España en el Siglo XIX: Desamortizaciones, Restauración y el Ocaso Colonial

Las Desamortizaciones en España

Etapa decisiva en la Historia de nuestro país, ya que se produce el triunfo del Estado liberal burgués, el cual traería consigo profundas transformaciones en las estructuras económicas, sociales y culturales.

La revolución liberal no consiguió las metas propuestas en la agricultura, las cuales asegurarían su despegue al nivel de otros países europeos. El tema en cuestión, objeto de múltiples disputas, era el derecho de propiedad. Los liberales consideraban que era fundamental para conseguir la felicidad del individuo y la riqueza de la nación.

Todo ser humano tiene derecho a ser feliz y, para ello, es necesario poseer propiedades que le den seguridad. Esto no es posible si el Estado no garantiza el libre acceso a ellas para todos. Cuanto más se esfuercen los ciudadanos en la obtención de estas propiedades, más aumentará la riqueza de la nación.

Este proceso fue muy largo y complejo porque debía comenzar con la nacionalización de los bienes de las manos muertas en determinadas condiciones para luego ponerlos a disposición de propietarios privados.

2. Transformaciones Agrarias del Siglo XIX

2.1. Punto de partida

Entre los años 40 y 50, España vivió una crisis económica a causa de guerras y la pérdida de las colonias.

Mientras se iniciaba la Segunda Revolución Industrial en países europeos como Gran Bretaña, se aceleraba la carrera imperialista y se creaba un mercado mundial con nuevos medios de transporte. La economía española también empezaba a cambiar (consolidación de la industria textil catalana, inicio del ferrocarril), pero estos cambios no fueron suficientemente intensos como los de los demás países.

A. El problema de la propiedad de la tierra y la necesidad de reforma

La agricultura seguía siendo la principal fuente de riqueza de España. Una agricultura con baja producción y productividad (suelos poco fértiles, escasa inversión, cultivos tradicionales), que necesitaba propietarios emprendedores que invirtiesen en maquinaria o introdujeran nuevos cultivos para obtener más beneficios.

La economía era de autoabastecimiento, limitada a la localidad.

En la estructura de la propiedad dominaba la dicotomía latifundio-minifundio: las grandes propiedades seguían siendo mayoritarias en Andalucía y la Meseta sur, y las pequeñas en Galicia:

  • La mayor parte de la propiedad de la tierra estaba en manos de la nobleza e Iglesia, que vivían de las rentas que les proporcionaba el campo. Sus tierras eran cultivadas por arrendatarios, los cuales se quedaban con una parte de las cosechas para subsistir.
  • Los campesinos eran pobres y trabajaban explotaciones pequeñas. Esto dificultaba la mejora de los cultivos y la renovación de maquinaria.

La mayoría de personas que trabajaban la tierra eran jornaleros, casi todos analfabetos, lo que hacía que se mantuvieran los antiguos sistemas de cultivos.

Las tierras de los municipios y de la Iglesia eran propiedades de manos muertas, porque la ley prohibía su venta, por lo que no podían ser adquiridas por una clase campesina o por una burguesía dispuesta a invertir.

2.2. Antecedentes y primeras reformas

El aumento de la población chocaba con una agricultura ineficiente, de manera que se pusieron en práctica proyectos de reforma para acabar con el malestar social.

Entre los precursores de estas reformas destacan:

  • Carlos III: Decretó que los pueblos enajenaran sus bienes concejiles y baldíos entre los jornaleros y braceros.
  • Floridablanca: Con el Expediente de la Ley Agraria de 1771, planteó constituir un fondo formado por el capital procedente de bienes eclesiásticos vacantes para el fomento de la agricultura y la repoblación del país.
  • Campomanes: En el Memorial Ajustado, planteó la creación de cotos redondos, indivisibles e inalienables como base del patrimonio familiar.
  • Jovellanos: En su Informe sobre la Ley Agraria, afirmó que toda la propiedad vinculada y de manos muertas debía desamortizarse.
  • Finalmente, Godoy, que en 1789, llevó a cabo las primeras expropiaciones de bienes.

2.3. El Siglo XIX: La Reforma Agraria Liberal

En la Reforma Agraria Liberal se producen transformaciones agrarias siguiendo los planteamientos de la España ilustrada, llevada a cabo por gobiernos liberales e Isabel II, que introdujo producciones capitalistas, partiendo del principio de propiedad privada e individual.

Tras los intentos frustrados de las Cortes de Cádiz y del Trienio Liberal, las medidas jurídicas más importantes fueron:

  • 1836: Supresión del mayorazgo (los propietarios pueden disponer de sus tierras).
  • 1837: Abolición de los señoríos jurisdiccionales. Se planteó el problema de la propiedad de la tierra, ya que se distinguía entre:
    • Señorío jurisdiccional: el señor administraba justicia y poseía otros poderes.
    • Señorío territorial: el señor poseía la propiedad de la tierra explotada por campesinos a cambio de tributos.

    Esta distinción provocó el enfrentamiento de muchos pueblos contra los antiguos señores, ya que los campesinos alegaban que todos los señoríos eran jurisdiccionales y que, al abolirse la jurisdicción, la tierra pasaría a ser propiedad del municipio.

  • La desamortización como hecho clave de la Reforma Agraria.
  • Otras disposiciones: reparto de tierras comunales, desaparición de privilegios gremiales que regulaban las faenas agrícolas o libre contratación de trabajadores.

3. La Desamortización: Proceso y Valoración

Es la incautación por parte del Estado de bienes pertenecientes a la Iglesia y a los municipios. Estos bienes fueron vendidos para que fueran adquiridos por propietarios individuales.

Tenemos dos proyectos frustrados previos:

  1. Las Cortes de Cádiz: Decreto general de desamortización de bienes confiscados a los afrancesados y jesuitas, que no entraría en vigor por el regreso de Fernando VII y su decisión de declarar nula toda la labor de las Cortes.
  2. Trienio Liberal: Se aplicó la desamortización como medida fiscal, pero Fernando VII anularía esta medida.

3.1. Desamortización de Mendizábal

Se desamortizaron los bienes del clero (órdenes religiosas) por razones ideológicas (defensa de la propiedad privada dentro del programa liberal), económicas (sanear la Hacienda, crear el crédito público y financiar la guerra carlista) y políticas (crear una clase de propietarios que vieran en el régimen liberal isabelino la garantía a sus propiedades).

La desamortización eclesiástica se plasmó en:

  1. Supresión de las órdenes religiosas (1835).
  2. Decreto de 1836 para establecer que los bienes del clero regular fueran nacionalizados y puestos a la venta. Esta desamortización sería completada por el propio Mendizábal durante la regencia de Espartero.

Con la vuelta al poder del partido moderado, las ventas quedaron suspendidas y, al firmarse el Concordato, el régimen liberal se comprometía a mantener económicamente al clero y devolver a la Iglesia los bienes confiscados.

La venta de los bienes se realizaba en pública subasta, existiendo dos medios de pago: todos tenían que pagar algo en efectivo, pero decidían entre hacerlo en su totalidad o mediante Deuda Pública, teniendo diferentes plazos según el caso.

3.2. La Desamortización de Madoz

Madoz sacó su Ley de Desamortización General tras el triunfo de la Vicalvarada. Se ponían a la venta (violando el Concordato) las tierras y bienes del clero regular y secular, y de instituciones públicas o civiles.

La desamortización de estos bienes se prolongaría hasta la llegada de la nueva ley municipal de Calvo Sotelo y, por tanto, fue casi más importante que la de Mendizábal por su duración, por el volumen de los bienes y sus repercusiones.

El procedimiento para las ventas fue una copia del de Mendizábal, pero con dos diferencias: el dinero obtenido se dedicó a la industrialización del país (ferrocarril) y la propiedad del dinero: los Ayuntamientos en vez del Estado. Así, el Estado, al recibir el importe en nombre de estos, lo transformaba en bonos del Estado.

4. Consecuencias de las Desamortizaciones

Socialmente

Gran parte de las compras fueron realizadas por la burguesía de negocios madrileña o en zonas alejadas de donde se encontraban las propiedades.

Se creó una burguesía agraria, formada por antiguos arrendatarios convertidos en pequeños propietarios.

No se produjo la ansiada reforma social, y lo que hubo fueron muchos jornaleros cuyo trabajo dependía de las cosechas, provocando protestas (especialmente en Andalucía). Los que antes no tenían tierras ahora no disponían de medios para tenerlas.

Económicamente

Apenas varió el desequilibrio entre zonas de latifundismo y minifundismo, ya que las desamortizaciones no se plantearon como una reforma agraria integral.

La repercusión en la Hacienda Pública fue menor de lo esperado, ya que se usó mucho para comprar el papel despreciado de la Deuda Pública.

Hubo una serie de aspectos positivos como:

  • Se obtuvo financiación para la Guerra Carlista.
  • Fomentó la construcción del ferrocarril.
  • Los nuevos dueños tuvieron más interés en obtener beneficios de la tierra que los anteriores, por lo que hubo un aumento de la productividad.

Sin embargo, persistieron problemas:

  • Minifundios: producción de autoconsumo, no orientada al mercado.
  • Latifundios: sus grandes propietarios solo les interesaba la obtención rápida de fáciles beneficios, no invertir en la tierra, lo que mantenía a los campesinos sin tierras en malas condiciones.

Los cultivos más importantes fueron:

  • Gran aumento de la producción de cereales, por lo que dejaron de importarse.
  • La vid se convirtió en un producto de exportación.

Ideológicamente

Hay que relacionar el proceso desamortizador con el definitivo triunfo de la propiedad liberal y capitalista, desapareciendo el mayorazgo y el señorío del Antiguo Régimen.

Surgieron los “foros”, antiguos censos pasados a manos de la burguesía que se convertía a la vida rentista. También supuso la desaparición de las limitaciones al uso de montes.

Se produjo una ruptura entre el Estado y la Iglesia.

En el terreno urbanístico, los grandes edificios de conventos se convirtieron en edificios públicos, pero muchos de ellos se perdieron o fueron desaprovechados más tarde.

La Restauración Borbónica

1. Introducción

La Restauración es el periodo de la historia de España que abarca desde el pronunciamiento de Martínez Campos en 1874 hasta 1902 (mayoría de edad de Alfonso XIII), aunque la monarquía parlamentaria y el juego partidista se mantuvieron hasta 1923 (Golpe de Primo de Rivera).

Supone la vuelta de la dinastía de los Borbones tras el exilio de Isabel II y los fallidos intentos democráticos que conllevó la Revolución de 1868.

A partir de la crisis de la I República y el golpe de Estado del general Pavía que le puso fin, los monárquicos alfonsinos dirigidos por Cánovas del Castillo vieron la oportunidad de traer como rey a Alfonso.

Alfonso ya había firmado el Manifiesto de Sandhurst, donde se declaraba buen católico y partidario del liberalismo. Martínez Campos dio un pronunciamiento en Sagunto (Valencia) a favor de la monarquía, y Alfonso XII accedió al trono en 1875.

Podemos distinguir dos etapas:

  • 1875 – 1885: Reinado de Alfonso XII.
  • 1885 – 1902: Regencia de María Cristina de Habsburgo.

La Restauración es un período de estabilidad constitucional y modernización económica, pero también de falseamiento electoral y problemas importantes como los nacionalismos catalán y vasco y el “desastre del 98”. Al mismo tiempo, tomó fuerza el movimiento obrero.

2. Fundamentos de la Restauración

2.1. Características y bases del sistema canovista

El pronunciamiento de Martínez Campos significó la restauración de la monarquía en Alfonso XII, siendo el nuevo sistema llevado a cabo por Cánovas del Castillo, quien asumió la regencia hasta que llegara el rey. Este sistema pretendía superar algunos de los grandes problemas del liberalismo anterior: el carácter partidista y excluyente de los moderados, el intervencionismo del ejército en la política y los enfrentamientos sociales.

Cánovas del Castillo creó un sistema político basado en “cuatro pilares”:

  • El Rey: La monarquía como elemento de unión y concordia.
  • Las Cortes: Forman junto al Rey “la columna vertebral de España”.
  • Una Constitución escrita: Debía ser ambigua o abierta para que sirviera a todos los partidos y no fuera necesario cambiarla continuamente.
  • Turnismo de los partidos políticos: Inspirado en el parlamentarismo inglés, apostaba por dos partidos, uno en el poder y otro en la oposición, los cuales se irían turnando.

El papel de la Corona era el de árbitro en la vida política, ya que garantizaba que se intercambiaran los dos partidos: el conservador y el liberal.

Para alejar al ejército de la política, se estableció la supremacía del poder civil sobre el militar y la identificación del rey como cabeza.

Se convocaron elecciones para Cortes Constituyentes por sufragio universal que promulgaron la Constitución, donde se buscaba que los valores básicos como familia, religión y propiedad pudieran ser compatibles con algunos principios democráticos para todos por igual.

  • Soberanía compartida: Cortes y la Corona. La Corona, bajo la monarquía constitucional, tendría derecho a veto, poder compartido con las Cortes y nombramiento de los ministros.
  • Sufragio por ley electoral: restringido (conservadores) y universal (liberales, a partir de 1890).
  • Confesionalidad del Estado y restablecimiento del presupuesto de culto y clero. Aunque toleraba la práctica de otras religiones, no se permitían otras manifestaciones diferentes a la de la religión de Estado.
  • Declaración de derechos que en la práctica eran restringidos, sobre todo los de expresión, imprenta y reunión.

2.2. La alternancia en el poder

El sistema se basaba en el partido conservador y el liberal, que coincidían ideológicamente en lo fundamental. Ambos defendían la monarquía, la Constitución, la propiedad privada… Además, aunque hubiera diferencias entre ellos, sus actuaciones no diferían mucho, ya que había un acuerdo de no promulgar una ley que, por su carácter radical, obligara al otro partido a abolirla cuando estuviera en el poder. Ambos partidos coincidían en:

  • El Partido Liberal-Conservador se organizó en torno a su líder Cánovas del Castillo y era apoyado por los sectores más conservadores que aceptaban el sistema (aristócratas o burgueses enriquecidos) y, políticamente, moderados. Eran partidarios de la defensa de la Iglesia, la economía proteccionista y el sufragio censitario.
  • El Partido Liberal-Fusionista tenía como líder a Sagasta y reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos exrepublicanos, teniendo entre sus bases a industriales y comerciantes. Defendía el sufragio universal, la libertad de cultos y el librecambismo.

Para gobernar, se turnaban para asegurar la estabilidad institucional; se convocaban elecciones que eran manipuladas para conseguir los resultados deseados.

Este sistema funcionó durante el reinado de Alfonso XII, pero a su muerte, dejando a la reina embarazada y sin heredero, se puso en peligro este sistema. Ambos partidos firmaron el Pacto del Pardo (los dos partidos decidieron turnarse en el poder durante la regencia de María Cristina).

2.3. El fraude del sistema y sus consecuencias

El sistema electoral era corrupto y se compraban votos o falsificaban actas.

Se restableció el sufragio censitario, se favoreció a los distritos rurales sobre los urbanos, ya que en el campo era más fácil el control de los caciques, y se usaron trampas electorales.

El ministro elaboraba la lista electoral y los candidatos que debían ser elegidos y la hacía llegar a los gobernadores provinciales, quienes a su vez lo hacían llegar a alcaldes y caciques que se ocupaban de que los resultados esperados, poniendo en práctica recursos básicos para el falseamiento. Se destacan el encasillado y el pucherazo:

  • Encasillado: Acuerdo entre los dos partidos, los cuales se repartían los distritos electorales.
  • Pucherazo: Fraude electoral, al que se recurría en caso de que no funcionase el acuerdo. Consistía en aumentar el número de votos en las urnas, usando incluso el nombre de fallecidos.

Era fundamental el papel de los caciques, individuos o familias con poder económico que controlaban una circunscripción electoral. Esto era más notable en las zonas rurales donde controlaban los ayuntamientos.

Las consecuencias de la corrupción serían la falsificación de la democracia y el control político ejercido por la oligarquía. Por ello, a fines del siglo XIX, habría políticos que defenderían una regeneración del sistema.

3. Fin de los conflictos bélicos

Fin de la Guerra Carlista

La restauración borbónica fue un golpe para los carlistas y destacados dirigentes reconocieron a Alfonso XII. El esfuerzo militar a lo largo de 1875 y bajo el mando de Martínez Campos, hizo que se redujeran los núcleos carlistas de Cataluña, Aragón y Valencia, País Vasco y Navarra. Don Carlos marchó al exilio, dándose por finalizada la guerra. Tras la derrota carlista, se abolió el régimen foral.

Fin del conflicto con Cuba (temporalmente)

Con la actuación de los militares y la negociación, se firmó la Paz de Zanjón, que supuso el fin de la esclavitud y la promesa de reformas políticas y administrativas. Cuba tendría diputados en las Cortes españolas. El incumplimiento de estas reformas provocó el conflicto de 1879.

4. Dentro y fuera del turno dinástico

El gobierno estuvo en manos de los dos partidos citados. La oposición real (republicanos, carlistas, socialistas) no consiguió un número de diputados como para formar gobierno ni hacer oposición.

4.1. Los gobiernos del turno

El partido conservador gobernó durante la mayoría del reinado de Alfonso XII. El partido liberal tuvo su gran oportunidad durante el Gobierno Largo, tras la muerte de este rey. Ante el temor a una desestabilización, se llegó al Pacto del Pardo, que dio paso a un gobierno liberal con el fin de la esclavitud, la ley de asociaciones y el sufragio universal masculino (primero municipales y luego generales). A pesar del aumento del censo electoral, los mecanismos de control hacían imposible la democratización del sistema.

4.2. La oposición

Los carlistas

Tras su fracaso bélico, la dirección marchó a Francia, pero carecían de capacidad y apoyos. El carlismo se presentaba como la única fuerza política católica. Un sector del carlismo de carácter integrista, encabezado por Nocedal, creó el Partido Tradicionalista, que era antiliberal y defendía la tradición y la religión católica.

El republicanismo

Se enfrentaban a la decepción de sus seguidores; estos se dividieron. Una parte, dirigida por Emilio Castelar, fundó el Partido Posibilista. Los núcleos más radicales formaron el Partido Republicano Progresista, dirigido por Zorrilla, que hizo pronunciamientos desde el exilio. El resto del republicanismo unitario se organizó alrededor de Salmerón, mientras los federales siguieron bajo la influencia de Pi i Margall.

A pesar de esto, perdió parte de sus bases sociales, ya que el movimiento obrero hacía que los trabajadores se identificaran más con el internacionalismo.

Regionalistas y Nacionalistas

Surgieron en Cataluña y País Vasco movimientos que cuestionaban la existencia de una única nación española. Estos territorios se consideraban naciones y, por lo tanto, con derecho de autogobierno debido a diferencias en lengua, costumbres y cultura.

En el nacionalismo catalán, cabe destacar la creación por Valentí Almirall del Centre Català (organización política que reivindicaba la autonomía y denunciaba el caciquismo de la España de la Restauración). Más tarde, esta organización aprobó las Bases de Manresa, un programa en el que se reclamaba el autogobierno y una división de competencias entre el Estado español y la autonomía catalana. Finalmente, nació la Lliga Regionalista.

En el nacionalismo vasco, surgió el Partido Nacionalista Vasco, que formuló los fundamentos ideológicos del nacionalismo vasco, incluyendo la independencia de Euskadi y la creación de un Estado vasco independiente.

Los socialistas

Tendrían los inicios de su posterior historia política en estos momentos, debido a su vinculación con el movimiento obrero.

5. Nueva Conflictividad Social: El Movimiento Obrero

Se fue desarrollando en España el movimiento obrero, siendo sus reivindicaciones en torno al derecho de asociación y el mantenimiento del sueldo. La lucha se incrementaría a raíz del Sexenio.

La clase obrera industrial fue, en principio, un grupo pequeño, concentrado en torno a Madrid, Barcelona y el núcleo siderúrgico de Málaga.

Las situaciones laborales se caracterizaban por:

  • Salarios bajos, insuficientes para vivir.
  • Jornada laboral muy larga.
  • Malas condiciones de trabajo y de vida, como la falta de higiene.

Por lo que fueron creando asociaciones de ayuda, pero no sería hasta el Sexenio cuando el movimiento obrero tendría un gran impulso con la creación de la AIT. Se creó en Londres por obreros de distintos países para lograr la emancipación económica y social de la clase obrera y superar la división de clases. Estas ideas llegaron a España por Fanelli, un miembro de la AIT, fundándose los primeros núcleos en Madrid y Barcelona y creándose la Federación Regional Española (FRE).

Su evolución se divide en:

Anarquismo

Se organizaron a través de la FTRE, mientras que la acción directa se imponía con la aparición de sociedades secretas. La dura represión acabaría extinguiendo la FTRE. Algunos sectores practicaron el terrorismo (atentados contra Martínez Campos o asesinato de Cánovas del Castillo…). Esto endureció la legislación española contra el anarquismo, y este se reformó hacia el anarcosindicalismo (Sociedad Obrera y CNT).

Socialismo

Un grupo de obreros, expulsados de la FRE y dirigido por Pablo Iglesias, creó el PSOE con los objetivos de abolición de las clases y emancipación de los trabajadores, transformación de la propiedad privada en colectiva y conquista del poder político. Tuvo su propio periódico.

Creó la UGT, un sindicato independiente pero subordinado al PSOE. Este partido fue ganando fuerza.

Sindicalismo católico

A finales del siglo XIX, se intentó un movimiento obrero de inspiración católica, promovido por el jesuita Antonio Vicent. Se buscaba la cooperación de patronos y obreros para un movimiento basado en la doctrina social de la Iglesia, donde se denunciaban los excesos del capitalismo. No llegaron a ser auténticos sindicatos y tuvieron escasa importancia hasta el siglo XX.

Conclusión

Con el sistema político de la Restauración, España perdió la oportunidad de convertirse en un país democrático. Cuando surge el regeneracionismo, a partir del 98, no se materializa en la vida política, lo que, unido a un rey que desde 1902 interfiere en la vida política y a unos partidos dinásticos en crisis, hará que el sistema canovista vaya decayendo e influirá en el fin de la monarquía en 1931.

Tema: Guerra Colonial y Crisis del 98

En 1898, España se quedó sin imperio ultramarino por no poder defender sus territorios. Al no tener poder económico, una marina de guerra adecuada ni siquiera una política de alianzas que frenara los deseos imperialistas de EE.UU., no pudo conservarlo.

1. Antecedentes y Causas

En 1868 estalló el movimiento de independencia en Puerto Rico (donde fue vencido) y Cuba, dirigido por los criollos que solo pedían libertad de comercio y participación política en el gobierno.

Los inicios del conflicto cubano tuvieron importantes causas sociales en su origen. La sociedad era fuertemente racista, y las clases sociales eran las siguientes:

  • En la base, explotados, estaban los negros, traídos al Caribe desde África por el comercio de esclavos.
  • Los mestizos, los cuales eran una clase inferior.
  • Los criollos (hijos de españoles nacidos en América), que no podían acceder a los cargos y puestos importantes, pero eran el principal grupo en la economía insular.
  • Los peninsulares (por su origen, monopolizaban todos los cargos).

Los criollos se quejaban de estas injusticias. Esto llevó al lanzamiento del “Grito de Yara” (¡Independencia y Cuba libre!) por Céspedes, que dio comienzo a la revolución.

Se formó una Junta revolucionaria y se fue consiguiendo el apoyo popular, organizándose en guerrillas por toda la isla. En el 69 se proclamó una Constitución y Céspedes tomó el poder.

En España, en la Restauración, se siguieron mandando tropas (al mando de Martínez Campos) y surgió la Paz de Zanjón, concediendo España un régimen de autonomía y amnistía.

Esta paz era la esperanza para los cubanos de obtener los mismos derechos de representación política en las Cortes, participación en el gobierno de la isla, libertad de comercio y el fin de la esclavitud.

Partidos políticos

Tras esta Paz se empezaron a crear los grandes partidos:

  • Partido Autonomista: En su mayoría cubanos. Pedía autonomía para la isla, un programa de reformas políticas y económicas sin llegar a la independencia y había conseguido mucho apoyo en el Parlamento español. Las aspiraciones de autonomía se fueron frustrando por la escasa reacción de España.
  • La Unión Constitucional: Partido español que tenía una fuerte militancia de los peninsulares de la isla (negociantes, especuladores y latifundistas).

En España, a raíz de esta paz, solo se llevó a cabo el fin de la esclavitud, mientras que las propuestas de reforma para Cuba, como la de Maura, no se llevaron a cabo debido a los intereses económicos españoles, que no querían hacer ninguna concesión. La oligarquía azucarera y los Círculos Ultramarinos, se agruparon en la Liga Nacional y tuvieron mucho que ver en este inmovilismo.

Surgió el Partido Revolucionario Cubano, fundado por José Martí. Ante la ineficacia de las reformas, este partido pidió la independencia y consiguió el apoyo, mayormente, de EE.UU.

La Gran Insurrección: 1895-1898

Guerra Chiquita

La Guerra Chiquita empezó en 1879 tras el estallido de un movimiento revolucionario que sería fallido. Los cubanos no tenían suficientes apoyos ni armamento, y la superioridad del ejército español los derrotó.

Situación ante el Grito de Baire

Se inició un levantamiento generalizado. En esta guerra estarán España, Cuba, Puerto Rico y luego EE.UU. en 1898.

En la participación de EE.UU. hay que hacer referencia a la política que estaban desarrollando. EE.UU., dirigido por McKinley, estaba construyendo su imperio y su economía, y necesitaba nuevos mercados para expandirse. Su imperialismo se basaba en doctrinas como la Doctrina Monroe (“América para los americanos”), un inmenso poder naval, y la teoría del Destino Manifiesto (que defendía la autoridad de la raza anglosajona y su misión de “anglosajonizar” el mundo).

Algunos hechos afectaban a la economía, como la elevación de aranceles para los productos importados a Cuba. Esto perjudicaba a los productos americanos, por lo que el presidente McKinley amenazó con cerrar las puertas del mercado estadounidense al azúcar y tabaco cubanos si el gobierno español no cambiaba su política arancelaria.

Más tarde, los imperialistas reclamaron nuevos territorios al gobierno, como el Pacífico y el Caribe, para unirlos con el Canal de Panamá.

Cuba y Puerto Rico basaban su economía en la agricultura de exportación, que daba muchos beneficios, pero estaban obligadas a comprar productos españoles y no podían autogobernarse. La industria azucarera estaba controlada por ricos criollos que veían amenazados sus intereses por la trata de esclavos, con lo cual los precios del azúcar o la competencia con la remolacha azucarera cayeron; pero el hecho más importante fue el incumplimiento de las promesas de Zanjón.

España sabía que si entraba en guerra perdería, pero si no lo hacía, se temía el desprestigio de la monarquía y del sistema canovista, así como el enfrentamiento con el ejército.

Guerra en Cuba

Con el Grito de Baire comenzó la Guerra de Cuba. Martí murió, convirtiéndose en el mártir independentista, y Máximo Gómez y Antonio Maceo se encargaron de sucederle.

Desde España se envió a Martínez Campos para una fuerte acción militar y un esfuerzo de conciliación con los sublevados. Ante el fracaso de la negociación, pidió fuertes tropas para enfrentarse a los revolucionarios, pero al ver que la guerrilla seguía actuando, dimitió.

Le sustituyó el general Weyler, que llevó a cabo una represión mediante la concentración de pacíficos (obligaba a la población civil a reunirse en zonas controladas para que no apoyaran a la guerrilla) y el sistema de líneas fortificadas que compartimentaban el territorio mediante líneas que impedían el paso de los sublevados.

En el plano militar, la guerra no era muy favorable a los soldados españoles porque se desarrollaba en plena selva y contra fuerzas extendidas en el territorio que se concentraban y dispersaban de forma rápida. Los soldados españoles no estaban entrenados para este tipo de guerra; además, las enfermedades tropicales causaron muchas muertes, dificultando la victoria.

Se dieron hechos importantes: la desaparición de Cánovas, la llegada a la presidencia de EE.UU. de un imperialista y la sustitución de Weyler por Blanco, quien perdió en poco tiempo diferentes territorios. Inició una estrategia para buscar una forma que mantuviera la soberanía española y evitase el conflicto con los EE.UU. Así, decretó la autonomía de Cuba, el sufragio universal masculino y la igualdad de derechos entre insulares y peninsulares. Pero las reformas llegaron demasiado tarde, ya que los cubanos tenían el apoyo de EE.UU.

Guerra en Filipinas

En Filipinas había poca población española. La soberanía se había mantenido por una fuerza militar poco numerosa y órdenes religiosas. El descontento de grupos indígenas con la administración española y el poder de las congregaciones motivaron los movimientos independentistas.

El independentismo se concretó en la fundación de la Liga Filipina por Rizal y en la organización clandestina Katipunan. Pedían la expulsión de los españoles y las órdenes religiosas y la confiscación de los latifundios. El movimiento se fue extendiendo a pesar de la represión. El nuevo gobierno nombró capitán a Primo de Rivera, quien promovió una negociación con los principales jefes de la insurrección, llegándose a una pacificación del archipiélago por un tiempo.

Intervención de los EE.UU. y fin de los conflictos

En EE.UU., la prensa movilizaba y convencía a la opinión pública de la necesidad de enfrentarse al colonialismo español.

La ocasión para intervenir fue la voladura del acorazado estadounidense Maine, de la que culparon a agentes españoles. Era el pretexto esperado para la declaración de la guerra. Se envió un ultimátum a España que fue rechazado, provocando la guerra el 24 de abril.

Una escuadra al mando de Cervera se dirigió hacia Cuba, pero fue derrotada en la Batalla de Santiago, y lo mismo ocurrió con la escuadra española en Filipinas, en la Batalla de Cavite. Estas dos derrotas condujeron a la paz. En la Paz de París, España renunció a Cuba y cedió Filipinas, Puerto Rico y Guam a los EE.UU. Más tarde, un tratado con Alemania vendió las Marianas, Carolinas y Palaos, y otro con los EE.UU. las islas de Sibutú y Cagayán.

3. Las Consecuencias

Para Cuba

Provocó destrucción y supuso pasar de la soberanía española a la de EE.UU. Estos la ocuparon militarmente bajo la excusa de proporcionarles condiciones para su política.

El control se plasmaba en hechos como la enmienda de 1901, por la cual intervendrían en la isla para defenderla; el tratado comercial de reciprocidad en 1903, que aumentaba la dependencia económica de Cuba; y el establecimiento de presencia militar en la isla (Base de Guantánamo). La independencia política de Cuba se alcanzó en 1902 con Estrada Palma como presidente.

Para los EE.UU.

1898 es el inicio de una etapa imperialista, primero interviniendo en toda América Latina con la Doctrina Monroe y luego comenzando sus acciones a nivel mundial.

Para España

Económicamente, España tuvo que integrarse en la economía global. Con la pérdida de las colonias en 1898 se demostró el fracaso de la Restauración y fue el punto de partida para la disolución del sistema. Se llevaron a cabo pequeños cambios, pero aun así, sobrevivió hasta 1923, y España pasó a ser una pequeña potencia. Fue una crisis, ante todo, moral e ideológica, aceptando el pueblo lo ocurrido.

Socialmente

Surgieron los nacionalismos, se organizó el movimiento obrero y apareció un nuevo republicanismo.

Surgieron grupos que atribuyeron la derrota a la corrupción de los políticos y estaban a favor de la presencia de militares en la vida política, lo que culminaría en el Golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923.

El Regeneracionismo

Nos dio una gran generación de literatos y pensadores y el planteamiento de la Regeneración de España, fruto de una mentalidad que se plasma en una “Edad de Plata Cultural”. La población se encontraba en un estado de desencanto y frustración. La “Generación del 98” había llegado en un momento de regeneración moral, social y cultural. Algunos intelectuales españoles consideraban que se había perdido una gran ocasión para modernizar el país y empezaron a reunirse en la Institución Libre de Enseñanza. Muchos intelectuales formados en esta institución creían que la sociedad y política española no ayudaban a la modernización de la cultura ni al desarrollo de la ciencia. Esta corriente que hablaba de la regeneración de España se conoce como Regeneracionismo, donde destaca Joaquín Costa.

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