Algunos artículos del fuero de los españoles 1945 comentario de texto

FUERO DE LOS ESPAÑOLES

Clasificación y análisis

El texto es una fuente primaria de carácter legislativo, por tanto público y de aplicación a la totalidad de los españoles. Fue promulgado en el año 1945 por Francisco Franco, en aquel momento Jefe del Estado que, además, acaparaba todos los poderes políticos y militares de forma dictatorial. Los artículos seleccionados en este documento recogen algunos de los principios ideológicos en los que se sustentaba el régimen franquista, tales como la defensa de la religión católica, única protegida y autorizada a manifestarse públicamente, aunque admitiendo la práctica privada de otros cultos; un sistema de participación en la vida política de tipo corporativista, a través de organismos como la familia, el municipio o el sindicato;
La prohibición del divorcio y el reconocimiento de la familia como una institución fundamental que debe ser protegida por el Estado. Igualmente, se hace hincapié en la defensa de la unidad de España y la obediencia al Jefe del Estado.

Explicación del problema hº y contexto

Tras la victoria en la Guerra Civil, Franco, autoproclamado “Caudillo de España”, se convirtió en la figura indiscutible, acaparando todos los poderes del Estado. El régimen se caracterizó inicialmente por la preeminencia política de Falange y una clara orientación fascista. En los primeros años de la posguerra practicó una política basada en una durísima represión sobre todos aquellas personas que, reconocidas o simplemente sospechosas, hubieran tenido algún significado republicano (“rojos” en la jerga de la época). Pero la situación del país, desolado por la guerra, exigía, además, una reconstrucción que permitiera la recuperación de la normalidad. En el plano económico las cosas fueron de mal en peor debido a la insistencia en aplicar una política autárquica que motivó la escasez de todo tipo de productos básicos y retrasó en bastantes años la recuperación de los niveles de vida previos a la guerra. La pervivencia de la Segunda Guerra Mundial y la victoria de los aliados, que identificaron al régimen de Franco con las derrotadas potencias del Eje, fueron también factores muy negativos que ahondaron la crisis de la posguerra española. En el plano político, el régimen necesitaba dar una apariencia de legalidad y dotarse de unas instituciones que sostuvieran a la dictadura franquista. El primer paso se dio en plena guerra, cuando una serie de decretos concentraron en Franco todos los poderes del Estado y le garantizaron un ejercicio personal de los mismos, sin ningún tipo de trabas. Posteriormente se fueron promulgando un conjunto de leyes, denominadas Leyes Fundamentales, en las que, a falta de una Constitución, se recogían los derechos y deberes de los españoles. Algunas de estas leyes fueron el Fuero del Trabajo, que regulaba las relaciones laborales según un modelo inspirado en sistema fascista italiano, con sindicatos verticales controlados por Falange en los que se integraban obreros y empresarios; el Fuero de los Españoles, donde se fijaban los derechos y deberes básicos; la Ley de Referéndum, que permitía al Jefe de Estado consultar a los españoles aquello que él considerase necesario; la Ley de Sucesión, que permitía a Franco designar a su sucesor “a título de rey” o la Ley de Principios del Movimiento Nacional, que establecía la existencia de un partido único. Como forma de canalizar la representación política, se crearon unas Cortes, cuyos miembros eran designados por el poder o elegidos por sufragio indirecto, que simulaban un sistema parlamentario, pero que sólo tenían una función de colaboración con el gobierno. Todo este conjunto pasó a denominarse “democracia orgánica”, para diferenciarlo claramente de la democracia tradicional y parlamentaria, que el franquismo despreciaba. El Fuero de los Españoles era una especie de declaración de derechos y deberes con el que se trató de enmascarar el carácter dictatorial del régimen franquista en un momento en el que las relaciones internacionales se volvieron en su contra, tras la derrota de Alemania e Italia en la Segunda Guerra Mundial y el comienzo del aislamiento internacional promovido por las potencias aliadas. Sólo en apariencia era una declaración de derechos, pues el texto insistía, sobre todo, en los deberes de los españoles y en la estructura autoritaria del Estado. La propaganda gubernamental sobre el Fuero lo presentó como una constitución que reconocía las libertades políticas, pero, en realidad, el texto propónía un sistema político autoritario de carácter confesional con derechos limitados, puesto que los derechos y libertades reconocidos lo eran siempre que no se utilizasen para atacar la “unidad espiritual, nacional y social de España” y, en último término, quedaban condicionados a lo que el gobierno determinase en cada caso. En algunos aspectos se tomaron ideas de la Constitución de 1876, quedando siempre de manifiesto el gusto de franquismo por el conservadurismo más tradicional (el término “fuero”, que recuerda los viejos derechos medievales, es un buen ejemplo). La referencia a la familia, el municipio y el sindicato como unidades naturales en las que se desarrolla la actividad pública encaja también en esta ideología mezcla de fascismo y tradicionalismo, el modelo que caracterizó a la democracia orgánica. Son estas corporaciones, y no los partidos políticos, quienes debían canalizar la participación política. La firme alianza entre la Iglesia católica y el franquismo queda aquí plasmada con su reconocimiento como religión oficial del Estado. La moral católica se convirtió en la inspiradora de muchas normas y se impuso como modelo de vida a todos los españoles. Por último, cabe señalar el sentido superior que se concede a la unidad de la patria, desde una concepción nacionalista y centralista que rechaza cualquier tipo de autonomía y vincula la obediencia a Franco con la garantía de esa unidad. En resumen, el Fuero de los Españoles, como el conjunto de las Leyes Fundamentales del franquismo, son el instrumento del que se sirvió la dictadura para crear una armazón legal e institucional que le permitiera gobernar el país creando una apariencia de democracia, a la que se llamó orgánica, pero que, en realidad, no era más que un modo de perpetuar el poder personal y omnímodo de Franco.

Definiciones


Jefe del Estado:


cargo político que ostenta la más alta autoridad y representación en una comunidad. Según el tipo de régimen político puede tener funciones únicamente representativas,o disponer de diferentes grados de poder. Las dos formas más frecuentes suelen ser un rey, que accede al cargo hereditariamente, o un presidente, que lo hace por elección. En el caso de Franco, al ser una dictadura, acaparaba todos los poderes políticos en su persona: Jefe del Estado, Jefe de Gobierno y máxima autoridad militar.

Sindicato:


en sentido amplio, un sindicato es una organización dedicada a defender los derechos laborales de los trabajadores. En España los sindicatos más antiguos fueron la UGT y la CNT. Durante el franquismo, el sindicato vertical, llamado más tarde Organización Sindical Española, era el organismo en el que se encuadraban obligatoriamente empresarios y trabajadores por sectores de actividad. En este modelo desaparecían los sindicatos de clase, que representaban únicamente a los trabajadores.

Fuero:


nombre con el que se designaban determinadas leyes orgánicas durante el franquismo. Hace referencia a los antiguos fueros medievales, en los que se establecían los derechos que la corona reconocía a los habitantes de un territorio concreto, pero que ahora se refieren a la totalidad de la nacíón. Es una concesión al tradicionalismo del régimen franquista, que elude utilizar la palabra constitución para nombrar a una ley que fija derechos y obligaciones de este tipo

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