Causas y consecuencias del Golpe de Estado de 1930

4.MODELO 0 A

Especifica las carácterísticas esenciales de la Constitución de 1931


Carácterísticas esenciales

Se definía a España como «una república democrática y de trabajadores de toda clase que se organiza en régimen de libertad y justicia».

La declaración de derechos ciudadanos era muy amplia y superaba con mucho a las Constituciones más progresistas del Siglo XIX.

El Estado era único, pero admitía posibles autonomías regionales.

La propiedad privada de los medios de producción quedaba subordinada a los intereses de la economía nacional, por lo que se posibilitaban las nacionalizaciones de empresas o sectores económicos.

Las Cortes adquirían un gran poder, tanto legislativo como de control sobre el Gobierno, y constaban de una sola cámara elegida por sufragio universal; este, por primera vez, incluía también a las mujeres.

El Gobierno era responsable ante las Cortes, que podían retirarle su confianza en cualquier momento.

En materia religiosa, el Estado se declaraba laico, pero se reconocía la libertad de conciencia y la práctica de cualquier religión; aunque, entre otras cosas, se prohibía a la Iglesia ejercer la industria, el comercio y –lo más conflictivo– la enseñanza.

En relación con la enseñanza, la cultura aparecía como una función primordial del Estado, cuya obligación era extenderla a toda la población, sin discriminaciones de tipo económico.

Los asuntos más polémicos

Los asuntos más polémicos fueron los relativos a la Iglesia y a las autonomías, por la actitud beligerante de la derecha en estas cuestiones.

También fue motivo de polémica el derecho a voto de la mujer. En los debates parlamentarios sobre la inclusión del sufragio femenino en la nueva Constitución, la más firme defensora fue la diputada Clara Campoamor (del Partido Radical), pero entre quienes manifestaron una mayor oposición estaba curiosamente una mujer, y de izquierdas, Victoria Kent (del Partido Radical Socialista), no porque rechazara por principios el sufragio femenino, sino porque consideraba que las mujeres españolas estaban aún demasiado influenciadas por el clero y, por tanto, su voto en ese momento se dirigiría mayoritariamente hacia la derecha antirrepublicana.

4.MODELO 0 B    Junio A

Describe la evolución de la dictadura de Primo de Rivera, desde el Directorio militar al Directorio civil y su final.

El directorio militar (1923-1925)


La dictadura suspendíó la Constitución –no la derogó– y fue, por tanto, una solución transitoria al desmoronamiento del sistema político de la Restauración.

Sus objetivos se resumían en un lema simple: «Menos política y más administración». Y la actuación gubernamental fue el resultado más de la improvisación que de la puesta en práctica de un verdadero programa político.

Si la dictadura duró algo más de seis años, se debíó en gran medida a la favorable coyuntura económica internacional, de la que España se benefició indirectamente, y a los éxitos iniciales:

• El restablecimiento del orden público. La crítica situación de conflictividad social que se vivía en el país, sobre todo en Barcelona, justificó la implantación del estado de guerra durante casi dos años. La política de represión se concretó en la limitación de las libertades públicas, la constante prohibición de reuniones y asociaciones, la censura de la prensa, etc. Pero la medida más contundente fue la persecución a los anarquistas.

• La resolución del problema de Marruecos. El dirigente rifeño Abd-el-Krim cometíó el error táctico de atacar a los franceses en 1925, lo que propició una contundente actuación militar hispanofrancesa (el desembarco en Alhucemas en 1925), cuya consecuencia fue la rendición de Abd-el-Krim y la finalización de la guerra dos años después (1927). Este fue sin duda el mayor éxito que se apuntó el dictador, ya que satisfizo la demanda generalizada de acabar con la guerra y, al mismo tiempo, elevó el prestigio de los militares africanistas.

El directorio civil y el fin de la dictadura (1925-1930)


Una vez resueltos los dos grandes problemas que podían justificar la situación excepcional de la dictadura ante la opinión pública –la conflictividad social y la situación en Marruecos–, Primo de Rivera pudo haber permitido el retorno a la normalidad constitucional. Pero no lo hizo, sino que se propuso renovar su régimen mediante la sustitución del directorio militar por un nuevo directorio civil, de carácter más técnico.

Esta renovación del equipo de gobierno demostraba la intención de Primo de Rivera de perpetuarse en el poder. Para ello necesitaba transformar la dictadura en un nuevo régimen a su medida, cuyas bases principales fue estableciendo de forma escalonada en el tiempo:

• Un partido propio, la Uníón Patriótica, creado en 1924, cuyo lema era: «Religión, patria y monarquía».

• Una Asamblea Nacional Consultiva, formada en 1927 con el cometido de preparar y presentar una nueva legislación general y completa que habría de ser sometida a aprobación. No era, por tanto, un Parlamento representativo de la nacíón ni tenía función legislativa, sino que se limitaba a elaborar los anteproyectos de ley del nuevo régimen y a asesorar al gobierno.

• Un anteproyecto de Constitución, presentado en 1929 por la Asamblea Nacional Consultiva, pero que no llegó a promulgarse. Tampoco era propiamente una Constitución, sino en todo caso una Carta otorgada.

Sin embargo, estos intentos de erigir un nuevo régimen no obtuvieron apenas apoyos políticos.

Por otra parte, la dictadura debíó afrontar, desde sus mismos inicios, pero con más intensidad según se prolongaba en el tiempo, numerosas críticas, manifestaciones de oposición e incluso pronunciamientos militares. En este sentido son destacables las descalificaciones de intelectuales, como Unamuno, la huelga de universitarios de 1929, los pronunciamientos militares de inspiración republicana de 1924 y 1929, etc.

Cada vez más aislado políticamente, Primo de Rivera decidíó hacer una consulta a los capitanes generales para saber si contaba con su respaldo. Pero sus tibias respuestas le demostraron que estaba completamente solo y sin apoyos, por lo que el 28 de Enero de 1930 presentó su dimisión al rey.

4.Junio B

Explica las causas de la formación del Frente Popular y las actuaciones tras su triunfo electoral, hasta el comienzo de la guerra

Causas de la formación del Frente Popular: la polarización política

La revolución de Octubre provocó una fuerte polarización política y una radicalización de posiciones, tanto de la izquierda como de la derecha.

La izquierda, tras la represión que siguió a la revolución de Octubre, impulsó una concentración de fuerzas que desembocó en la creación del Frente Popular. También contribuyó a ello el avance del fascismo en Europa y la recomendación de la Internacional Comunista de frenarlo mediante la formación de frentes antifascistas integrados por todas las fuerzas de izquierdas.

En las elecciones de Febrero de 1936, tras la experiencia del bienio conservador, la izquierda vio la necesidad de unirse contra la reacción de derechas y para conseguir una amnistía que sacara de la cárcel a los dirigentes populares detenidos tras la revolución asturiana. En consecuencia, se configuró el Frente Popular, que agrupaba a toda la izquierda: desde los republicanos de Azaña hasta los comunistas, con el apoyo incluso de los anarquistas.

Las primeras actuaciones


Tras la victoria en las urnas del Frente Popular y tan solo cuatro días después de la formación del gobierno, se decretó la amnistía para todos los represaliados de la revolución de 1934, aunque las multitudes de las grandes ciudades ya los habían liberado de las cárceles nada más conocer el triunfo electoral. También se decretó el reingreso a sus puestos de trabajo.

La siguiente medida fue la restauración plena del Estatuto de autonomía para Cataluña, suspendido tras la revolución de Octubre y solo parcialmente restablecido después. Companys, tras su liberación, volvíó a ocupar la presidencia de la Generalitat.

Se retomó también, pero con verdadero ímpetu, la expropiación y adjudicación de tierras a los campesinos, al amparo de la reforma agraria de 1932: entre Marzo y Julio de 1936 se expropió y repartíó casi cinco veces más superficie de tierras que entre 1932 y 1934.

Por último, el Congreso destituyó al presidente de la República, el conservador moderado Alcalá Zamora, y fue elegido para el cargo Manuel Azaña, quien, en consecuencia, tuvo que disolver el gobierno que había presidido hasta entonces y mandar formar nuevo gobierno, que, ante la nueva negativa de los socialistas a participar en él, estuvo compuesto por segunda vez solo por republicanos.

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