El sistema político en España durante el sexenio revolucionario

Introducción

Al final del sexenio revolucionario, España se encuentra sumergida en una gran inestabilidad política con muchos problemas como las guerras carlistas, guerras coloniales, cantones… lo que aprovecha Martínez Campo para hacer un pronunciamiento militar en Sagunto en 1874. Tras esto, Antonio Cánovas hace firmar a Alfonso XII el manifiesto Sandhurst donde se compromete a elegir monarquía constitucional como sistema de gobierno. El auténtico artífice del sistema político fue Antonio Cánovas del Castillo, político que fue líder del partido Alfonsino durante el sexenio democrático y que ahora se atrajo a los políticos contrarios al absolutismo y al desorden de la república. Su gran mérito fue dotar a la monarquía de un sistema liberal y autoritario en el que la izquierda y derecha se alternaban en el poder pacíficamente gracias a que las elecciones eran manipuladas. De este gobierno quedaron excluidos los partidos antimonárquicos, antiliberales, antinacionales y masas populares.

Otra medida fue la exclusión de los militares de la actividad política y se encargaron del fin de la III guerra carlista y la guerra de Cuba.

Desarrollo

Constitución de 1876

Esta constitución estuvo en vigor hasta 1931 y sus principios fundamentales eran: se crea un estado centralista, la soberanía recaía sobre el rey y las cortes y la religión católica era la religión oficial del estado. No existía una clara división de poderes ya que el rey tenía el poder hegemónico sobre el parlamento, además el gobierno necesitaba el apoyo del rey y de las cortes. Las cortes eran de tipo bicameral donde el congreso era elegido por el sufragio censitario y más tarde por el universal masculino.

Los partidos políticos

Se trataba de crear dos partidos políticos que aceptaran las reglas del juego y alternaran en el poder pacíficamente.

  • Partido liberal conservador: estaba formado por liberales moderados, miembros de la Unión Liberal, progresistas y católicos tradicionalistas. Su líder fue Cánovas y más tarde Silvela. Eran de derecha moderada.
  • Partido fusionista, más tarde partido liberal, formado por conservadores desencantados por la política de Cánovas como Martínez Campos y antiguos demócratas y progresistas del sexenio democrático como Montero, Ríos… Su líder fue Sagasta y eran la izquierda liberal. El candidato a presidente del gobierno era elegido por el rey y debía contar con el apoyo de la mayoría de las cortes para gobernar. En caso contrario, el rey disolvía las cortes y hacía unas elecciones manipuladas a su gusto.

Tras la muerte de Alfonso XII, Cánovas y Sagasta no cambiaron el sistema y M. Cristina se quedó de regente mientras nacía y crecía Alfonso XIII.

Oligarquía y caciquismo en Andalucía

Para garantizar la victoria electoral del candidato elegido por el rey, las elecciones se manipulaban con la ayuda de caciques locales y los gobernadores de cada provincia que decían a los ciudadanos a quién tenían que votar o sino los extorsionaban. Andalucía era un lugar idóneo para los caciques porque era un área especialmente rural donde la mayoría de la población era analfabeta, con poco dinero y muy dependiente de los propietarios agrarios. Como consecuencia, las protestas de los jornaleros contra los patronos se hacían de forma clandestina y usando técnicas violentas. Además, estos estaban a favor del anarquismo. En Andalucía, los caciques eran muy violentos y no dudaban en utilizar la violencia contra los votantes que escogieran la opción no deseada por el rey.

La tarea gubernamental

Llevada a cabo por los partidos del turno:

  • Aprobación de normas liberalizadoras
  • Introducción de derechos de la Constitución de 1869 (ley de asociaciones)
  • Ley del jurado
  • Implantación de sufragio universal masculino
  • Aprobación a los problemas de los obreros (se crea la comisión de reformas sociales)
  • Debate entre el librecambio y el proteccionismo

Oposición al sistema

– Los carlistas: tras la derrota de 1876 se dividieron en 2 grupos; los que rechazaban el régimen y no colaboraban y los que crearon el partido para luchar legalmente.

– Los republicanos: estaban muy divididos entre republicanos federalistas y unitarios. Tantos grupos republicanos separados no conseguían nada pero cuando se unieron ganaron por mayoría.

Nacionalismo

En algunos casos, los nacionalistas solo querían instituciones propias mientras que en otros casos querían la independencia de sus territorios.

  • El nacionalismo catalán: surgió durante el sexenio democrático, fundó el Centro Catalán para unir a todos los catalanistas. En 1891, la Unión Catalán promovió las bases de Mauresa (I estatuto de economía) y en el s.XX se formó el primer gran partido catalanista «la Liga Regionalista».
  • El nacionalismo vasco: reivindicó la defensa de los que perdieron y rechazó el proceso de industrialización. El nacionalismo vasco identificó el capitalismo y centralismo con España y culpaba a los inmigrantes de empobrecer la raza vasca. Desde 1898, el nacionalismo vasco osciló entre el independentismo radical y la integración a España.

Conclusiones

  1. El propio sistema genera el fraude y la corrupción.
  2. Alejamiento cada vez más profundo entre la España oficial y la España real.
  3. Marginación de las fuerzas políticas fuera de los partidos de turno.
  4. Poca representación del parlamento por la escasa participación de los ciudadanos, votaban muy poco, en torno al 15%.
  5. Fracaso de la política económica basada en el proteccionismo defendida por los conservadores que no incentivaban la producción, la calidad y la competencia.

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