La II República Española: Contexto, Desarrollo y Desafíos
Los Efectos de la Crisis Económica Mundial de 1929 en España
La crisis internacional de los años 30 tuvo efectos menores sobre España debido a dos causas principales: el aislamiento económico internacional y el hecho de que se trataba de una economía cerrada, caracterizada por aranceles y proteccionismo. No obstante, sus repercusiones se hicieron notar más tarde a través de:
- La contracción del comercio exterior.
- El colapso de las inversiones extranjeras en la industria.
- La modificación de los flujos migratorios.
La Proclamación de la II República Española (1931)
La II República fue proclamada en 1931, tras eventos como la sublevación de Jaca. Se formó un Gobierno Provisional que incluía a todos los partidos representados en el Pacto de San Sebastián. Este gobierno adoptó un programa con medidas urgentes, entre las que destacaron:
- La convocatoria de elecciones a Cortes Constituyentes.
- La rebaja de la edad para el voto de 25 a 23 años.
- La declaración de la mujer como elegible.
- El establecimiento de la provincia como circunscripción electoral.
Problemas Iniciales de la República
Los primeros momentos de la República estuvieron marcados por desafíos significativos:
- Los catalanistas de ERC proclamaron la República Catalana sin la autorización del Gobierno Central, generando tensiones.
- La Iglesia, que simpatizaba con la monarquía, mostró una clara oposición al nuevo régimen.
- El surgimiento de un bandolerismo anticlerical, con ataques a edificios religiosos.
Elecciones de Junio de 1931: El Triunfo de la Izquierda
Las elecciones de junio de 1931 resultaron en un claro triunfo de las fuerzas de izquierda. Las Cortes resultantes se encargaron de elaborar una nueva Constitución, que reflejó una notable influencia socialista.
La Constitución de 1931: Puntos Clave
Entre los puntos principales de la Constitución de 1931, cabe destacar:
- España se definía como una República democrática de trabajadores de toda clase.
- Una amplia declaración de derechos y libertades individuales y sociales.
- Un Estado único con autonomías regionales, abriendo la puerta a los estatutos de autonomía.
- La propiedad privada de los medios de producción quedaba subordinada a los intereses de la economía nacional.
- Las Cortes (Parlamento unicameral) constituían el poder legislativo y ejercían control sobre el Gobierno.
- Se estableció un Estado Laico, garantizando la libertad de religión, pero prohibiendo a la Iglesia participar en la industria, el comercio y la enseñanza.
- La abolición de la nobleza y sus privilegios.
- La introducción del voto femenino.
El Bienio Reformista (1931-1933): El Gobierno Azaña
Manuel Azaña formó un gobierno de coalición socialista y republicano de izquierda, bajo la presidencia de la República de Niceto Alcalá-Zamora. Este periodo, conocido como el Bienio Reformista o Azañista, estuvo marcado por importantes reformas, pero también por crecientes tensiones. La cuestión religiosa, en particular, agrandó la división entre izquierdas y derechas.
Entre las iniciativas y desafíos de este bienio, se encuentran:
- La lucha contra el analfabetismo, aunque la falta de presupuesto impidió un éxito completo.
- La aprobación del Estatuto de Autonomía de Cataluña.
- La apoliticización del ejército, sometiéndolo al poder civil y popular.
- La urgencia de una reforma agraria para redistribuir la tierra.
Las Fuerzas Políticas y Sociales de la Oposición
Las reformas del Bienio Reformista generaron una fuerte oposición desde diversos frentes:
La Oposición Popular: Los Anarquistas
Los anarquistas, a través de la CNT, declararon a la República como enemiga de la clase obrera, promoviendo insurrecciones y huelgas.
El Ejército: La Sublevación del General Sanjurjo
El ejército estaba dividido entre partidarios y detractores de la República. Entre las conspiraciones, destacó la sublevación del general Sanjurjo en agosto de 1932, que fue sofocada.
La Iglesia
La política anticlerical del gobierno republicano, especialmente la disolución de órdenes religiosas y la prohibición de la enseñanza, acentuó la oposición de la Iglesia Católica.
Los Partidos Políticos de la Derecha
La derecha se articuló en dos grandes grupos:
- La derecha posibilista, que buscaba conquistar el poder por las urnas, representada principalmente por la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas).
- La derecha monárquica y antirrepublicana, que aspiraba a la restauración de la monarquía y no aceptaba el régimen republicano.
El Bienio Radical-Cedista (1933-1935)
Se celebraron nuevas elecciones en 1933. Los anarquistas promovieron la abstención, los socialistas se presentaron separados de los republicanos de izquierda, y la derecha se agrupó, logrando una mayor cohesión. En estas elecciones, ganaron los partidos de derecha y centro, un resultado que reflejó el descontento de parte del país con las reformas del bienio anterior.
Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical, formó gobierno en coalición con la CEDA. Su programa incluía los siguientes puntos:
- Una Ley de Amnistía, a favor de los que se habían levantado contra la República (como los participantes en el golpe de Sanjurjo).
- La reforma de la Ley Agraria, revirtiendo aspectos de la reforma anterior.
- Una reforma constitucional.
- La defensa del catolicismo y la mejora de las relaciones con la Iglesia.
- La limitación de las socializaciones y la intervención estatal en la economía.
Problemas y Conflictos del Bienio Radical-Cedista
Este periodo estuvo marcado por importantes conflictos y la reversión de algunas reformas:
- El Ejército: Se detuvo la «Ley Azaña» de reforma militar y se nombró ministro de Defensa a Gil Robles (líder de la CEDA). Se ascendió a generales a participantes en la Guerra de África y a figuras antirrepublicanas.
- Enseñanza: Se estancó la creación de centros de enseñanza y el presupuesto para educación aumentó lentamente.
- Regiones: El proceso autonómico se radicalizó y el Estatuto de Cataluña fue suspendido temporalmente tras la Revolución de Asturias.
- Sindicalismo: Los sindicatos socialistas (UGT) y anarquistas (CNT) alentaron huelgas y reivindicaciones sociales, culminando en la Revolución de Asturias de 1934.
- Agricultura: La Reforma Agraria fue suspendida y se promulgó una nueva ley que suprimía las confiscaciones a la nobleza, beneficiando a los grandes propietarios.
- Religión: Mejoraron las relaciones con la Iglesia, aunque no se llegó a firmar un Concordato.
La entrada de la CEDA en el gobierno y la represión de la Revolución de Asturias provocaron una fuerte polarización y radicalización entre la izquierda y la derecha en España.
El Triunfo del Frente Popular (1936)
Ante la radicalización política, se gestó una gran coalición de izquierdas, el Frente Popular, con el objetivo de frenar el avance de la derecha y restaurar las reformas del primer bienio. Todos los acontecimientos anteriores elevaron la tensión política en España, imponiéndose las posturas extremas de reacción y revolución.
En las elecciones de 1936, la izquierda se presentó unida bajo el Frente Popular, mientras que la derecha lo hizo desunida en varias provincias. El Frente Popular triunfó, con una significativa participación anarquista que, aunque no se presentó a las elecciones, apoyó tácitamente el voto a la izquierda para evitar un gobierno de derechas.
Tras la victoria, Niceto Alcalá-Zamora nombró jefe del gobierno a Manuel Azaña. Poco después, las Cortes destituyeron a Alcalá-Zamora de la Presidencia de la República y nombraron a Manuel Azaña como nuevo Presidente de la República, designando a Santiago Casares Quiroga como jefe del gobierno.
El nuevo gobierno, consciente de las conspiraciones militares, distanció a los generales más prestigiosos y potencialmente peligrosos: Manuel Goded fue enviado a Mallorca, Francisco Franco a Canarias y Emilio Mola a Pamplona.