La Crisis Política en España (1902-1923): Factores Clave de la Inestabilidad de la Restauración

La Crisis Política en España (1902-1923): Factores Clave de la Inestabilidad de la Restauración

El periodo que transcurre entre 1902 y 1923 se caracteriza por una permanente crisis política, que afecta a los fundamentos mismos del sistema que ideara veinticinco años antes Antonio Cánovas. Las causas de esa inestabilidad y de la incapacidad de los sucesivos gobiernos para superarla eran profundas y múltiples. A continuación, se detallan los principales factores:

  1. La Personalidad de Alfonso XIII y su Intervención Política

    Lejos del prudente alejamiento de los avatares políticos que había caracterizado la actuación de sus padres como rey y regente, respectivamente, Alfonso XIII jugó desde el principio un papel activo: se implicó en los cambios de gobierno, participó en la acción política y se rodeó del sector más conservador del generalato, por cuyas opiniones se dejó influir de forma decisiva. A pesar de su buena voluntad y de la fe que tenía en el respaldo de su pueblo (siempre creyó interpretar la voluntad de la España real frente a las opiniones de los políticos), su actuación demuestra que no supo entender hacia dónde evolucionaba el país; una actuación que, finalmente, sería decisiva para el descrédito final en que cayó la monarquía.

  2. El Relevo Generacional y la División de los Partidos del Turno

    El relevo generacional de los líderes políticos provocó la división de los partidos del turno, causada por la desaparición de los líderes históricos y las luchas entre los nuevos jefes conservadores y liberales por el control de sus grupos. Los conflictos internos impidieron que surgieran liderazgos fuertes, capaces de producir en el seno de ambos partidos un proceso de puesta al día que, tras la crisis del Desastre, resultaba imprescindible.

  3. Pérdida de Influencia del Caciquismo y Precariedad Parlamentaria

    La progresiva pérdida de influencia del caciquismo restó eficacia a la maquinaria electoral de los partidos. El mayor peso de las ciudades impedía una manipulación tan descarada como la de las zonas agrarias, y la crítica regeneracionista obligaba poco a poco a suavizar el fraude. El resultado es que las mayorías en las Cortes fueron precarias, sobre todo porque los propios grupos acusaron divisiones internas entre las diferentes facciones que los componían, cada vez más enfrentadas.

  4. Crecimiento de Partidos Ajenos al Sistema de la Restauración

    Al mismo proceso de fraccionamiento parlamentario contribuyó la aparición y el crecimiento de partidos políticos ajenos al sistema de la Restauración. Socialistas, radicales, republicanos y nacionalistas incrementaron cada vez más su fuerza electoral. Desde 1917, ningún partido era capaz de formar gobierno por sí solo, lo que llevó a recurrir a los gobiernos de concentración.

  5. El «Problema Constitucional» y el Fracaso de la Reforma

    Los dos partidos del turno se van a mover entre la necesidad de dar cabida a los nuevos partidos que vienen surgiendo y su propio instinto de conservación. El intento tal vez más serio de modificación de la Constitución se realizará en 1917 y su fracaso acabó por significar el principio del fin del régimen, pues mostró claramente a todos los partidos que no eran el Liberal y el Conservador que con aquella Constitución no tenían ningún porvenir.

  6. Aumento de las Luchas Sociales y Polarización

    El aumento de las luchas sociales es otro hecho remarcable. En su origen están la mayor conciencia de clase de obreros y campesinos, la degradación de las condiciones de vida, la fuerza creciente de los sindicatos socialistas y anarquistas y el éxito de las primeras grandes huelgas. Las posiciones cada vez más enfrentadas entre patronos y trabajadores hicieron más agudos los conflictos y trajeron como consecuencia una polarización que desestabilizó permanentemente la vida política. A esto hay que añadir el efecto que la Revolución Rusa (1917) va a tener sobre todas las organizaciones obreras en España.

  7. El Resurgir de los Problemas Clerical y Militar

    Otro dato significativo fue el resurgir de dos viejos problemas: el clerical y, sobre todo, el militar.

    El Problema Clerical

    Por lo que respecta al problema clerical, fue una constante del reinado. En la extensión de este problema influyeron varias cuestiones:

    • Por una parte, el Partido Liberal se dedicó a atizar un anticlericalismo constante como bandera política. Esta situación dio lugar a «broncas» como la «Electra» de Galdós o las agresiones a sacerdotes.
    • Por otra parte, el anticlericalismo era común tanto entre la pequeña burguesía antidinástica como entre una buena parte de la clase obrera, sobre todo en los círculos anarquistas.

    El Problema Militar

    En cuanto al problema militar, un ejército compuesto de 80.000 soldados tenía 2.400 oficiales y 500 generales (muchos más de los que tenía cualquier otro ejército de similares efectivos), es decir, una locura difícilmente sostenible en la que la mayor parte del presupuesto del Ministerio de la Guerra se iba en pagar sueldos. Si a esto se suma que a partir del 98 las críticas al ejército son unánimes, se entenderá el descontento de estos.

  8. El Crecimiento de los Movimientos Nacionalistas

    El espectacular crecimiento de los movimientos nacionalistas, sobre todo en Cataluña, introdujo un factor nuevo que alteró por completo la relación de fuerzas políticas, no solo en la periferia, sino también en las Cortes. Este factor generó numerosas tensiones entre el gobierno central y los grupos nacionalistas.

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