Anarquismo y socialismo en España

Los partidos obreros se organizan legalmente a partir de la promulgación de Ley de Asociación. Desde la ruptura de la AIT en 1872 el movimiento obrero estaba escindido en dos grandes corrientes ideológicas, los socialistas marxistas y los anarquistas de Bakunin. En España, el partido socialista más importante era el PSOE, fundado en 1879 por Pablo Iglesias, que seguía la corriente marxista que defendía el fin de la sociedad capitalista y de la propiedad privada de los medios de producción mediante la revolución obrera para establecer una dictadura del proletariado. Sin embargo poco a poco el PSOE evoluciónó hacia posiciones reformistas (socialdemocracia) presentando candidatos en las elecciones. En 1888 P. Iglesias fundó el sindicato
UGT, que centro su lucha en la mejora de las condiciones de trabajo (salario mínimo, jornada de 8 h., descanso dominical, prohibición del trabajo infantil). Los Anarquistas, por su propia naturaleza, carecían de una única doctrina, pero tenían en común el rechazo de toda forma de organización estatal. En España vamos a encontrar dos corrientes: En Andalucía el anarquismo de Bakunin, que propugnaba la formación de comunidades autónomas, autogestionadas, sin una autoridad ni propiedad privada y en Cataluña el anarcosindicalismo que quería mantener los sindicatos como única forma de organización social. La CNT fundada en 1911 fue el más importante sindicato anarquista.

Regionalismo y Nacionalismo:
A partir de mediados del Siglo XIX en toda Europa se desarrolla un sentimiento nacionalista, entendiendo la nacíón como una entidad con vida propia, con una forma de ser y de pensar, con unas manifestaciones culturales, una historia común y unos límites territoriales que no coincidirían con las fronteras políticas, creadas artificialmente. En este sentido el nacionalismo podía ser, políticamente, tanto de signo conservador como revolucionario, según el modelo de estado que defendieran. Durante los últimos años del XIX en España aparece el movimiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco, regiones donde existía una diferenciación lingüística sobre la que va a cimentarse el sentimiento nacionalista. Es en Cataluña donde se inicia este movimiento. Sus impulsores fueron Valentí Almirall y Prat de la Riba, fundadores de la Uníó Catalanista en 1892. Su programa político, recogido en las Bases de Manresa, propónía una Cataluña liberar y moderada con Parlamento propio, amplitud de competencias y una única lengua oficial, el catalán.  Defendía además  el desarrollo de la cultura catalana (Renaixença). El movimiento político pronto va a escindirse en dos grandes corrientes, una conservadora, cuyo partido más representativo fue La Lliga, y otra republicana y revolucionaria, cuyo partido más representativo será Esquerra Republicana (fundada en 1931). El nacionalismo vasco: fue más tardío y hasta la II República fue muy minoritario. En 1894, Sabino Arana fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV), muy conservador en sus planteamientos, y que partía de la reivindicación foral y del catolicismo más radical (“Dios y Leyes Viejas”). Era independentista y no se planteaba una forma de gobierno pues buscaba el mantenimiento de la raza (que estaba en peligro por la llegada masiva de inmigrantes) y la nacíón vasca en cuanto a lengua, tradiciones, cultura…Muchos más débiles fueron los regionalismos andaluz, valenciano o gallego, este último agrupado en torno al movimiento cultural Resurdimento.Desde el desastre de 1898 el aparente equilibrio político, ideado por Cánovas, se vio ensombrecido por la emergencia política y social de las organizaciones obreras, el republicanismo y el ascenso del nacionalismo. En 1902 Alfonso XIII accedíó al trono, cumplidos los 16 años, sustituyendo a su madre y comenzó la segunda etapa de la Restauración.

Los primeros intentos de asociación obrera fueron las “sociedades de ayuda mutua”, al principio sólo querían defender sus salarios, pero fueron prohibidas en 1844. Los obreros ¡Escribe tu texto aquí!

comprendieron que los liberales, incluidos los progresistas, no iban a defender su causa por lo que se alinearon con los partidos demócratas y republicanos. A partir de 1863 los obreros comenzaron a movilizase de nuevo, pero ahora abiertamente politizados. La revolución de 1868 despertó las esperanzas obreras y campesinas que creyeron que con ella comenzaría el proceso de reformas sociales que esperaban. Pero la llegada de la Restauración provocó la separación definitiva del movimiento obrero respecto a los partidos demócratas y republicanos. A partir de la promulgación de Ley de Asociaciones de 1887 los partidos obreros se organizan legalmente.El movimiento obrero internacional estaba escindido  en dos grandes corrientes ideológicas, los socialistas marxistas y los anarquistas de Bakunin. En España, el partido socialista más importante era el PSOE, fundado en 1879 por Pablo Iglesias, que seguía la corriente marxista que defendía el fin de la sociedad capitalista mediante la revolución obrera para establecer una dictadura del proletariado. Sin embargo poco a poco el PSOE evoluciónó hacia posiciones reformistas (socialdemocracia) presentando candidatos en las elecciones. En 1888 P. Iglesias fundó el sindicato UGT, que centro su lucha en la mejora de las condiciones de trabajo (salario mínimo, jornada de 8 h., descanso dominical, prohibición del trabajo infantil). Los Anarquistas, carecían de una única doctrina, pero tenían en común el rechazo de toda forma de organización estatal. En España vamos a encontrar dos corrientes: En Andalucía el anarquismo de Bakunin, que propugnaban la formación de comunidades autogestionadas, sin propiedad privada y en Cataluña el anarcosindicalismo que quería mantener los sindicatos como forma de organización social. La CNT fundada en 1911 fue el más importante sindicato anarquista. Hubo además una corriente que defendía la acción directa, es decir, actos de terrorismo contra los poderes del Estado: políticos, banqueros, monarquía, iglesia, empresarios o terratenientes.El principio del Siglo XX estará caracterizado socialmente por el crecimiento de las organizaciones obreras y por su capacidad de movilización.

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