El Alzamiento Militar de 1936 y la División de España
Los conspiradores, encabezados por Mola y Sanjurjo entre otros, preveían una actuación fulminante y muy violenta para conseguir rápidamente el triunfo en Madrid y establecer un régimen dictatorial. Por su parte, el Gobierno del Frente Popular, ante el fluir constante de informaciones, tomó algunas disposiciones, como el traslado de militares sospechosos a destinos alejados (Franco a Canarias; Goded a Baleares) mientras las fuerzas de orden público en las grandes ciudades fueron puestas al mando de autoridades fieles. Sin embargo, el Gobierno infravaloró la magnitud de la sublevación y se mostró incapaz de controlar a sus propias masas, considerando que todo quedaría en un intento como la Sanjurjada de 1932. El 17 de julio se sublevó la guarnición de Melilla, y al día siguiente el alzamiento triunfó en todo el protectorado de Marruecos y se extendió a la Península. Franco, que hizo triunfar la sublevación en Canarias, se trasladó a Marruecos y el 19 asumió el mando del Ejército de Marruecos.
La reacción de buena parte de la sociedad en defensa de la República, junto al hecho de que buena parte del ejército y el grueso de las fuerzas del orden —Guardia de Asalto e incluso la Guardia Civil— permaneciesen fieles a las autoridades, hicieron fracasar el golpe de Estado. El golpe triunfó en Galicia, la meseta norte, zonas de Andalucía occidental y ambos archipiélagos (excepto Menorca), el protectorado de Marruecos y, en Andalucía, parte de la provincia de Cádiz y las capitales de Sevilla, Córdoba y Granada. Permanecieron fieles a la República las principales ciudades (Madrid, Barcelona, Valencia), la meseta sur, el Levante y la franja cantábrica, que quedó aislada por los rebeldes y únicamente conectada con Francia a través de Irún.
Las Etapas Clave de la Guerra Civil Española (1936-1939)
1. Guerra de Columnas (Julio – Noviembre de 1936)
La guerra se desarrolló en cinco etapas. En la primera, las columnas de Mola, desde el Norte, fueron frenadas en la Sierra de Guadarrama por las milicias republicanas. En el sur, el apoyo de Italia y Alemania posibilitó el traslado del Ejército de Marruecos a la Península. Contando con la Legión y las unidades marroquíes, los éxitos militares fueron fulminantes y, desde Sevilla, tras dominar Córdoba y Granada, las tropas sublevadas al mando de Franco iniciaron el camino hacia Madrid por Extremadura. Así, en agosto ocuparon Mérida y, penetrando después en la provincia de Toledo. Fue entonces cuando Franco decidió posponer el avance a Madrid y desviarse a Toledo para liberar el Alcázar (28 de septiembre), operación que le proporcionó prestigio político y militar pese a perjudicar el objetivo principal: la toma de Madrid. A comienzos de septiembre enlazaron las fuerzas sublevadas del norte y las del sur en la Sierra de Gredos, con lo que el territorio rebelde quedó unificado; y desde Navarra los rebeldes dominaron Irún y San Sebastián, con lo que se interrumpió la comunicación de la franja cantábrica con Francia.
2. La Batalla de Madrid (Noviembre de 1936 – Marzo de 1937)
La segunda etapa fue la Batalla de Madrid. Consistió en un conjunto de operaciones para asaltar la ciudad, y cuyo fracaso condicionó la prolongación del conflicto. El 6 de noviembre el Gobierno abandonó Madrid y marchó a Valencia, quedando al mando la Junta de Defensa de Madrid, presidida por el general Miaja. Los atacantes llegaron a cruzar el Manzanares y, tras duros combates en Casa de Campo y Ciudad Universitaria, lograron ocupar sectores de ambas zonas, viendo detenido su avance. Franco emprendió entonces la ofensiva en el Jarama (desde el 6 de febrero) con el objeto de cortar la carretera de Valencia. Fracasado este objetivo, se inició el 8 de marzo la ofensiva desde Guadalajara en la que, tras una fulminante progresión de las tropas italianas, estas fueron derrotadas. La toma de Madrid fracasó, pero ese mismo mes de febrero de 1937, cayó Málaga y parte de la costa granadina en manos de los sublevados.
3. La Caída del Norte (Abril – Noviembre de 1937)
Entre abril y noviembre de 1937 se produjo la caída del Norte, importante revés para la República, dada la importancia industrial y minera de esta zona. La ofensiva fue de gran importancia, con gran protagonismo de las tropas italianas y de la artillería y aviación alemana (bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor el 26 de abril de 1937). En junio fue tomada Bilbao, y en agosto cayó Santander y en octubre, tras duros combates, lo hizo Asturias. Para disminuir la presión rebelde en el norte, la República emprendió ofensivas en el entorno de Madrid, en Brunete (julio) y en Aragón (agosto), donde las milicias lograron hacer retroceder el frente hacia el este. Pero tras la Batalla de Belchite (agosto de 1937), los sublevados recuperaron terreno.
4. Avance hacia el Mediterráneo y Batalla del Ebro (Diciembre de 1937 – Noviembre de 1938)
Entre diciembre de 1937 y noviembre de 1938 se produjo el avance hacia el Mediterráneo y la Batalla del Ebro. En enero de 1938 los republicanos conquistaron Teruel, pero tras la Batalla de la Alfambra, los nacionales recuperaron Teruel, ocuparon la vertiente sur del Ebro, el Maestrazgo y alcanzaron el Mediterráneo en Vinaroz el 15 de abril de 1938. Al norte del Ebro, los nacionales llegaron a Lleida. Con el objetivo de enlazar las zonas valenciana y catalana, así como de prolongar el conflicto para intentar vincularlo con la inminente guerra que se vislumbraba en Europa contra el fascismo y, de ese modo, ganar el apoyo de las democracias europeas, el ejército republicano cruzó el Ebro y, mandados por Modesto y Líster entre otros, los republicanos ocuparon la Sierra de la Fatarella. Pero Franco reaccionó enviando importantes refuerzos, y se inició una larga batalla de posiciones con un gran número de bajas. La superioridad artillera y aérea de los nacionales fue determinante y en noviembre los franquistas alcanzaron el Ebro. A mediados de noviembre de 1938, las últimas tropas republicanas volvieron a cruzar el Ebro.
5. La Ofensiva Final en Cataluña y el Fin de la Guerra (Enero – Abril de 1939)
La última etapa se inició con la ofensiva final en Cataluña. A finales de enero de 1939, cayó Barcelona sin apenas resistencia. En la zona republicana, la impopularidad del Gobierno de Juan Negrín y de los comunistas era creciente, y a comienzos de marzo se produjo un golpe de Estado anticomunista encabezado por el coronel Casado. Un Consejo de Defensa, presidido por Miaja, se hizo con el control de Madrid y buscó una paz negociada con Franco, pero este exigió la rendición incondicional. El 28 de marzo cayó Madrid y entre el 29 y el 31 de ese mes cayeron los últimos bastiones de la República en el sureste y Levante. El 1 de abril, un parte final de guerra firmado por Franco dio por finalizada la guerra.