La sublevación carlista obligó a la Regente y a Cea Bermúdez a iniciar reformas y a permitir el retorno de los exiliados liberales. El ministro de Fomento, Javier de Burgos, puso en práctica una reforma administrativa, por la cual España quedó dividida en 49 provincias, sentando una de las bases de la centralización liberal. La Regente nombró a Martínez de la Rosa como presidente, quien concedió una amnistía total a los liberales. Su obra principal fue la promulgación del Estatuto Real de 1834, que establecía unas Cortes bicamerales: el Estamento de los Próceres y el Estamento de los Procuradores; un sufragio censitario y permitía el voto a menos del 1% de la población (censo de 1100 personas). La monarquía dejaba de ser absoluta.
B. La Revolución de 1835
La guerra carlista y las demandas de los liberales progresistas desataron la dimisión de Martínez de la Rosa y la Revolución de 1835. Se formaron las Juntas Revolucionarias locales y provinciales. La radicalización del movimiento, con la quema de conventos y asesinatos de frailes, forzó a la Regente a recurrir a Mendizábal. Se estableció el liberalismo progresista.
C. El liberalismo progresista y la desamortización (1835-1837)
Para obtener recursos para la Hacienda y reducir el poder de la Iglesia, impuso la desamortización eclesiástica: frailes y monjas abandonaron sus 4.000 conventos y monasterios, sus propiedades se nacionalizaron y vendieron en subasta pública, siendo la mayoría adquiridas por la burguesía urbana y la nobleza. Aunque produjo efectos negativos: no se logró reducir la deuda pública, se destruyó el patrimonio histórico-artístico y no se produjo una auténtica reforma agraria liberal.
D. La “Sargentada” de la Granja y la Constitución de 1837
Se acentuó la división entre los partidarios de mantener el Estatuto Real (moderados) y los de derogarlo y convocar Cortes constituyentes (progresistas). Aunque los progresistas ganaron las elecciones de 1836, la Regente no lo tuvo en cuenta al nombrar a los ministros. Sustituyó a Mendizábal por Istúriz, que ordenó disolver el Estamento de Procuradores, lo que provocó una protesta en agosto de 1836 que culminó con una rebelión de suboficiales en el Palacio de la Granja, donde veraneaba la Regente (la «Sargentada de la Granja»). Se obligó a la Regente a poner de nuevo en vigor la Constitución de 1812 y nombrar presidente a José María Calatrava. Mendizábal, como Ministro de Hacienda, impulsó el proceso desamortizador, amplió el censo a 65.000 personas y convocó elecciones a Cortes constituyentes, con el resultado de la Constitución de 1837: de ideología progresista, establecía la soberanía nacional, la libertad de expresión sin censura previa y un estado aconfesional, con concesiones a los moderados:
- Otorgaba a la Corona amplios poderes, como el de nombrar y destituir libremente a los ministros.
- Cortes bicamerales: Congreso de los Diputados y Senado, cuya función principal era legislar y aprobar los impuestos y presupuestos. El Congreso era elegido por sufragio censitario masculino.
E. El fracaso de los gobiernos moderados (1837-1840)
En 1837, las elecciones dieron el triunfo a los moderados, que paralizaron las ventas de los bienes de la Iglesia. La aprobación de la Ley de Ayuntamientos en 1840 fue el detonante de un nuevo movimiento revolucionario progresista. La popularidad de Espartero creció al vencer a las tropas carlistas y se convirtió en el más poderoso de los generales y jefe del partido progresista.
3. La Regencia de Espartero (1840-1843)
A. La Revolución de 1840 y la abdicación de la Regente
El movimiento revolucionario de 1840 fue organizado por los ayuntamientos progresistas y la Milicia Nacional. Se dirigió contra la Regente y la Ley de Ayuntamientos. María Cristina renunció a la Regencia y marchó al exilio en París. El partido progresista obtuvo una aplastante mayoría en las Cortes, que votaron a favor de una Regencia única, que fue asumida en mayo de 1841 por Espartero, quien incrementó los efectivos de la Milicia Nacional, puso en vigor la desamortización de los bienes del clero y decretó la desaparición del diezmo.
B. Los problemas de Espartero
- Repartió los principales cargos políticos entre sus allegados.
- Los moderados optaron por la vía de la conspiración y del pronunciamiento militar.
En 1842 fue crucial para la Regencia el estallido de una revuelta en Barcelona, que se inició en la industria textil algodonera. Rebelión en noviembre de 1842 desatada por:
- Disolución de la Asociación de Obreros de la Industria Algodonera.
- Firma de un tratado comercial librecambista con Inglaterra.
La respuesta de Espartero, en diciembre, fue el bombardeo de Barcelona.
C. Crisis y fin de la Regencia de Espartero
Las elecciones de abril de 1843 obligaron a nombrar a Joaquín M.ª López como presidente, quien se enfrentó a Espartero, lo que provocó su dimisión. Se formó una coalición de fuerzas antiesparteristas. Pero la clave de la derrota de Espartero fue el pronunciamiento de generales moderados, entre los que destacaba Narváez, quien derrotó a las tropas esparteristas cerca de Madrid el 22 de julio de 1843. Espartero marchó al exilio en Londres.
4. El Reinado Personal de Isabel II: La Década Moderada (1844-1854)
A. El primer gobierno moderado y la Guardia Civil
En noviembre de 1843 se declaró a Isabel mayor de edad y fue proclamada reina. El presidente, Luis González Bravo, disolvió la Milicia Nacional y creó la Guardia Civil, inspirándose en la gendarmería francesa. Organizada por el duque de Ahumada con dos objetivos:
- Sustituir a la Milicia Nacional.
- Proporcionar seguridad en los núcleos rurales.
B. Narváez y la Constitución de 1845
En 1844, Narváez intentó construir un Estado liberal conservador, unitario y centralista con unas Cortes de mayoría moderada. Se aprobó la Constitución de 1845: de ideología moderada, establecía la soberanía compartida y otorgaba más poderes a la Corona. Se suprimieron los jurados, se implantó la Ley de Imprenta (que recortaba libertades) y la Ley de Ayuntamientos (por la que los alcaldes eran nombrados por la Corona a través de las Diputaciones provinciales), y se redujo el derecho a voto a menos del 1% de la población. Se llevó a cabo la reforma de Hacienda por Alejandro Mon: «gastar menos y recaudar más». Creó un nuevo sistema tributario basado en los impuestos directos (contribución) e indirectos (consumos). Se estableció el Código Penal y Civil, se aprobó el sistema métrico decimal y se estableció la bandera actual como la oficial.
C. Narváez frente a la Revolución de 1848 y al carlismo
Narváez controló el eco revolucionario progresista de 1848 y se formaron partidas carlistas que resurgieron en los Pirineos y en Cataluña. «La Guerra dels Matiners» fue considerada como la «Segunda Guerra Carlista». El pretendiente carlista, Carlos VI, nunca llegó a España.
D. Las crisis de los moderados
De 1851 a 1853, Bravo Murillo presidió el gobierno moderado: restableció las relaciones con la Santa Sede y firmó el Concordato de 1851. La Iglesia aceptaba la legitimidad de Isabel II y la venta ya efectuada de sus bienes; el Estado devolvía los bienes no vendidos, se obligaba a mantener los privilegios de la religión católica y a sufragar los gastos del clero. Se urbanizó la Puerta del Sol.
5. Las Crisis de la Monarquía: De la Revolución de 1854 a la de 1868
A. La Revolución de 1854
La Revolución de 1854 se inició con un pronunciamiento militar de generales moderados contra el gobierno en Vicálvaro. Nació un programa político progresista y demócrata que promulgaba el sufragio universal masculino. Ello obligó a O’Donnell a cambiar de actitud, lo que se manifestó a través del Manifiesto de Manzanares, redactado por Cánovas del Castillo y que se convirtió en la ideología de su nuevo partido: la Unión Liberal. La radicalización urbana forzó a Isabel II a llamar a Espartero para formar gobierno. La reina, durante los dos años siguientes, se sintió prisionera y se limitó a firmar todo lo que presentaban Espartero u O’Donnell.
B. El Bienio Progresista (1854-1856)
Se formó un nuevo gobierno presidido por Espartero que facilitó el exilio de María Cristina. Destacaron:
- Desamortización General de 1855 propuesta por el ministro Pascual Madoz que quiso completar la de Mendizábal. Desamortizar los bienes de la Iglesia y los bienes municipales.
- Constitución non nata de 1856, que recogía los principios progresistas: soberanía nacional, declaración de derechos y tolerancia religiosa. No llegó a ser promulgada.
- Conflictividad obrera y campesina: quema de fábricas, duramente reprimidas por el ministro de Gobernación con múltiples fusilamientos.
O’Donnell, con el apoyo de la Corona, decretó la ley marcial. Recibió el encargo de formar gobierno. El Ejército venció a la Milicia Nacional: fin del Bienio Progresista.
C. El retorno al moderantismo (1856-1858)
El primer gobierno breve de O’Donnell se caracterizó por el retorno a las instituciones de la Década Moderada. Se reimplantó la Constitución de 1845. Pero su intención de proseguir con la desamortización y la oposición de los moderados provocaron su sustitución por Narváez. En 1857 se aprobó la Ley de Instrucción Pública (Plan Moyano), que establecía la financiación según niveles: la enseñanza primaria por los Ayuntamientos; la secundaria y las escuelas de Magisterio por las Diputaciones provinciales; y la universitaria por el Estado.
D. El gobierno de la Unión Liberal (1858-1863)
La vuelta de O’Donnell al poder generó estabilidad política y social y un desarrollo económico: auge de la construcción de la red ferroviaria.
En política exterior se pretendía elevar el prestigio con intervenciones militares:
- La expedición con Francia a Indochina, donde los franceses se quedaron con Vietnam y España recibió una indemnización.
- La Guerra de Marruecos, con apoyo catalán. Prim se convirtió en el héroe de los «Voluntarios Catalanes» y destacó en la «Toma de Tetuán» y en la victoria de Castillejos. España recibió Ifni.
- En 1861, la República Dominicana se unió a España hasta 1865.
- La intervención militar junto a Francia y Reino Unido en México. Cuando Prim llegó a Veracruz, se enteró de las verdaderas intenciones de Napoleón III, que pretendía coronar como emperador de México a Maximiliano de Austria, y decidió, junto con los británicos, retirar las tropas.
- Unión con Portugal frustrada (idea progresista).
En política interior:
- Fracaso de la sublevación carlista y fusilamiento del general Ortega.
- Sublevación campesina en Loja a favor de la República y propuestas de reparto de tierras.
E. El agotamiento del moderantismo: hacia la Revolución de 1868
Entre 1863 y 1868 se sucedieron varios gobiernos moderados y unionistas; mientras que los progresistas, cada vez más demócratas, no se presentaban a las elecciones.
Destacaron:
- La represión de la protesta estudiantil, la «Noche de San Daniel», ante la expulsión de Castelar de su cátedra por un artículo en contra de la reina.
- La sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil, con la participación de demócratas. Fue aplastada por Narváez.
MODERADO | UNIÓN LIBERAL | PROGRESISTA | DEMÓCRATA | |
IDEOLOGÍA | Liberalismo doctrinario | Liberalismo centrista | Liberalismo radical | Liberalismo democrático |
PRINCIPIOS Y PROGRAMAS POLÍTICOS | – Monarquía constitucional con amplios poderes de la Corona – Soberanía compartida – Libertades individuales limitadas – Sufragio censitario muy restringido – Estado confesional – Estado centralizado | – Legalidad constitucional basada en la Constitución de 1854 – Continuación de la desamortización civil y la eclesiástica de acuerdo con Roma – Descentralización administrativa – Defensa de la idea de progreso del país – Inicia prácticas caciquiles en el sistema electoral | – Monarquía constitucional – Soberanía nacional – Defensa y protección de las libertades individuales – Sufragio censitario – Confesionalidad y tolerancia religiosa – Estado centralizado con autonomía y democratización municipal | – Monarquía democrática – Soberanía nacional – Ampliación de derechos y libertades – Sufragio universal masculino – Estado aconfesional – Descentralización y ayuntamientos de elección popular |
El Sexenio Democrático (1868-1874)
1. La Revolución de 1868: Causas y Consecuencias
A. La crisis política
Entre 1866 y 1868, la reina nombró gobiernos moderados, conservadores y autoritarios. Por ello, la oposición de los moderados se convirtió en la oposición a Isabel II. En 1866, los progresistas Prim, Zorrilla y Sagasta firmaron el Pacto de Ostende con los dirigentes demócratas y republicanos Castelar y Pi y Margall para iniciar la revolución, acabar con la monarquía de Isabel II y establecer el liberalismo democrático con sufragio universal masculino. En 1867, muere O’Donnell y le sustituye el general Serrano, que se unirá al Pacto.
B. La crisis económica
- Caída del valor de las acciones ferroviarias y hundimiento de la Bolsa: quiebra de bancos y empresas.
- Malas cosechas: fuertes subidas del precio del pan.
C. El desarrollo de la Revolución “Gloriosa”
La Revolución de Septiembre de 1868, conocida como la «Gloriosa», cumplió con lo acordado en Ostende. El 18 de septiembre se sublevó la escuadra mandada por el almirante Topete. Los militares sublevados difundieron un manifiesto titulado: «España con Honra», en el que exponían los objetivos del levantamiento militar:
- Expulsar del trono a Isabel II
- Establecer un gobierno provisional
- Convocar Cortes Constituyentes
El 28 de septiembre, los militares sublevados, bajo el mando del general Serrano, derrotaron en Puente de Alcolea a las fuerzas de Isabel II del general Novaliches. Dos días después, Isabel abandonaba España.
D. Los dos poderes: Juntas Revolucionarias y Gobierno Provisional
En un primer momento, el poder residió en las Juntas Revolucionarias, dominadas por los demócratas. Reclamaban el sufragio universal masculino, libertad de imprenta, de reunión, de asociación y de culto. La Milicia Nacional pasó a llamarse Voluntarios de la Libertad. El Gobierno Provisional, con Prim y Serrano a la cabeza, estaba formado por cinco progresistas, cuatro unionistas y contaba con apoyo demócrata, que obtuvieron la alcaldía de Madrid.
E. ¿Monarquía o República?
En enero de 1869 se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes, elegidas por sufragio universal masculino directo y en las cuales no participaron los moderados, lo que dio la mayoría a la coalición de partidos a favor de una monarquía democrática formada por progresistas, unionistas y demócratas. Fueron las primeras elecciones por provincias.
2. La Construcción de la Democracia y los Problemas del Sexenio
A. La Constitución democrática de 1869
El 1 de junio de 1869 fue aprobada la primera Constitución democrática española, la cual establecía la monarquía y la división de poderes: el ejecutivo era desempeñado por los ministros responsables ante las Cortes, que eran bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado). Los Diputados eran elegibles directamente por los españoles mayores de 25 años. Aseguraba la independencia de la justicia. Reconocía una amplia declaración de derechos y libertades individuales no incluidos en las constituciones anteriores, como:
- Derecho de reunión y de asociación.
- Inviolabilidad del domicilio y de la correspondencia.
- Juicio por jurados.
- Libertad de cultos.
- Sufragio universal masculino para los mayores de 25 años.
B. La Regencia de Serrano y el gobierno de Prim (1869-1870)
Las Cortes eligieron a Serrano como Regente. Prim fue el presidente del Gobierno, junto a los progresistas, unionistas y demócratas. Reemprendió la desamortización, modernizó y democratizó la administración local y suprimió las contribuciones en consumos. El ministro Figuerola introdujo en España el librecambismo con el arancel de 1869, lo que provocó la oposición de la burguesía textil catalana. Los republicanos se opusieron al Gobierno Provisional. En septiembre de 1869, en Cataluña, Valencia, Baleares y Andalucía, se produjo un levantamiento en armas por parte de los republicanos, lo que obligó al gobierno a declarar el estado de guerra.
La Primera Guerra de Cuba (1868-1878)
Comenzó poco después de la «Gloriosa» debido a:
- La falta de una respuesta inmediata del Gobierno Provisional a los deseos de autonomía de los cubanos.
- La presión de los grandes hacendados en Cuba, que estaban en contra de la supresión de la esclavitud.
- El apoyo de Estados Unidos al movimiento independentista, cuyo propósito era sustituir a España en el gobierno y economía de la isla. Nueva York se convirtió en el refugio de los rebeldes sublevados.
Todo condujo a un movimiento secesionista, dirigido por Carlos Manuel Céspedes, y a una larga guerra colonial.
C. Los candidatos a la corona española
Prim fue el encargado de dirigir las gestiones diplomáticas para buscar un candidato al trono. Descartadas las candidaturas de Fernando de Portugal, Alfonso de Borbón y el duque de Montpensier (apoyada por los unionistas). Los alemanes propusieron a Leopoldo de Hohenzollern, lo que provocó la Guerra Franco-Prusiana. Los progresistas ofrecieron la corona a Espartero, pero este no quiso aceptarla. El candidato de Prim, Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia Víctor Manuel II, aceptó la Corona.
3. La Monarquía Democrática de Amadeo I de Saboya (1871-1873)
A. Amadeo I: un rey sin gobiernos estables
La elección de Amadeo I por las Cortes Constituyentes como Rey de España no fue unánime: 191 votos a favor y 120 en contra. Era el candidato de Prim, quien fue asesinado, lo que privó a Amadeo de un apoyo fundamental. Los unionistas de Serrano se alejaron del nuevo régimen y se acercaron a los partidarios de Alfonso. Se produjo una ruptura en el partido progresista: Sagasta lideró a los constitucionalistas y Ruiz Zorrilla a los radicales. Ambas facciones no fueron capaces de turnarse pacíficamente en el poder. Durante los dos años del reinado hubo seis gobiernos y tres elecciones generales. La coalición gubernamental de unionistas y progresistas formó el primer gobierno de Serrano. Con el apoyo de Sagasta en el Ministerio de Gobernación, ganaron las elecciones de 1871. Serrano presentó la dimisión y el rey nombró presidente a Ruiz Zorrilla, quien abolió la esclavitud en Cuba.
B. Los problemas internos: carlistas, republicanos y obreros
El reinado de Amadeo I contó con escasos apoyos y una serie de problemas:
1. La Tercera Guerra Carlista (1872-1876)
El carlismo cobró un nuevo impulso con el destronamiento de Isabel II. Se perfilaron dos tendencias: los Neocatólicos, defensores del juego parlamentario, liderados por Nocedal; y los partidarios de viejos métodos de insurrección armada. Estos últimos se impusieron y, en favor del pretendiente Carlos VII, se inició la Tercera Guerra Carlista al grito de «¡Viva España! ¡Fuera los extranjeros!» Carlos VII inició la sublevación con victorias en Navarra y el País Vasco. Capital establecida en Estella.
2. Los republicanos se declararon a favor de una República Federal, pero estaban divididos entre los partidarios de la vía parlamentaria (Pi y Margall) y los republicanos intransigentes, partidarios de la insurrección armada.
3. El avance del movimiento obrero, que generó muchos conflictos políticos y sociales. En 1872 se introdujo la versión anarquista de la I Internacional.
C. Debilidad, Crisis, y Fin de la Monarquía
Oposición a Amadeo I de Saboya:
- La Iglesia católica se oponía a la libertad religiosa y a Amadeo, ya que era el hijo del rey de Italia quien arrebató al Papa los Estados Pontificios. Influyó en la oposición. Apoyo para los carlistas sublevados.
- La nobleza manifestó públicamente su adhesión a la causa alfonsina.
- Los grandes hacendados españoles en Cuba, los traficantes de esclavos y el empresariado catalán engrosaron las filas del partido alfonsino. Amadeo I aprovechó el conflicto de la «cuestión artillera» para abdicar a principios de 1873.
4. La Primera República (1873-1874)
A. El primer gobierno de la República y sus problemas
El 11 de febrero de 1873, el Congreso y el Senado, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la República con 258 votos a favor y 32 en contra. Nombraron a Figueras presidente. El primer Gobierno se formó por una coalición de radicales y republicanos. Se intentó proclamar el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Los primeros brotes insurreccionales se produjeron al no satisfacer las demandas sociales en Andalucía, donde los campesinos sin tierras identificaban la República con el reparto de tierras. Hubo un enfrentamiento con los radicales, que querían una república unitaria y laica. Se intentó derribar el gobierno dos veces, pero esos intentos fueron abortados por Pi y Margall. Se aprobó la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y se convocaron elecciones a Cortes Constituyentes mediante sufragio universal masculino para los mayores de veintiún años. La oposición no participó y hubo una abstención del 60%. Los republicanos federales gobernaron.
B. El segundo gobierno: República Federal y Cantonalismo
Se nombró el segundo gobierno, presidido por Francisco Pi y Margall. Se redactó un proyecto de Constitución Federal que mantenía una declaración de derechos y contemplaba el matrimonio civil y la separación total Iglesia-Estado. El legislativo era bicameral: Congreso y Senado (órgano de representación de los Estados). España quedaba constituida por 17 Estados Federales, considerando como tales a Cuba y Puerto Rico. La Constitución Federal de 1873 no llegó a aprobarse. La insurrección cantonal fue uno de los fenómenos más complejos. La minoría republicana intransigente se retiró de las Cortes e impulsó la proclamación de cantones independientes. El cantonalismo se expandió por Valencia, Murcia y toda Andalucía debido a la unión de la acción federalista y la «revolución social». Se consideró a la República como un régimen incapaz de asegurar el orden.
C. Los gobiernos de Salmerón y Castelar: en busca del orden perdido
Se imprimió un giro conservador a la República Federal debido a la insurrección cantonalista y a:
Las Guerras Carlista y de Cuba
- La falta de control sobre los militares produjo un recrudecimiento de la Tercera Guerra Carlista. El dominio de las provincias vascas (excepto las capitales) les permitió formar un Estado carlista con más de 24.000 soldados y crear una universidad en Oñate, además de acuñar monedas propias.
- En Cuba, la guerra continuaba y la República tampoco controlaba la situación.
Nicolás Salmerón fue nombrado presidente. Recurrió al ejército para sofocar la insurrección cantonal. El cantonalismo fue aplastado militarmente por el general Pavía y por Martínez Campos. Cartagena resistió. Salmerón dimitió por motivos de conciencia, al negarse a firmar penas de muerte. Las Cortes eligieron a Emilio Castelar, quien suspendió las garantías constitucionales y restableció el orden. Se votó la continuidad de Castelar. Para evitar la formación de un nuevo gobierno, el 3 de enero de 1874, Pavía y la Guardia Civil invadieron el Congreso y disolvieron la Asamblea.
D. 1874: Fin de la República y el Camino a la Restauración
Se formó un gobierno presidido por Serrano, que ordenó ocupar el cantón de Cartagena. Se dispuso a restablecer el orden público con medidas excepcionales:
- Disolución de la Internacional
- Cierre de los clubes y de la prensa republicana
Serrano intentó terminar con la guerra carlista, pero no pudo. La única solución viable era la Restauración con el reinado de Alfonso XII, hijo de Isabel II, para garantizar la estabilidad y el orden. Cánovas preparaba la Restauración borbónica desde hacía tiempo, ya que había publicitado al «partido alfonsino» entre la Iglesia y todas las élites políticas, económicas y militares. El general Martínez Campos se pronunció el 29 de diciembre de 1874 en Sagunto, proclamando a Alfonso XII rey de España.