Deudas de guerra

24. Consecuencias económicas y políticas de la Primera Guerra Mundial (IGM 1914-1918).

Las consecuencias fueron muy notables en cuanto a pérdidas directas: las pérdidas demográficas durante la guerra y los años fueron cifradas en millones,. En términos proporcionales, las mayores pérdidas se concentraron entre la población activa masculina. Las pérdidas de capital básico fueron graves debido a los daños directos (guerra total), la depreciación y la falta de inversión, especialmente en los países que sufrieron los combates, pérdida a la que habría que sumar la de activos extranjeros y la de numerosos buques de la marina mercante. El capital físico sufrió una gran destrucción debido al gran potencial destructivo de las nuevas armas, y además hubo un gran deterioro del capital superviviente por la falta de reinversiones.
En cuanto al legado financiero las consecuencias financieras no se refieren tanto al coste directo, como a las consecuencias del método de financiación de la guerra y de la posterior reconstrucción: hubo una gran inflación causa del endeudamiento que se prolongó hasta 1922-23.
En cuanto a los cambios en la estructura económica internacional, la demanda de guerra provocó un desplazamiento del equilibrio económico hacia ultramar, América y el Pacífico. Durante la guerra surgió un proceso de sustitución de importaciones y de acceso a mercados exteriores que habían sido abandonados por los beligerantes europeos. Además, los Estados Unidos se convirtieron en el principal acreedor mundial gracias al superávit comercial, la liquidación de valores británicos y los préstamos de los aliados.
En cuanto a las consecuencias socio-políticas, la guerra contribuyó a cuestionar las bases de la sociedad burguesa (propiedad privada, jerarquía social, parlamentarismo) en parte porque los costes del conflicto habían sido repartidos desigualmente entre los agentes económicos. La irrupción de las masas en la escena política en demanda de cambios económicos, sociales y políticos, propiciada por la extensión del derecho de sufragio, fue percibida por las élites como una amenaza a la supervivencia del orden tradicional. La misma intervención pública durante la guerra había sido una experiencia para la reforma social, pero los problemas de reconstrucción y la naturaleza de los regímenes socio-políticas determinaron soluciones distintas en unos países y en otros. En general, la búsqueda de estabilidad dio paso a nuevas formas de negociación entre los agentes económicos, sociales y políticos, una especie de corporativismo que podía marginar cuando no desplazar a las formas de representación parlamentaria.
La guerra, los nuevos credos políticos, los problemas económicos y financieros de la posguerra y la depresión posbélica (1921-22) hicieron inevitable que los gobiernos tuvieran mayor preocupación e intervinieron más en la vida económica de las naciones. A la altura de 1920 la mayoría de las monedas europeas se situaban muy por debajo de sus valores de paridad de preguerra, la idea era volver a la situación anterior a 1914 y esta era volver al patrón oro. EEUUU era el único país que tenía un sistema de precios y una moneda estable y fue el primero en volver al patrón oro, porque era el único que tenía reservas auríferas. Y será EEUU quien otorgará estabilidad al sistema monetario, y a su vez se negará a ser el centro financiero.

25. Características del periodo de entreguerras. (1914-1939)

26. Problemas más importantes del periodo de entreguerras. (1914-1939). (Síntesis Tema 7).

En este periodo de entreguerras, cargado de hechos históricos, muchos contradictorios (guerras y paz, crecimiento y depresión…), se modificaron muchas de las pautas, reglas e ideales vigentes en el anterior siglo. En este contexto, la economía no fue una excepción. El patrón de la economía se modificó y los parámetros en que hasta entonces se había desenvuelto se alteraron: el crecimiento económico se desaceleró y se hizo más inestable; los precios perdieron su precedentes senda deflacionista para primero crecer y luego entrar en una más profunda deflación; el desempleo se hizo presente por doquier; la globalización dio paso a la desglobalizacion, pues los flujos internacionales se debilitaron, el proteccionismo revivió y el orden internacional se desmanteló, siguiendo entre sus miembros conductas nada cooperativas, competitivas y hasta agresivas; el comportamiento de la economía internacional fue peor que el de las economías nacionales, por lo que el crecimiento económico se hizo más autárquico; la política económica cambió de signo, se hizo menos liberal y más interventora aún que antes, en un empeño por restaurar y volver a la edad dorada o de superar la Gran Depresión, aunque los resultados dejaron mucho que desear.






La reconstrucción dio paso a una serie de problemas, como los tratados de paz. Los tratados de paz, tras la guerra, entre los aliados y los herederos de los grandes imperios centrales impusieron unos cambios territoriales. La tendencia hacia la unificación que había prevalecido antes de la guerra fue invertida por la construcción de nuevas organizaciones económicas y administrativas. Especialmente gravoso fue el trato impuesto a Alemania (a quien se culpó de la guerra) con evidente ánimo de represalia e importantes pérdidas de territorio, población y producción potencial. Las reparaciones constituyeron un grave error político (revanchismo) y económico ya que Alemania no podía pagarlas sin reducir su población a la pobreza. En realidad, los tratados de paz agravaron los trastornos monetarios al imponer enormes reparaciones a Alemania y no reducir las deudas interaliadas, ni vincular unas y otras o reducir su escala: el revanchismo de los aliados y la actitud de los EEUU a este respecto, reclamando las deudas de guerra en vez de vincular estas con las reparaciones de Alemania, tuvieron consecuencias gravísimas en el futuro inmediato. Además, la exigencia de pago o en oro o en dólares junto al proteccionismo, especialmente el norteamericano, dificultaron a todos los deudores obtener fondos.
Por todas estas razones las tareas de reconstrucción desbordaron la mera recuperación de los recursos perdidos durante el conflicto. Además, la ayuda posbélica fracasó, no solo por ser insuficiente sino también por dirigirse a los aliados en vez de a los países más necesitados de Europa central y por haber sido concedida en forma de crédito con reembolso en efectivo. La reconstrucción debía ser financiada con los recursos propios de cada país y mediante el crédito privado internacional, de ahí las dificultades de reconstrucción y la inestabilidad de las relaciones económicas internacionales.
En conclusión, el periodo de entreguerras tiene una triste reputación en cuanto a sus logros en el campo de la economía y de la política en comparación con la época precedentes. En algunos aspectos en cambio este periodo es tributario y continuador, no sin aprietos, de los avances surgidos en la etapa anterior en punto a cambio técnico y organizativo, afirmándose con ello la IIRI, si bien dicho progreso siguió siendo más un fenómeno americano que japonés. Los periodos más importantes, en notas generales, del periodo de entreguerras son:


De 1914 a 1919 la fase de la guerra en sí, no necesariamente recesiva siempre y en todas partes, que además estuvo asociada a fuertes tensiones inflacionistas.


De 1919 a 1920/21, fue una fase de reconstrucción posbélica, de renovado crecimiento y de toma de medidas de estabilización económica y control de precios.


De 1920/21-1922/23 fue una fase de crisis de reconversión de una economía de reconstrucción posbélica a una economía de paz. Fueron los felices años 20. Un modelo socioeconómico que se caracterizó por el llamado American life, cuyas principales características fueron el desarrollo económico y aumento de la producción, trabajo generalizado, aumento de la demanda, y sociedad de bienestar.


De 1929 a 1932/34 fue el periodo de la Gran Depresión, de decrecimiento acompañado de fuerte deflación y desempleo. La búsqueda del dinero fácil llevó a muchos inversores a especular en bolsa, la superproducción agraria e industrial originó grandes cantidades de stock a los que no era posible darles salida, lo que provocó la caída de los precios de los productos industriales y agrarios.


De 1932/34-1939 primó una fase de recuperación, no siempre completa, acompañada de tensión inflacionista y sin absorción plena del desempleo anteriormente generado.
Aunque si es cierto que no todas las economías mantuvieron una misma trayectoria de inestabilidad o estabilidad. La intensidad y dispersión de las fluctuaciones y movimientos económicos en los distintos periodos fueron diversas e incluso en ocasiones dichos movimientos estuvieron no sincronizados. La Gran Depresión, por ejemplo, castigó mucho más duramente a EEUU, que tardó en recuperarse y no lo hizo sino en el transcurso de la IIGM. Europa, sin embargo, la recuperación se produjo antes de iniciarse la guerra pero a lo largo de la misma se iría decreciendo. Dos casos excepcionales asoman en el cuadro general: la URSS con un ritmo propio y distinto, consecuencia de la Revolución socialista y su aislamiento de los problemas de las economías capitalistas, y Japón, economía capitalista que gozó de un crecimiento bastante sostenido y estable, sin apenas fases cíclicas, al haber sabido capear exitosamente, con sus acertadas políticas económicas, la depresión de los años 30.

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