Creación del partido único

A medida que se produjo el avance y la conquista de territorios, hubo masacres de milicianos, militantes de organizaciones de izquierda y de civiles republicanos, como sucedíó en Sevilla, Badajoz o Málaga.
En la retaguardia de las zonas ocupadas por las autoridades militares, aunque en muchas ocasiones la dejaban en maños de las milicias de requetés y, sobre todo, de grupos de jóvenes falangistas.
Se planteó la necesitad de una dirección militar y política unificada
Entre los factores decisivos que explican el ascenso de Franco al poder supremo destacaron el que dirigiese el Ejército de África, las tropas mejor preparadas del ejército español, y que consiguiese rápidamente la ayuda militar de Hitler y de Mussolini para pasar esas tropas a la Península. Su popularidad se agrandó con la liberación del Alcázar.
Se decidíó elegir a Franco como generalísimo, es decir, jefe supremo de todos los ejércitos sublevados y jefe del gobierno del Estado español, concentrando en sus manos el mando militar y todos los poderes políticos del nuevo Estado. Franco constituyó una Junta Técnica de Estado como órgano consultivo del dictador, formada por militares.
Adoptó el título de caudillo e inició el camino hacia el establecimiento de una dictadura personal.
Ramón Serrano Súñer, miembro de la CEDA y cuñado de Franco. Convencíó a Franco, que no tenía un proyecto político propio, para crear un régimen de partido único similar al de los Estados fascistas mediante la fusión de la Falange y la Comunión Tradicionalista.
Había que eliminar y marginar a los dirigentes carlistas y falangistas que se resistiesen. Fal Conde, el jefe de los carlistas, fue obligado a abandonar España. Los monárquicos de Renovación Española y la CEDA aceptaron la unificación y se disolvieron.
Franco dio a conocer el decreto de unificación por el que creaba un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS, en el que se fusionaron falangistas y carlistas bajo la jefatura suprema de Franco. Su programa se basó en los principios de la Falange. Manuel Hedilla, jefe nacional de Falange, fue acusado de resistirse al decreto de unificación y encarcelado. El nuevo partido, también llamado Movimiento Nacional, adoptó el saludo fascista, el uniforme de camisa azul de los falangistas y la boina roja de los requetés carlistas
La Iglesia manifestó desde el principio su apoyo a la rebelión militar. La legislación laica de la república y la furia anticlerical desatada por la sublevación militar en la España republicana provocaron que la inmensa mayoría de la jerarquía eclesiástica y del clero, y de los católicos españoles, apoyasen la sublevación militar
Justificó la rebelión militar ante la amenaza del comunismo y calificaron la guerra civil de «cruzada religiosa».
Franco reuníó en su persona los poderes ejecutivo, legislativo y suspendíó la obra reformista de la república.


La Iglesia recuperó todos sus bienes, privilegios y derechos, y se le concedíó el monopolio de la enseñanza
La política social quedó plasmada en el Fuero del Trabajo
La Ley de Responsabilidades Políticas facultó a tribunales formados por militares y jueces a juzgar, depurar responsabilidades y castigar a todos los que hubiesen apoyado de algún modo a la república.

CONSECUENCIAS DE LA Guerra Civil

Se han dado cifras muy dispares sobre las pérdidas demográficas que causó el conflicto:
Los cálculos más aceptados estiman en unos 500.000 o 600.000 los muertos en la guerra. En combate, víctimas de la represión, y el resto fallecieron a consecuencia de enfermedades y privaciones tanto durante la guerra como en la posguerra. A ellos se añaden los muertos por la represión franquista desde 1939, entre 30.000 y 50.000
Otra de las consecuencias fue el exilio republicano. Ya durante la guerra, hubo una primera oleada, entre ellos los llamados «niños de la guerra». Pero la gran oleada se produjo con la caída de Cataluña. Unos 450.000 republicanos cruzaron la frontera francesa. Fueron internados en campos de concentración en condiciones muy penosas
Como resultado de las negociaciones entre el gobierno francés y Franco, regresaron casi la mitad y un numeroso grupo de exiliados fueron acogidos en diversos países de América Latina

Consecuencias económicas

La Guerra Civil tuvo unos electos económicos desastrosos y dejó al país exhausto.
Las destrucciones fueron muy considerables, las comunicaciones: ferrocarriles, carreteras y marina mercante.
No hubo grandes destrucciones de fábricas. Por el contrario, unas 500.000 viviendas fueron total o parcialmente destruidas
La producción industrial descendíó en un tercio por la falta de materias primas y de energía, y la agrícola, en una cuarta parte debido a la marcha de los hombres al frente, la falta de abonos, simientes y animales de tiro. La cabaña ganadera se redujo entre un tercio y la mitad.
Cayó la inversión, el comercio exterior y el consumo privado. Se calcula que el nivel medio de renta se redujo en un 28%.
La Hacienda pública estaba arruinada y sin reservas financieras y la inflación multiplicó por diez los precios

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