El Régimen de Stalin en la URSS: Ascenso al Poder y Consolidación de la Dictadura

La Era de Stalin: Ascenso al Poder y Consolidación de la Dictadura

Desde 1922, en que Lenin cayó enfermo, se desató una lucha feroz por su sucesión, que se agudizó a su muerte en 1924. Los dos candidatos mejor situados eran:

  • León Trotski: Pertenecía al ala más radical del partido. Era partidario de la revolución permanente, esto es, de extender la revolución en Europa, de la cancelación de la NEP para profundizar en el socialismo y de fomentar un funcionamiento más democrático del partido.
  • Iósif Stalin: Representaba una concepción más conservadora. Apostaba por el “socialismo en un solo país”, es decir, construir el socialismo en la URSS sin esperar a la revolución mundial. Era partidario de mantener la NEP y prefería afianzar el poder de los dirigentes del PCUS en lugar de potenciar los debates internos. Para todo ello, ejercía un fuerte control del partido gracias a su puesto de Secretario General, cargo que ocupaba desde 1922.

En un principio, Trotski parecía mejor situado. Venía precedido por su prestigio de teórico de la revolución y avalado por su gran popularidad como organizador del Ejército Rojo, pero el dominio de Stalin de los resortes del partido y el apoyo de otros dirigentes le catapultaron a la sucesión.

Trotski fue destituido en 1925 de su puesto de Comisario del Pueblo para la Guerra y, en 1929, fue expulsado de la URSS. En 1940, sería asesinado en México por un agente enviado por Stalin. Stalin formó una troika con Grigori Zinóviev y Lev Kámenev, pero poco después los apartó del poder y se convirtió en dictador de la URSS, ocupando la Secretaría General del partido entre 1927 y 1953.

La Dictadura de Stalin: Rasgos Fundamentales

Una vez que Stalin se deshizo de sus posibles rivales, comenzó a dar los primeros pasos para transformar el sistema en una auténtica dictadura personal. Los rasgos de este periodo fueron:

  • El culto a la personalidad: Se exaltó la figura de Stalin hasta límites insospechados. Fue considerado como el gran benefactor del pueblo. Al mismo tiempo, se estableció una rígida censura que afectaba a los ámbitos más diversos, como el arte y la cultura.
  • La creación de una nomenklatura: Para fortalecer el partido y el Estado, se creó una nomenklatura o clase social privilegiada. Esta realidad se oponía al igualitarismo proclamado por el Estado. La nomenklatura estaba compuesta por los altos cargos del partido, gerentes de cooperativas agrarias, directores de empresa, planificadores de la economía, etc. Esta burocracia privilegiada tenía acceso a numerosas prebendas (para la adquisición de viviendas, automóviles, etc.) que no estaban al alcance de la mayoría de los ciudadanos.
  • El establecimiento de un nuevo marco político con la Constitución de 1936 (conocida como Constitución de Stalin): La Unión Soviética quedó organizada como un Estado federal con once repúblicas, a las que se reconoció el derecho a separarse de la Unión. El órgano supremo de poder era el Soviet Supremo (compuesto por el Soviet de la Unión y el Soviet de las Nacionalidades), que elegía al Presidium (cuyo presidente ejercía las funciones de Jefe de Estado). No había ningún tipo de división de poderes. Otros organismos fueron el Consejo de Comisarios del Pueblo (equivalente a un Consejo de Ministros) y la Corte Suprema de Justicia (cuyos miembros eran elegidos cada cinco años). En la práctica, el poder estaba en manos del partido, dirigido por el Politburó y el Secretario General. El PCUS era descrito en la Constitución como «la vanguardia de los trabajadores, en nombre de los cuales ejerce la dictadura del proletariado».
  • La supeditación del arte al servicio del poder: Esto originó la aparición del realismo socialista en la Rusia de Stalin. Desde principios de los años treinta del siglo XX se prohibió el arte de las vanguardias y únicamente se permitió aquel que exaltase los valores de la sociedad comunista.
  • La eliminación de la disidencia y de la oposición (Las Purgas): Representó sin duda el aspecto más oscuro de la política de Stalin, que impuso un régimen de terror para conservar el dominio omnímodo de los resortes del partido y del Estado. Se conoce como la etapa de las purgas o las depuraciones, que alcanzaron al PCUS, al ejército y al conjunto de la sociedad. Comenzaron en 1933 y se llevaron a cabo en tres oleadas:
    • Las dos primeras, en 1933 y 1934, se dirigieron a la depuración de miembros del partido y provocaron la expulsión de una parte importante de sus militantes.
    • La tercera oleada fue la más relevante. Tuvo lugar entre 1936 y 1938 y es conocida como los Procesos de Moscú, en los que se juzgó y ejecutó —en ocasiones con acusaciones absurdas— a la mayoría de la vieja guardia bolchevique (Kámenev, Zinóviev, Bujarin) y otros altos cargos del ejército y del PCUS. Se calcula que, en este periodo, fueron ejecutadas unas 700.000 personas, algunas de ellas tan relevantes como el mariscal Tujachevski, antiguo héroe de guerra.

Además de los altos dirigentes eliminados, Stalin también aplicó una implacable represión a las minorías étnicas: desplazó a millones de personas para garantizar la sumisión al totalitarismo, a campesinos opuestos a las políticas colectivizadoras o a intelectuales disidentes. Se estima que hasta ocho millones de personas fueron deportadas a campos de concentración o gulags. Para aplicar esta política de terror, Stalin utilizó a la NKVD (Comisariado del Pueblo para Asuntos Internos), la policía política (sucesora de la Checa).

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *