Introducción: El Contexto del Fin de Siglo
El final del siglo XIX estuvo marcado por el auge del colonialismo de las grandes potencias, un contexto en el que España experimentó la pérdida de sus últimas colonias, manifestando una profunda crisis social, debilidad económica y política.
El gran beneficiado de esta situación fue Estados Unidos, que reforzó su imperialismo en la región.
La Presencia Española en América y Asia
- La presencia de España en América se remontaba a finales del siglo XV.
- Desde 1825, solo conservaba Cuba, Puerto Rico y las Filipinas en Asia.
- Existía un temor de los criollos a una revolución de los esclavos negros (ejemplo de Haití).
- La economía de Cuba y Puerto Rico se basaba en el azúcar y el tabaco, pero los criollos no podían comerciar libremente.
- En Filipinas, la soberanía española se mantuvo con una fuerza militar escasa y el apoyo de algunas órdenes religiosas.
La Independencia de Cuba y Puerto Rico
La independencia se consiguió tras dos guerras principales:
1. La Guerra de los Diez Años (1868-1878)
Se inició en 1868 con el «Grito de Yara», liderada por Manuel de Céspedes, quien demandaba la abolición de la esclavitud y la autonomía política.
Concluyó con la Paz de Zanjón (1878). Consecuencias de este conflicto:
- Cuba pasó a ser considerada una provincia más (con elección de diputados).
- En 1886, se decretó la abolición de la esclavitud.
- La industria azucarera se mecanizó, aumentando el interés de Estados Unidos en la isla, que se convirtió en su principal mercado.
- El Arancel proteccionista de 1891 perjudicó a los criollos y acentuó el deseo de independencia.
- En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, de carácter independentista.
2. La Guerra de Cuba (1895-1898)
Se inició en febrero de 1895 con el «Grito de Baire», en la zona oriental de la isla, liderada por José Martí, quien en marzo de 1895 publicó el Manifiesto de Montecristi.
Tras la muerte de Martí, la independencia fue liderada por Máximo Gómez y Antonio Maceo. Fue una sublevación de carácter popular, apoyada por los criollos, cuyo objetivo principal era extenderse a toda la isla (principios de 1896).
La Respuesta Militar Española
La respuesta española fue sofocar la rebelión militarmente, pero no se logró derrotar a la guerrilla. El ejército español estaba mal equipado y fue víctima de enfermedades tropicales.
- Martínez Campos: Le fue confiado el mando inicialmente. Practicó una política de aproximación a los insurgentes, sin éxito. Dimitió en enero de 1896.
- Valeriano Weyler: Sustituyó a Martínez Campos. Implementó una política represiva, concentrando a la población en aldeas controladas por el ejército español. Este método tuvo un coste humano excesivo y aumentó la mortalidad.
La Intervención de Estados Unidos
La prensa americana (liderada por Pulitzer y Hearst) fomentó la intervención, impulsada por motivos económicos y estratégicos.
Tras el asesinato de Cánovas (agosto de 1897), Sagasta relevó a Weyler, sustituido por el General Blanco. Se le concedió a Cuba la autonomía (enero de 1898), pero la medida llegó tarde.
El presidente norteamericano, William McKinley, era partidario de la intervención.
- 15 de febrero de 1898: Ocurre la explosión del Maine, un incidente que provocó la guerra. La prensa americana culpó de la explosión a España.
- Marzo de 1898: McKinley intenta de nuevo la compra de la isla.
- 18 de abril de 1898: Se presenta a España un ultimátum para que abandone la isla.
- 23 de abril de 1898: Se inicia la guerra.
El Conflicto en Filipinas
En Filipinas, la sublevación independentista fue más tardía (1896), dirigida por el Katipunán. La rebelión se extendió a todas las islas.
- La política represora de Polavieja ejecutó al primer líder, José Rizal.
- En 1897, Fernando Primo de Rivera pactó con los rebeldes, liderados por Emilio Aguinaldo.
La intervención americana se extendió a las Filipinas debido a su interés estratégico en el Pacífico.
La Guerra Hispano-Estadounidense (1898)
La guerra fue breve y se decidió en el mar. Las fuerzas navales españolas se dividieron en tres escuadras:
- Una que permaneció en defensa de España.
- La de Filipinas, hundida en la Batalla Naval de Cavite (mayo de 1898).
- La mandada por Cervera, perdida en Santiago de Cuba (3 de julio de 1898).
Los Tratados de Paz
- 12 de agosto de 1898: Se firma el Protocolo de Washington.
- 10 de diciembre de 1898: Se firma la Paz de París.
Mediante la Paz de París, España renunciaba a su soberanía en Cuba, y cedía Puerto Rico y Filipinas (por 20 millones de dólares), además de la isla de Guam.
En 1899, se vendieron a Alemania los restos del imperio español: las Marianas, las Carolinas y las Palaos, por 15 millones de dólares.
El Nuevo Estatus de las Antiguas Colonias
Tras la guerra, el destino de las colonias fue el siguiente:
- CUBA: Se convirtió en una República parlamentaria, teóricamente independiente, pero en la práctica fue un protectorado (mediante la Enmienda Platt) hasta 1959.
- PUERTO RICO: Tuvo un gobierno nativo, pero dirigido por un gobernador designado por el Presidente americano. En 1952, se convirtió en Estado Libre Asociado.
- FILIPINAS: Pasó a ser una simple colonia de EE. UU. Obtuvo su independencia en 1946, en el contexto de la descolonización.
Las Consecuencias del «Desastre» de 1898
La pérdida de las últimas colonias no fue un hecho aislado, sino que formó parte de un proceso internacional de redistribución colonial. El «Desastre» fue un auténtico aldabonazo para la sociedad española, con múltiples consecuencias:
Impactos Demográficos y Materiales
- Pérdidas humanas: 60.000 soldados españoles muertos, principalmente por enfermedad, lo que perjudicó a las familias más pobres.
- Pérdidas materiales: Significativas, aunque el retorno de capitales de Cuba mitigó parcialmente el impacto económico.
Impactos Políticos y Militares
- Crisis política: Perjudicó especialmente al partido liberal de Sagasta.
- Descontento del ejército: La intervención en Marruecos a partir de 1906 aumentaría su malestar y su protagonismo en la política nacional.
Impacto Intelectual: El Regeneracionismo y la Generación del 98
El «Desastre» impulsó el desarrollo del Regeneracionismo, un movimiento intelectual liderado por Joaquín Costa, que:
- Denunciaba la corrupción política, el conformismo del pueblo y el atraso económico y social de España.
- Proponía reformar el sistema político y extender la educación. Su crítica fue valiosa, aunque estéril, ya que sus miembros no participaron activamente en la política.
También surgió la Generación del 98, un grupo de escritores y pensadores que reflexionaron profundamente sobre la identidad y el futuro de España tras la derrota.
Conclusión
El Desastre precipitó la crisis del sistema de la Restauración, una crisis que concluyó en 1923 con el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera.