Etapa isabelina liberalismo moderado

INTRODUCCIÓN:

es una corriente, política, económica y social surgida en Europa durante el siglo XVIII que se opone al Antiguo Régimen y que servirá de base ideológica para las revoluciones burguesas del siglo XIX.

VERTIENTE POLÍTICA:

los pensadores que más influyeron en su concepción fueron: Montesquieu, Locke  y Rousseau. Sus principios fundamentales son:Soberanía Nacional; División de poderes; Elaboración de constituciones; Reconocimiento de derechos  y libertades individuales y el derecho a sufragio.

La instauración del liberalismo político traerá consigo una serie de órganos representativos: Cortes o Parlamentos, Diputaciones y Ayuntamientos

VERTIENTE ECONÓMICA: El liberalismo económico fue expuesto por Adam Smith en su obra “Ensayo sobre la naturaleza y las causas de la riqueza de las naciones” y ampliada por otros economistas como David Ricardo. El liberalismo económico será la doctrina sobre la que se funde y se desarrolle  el   capitalismo.

Sus ideas principales son: La prosperidad general se alcanza por medio del enriquecimiento individual; El mercado se regula a sí mismo por la ley de la oferta y la demanda y  el Estado no debe intervenir en la economía.

VERTIENTE SOCIAL:

   La sociedad estamental propia del Antiguo Régimen será sustituida por la sociedad de clases, basada en la riqueza de la persona, y no en el linaje al que se pertenece. Es una sociedad abierta. No se rechaza la religión, pero se tiende a limitar el poder económico de la iglesia.

CORRIENTES DEL LIBERALISMO Y  OPOSICION:

La Revolución liberal burguesa se inicia en España con las Cortes de Cádiz y toda su legislación,  tanto los decretos como la Constitución de 1812 que se convierte en el símbolo del liberalismo y una referencia para posteriores constituciones.

Durante el reinado de Fernando VII se produce una lucha entre los liberales y los absolutistas, estos últimos respaldados por el rey. En la primera etapa del reinado (1814-1820) Fernando VII anula los decretos y la Constitución y reina como monarca absoluto reprimiendo duramente a los liberales. Durante esta etapa los liberales recurren al pronunciamiento militar como forma de acceder al poder e implantar de nuevo las reformas liberales. Tras varios intentos fracasados en 1820 triunfó el pronunciamiento de Riego que dará paso a la segunda etapa del reinado, Durante esta etapa (1820-1823) vuelven a implantarse las reformas liberales y Fernando VII se ve obligado a firmar la Constitución de 1812. Se produce la primera división dentro del liberalismo entre moderados  y  exaltados.

Fernando VII contrario al liberalismo pidió ayuda a “La Santa Alianza” para restablecer de nuevo el absolutismo. Durante la tercera etapa de su reinado (1823-1833) se persigue de nuevo a los liberales quienes a su vez intentaron nuevos pronunciamientos que fracasaron. Tras el nacimiento de su hija Isabel inició un acercamiento a las posturas liberales para que defendieran  el ascenso de ésta al trono.

LA PRIMERA GUERRA CARLISTA:

Durante  la Regencia de Mª Cristina (1833-1840) empieza a consolidarse la revolución liberal pero al mismo tiempo se desarrolla el enfrentamiento con la oposición al liberalismo por parte de los carlistas. El carlismo es una corriente política, presente en la historia contemporánea española, que surge en la última etapa del reinado de Fernando VII. Su  lema es:

Dios, Patria, Rey y Fueros.

La primera guerra carlista fue la más violenta y dramática, con casi 200000 muertos. Los primeros levantamientos, ocurrieron  a los pocos días de la muerte de Fernando VII.

Los apoyos sociales del carlismo provienen de la nobleza rural, miembros ultra conservadores de la administración y del ejército, la mayoría del bajo clero, especialmente el regular, el campesinado pobre y parte del artesanado.



FASES DE LA GUERRA: 1º FASE:

se desarrolla en la zona del País Vasco y Navarra. Los carlistas al mando de Zumalacárregui tienen éxitos realizando una guerra defensiva y de guerrillas, pero la muerte de éste significó la pérdida de la iniciativa carlista.

2º FASE:

los carlistas cambian de estrategia y organizan expediciones fuera de su zona, llegando hasta Cádiz y a las cercanías de Madrid.

3º FASE:

el carlismo sufre una crisis interna. En agosto de 1839 se firma el Convenio de Vergara entre el general carlista Rafael Maroto y el general isabelino Baldomero Espartero. Los términos del acuerdo establecían la negociación por el mantenimiento de los fueros en las provincias vascas y Navarra y la integración de la oficialidad del ejército carlista en el ejército real.

La división entre doceañistas y exaltados, acabó confluyendo en la formación de dos partidos: el partido moderado y el partido progresista.

PARTIDO MODERADO:

El partido moderado representa los intereses de los grandes propietarios y especialmente de los terratenientes.

Soberanía compartida (Rey + Cortes); el rey tiene mayores atribuciones políticas; Cortes bicamerales con un Senado elitista elegido por la Corona; poderes locales elegidos por el Rey; limitan los derechos individuales y especialmente los colectivos; sufragio censitario muy restringido; en el sistema fiscal dan prioridad a los impuestos indirectos sobre los directos y partidarios del proteccionismo.

PARTIDO PROGRESISTA:

Representaba los intereses de la burguesía financiera e industrial.

Soberanía Nacional; el rey tiene limitada su intervención política; predominio de las Cortes en el sistema político; Cortes bicamerales pero con un Senado electivo; defienden los derechos individuales y algunos colectivos, sufragio censitario menos restringido que los moderados; los poderes locales elegidos por votación y partidarios del librecambismo.

REINADO DE ISABEL II:

Durante el reinado de Isabel II,  en el interior de estos dos partidos surgen diferencias dando lugar a dos nuevos partidos.

En 1845 se formó la Unión Liberal que atrajo a su seno a los grupos más moderados del progresismo.          

En 1849 se forma el Partido  Demócrata. Los demócratas defendían: sufragio universal masculino, Cortes unicamerales,  intervención del Estado en la enseñanza  y un nuevo sistema fiscal para paliar las diferencias sociales.

Durante este reinado la oposición al liberalismo proviene de los carlistas, produciéndose la 2ª Guerra Carlista (1846-1849).

La 3ª Guerra Carlista se iniciará durante la etapa del Sexenio Revolucionario y terminará en el reinado de Alfonso XII.

Durante esta etapa la oposición al liberalismo viene dada por el carlismo y por el movimiento obrero (marxismo y anarquismo).

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