Los Reyes Católicos: Unión Dinástica y Estado Moderno
La Unión Dinástica
La unión dinástica es la fusión de varios reinos bajo un mismo soberano. El matrimonio de los respectivos herederos de las Coronas de Aragón (Fernando) y Castilla (Isabel) supuso la unión de ambos territorios. Sin embargo, esta unión fue meramente dinástica, sin que se produjera una integración política completa en una monarquía unitaria. Cada Corona conservó sus propias leyes, instituciones, costumbres y su propia línea de sucesión.
Características de la Monarquía Autoritaria
El Estado de los Reyes Católicos se consolidó como una monarquía autoritaria con las siguientes características:
- La administración central requería una numerosa burocracia de juristas y letrados con formación universitaria para ser eficiente.
- Los Reyes Católicos evitaron convocar las Cortes de la Corona de Aragón, cuyas atribuciones podían limitar su poder. En cambio, las Cortes de Castilla fueron reunidas con más frecuencia.
- En el ámbito de la administración de justicia, los Reyes Católicos establecieron dos Chancillerías y dos Audiencias para centralizar y controlar el sistema judicial.
1492: Un Año Clave en la Historia de España
Conquista de Granada y Expulsión de los Judíos
Causas
El objetivo principal de los Reyes Católicos en 1492 era lograr la uniformidad religiosa, buscando que solo hubiera cristianos en sus reinos. Esta política respondía a la premisa de que la fe cristiana era el fundamento espiritual y político de la unidad de los reinos y un elemento de paz interior. Además, se perseguía aumentar las posesiones (tierras, rentas, súbditos) a costa del reino musulmán granadino y de los numerosos bienes de los judíos. También influyó una fuerte animadversión social hacia la población judía, que solía ocupar cargos y puestos apetecidos por los cristianos.
Consecuencias
En el ámbito religioso, se logró la uniformidad con la expulsión de los judíos. En el caso de los musulmanes de Granada, inicialmente se les garantizó la libertad religiosa, pero poco después se les obligó a convertirse al cristianismo. A este nuevo grupo social se les denominó moriscos, quienes a menudo continuaron practicando el islam en secreto. Los moriscos pervivieron en Granada hasta su rebelión y posterior dispersión (1571) y en los reinos de Valencia, Aragón y Murcia hasta su definitiva expulsión entre 1609 y 1614.
El Descubrimiento de América
Causas
La causa principal fue la búsqueda de una nueva ruta comercial hacia las Indias promovida por Cristóbal Colón, que consistía en navegar hacia Occidente. Este proyecto fue posible gracias a los avances en las técnicas de navegación (brújula, astrolabio, carabela) y al conocimiento de los vientos alisios. La reina Isabel I de Castilla dio su visto bueno al proyecto, ya que representaba una inversión de bajo riesgo con un potencial de grandes beneficios. Colón tuvo la fortuna de encontrarse con un insospechado continente en su viaje.
Consecuencias
El descubrimiento trajo consigo nuevas tierras, súbditos y productos. La llegada masiva de metales preciosos (oro y plata) promovió la economía europea y convirtió a Sevilla en el centro de los nuevos intercambios comerciales. Se inició una importante emigración de españoles hacia América, lo que llevó al sometimiento y, en muchos casos, la esclavitud de los habitantes nativos. A largo plazo, productos agrarios como la patata y el maíz resultaron decisivos para la mejora del bienestar y la alimentación de los europeos.
El Imperio de los Austrias: Carlos I y Felipe II
Los Territorios Heredados
Posesiones de Carlos I
Al iniciar su reinado en 1516, Carlos I había heredado un vasto conjunto de territorios:
- De sus abuelos maternos (los Reyes Católicos): las Coronas de Castilla y Aragón con sus posesiones en Italia, el norte de África y América.
- De su abuela paterna (María de Borgoña): el Franco Condado, los Países Bajos y Borgoña.
- De su abuelo paterno (Maximiliano I de Habsburgo): sus posesiones en Alemania y Austria, y los derechos al título de Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico.
Posesiones de Felipe II
Tras la Paz de Augsburgo (1555), Carlos I renunció al poder y dividió sus posesiones. Cedió el título imperial y los Estados alemanes a su hermano Fernando, y traspasó a su hijo Felipe la Monarquía Hispánica y los territorios borgoñones. Felipe II comenzó su reinado en 1556, heredando el imperio más grande de la Tierra. Durante su reinado, aumentó sus territorios en América y Asia (Filipinas) y, en 1580, añadió el Reino de Portugal y sus vastas colonias a sus dominios.
Problemas y Objetivos de la Política Imperial
La herencia recibida por Carlos I era un conjunto heterogéneo y disperso de territorios que solo tenían en común a su monarca. Para contrarrestar esta desunión, se impulsó una política integradora basada en dos instrumentos principales: la unidad religiosa católica y la idea de una monarquía universal.
La política exterior de Carlos V y Felipe II estuvo marcada por los intereses dinásticos de los Austrias. Su principal objetivo fue mantener la integridad de los territorios recibidos y defender la fe católica, costase lo que costase. Desde esta perspectiva se explican los principales conflictos de sus reinados: el enfrentamiento con Francia por la hegemonía europea, la lucha contra el Imperio Otomano en el Mediterráneo y el combate contra la expansión del luteranismo en Alemania. Felipe II, aunque concedió más importancia a los reinos hispánicos que su padre, continuó priorizando los intereses dinásticos sobre los propiamente españoles, lo que supuso un foco de conflictos constante.
La Administración de América y su Impacto Global
Gobierno y Administración de los Territorios Americanos
Los nuevos territorios fueron incorporados a la Corona de Castilla, desde donde se ejerció su control político y económico. Para ello se crearon dos instituciones fundamentales:
- El Consejo de Indias (1524): Órgano supremo que asesoraba al rey en todos los asuntos relativos a las colonias.
- La Casa de la Contratación (1503): Situada en Sevilla, controlaba y regulaba todo el comercio y la navegación con América.
La administración política de los territorios americanos fue, en gran medida, una copia de la castellana.
Consecuencias de la Colonización
Para España
Los recursos económicos americanos se convirtieron en una fuente de ingresos esencial para la monarquía. La propiedad de las minas era del rey, que concedía su explotación a particulares a cambio del “Quinto Real” (un 20% de la producción). Gracias al monopolio del comercio con América, Sevilla se convirtió en la ciudad más poblada y rica de España hasta finales del siglo XVI.
Para Europa
La llegada masiva de metales preciosos, sobre todo plata, conllevó una expansión económica en Europa durante el siglo XVI, un fenómeno conocido como la Revolución de los Precios. Este flujo de capital fue decisivo para el desarrollo del capitalismo, ya que se invirtió primero en el comercio y luego en la agricultura y la industria. Más tarde, la introducción de cultivos como la patata y el maíz transformó la agricultura y mejoró la alimentación del continente.
Para la Población de América
La colonización tuvo efectos devastadores para la población indígena. Para la explotación de las minas, los españoles emplearon sistemas de trabajo forzoso como la mita, que provocó una drástica disminución de la esperanza de vida. Otro sistema de explotación fue la encomienda, que obligaba a los indígenas a trabajar para un colono a cambio de protección y evangelización. El colapso demográfico de la población nativa, debido a las enfermedades, la guerra y la explotación, llevó a los europeos a traer población africana como mano de obra esclava, especialmente para trabajar en las plantaciones.