La Oposición: Exilio, Represión y Resistencia
La represión del enemigo político que se produjo en la Guerra Civil (GC) continuó en la posguerra. Las cárceles estaban pobladas de presos políticos republicanos, mientras que otra parte de la población se exilió.
Trayectoria al Exilio
Abandonaron España hacia Francia y África muchas personas comprometidas con la República. La mayoría volvieron al país una vez comenzada la Segunda Guerra Mundial (GM) y cuando el régimen prometió no proceder contra quienes no hubiesen cometido delito, promesa que fue incumplida. Hubo emigración a América, México y Francia. El exilio duró tanto como el régimen. En 1945, en México, se reanudó la actividad de la República española en el exilio.
Represión y Resistencia en el Interior
La represión y destrucción se dirigió contra los enemigos que habían apoyado a la República o a quienes no habían manifestado su adhesión absoluta al régimen. El objetivo, mediante la represión, era anular cualquier oposición. Los vencedores ejercieron una represión fuera de control, marcada por venganzas personales y enfrentamientos ideológicos. Fue la época de los «paseos», donde se fusilaba a los antifranquistas y también se les infligían palizas públicas.
El régimen estableció una legislación legal el 9 de febrero de 1939, buscando la depuración total de personas colaboradoras con la República. El argumento jurídico de la ley era la consideración de los fieles a la República como verdaderos reos de rebelión y del delito de oponerse al triunfo del Movimiento Nacional. Se produjeron juicios militares y civiles.
En 1944, guerrilleros coordinados por el Partido Comunista de España (PCE) intentaron desde Francia una invasión peninsular, pero tuvieron que retirarse. La oposición política estaba completamente desorganizada. El PCE decidió trabajar en el interior del país para impulsar la acción antifranquista.
Los Primeros Intentos de Apertura
Al iniciarse los años cincuenta se hizo evidente el estrangulamiento económico y el agotamiento de la autarquía. La consecuencia de la progresiva incorporación de España al concierto internacional fue la necesidad de proceder a una reorientación política y económica del régimen.
Agotamiento de la Vía Autárquica
La política económica de la autarquía empobreció a gran parte de la población y aumentó la desigualdad en la distribución de la renta. La reducción del salario real, como consecuencia del aumento de los precios y la imposibilidad de cualquier reivindicación de los trabajadores (dada la ausencia de libertad social), originaron unas condiciones de vida muy duras.
Esto provocó la aparición de las primeras movilizaciones obreras y ciudadanas:
- Entre 1945 y 1947: Primer estallido de conflictividad en Cataluña, Asturias y País Vasco.
- 1951: Movimiento de protesta en Barcelona. Su origen fue el aumento del precio del billete del tranvía, derivando hacia una protesta por los salarios y la falta de libertad.
Las movilizaciones mostraron al régimen el descontento con la situación económica. El objetivo de alcanzar la autosuficiencia había fracasado. Fue obligatoria la importación de alimentos, gracias a la colaboración de Argentina, lo que ayudó a paliar el hambre en España. Sin embargo, la escasez de divisas impidió importar materias primas y productos fabricados imprescindibles para el sector industrial.
Peso de la Situación Internacional
Desde 1947, EE. UU. alternó su posición frente al régimen de Franco. En el verano de 1949 estalló la primera bomba atómica soviética, lo que aumentó la disposición de EE. UU. a ayudar económicamente a España. Se inició una fase favorable de las relaciones internacionales porque España se convirtió en un fiel aliado occidental en la lucha contra el comunismo.
Hitos del fin del aislamiento:
- En 1950, España fue admitida en la FAO y la UNESCO.
- En 1955, la ONU recomendó la vuelta de los embajadores a España (fin del aislamiento).
- En 1953, el régimen firmó un nuevo Concordato con la Santa Sede, afianzando la alianza con la Iglesia.
- También en 1953, se firmaron los tratados militares con EE. UU., por los que España cedía bases militares a cambio de ayuda militar y económica.
Tímidos Cambios Políticos
Franco decidió remodelar el gobierno en 1951. El nuevo gabinete se caracterizó por ser una combinación de falangistas y católicos, con más peso de los segundos, y por la introducción de personalidades no tan comprometidas con los principios más autoritarios. Se introdujo a Luis Carrero Blanco.
El régimen pretendía una homologación global para poner fin al aislamiento y conseguir algunos éxitos en la política exterior. Las ayudas económicas recibidas entre 1953 y 1956 no paliaron la angustiosa situación económica.
Entre 1956 y 1958, se produjo una nueva oleada de protestas obreras en los principales núcleos industriales, generando un importante movimiento huelguístico. La crítica situación económica y social y las nuevas relaciones internacionales del régimen obligaron a Franco a un nuevo cambio de gobierno.
En la remodelación del gobierno de 1957 entraron los tecnócratas. Se inició una reorientación de la política económica basada en:
- El abandono de la autarquía.
- La liberalización interior.
- La apertura al exterior.