Causas y consecuencias del Golpe de Estado de 1930

14.1.2 La dictadura de Primo de Rivera. El reinado de Alfonso XIII

La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930)


El 13 de Septiembre de 1923 el capitán general de Cataluña, Miguel Primo de Rivera, mandó ocupar los servicios telefónicos de Barcelona y leyó un comunicado ante los periodistas, dando un Golpe de Estado.
Alfonso XIII, que estaba de vacaciones en San Sebastián, regresó a Madrid y mandó formar Gobierno a Primo de Rivera, que decidíó convertirse en dictador militar único, aunque contaría con la asistencia de un directorio militar integrado por generales. La dictadura fue la solución autoritaria a una situación ya insostenible, cuyas causas principales eran:

1) La crisis del sistema político, cada vez más minado por la inestabilidad social desde la crisis de 1917


2) El fracaso de la política en Marruecos, agudizado sobre todo desde el desastre de Annual de 1921. Primo de Rivera dio el Golpe de Estado antes de que saliera a la luz el Informe Picasso.

3) Numerosas huelgas y protestas de las clases trabajadoras que alteraban el orden público

4) El fuerte aumento de precios en España

Pero si triunfó el golpe de Primo de Rivera fue porque desde el comienzo contó con apoyos importantes:

1)

Alfonso XIII

2) La Iglesia

3) Un sector importante del ejército, partidario del restablecimiento del orden


4) El empresario catalán, que aspiraba a acabar con el peligro anarquista y restaurar así el orden público en Barcelona.

Asimismo, también fue importante la pasividad de socialistas y anarquistas.
Solo los minoritarios comunistas, fuertes en Bilbao, se opusieron abiertamente.

La figura de Primo de Rivera no encabezaba ningún partido, carecía de carisma popular y su régimen no tenía ideología alguna. Fue un régimen paternalista:
Se consideraba “Padre” de todos los españoles.

El régimen de la dictadura suspendíó la Constitución de 1876, no la derogó, y fue, por lo tanto, una solución transitoria al desmoronamiento del sistema político de la Restauración. Si la dictadura duró algo más de seis años fue en gran medida por sus éxitos iniciales, principalmente el restablecimiento del orden público y la resolución del problema de Marruecos, sin despreciar tampoco la favorable coyuntura económica internacional, de la que España se benefició.

La crítica situación del orden público que se vivía en el país, justificó la implantación del estado de guerra durante casi dos años. La política de represión se concretó en la merma de las libertades públicas, la constante prohibición de reuniones y asociaciones, la censura de la prensa, etc. Pero la medida más contundente fue la persecución de los anarquistas, quienes, no por ley, pero sí en la práctica, fueron condenados a la clandestinidad y su organización quedó desarticulada. Primo de Rivera establecíó un cuerpo de civiles armados, el Somatén, cuya función era el mantenimiento del orden.

El problema marroquí era uno de los asuntos políticos más espinosos tras el desastre de Annual. Además de la gran impopularidad del conflicto entre la población, el propio ejército estaba dividido en dos grupos: los africanistas, partidarios de seguir la lucha, y los abandonistas.
El propio dictador se había pronunciado desde hacía tiempo en contra de continuar las operaciones en Marruecos. Pero la liquidación de la guerra se debíó a la iniciativa del dirigente rifeño Abd-el-Krim, que cometíó el error táctico de atacar a los franceses. Esto propició una contundente actuación militar conjunta hispano-francesa en Alhucemas.
La consecuencia inmediata fue la rendición de Abd-el-Krim, que despejó el camino para la finalización de la guerra (1927). Este fue, sin duda, el mayor éxito que se apuntó el dictador.


A finales de 1925, se propuso renovar su régimen dictatorial mediante la sustitución del directorio militar por un nuevo directorio civil.
Esta renovación del equipo de gobierno demostraba la intención del dictador de perpetuarse en el poder. Para ello necesitaba transformar la dictadura en un nuevo régimen a su medida, cuyas bases fueron:


a) un partido propio, la Uníón Patriótica, en torno al lema «religión, patria y monarquía». Calvo Sotelo pertenecíó a este partido.

B) una Asamblea Nacional Consultiva, en sustitución de las viejas Cortes

C) un proyecto de nueva Constitución, que no llegó a ser promulgada

En cuanto al intervencionismo estatal en la economía, el período de la dictadura se caracterizó por la diversidad de actuaciones y la amplitud de las mismas en un corto intervalo de tiempo:

1) se destinaron grandes cantidades de los presupuestos del Estado a subvencionar industrias

2) se establecieron monopolios en diversos sectores clave de la economía:

· La Compañía Telefónica Nacional de España fue concedida a la norteamericana International Telephone and Telegraph (ITT).

· La Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos S.A (CAMPSA)
, concebida a un consorcio de bancos españoles.

3) se puso en marcha un ambicioso programa de obras públicas:

· Se pretendía mejorar 7.000 kilómetros de carreteras, aunque solo se arreglaron unos 3.000.

· Se inició un plan de construcción de embalses con el doble objetivo de producir electricidad y aumentar las superficies de regadío.

· Se inició una política de reforestación.

· Se llevó a cabo una política hidráulica gracias al conde de Guadalhorce.

4) se crearon escuelas y se dotó de salario a los maestros

Por otra parte, la dictadura debíó afrontar, desde sus mismos inicios, numerosas críticas, manifestaciones de oposición, e incluso pronunciamientos militares (como la Sanjuanada): las descalificaciones de Unamuno, la huelga de universitarios, los pronunciamientos militares de inspiración republicana, etc.

Cada vez más aislado políticamente, no contando ni siquiera con el apoyo de los capitanes generales, el 28 de Enero de 1930, el dictador presentó al rey su dimisión y se exilió en París donde murió dos meses después.

Reinado Alfonso XIII


Alfonso XIII decidíó restablecer el viejo sistema parlamentario, pero los dos Gobiernos que se sucedieron (dictablanda), el de Berenguer y el de Aznar, fueron incapaces ya de resucitar lo que podía considerarse un cadáver político. Al margen del sistema, los partidos de la oposición establecieron el Pacto de San Sebastián integrado por republicanos y autonomistas gallegos y catalanes, a los que se incorporaron después socialistas y anarquistas. Sus objetivos eran instaurar la República, mediante un alzamiento militar apoyado por civiles. Pero la caída de la monarquía no fue provocada por ninguno de los dos intentos fallidos que se produjeron de alzamiento militar, sino por los resultados de las urnas: en las elecciones municipales del 12 de Abril de 1931, los monárquicos fueron derrotados, especialmente en los núcleos urbanos. Ante la victoria Republicano-Socialista, el rey Alfonso XIII decidíó abandonar España. El día 14 de Abril de 1931 se proclamaba la Segunda República y se formaba un Gobierno provisional.

En conclusión, la monarquía se hundíó por la excesiva implicación personal del rey en un sistema político reaccionario, incapaz de renovarse y de abrirse a la sociedad.

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