El Contexto Histórico de la Constitución de 1812
El tema central de este texto es la exposición de algunos principios fundamentales de la Constitución de 1812. Las principales ideas hacen referencia a la soberanía nacional, la división de poderes y la religión nacional. Las circunstancias históricas que rodean a este texto se enmarcan en el contexto de una España ocupada por las tropas francesas, dentro de un periodo bélico conocido como la Guerra de la Independencia (1808-1814), consecuencia directa de la invasión napoleónica.
La Política Exterior Española y el Ascenso de Napoleón
La guerra estalla en Europa en contra de la Revolución Francesa. Inglaterra, Austria y Prusia luchan a favor de las monarquías absolutas. Inicialmente, España, con Aranda como primer ministro, se mantiene neutral, ya que no estaba preparada para un conflicto. Sin embargo, Carlos IV rompe lazos con Francia cuando se ejecuta a su primo Luis XVI y declara la guerra a la Revolución junto con los países citados, aun sin estar preparada ni económica ni militarmente para el conflicto.
Los ejércitos franceses entran en España por el País Vasco y Cataluña y se imponen sobre los españoles. Godoy, el nuevo primer ministro tras el cese de Aranda, inicia un acercamiento con la República Francesa, firmando la Paz de Basilea en 1795, que subordinó a España a los intereses franceses.
La Alianza con Francia y la Crisis Financiera
La subida de Napoleón al poder comportó un cambio de orientación en la política exterior, y España se convirtió en aliada de Francia. Fruto de esta alianza fue la guerra contra Gran Bretaña, donde la flota franco-española fue derrotada en Trafalgar. Esto supuso la pérdida de casi toda la flota española y la interrupción del comercio atlántico.
Para conseguir recursos para la Hacienda, Godoy recurrió a:
- El endeudamiento.
- El aumento de las contribuciones.
- La desamortización de las tierras eclesiásticas.
Estas medidas provocaron la oposición de la Iglesia y la nobleza, así como la desconfianza de Fernando (futuro Fernando VII). También existía un profundo descontento popular (debido a elevados impuestos, carestía de alimentos, hambre y epidemias) que derivó en motines.
El Tratado de Fontainebleau y las Abdicaciones de Bayona
La situación se deteriora aún más cuando España firma el Tratado de Fontainebleau, que autorizaba a los ejércitos franceses a entrar en el país para atacar a Portugal. En 1808, los franceses entran en España y van conquistando ciudades (Barcelona, Vitoria, etc.). La familia real huye a Aranjuez, donde los partidarios de Fernando conspiran y se produce el Motín de Aranjuez. Carlos IV abdica a favor de su hijo Fernando, que fue proclamado rey como Fernando VII.
Al día siguiente de la proclamación, Napoleón convoca a padre e hijo en Bayona con la intención de hacer abdicar a los dos Borbones y poner a su hermano José I como rey. Napoleón convoca a las Cortes en Bayona para aprobar el Estatuto de Bayona, un texto de contenido reformista, y José I fue reconocido como nuevo monarca.
La Guerra de la Independencia (1808-1814)
El Levantamiento Popular y el Vacío de Poder
La situación de las poblaciones con presencia francesa era muy tensa. Era evidente que se trataba de una invasión, y el rumor de que Napoleón había secuestrado a los reyes en Bayona provocó motines y resistencias que se inician con el levantamiento de Madrid, el 2 de mayo de 1808.
El alzamiento contra los franceses estuvo impulsado por las clases populares, contando también con el apoyo del clero en defensa de la religión católica y la monarquía. Incapaces de controlar la rebelión popular y de frenar la ocupación francesa, las instituciones perdieron el control político, generándose un vacío de poder y el desmoronamiento institucional del Antiguo Régimen.
Organización de la Resistencia y las Juntas
Los patriotas, debido al sentimiento de unidad entre los españoles, crearon juntas para luchar. Los voluntarios consiguieron victorias importantes como las de Bruc y Bailén, que obligaron a José I a retirarse temporalmente en noviembre de 1808.
Las juntas locales crearon una Junta Suprema Central que reconoció a Fernando VII como rey, asumiendo la necesidad de su regreso, ya que estaba retenido por Napoleón en Francia.
La Intensificación del Conflicto y la Guerra de Guerrillas
Entre noviembre de 1808 y enero de 1810, Napoleón entra en España y ocupa Aragón, Cataluña y Madrid, bombardeando ciudades como Girona o Zaragoza. En 1809, José I regresa a Madrid.
Se intensifica la guerra de guerrillas, una nueva forma de organización de grupos reducidos de guerrilleros que actuaban de manera informal, sobre todo en zonas rurales, y estaban dirigidos por militares, clérigos y campesinos.
El Declive Francés y la Restauración Borbónica
El dominio francés adquiere su máximo nivel a principios de 1812, cuando las tropas napoleónicas dominaron Valencia. Pero a partir de entonces, la ocupación se fue debilitando debido al inicio de la invasión de Rusia por parte de Napoleón.
Ello facilitó el contraataque de las tropas británicas y españolas comandadas por el general Wellington, que vencieron en Arapiles. Esto supuso la retirada de José I y la liberación de España.
Napoleón, ante la imposibilidad de mantener los dos frentes, firma el Tratado de Valençay, por el que retiraba sus tropas y restablecía la monarquía de Fernando VII, quien cruzó la frontera de los Pirineos en marzo de 1814.
Consecuencias de la Guerra
La Guerra de la Independencia fue un conflicto largo, de crueldad extrema y muy destructivo. En términos económicos, la producción agraria quedó destruida, la industrial colapsada y el comercio se paralizó, dejando al país en una profunda crisis.