Introducción: Euskal Herria en 1931
El 14 de abril de 1931 se proclamó en España la II República. La negociación entre el PNV y el Gobierno de la República permitió dos hechos fundamentales: por un lado, el apoyo decidido del partido nacionalista a favor de la República y, por otro lado, que el ansiado estatuto se hiciera realidad. Así, el 1 de octubre de 1936, las Cortes de Madrid lo aprobaron y el 7 de octubre, José Antonio Aguirre juró en la Casa de Juntas de Gernika como el primer Lehendakari del Gobierno Vasco.
La obtención del Estatuto Vasco fue la culminación de un largo proceso que se inició en 1917, cuando el PNV comenzó su campaña para obtener una mayor autonomía vasca. Sin embargo, la crisis del reinado de Alfonso XIII, la grave situación social existente y la llegada de la dictadura de Primo de Rivera lo hicieron imposible.
Con la proclamación de la Segunda República, la iniciativa por el estatuto se reactivó rápidamente. Así, se le encargó a la Sociedad de Estudios Vascos un borrador que presentó en mayo de 1931 bajo el nombre de Estatuto General del Estado Vasco, en el que se englobaban las provincias vascas y Navarra bajo el nombre de Euskadi.
La Segunda República en el País Vasco
Cuando se proclamó la República, las zonas industriales y las ciudades estaban a favor de ella. En Bilbao, Irún, Eibar y San Sebastián, los republicanos y socialistas eran bastante fuertes, pero en el País Vasco en general no se identificaban con la República.
Sin embargo, el nuevo régimen era contrario a la religión católica, y la mayoría de la población vasca era católica.
Hasta entonces, la Iglesia estaba muy protegida, pero con la llegada de la República, las cosas no serían igual. Las fuerzas más importantes del País Vasco, los nacionalistas y carlistas, eran muy católicos.
En el Pacto de San Sebastián, firmado en la misma ciudad, no participaron ni los nacionalistas ni los carlistas. Por una parte, la actitud de los carlistas y nacionalistas no fue del todo contraria (los carlistas veían con buenos ojos que Alfonso XIII abandonara España), pero por otra parte, la postura anticlerical no era de mucha ayuda.
Los Estatutos de Autonomía
El Estatuto de Lizarra/Estella
La proclamación de la República vino de la mano de las elecciones municipales, y muchos vascos pensaron en conseguir la autonomía mediante dichas elecciones. Una de las reuniones clave fue una asamblea de ayuntamientos vasco-navarros reunidos en Estella. Se formó una comisión entre alcaldes vascos donde se aprobó un texto redactado por la Sociedad de Estudios Vascos, que constituía un proyecto de estatutos. Este proyecto se presentó en la plaza de toros de Estella en junio de 1931, de ahí su nombre, meses después de la proclamación de la República.
Uno de los puntos más polémicos del Estatuto de Estella consistía en la capacidad del Gobierno Vasco para establecer relaciones diplomáticas con el Vaticano, lo que provocó la oposición de los partidos republicanos. Bajo este clima, el Estatuto se presentó en las Cortes Españolas en diciembre de 1931 y fue claramente rechazado por los partidos republicanos.
El Estatuto de las Gestoras
Como la primera fracasó, se hizo otra intentona. Debido a esta negativa, se formó la Junta de Gestoras, encargadas de redactar un nuevo borrador de estatutos. En este proyecto solo entraban tres provincias (Gipuzkoa, Bizkaia y Araba); se quitó la expresión “Estado Vasco” y también las relaciones directas con el Vaticano, es decir, se unieron al laicismo republicano.
El estatuto se presentó para su votación en la Asamblea de Ayuntamientos (en Pamplona) en febrero de 1932, y los municipios de Bizkaia, Araba y Gipuzkoa votaron por el sí (90%), pero los navarros se inclinaron por el no (53%).
En Navarra, comenzaron maniobras contradictorias contra este estatuto. En este segundo proyecto, los carlistas se quedaron fuera porque para ellos era imposible colaborar con una república laica.
Ante este resultado, el Estatuto se refería solo a las tres provincias vascas, que convocaron un referéndum para su votación. Se celebraron el 5 de noviembre de 1933 y supuso el triunfo del sí de manera rotunda en Bizkaia (88%) y Gipuzkoa (89%), pero no en Araba (47%). Sin embargo, la esperanza de contar con el primer estatuto de autonomías se desvaneció enseguida con el triunfo de la CEDA en las elecciones de ese mismo año.
El Estatuto de 1936
Entre 1932 y 1936, la CEDA rechazó la posibilidad de conceder el estatuto, argumentando que Araba no lo había aprobado con mayoría en el referéndum. De esta manera, el proyecto quedó paralizado, y las relaciones entre el PNV y el Gobierno central fueron cada vez más tirantes. Hasta la llegada del Frente Popular al poder en 1936 no se reactivaría la cuestión del estatuto. Sin embargo, poco después de la llegada al poder del Frente Popular, comenzó la Guerra Civil, tras el golpe de Estado de los generales Franco, Mola y Sanjurjo en junio de 1936.
Ante este hecho, las provincias vascas reaccionaron de distinta forma. Las provincias de Araba y Navarra pronto se unieron al bando nacional por la influencia del carlismo; por el contrario, Bizkaia y Gipuzkoa se mantuvieron republicanas, aunque la segunda de ellas cayó muy pronto en manos de los nacionales.
Contexto del Estatuto de 1936
Durante este periodo de guerra, se obtendría el Estatuto de Autonomía de Euskadi, impulsado por los nacionalistas vascos y republicanos (Indalecio Prieto). Una vez aprobado, con José Antonio Aguirre como Lehendakari, se formó el primer Gobierno Vasco (Eusko Jaurlaritza). Debido a las circunstancias tan especiales en las que se desarrolló el Estatuto, muy pronto las competencias que tenían atribuidas fueron rebasadas (superadas), lo que permitió que el Gobierno Vasco funcionara casi como un Estado independiente.
En los 9 meses de existencia del Gobierno Vasco, la influencia del PNV se hizo patente en la actuación moderada que desplegó: libertad religiosa, mantenimiento del orden público, respeto de la propiedad privada… Además, el Gobierno Vasco acuñó una moneda (el Eusko) y creó el cuerpo de policía (la Ertzaintza). También organizó una marina de guerra e inició las obras del Cinturón de Hierro, un eje defensivo en torno a Bilbao que más tarde se revelaría ineficaz. Otra iniciativa de este Gobierno consistió en la creación de la Universidad Vasca, la Audiencia Territorial y el Tribunal Económico-Administrativo Superior de Euskadi. Las fuerzas políticas que defendieron este Estatuto perdieron la guerra, y el Gobierno Vasco siguió trabajando en el extranjero contra el régimen de Franco y a favor de la autonomía.
La Guerra Civil en Euskal Herria
Hasta marzo de 1937, el llamado Frente Norte permaneció más o menos tranquilo. Sin embargo, el 31 de marzo de ese año, el general Mola, jefe de operaciones del norte, inició el ataque contra Otxandio y Elorrio. Al mismo tiempo, se iniciaron los bombardeos aéreos contra localidades civiles como Durango. La resistencia de los batallones vascos fue grande, pero para el 23 de abril, ambas localidades fueron conquistadas por los Requetés navarros (antiguos carlistas y tradicionalistas). Mientras la ofensiva franquista proseguía, el 26 de abril tuvo lugar una de las acciones más terribles de la guerra y que mayor repercusión tuvo en la comunidad internacional: el bombardeo de Gernika, arrasado por la aviación Cóndor alemana.
En esas mismas fechas, el Gobierno Vasco creó el Ejército Regular de Euzkadi, del que el Lehendakari Aguirre sería el comandante jefe. Entretanto, la ofensiva franquista continuó, y tras varios días de lucha, los batallones vascos fueron perdiendo la guerra, hasta que el 19 de julio las tropas de Franco entraron en Bilbao. Finalmente, en agosto de 1937, con la rendición de las armas, se firmó el Pacto de Santoña. El PNV ordenó la rendición incondicional de los batallones nacionalistas.
Consecuencias de la Guerra Civil en el País Vasco
La Guerra Civil Española tuvo profundas consecuencias para el País Vasco:
Devastación del territorio debido a los intensos combates entre ambos ejércitos.
Detención de miles de combatientes y dirigentes políticos y sentencias de muerte.
Exilio de miles de personas a Francia, Latinoamérica, Reino Unido, Rusia…
Abolición de los conciertos económicos de Gipuzkoa y Bizkaia. Cabe recordar que la primera vez que se abolieron fue en Araba, Bizkaia y Gipuzkoa en 1876, y dentro de esta abolición también estaban los conciertos económicos.