Despotismo ilustrado Saboyá

2.Junio A

Explica las causas de la Guerra de Sucesión Española y la composición de los bandos en conflicto


Causas

En 1700 murió sin descendencia Carlos II. Los dos candidatos con más derechos al trono eran el archiduque Carlos de Austria, de la rama austriaca de los Habsburgo, y Felipe de Anjou, de la casa de Borbón. Carlos II había nombrado como heredero a este último, nieto de Luis XIV de Francia, el monarca más poderoso de Europa en ese momento y, por tanto, el mejor aliado posible para garantizar la integridad territorial de la debilitada monarquía hispánica. En un principio, Felipe V fue aceptado sin oposición tanto en España como en Europa, salvo por parte del emperador de Austria, que no había reconocido el testamento de Carlos II y había iniciado las hostilidades en Italia.

Pero Luis XIV obraba como si fuera el rey efectivo de España y, además, había reconocido los derechos sucesorios de Felipe V al trono francés. Esto podría conducir en un futuro a la uníón de Francia y España bajo una misma Corona, cuya hegemonía sería indiscutible. Por ello, las potencias europeas se alarmaron ante la posibilidad de que se formara un poderoso bloque francoespañol.

En consecuencia, Inglaterra y Holanda decidieron apoyar a Austria en su lucha por instalar al pretendiente austriaco en el trono español, lo que desencadenó la Guerra de Sucesión Española. Posteriormente se unieron a la alianza Portugal y el ducado de Saboyá.

Bandos en conflicto

La Guerra de Sucesión fue al mismo tiempo una contienda europea y una guerra civil española:

   – Como guerra europea se enfrentaron el bando francoespañol y la Gran Alianza antiborbónica    (Austria, Inglaterra, Holanda, Portugal y Saboyá).

– Como Guerra Civil española, en general la Corona de Aragón se inclínó mayoritariamente por el archiduque Carlos de Austria, mientras que la Corona de Castilla apoyó a Felipe V, aunque hubo partidarios de uno y otro pretendiente en ambas Coronas.

2.Junio B

Comenta las ideas fundamentales de la Ilustración y define el concepto de despotismo ilustrado


Ideas fundamentales de la Ilustración

El pensamiento ilustrado partía de los logros de la revolución científica del Siglo XVII, que llevaron a la conclusión de que la naturaleza se regía por leyes comprensibles para la razón humana y que podían ser formuladas científicamente.

La Ilustración se basó, por tanto, en el culto a la razón, ya que esta no solo podía explicar las leyes de la naturaleza, sino también el funcionamiento de la sociedad y el comportamiento humano, e incluso perfeccionarlos.

En consecuencia, la sociedad se debía organizar racionalmente, rechazando muchas de las viejas creencias y prácticas sociales tradicionales.

Así, las dos grandes consignas de este Siglo XVIII, expansivo y optimista, fueron el progreso y la felicidad popular.

Concepto de despotismo ilustrado

Era el ideal político de la Ilustración y se basaba en dos principios fundamentales:

– El poder absoluto de la monarquía, lo que no supónía ninguna ruptura con la tradición política anterior.

– El ideal del rey filósofo, que, asistido por las minorías ilustradas del país, sabía lo que convénía a sus súbditos y estaba en condiciones de impulsar desde el poder la reforma racional de la sociedad en todos los aspectos necesarios para el progreso y la felicidad de su pueblo: en la educación (para que fuera útil), en la economía (para que aumentara la producción y la riqueza), en la Iglesia (para que cumpliera su función con moralidad y eficacia), etc.

La filosofía que inspiraba el despotismo ilustrado quedaba, pues, resumida en la famosa frase de «todo para el pueblo, pero sin el pueblo».

3.MODELO 0 A

Compara las desamortizaciones de Mendizábal y Madoz, y especifica los objetivos de una y otra


La desamortización eclesiástica de Mendizábal (1837-1849)


Se inició en una etapa de gobierno progresista durante la regencia de María Cristina.

Consistíó en la venta por subasta de las tierras expropiadas a la Iglesia, por lo que se la conoce también como desamortización eclesiástica.

Sus objetivos, determinados por la crítica situación que atravesaba el país –primera guerra carlista y estado ruinoso de la Hacienda–, fueron esencialmente tres:

• Sanear la Hacienda, mediante la amortización parcial de la deuda pública.

• Financiar los gastos de la Guerra Civil contra los carlistas.

• Convertir a los nuevos propietarios en adeptos para la causa liberal, que necesitaba apoyo social frente a la amenaza carlista.

La desamortización general de Madoz (1855-1867)


Se inició durante el reinado efectivo de Isabel II, en el periodo conocido como el bienio progresista.

Incluía todo tipo de tierras amortizadas: las de la Iglesia aún no vendidas de la desamortización anterior y las de propiedad municipal, principalmente.

La situación política y fiscal no era tan grave como durante la desamortización anterior, ya que la segunda guerra carlista no supuso tanto gasto como la primera y el régimen liberal estaba más consolidado.

Por consiguiente, además de reducir la deuda pública, se pretendía destinar parte de los ingresos obtenidos a financiar la construcción de las infraestructuras necesarias para modernizar la economía, en especial la red de ferrocarriles.

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