El Reinado de Isabel II: Década Moderada y Bienio Progresista en España

Mayoría de Edad de Isabel II: La Década Moderada (1843-1854)

Los moderados formaron un gobierno presidido por el general Narváez que impulsó una política basada en los principios del liberalismo moderado. Los primeros gobiernos moderados llevaron a cabo una fuerte represión contra los progresistas. El régimen se asentó sobre el predominio de la burguesía terrateniente y la burguesía de propietarios rurales. La Corona y el Ejército falseaban las elecciones para el triunfo del partido del gobierno.

Constitución de 1845

El gobierno preparó la reforma constitucional de 1845 y aprobó esta Constitución que recogió estas ideas: soberanía conjunta, ampliación de poderes del ejecutivo, disminución de las atribuciones del legislativo.

Se suprimió la Milicia Nacional. La nueva Constitución disolvió las Cortes y vetó sus decisiones. Un decreto de 1845 reguló la libertad de imprenta y se tomó el control gubernamental sobre la prensa. Al año siguiente, la ley de 1846 planteó el sufragio censitario o restringido.

Concordato con la Santa Sede

Los moderados mejoraron las relaciones con la Iglesia mostrándose contrarios al liberalismo. En 1851 se firmó un Concordato con la Santa Sede que establecía la suspensión de la venta de los bienes eclesiásticos desamortizados. La Santa Sede reconocía a Isabel II, ya que el Estado se comprometía al saneamiento de la Iglesia, respaldando así el trono de la monarca.

La Institucionalidad del Estado Liberal

El moderantismo pretendió consolidar el Estado bajo los principios del centralismo, la uniformidad y la jerarquización que se pusieron en marcha con dicho proceso. El gobierno emprendió la reforma fiscal para aumentar los ingresos de Hacienda. Se racionalizó el sistema impositivo, se centralizaron los impuestos y se propició la contribución directa.

Se aprobó el Código Penal y se elaboró un Código Civil que recopilaba el conjunto de leyes anteriores, pero no se aprobó hasta años más tarde. Se abordó la reforma de la administración pública, reorganizando los cargos del Estado y creando una ley de funciones que regulaba su acceso. Se nombró a diversos alcaldes debido a la ley de administración local. Se inició una estructura jerarquizada y piramidal que dependía del poder central de Madrid.

El temor a la centralización dio paso a levantamientos que propiciaron un decreto de 1844, estableciéndose así un sistema nacional de Instrucción Pública que regulaba los niveles de enseñanza y elaboraba planes de estudio. Se completó con la Ley de Moyano de 1857, que fue la primera gran ley educativa.

Se adoptó un sistema métrico decimal, se disolvió la antigua Milicia Nacional y se creó la Guardia Civil.

Crisis del Gobierno Moderado

Los moderados no dieron estabilidad política al Estado, ya que en 1846 hubo 3 gobiernos y 4 al año siguiente. Actuaron manipulando elecciones y reduciendo la importancia del poder legislativo. La vida política se desarrollaba en las camarillas. El autoritarismo se agudizó cuando el gobierno de Bravo Murillo, en 1852, propuso una reforma constitucional que transformaría el Estado en una dictadura tecnocrática. Una revuelta consiguió quitar del poder a Bravo Murillo y una nueva revolución en 1854 permitió que los progresistas regresaran al poder y puso fin a diez años de gobierno moderado.

El Bienio Progresista (1854-1856): Revuelta de 1854 y el Gobierno Progresista

El autoritarismo moderado comportó la oposición y el levantamiento de los progresistas, demócratas y de sectores moderados defraudados. Esta unión se produjo en 1854 en el pronunciamiento de Vicálvaro, liderado por O’Donnell, que fundó el partido de la Unión Liberal. Los sublevados elaboraron el Manifiesto de Manzanares, demandando el cumplimiento de la Constitución de 1845. Al llamamiento se unieron jefes militares y civiles, provocando levantamientos en las ciudades. La presidencia recayó en Espartero y O’Donnell fue nombrado ministro de Guerra.

Las elecciones se convocaron (en 1854) y se preparó una nueva Constitución en 1856 que no fue promulgada, conocida como La Nonata. El gobierno creó un plan de reformas económico defendiendo los intereses de la burguesía y de las clases medias para mejorar el desarrollo económico y la industrialización del país.

Legislación Económica

Las acciones más importantes del gobierno fueron la reanudación de la obra desamortizadora y la extensión de la red ferroviaria. La Ley Desamortizadora afectó a los bienes del Estado, de la Iglesia, de los militares, de las instituciones benéficas y de los ayuntamientos. En 1855 (Ley Madoz), con la eliminación de la propiedad vinculada, se pretendía conseguir recursos para Hacienda. Una parte de los ingresos fueron a la red ferroviaria.

Se puso en marcha el telégrafo, se amplió la red de carreteras y se fomentó el crecimiento de sociedades por acciones y de la banca. Se desarrolló la minería.

Crisis del Bienio Progresista

Las medidas reformistas no remediaron la crisis de subsistencia que causó revueltas en 1854. Se produjeron huelgas obreras en 1855. Se produjo el levantamiento de los campesinos con asaltos e incendios de fincas y fábricas. El gobierno presentó la ley del trabajo que introducía mejoras, pero la conflictividad social atemorizó a las clases conservadoras. Las discrepancias dentro de la coalición gubernamental se agudizaron. Espartero dimitió y la reina confió el gobierno a O’Donnell.

Descomposición del Sistema Isabelino (1856-1868)

Los Gobiernos Unionistas

El nuevo gobierno liderado por O’Donnell fusionó elementos fundamentales del proyecto moderado con algunas propuestas progresistas. Se consiguió una relativa estabilidad política interior acompañada de una etapa de prosperidad económica. Se intentó revitalizar el parlamentarismo y ejercer una política más tolerante. Las elecciones eran acompañadas desde el ministerio para asegurarse la mayoría parlamentaria. Se fijó una mayoría opositora en el Congreso para evitar una marginación que les abocase hacia prácticas insurreccionales.

Una de esas actuaciones fue la política exterior, que se llevó a cabo en 3 campañas:

  • Primera: la expedición a Indochina, que benefició a los franceses que iniciaron la penetración en aquella zona.
  • Segunda: en México, donde junto a los franceses y británicos exigieron el pago de la deuda al país. Los españoles acabaron retirándose por diferencias con Francia.
  • Tercera: en Marruecos, motivada por disputas fronterizas, que se saldó con el triunfo en las batallas de Tetuán y Castillejos, donde adquirió prestigio el general Prim. La Paz de Wad-Ras permitió a España incorporar Ifni a la Corona y la ampliación de la paz de Ceuta.

En 1863 se evidenció la descomposición interna de la coalición gubernamental y la estabilidad se convirtió en una sucesión de gobiernos inestables. La Corona se negó a disolver las Cortes y O’Donnell presentó su dimisión. La reina entregó el poder a los moderados.

Los Gobiernos Moderados (1863-1868)

Entre 1863 y 1868 Narváez volvió al poder, pero seguían haciendo falta apoyos sociales debido a la debilidad de los gobiernos. El moderantismo impuso la forma autoritaria de gobierno al margen de las Cortes, ejerciendo fuerte represión contra sus opositores. Los progresistas acusaron a la Corona de entorpecer el funcionamiento de las instituciones y promover formas de gobierno dictatoriales.

En 1866 se llevó a cabo la sublevación de los sargentos del cuartel de San Gil, acompañada de un levantamiento popular en Madrid, que acabó con fusilamientos y prisioneros. Los unionistas se acercaron al gobierno y a las posiciones de los progresistas, mientras O’Donnell se exiliaba a Gran Bretaña. La situación del gobierno empeoró y aumentaron los precios, lo que generó descontento popular y la idea de un giro en la situación.

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