Rasgos de la Crisis del Siglo XVII y sus Consecuencias
La crisis económica y demográfica del siglo XVII coincidió con una profunda crisis política y fiscal de la monarquía hispánica. El vasto imperio que dejó Felipe II tuvo que enfrentarse a los ataques de varios de sus rivales, como Francia.
Territorios como Cataluña, los Países Bajos y Portugal consiguieron su independencia gracias a diversas rebeliones. Con los Austrias se produjo la decadencia de la España imperial, llegando con Carlos II al punto máximo de la crisis en España. Además, esta crisis impidió mantener la hegemonía política en Europa.
España llegó a una decadencia económica debido al descenso de la producción agrícola y la regresión del comercio (entre otros factores), una situación que perduró porque, aunque en el siglo siguiente hubo un importante crecimiento, no se logró un desarrollo estable. Esta situación se agravó en el siglo XVII debido a que España no participó plenamente en el mercantilismo, un sistema que supuso el triunfo de una protoindustria con un comercio internacional basado en la importación de materias primas y la exportación de productos manufacturados a las colonias.
El carácter feudo-señorial se acentuó y los grupos privilegiados crecieron, adoptando mentalidades influenciadas por la Contrarreforma. Esta mentalidad consistía en no generar bienes productivos y en apropiarse de las rentas de los campesinos, lo que dio lugar a un aumento de los impuestos y un incremento en el número de pobres. Como consecuencia, se produjeron rebeliones populares, ya que la población no podía soportar la presión fiscal y el hambre durante las malas cosechas.
Ninguna medida, como las devaluaciones de la moneda, pudo acabar con la bancarrota del Estado.
Los Decretos de Nueva Planta y la Configuración del Estado Borbónico
Los Decretos de Nueva Planta son un conjunto de once disposiciones legales promulgadas por Felipe V para los distintos territorios de la Corona de Aragón durante la Guerra de Sucesión Española y los años subsiguientes. Caracterizados por su carácter represivo e inspirados por el centralismo borbónico, su objetivo fundamental era reforzar la soberanía del rey y lograr la unicidad legislativa e institucional en sus reinos. Esto supuso la abolición de los fueros en todos los territorios, excepto en aquellos que colaboraron con Felipe V.
Estos decretos pueden entenderse como el fin del pactismo en la Corona de Aragón y el inicio de una mayor centralización del Estado. La nueva dinastía borbónica impuso el ordenamiento de Castilla, lo que supuso la supresión de las Cortes de Aragón. Castilla se convirtió así en una parte fundamental para el rey, erigiéndose en el centro del gobierno. El territorio se dividió en provincias, se implantó el regalismo, se promovió el uso del castellano y se impusieron figuras como el intendente o el corregidor.
Por encima de cualquier institución se encontraba el monarca y, posteriormente, el rey delegó su poder en las Secretarías de Estado.
El Antiguo Régimen en España: Concepto, Características y Crisis
La expresión Antiguo Régimen corresponde al periodo de la historia anterior a la Revolución Francesa, a las revoluciones liberales y a la industrialización (siglos XVI al XVIII).
Características del Antiguo Régimen:
- Monarquía Absoluta: Se caracterizaba por la monarquía absoluta, donde no existía la división de poderes. El poder del rey estaba regulado por la Iglesia y las Cortes. En la monarquía hispánica convivían una variedad de Cortes hasta el proceso centralizador de Felipe V, quien impuso las instituciones castellanas.
- Economía Agraria: La economía era agraria, con la nobleza y la Iglesia como principales propietarios. Además, los patrimonios de la nobleza estaban vinculados (no podían venderse), y los campesinos tenían más dificultades para acceder a las tierras, por lo que la mayoría vivía en señoríos pagando tributos. La industria era artesanal, basada en el trabajo gremial y sin presencia de máquinas. Comenzaron a desarrollarse manufacturas, reuniendo en talleres a los empleados bajo la dirección de un empresario. El comercio tenía varios obstáculos debido a las carencias en el transporte.
- Sociedad Estamental: La sociedad estaba dividida en tres estamentos definidos por el nacimiento, que se caracterizaban por la desigualdad jurídica y el inmovilismo social. La nobleza y el clero no pagaban impuestos, mientras que el pueblo llano carecía de privilegios.
Crisis del Antiguo Régimen:
Las estructuras del Antiguo Régimen, a finales del siglo XVIII, se encontraban en crisis. Esta se manifestó en:
- Crisis de Subsistencia: Debido a la amortización de la tierra y a que esta estaba vinculada.
- Déficit del Estado: Ya que el estado absolutista no era capaz de resolver los problemas estructurales de la sociedad.
- Demandas de la Burguesía: La burguesía, en ascenso, exigía reformas.
La Ilustración y el Despotismo Ilustrado
La Ilustración es un fenómeno cultural e intelectual del siglo XVIII. Tiene su base en la Revolución Científica, con la conclusión de que la naturaleza se rige por leyes de la razón humana formuladas científicamente. Para los ilustrados, los individuos se rigen por la razón y tienen como fin la felicidad del pueblo. Los máximos exponentes de la Ilustración fueron Montesquieu, Rousseau y Voltaire.
Sin negar la existencia de Dios, se reclamaba el fin de los privilegios de la Iglesia. Confiaban en el impulso reformista de la monarquía y, aunque era un fenómeno que criticaba la sociedad, nunca se planteó acabar con la estructura social del Antiguo Régimen.
La Ilustración llegó a España con cierto retraso, consolidándose en el reinado de Carlos III en conexión con el Despotismo Ilustrado. Uno de los ilustrados españoles más característicos fue Gaspar Melchor de Jovellanos.
La Ilustración española buscó cambiar la mentalidad social promocionando la educación, aunque esta era desigual dependiendo de la clase social. Además, se educó a la mujer para que fuese útil, pero nunca se planteó la igualdad de derechos con el hombre.
El Despotismo Ilustrado es un sistema político que se desarrolló en la segunda mitad del siglo XVIII, en el que los reyes europeos, influenciados por la Ilustración, plantearon reformas para mejorar la calidad de vida del pueblo bajo el eslogan ‘Todo para el pueblo, pero sin el pueblo’. En España, Carlos III impulsó reformas en el comercio, la educación, etc. Se crearon las ‘Sociedades Económicas de Amigos del País’ para mejorar la precaria situación española.
Características de la Monarquía Visigoda
En el siglo III, debido a la crisis del Imperio Romano, se produjeron las invasiones de pueblos germanos. Los visigodos, procedentes de Asia Central, entraron como aliados de los romanos para expulsar a vándalos y alanos de la península. Pero tras la caída del Imperio Romano en el 476, los visigodos establecieron su capital en Toledo.
El monarca tenía carácter electivo y poseía un poder casi absoluto, ya que gobernaba con la ayuda de dos instituciones formadas por las clases sociales altas: el Officium Palatinum y los Concilios de Toledo. La monarquía visigoda inició un proceso de unificación política, religiosa, jurídica y territorial.
- La unificación cultural-religiosa se produjo con la conversión al catolicismo en el reinado de Recaredo y la fomentación de matrimonios mixtos en época de Leovigildo.
- El rey alcanzó un gran poder religioso y político. Recesvinto promovió una única ley para ambos pueblos, llamada el Fuero Juzgo, lo que supuso la unificación jurídico-administrativa.
Las disputas entre los nobles acabaron con el reino. Tras la muerte del rey Witiza, sus partidarios quisieron que su hijo le sucediera en el trono, mientras que los rivales se opusieron, llamando a los musulmanes en busca de ayuda. En el 711, Rodrigo fue derrotado por los bereberes en la batalla de Guadalete, iniciando así la invasión musulmana.
Causas de la Invasión Musulmana y su Rápida Ocupación en la Península
A finales del siglo VII, la situación del Estado visigodo era decadente; la monarquía visigoda había entrado en crisis. Las grandes familias nobiliarias se disputaban el trono, y los últimos años del reinado habían transcurrido en medio de trifulcas sociales.
Esta situación fue aprovechada por los musulmanes, quienes estaban en plena expansión tras haber derrotado a los pueblos norteafricanos. Tras varias expediciones, en el 711 el ejército bereber musulmán venció a Don Rodrigo en la batalla de Guadalete y se apoderó de Algeciras.
Tariq siguió conquistando territorios visigodos y se le entregó Toledo. En el año 712, Musa llegó a la Península con su ejército de árabes, con el que ya había conquistado el valle del Ebro. El hijo de Musa completó la conquista y fue nombrado gobernador de Al-Ándalus cuando su padre regresó a Damasco.
En cinco años, los musulmanes conquistaron la península Ibérica de una forma fácil y rápida, en parte porque respetaron la preeminencia de los visigodos. Finalmente, Hispania quedó incluida dentro del Imperio Islámico con el nombre de Al-Ándalus y se convirtió en un emirato musulmán dependiente del Califato Omeya de Damasco.
Evolución Política de Al-Ándalus
Fases de la Evolución Política:
- Emirato Dependiente (711-756): Desde la conquista, Al-Ándalus quedó al mando de un gobernador delegado del gobernador del Magreb. Este periodo estuvo marcado por las rivalidades entre los clanes árabes y los intentos de expansión hacia los Pirineos.
- Emirato Independiente (756-929): Abderramán I se instaló en Córdoba y se proclamó emir. Este emirato Omeya profundizó la islamización y sus gobernadores tuvieron que hacer frente a varias revueltas en las Marcas y a las incursiones cristianas.
- Califato Omeya de Córdoba (929-1031): Abderramán III se proclamó califa, restaurando la autoridad Omeya. Sin embargo, más tarde el poder recayó en Almanzor, quien estableció una dictadura y llevó a cabo campañas contra los reinos cristianos, lo que finalmente fragmentaría el califato en reinos de taifas independientes.
- Reinos de Taifas (1031-1086): Los reinos de taifas comenzaron a enfrentarse entre sí, lo que fue aprovechado por los reinos cristianos para avanzar en su Reconquista. Fue un brillante periodo cultural, pero marcó el inicio de la decadencia musulmana en la península.
- Dinastías Norteafricanas (1086-1237): Llegaron los Almorávides, quienes anexionaron los reinos de taifas a su Imperio. A mediados del siglo XII, fueron sustituidos por los Almohades, que intentaron frenar el avance cristiano, pero su expansión era imparable.
- Reino Nazarí de Granada (1237-1492): A mediados del siglo XIII, los Almohades ya estaban debilitados y Al-Ándalus quedó reducido al Reino Nazarí de Granada, que finalmente cayó en manos de los Reyes Católicos en 1492 tras el pacto con el rey Boabdil.
Cambios Económicos, Sociales y Culturales en Al-Ándalus
La unificación islámica fue producto de la islamización y la arabización. Gracias a estos procesos y a la adopción de la lengua árabe, la población andalusí participó en una rica cultura arabo-islámica.
Economía:
La actividad económica principal era la agricultura, impulsándose el cultivo de cereales, la vid, el olivo y el algodón. También se perfeccionaron las técnicas de regadío con las acequias. La ciudad vivió una revitalización basada en la artesanía, como la producción de seda o cuero, y en el comercio, el cual fue favorecido por la acuñación de moneda y un eficiente sistema de comunicaciones. Este sistema exportaba productos de lujo e importaba materias primas.
Sociedad:
La sociedad andalusí era predominantemente urbana; los musulmanes fundaron numerosas ciudades, las cuales se organizaban alrededor de la medina. A la cabeza estaba la aristocracia árabe o hispanovisigoda, que poseía las mejores tierras y cargos políticos, seguida por comerciantes y, en la base, los esclavos.
Cultura y Ciencia:
La ciencia avanzó inmensamente con los musulmanes, quienes desarrollaron campos como la astronomía o las matemáticas. No solo nos legaron importantes avances científicos, sino que también muchas palabras de nuestro léxico son de origen árabe y construcciones emblemáticas como la Aljafería de Zaragoza.