Fuero de los españoles

02.1 La estabilidad de la dictadura: totalitarismo y autarquía

La victoria del bando nacional en la Guerra Civil supuso la extensión de la dictadura franquista a todo el territorio español. Las instituciones democráticas republicanas quedaron abolidas. El nuevo régimen político acabó con la división de poderes, la Constitución, las libertades individuales y los partidos políticos, así como con toda institución de representación ciudadana.

Franco pasó a detentar el poder ejecutivo y legislativo. 
En 1942 se creó un órgano representativo, las Cortes, pero no tenía poder decisorio. Su única función era aprobar aquellas leyes que el Caudillo les presentaba. Sus miembros, los procuradores, lejos de ser votados por sufragio universal, eran designados o elegidos por organismos oficiales. Representaban a instituciones económi- cas y profesionales, así como a los tres estamentos corporativos del Estado: los sindicatos, los municipios y las familias.

En ausencia de una constitución que regulara los poderes y los derechos y deberes, se promulgaron las Leyes Fundamentales del Reino, que funcionaron como base legal de la dictadura. Entre ellas, destacaron:

  • Fuero de Trabajo (1938).
  • Ley Constitutiva de las Cortes (1942).
  • Fuero de los Españoles (1945).
  • Ley de Referéndum Nacional (1945).
  • Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado (1947).
  • Ley de Principios del Movimiento Nacional (1958).
  • Ley Orgánica del Estado (1967).

La derrota de la Alemania nazi y de la Italia fascista en la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) dejó a Franco desprovisto de sus principales aliados. En 1946, la recién creada ONU condenó el fascismo, por lo que España fue vetada en la organización y quedó aislada internacionalmente. 
El régimen franquista se vio entonces obligado a moderar gradualmente su imagen exterior.

La ideología y los símbolos franquistas

El Estado franquista adoptó, sobre todo en su primera etapa, los símbolos de la Falange: 
el saludo fascista, el himno del Cara al sol y la camisa azul de tipo paramilitar. Para difundir la propaganda, los falangistas contaban con el diario Arriba, fundado por José Antonio Primo de Rivera en 1935, que fue incorporado a la Prensa del Movimiento.

En 1937, todos los grupos políticos franquistas quedaron unificados en un nuevo partido: la Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Durante la dictadura, este partido pasó a llamarse Movimiento Nacional. Sus organizaciones —el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el Sindicato Español Universitario y el Auxilio Social— se convirtieron en instituciones del Estado. 

02.2 La apertura del régimen al exterior

Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, la dictadura emprendíó ciertos cambios para dulcificar su imagen exterior: se suprimieron algunos símbolos fascistas y el Gobierno dejó de apoyarse en exclusiva en los falangistas. De tal modo, accedieron al poder miembros de diferentes movimientos católicos, inaugurando la etapa del nacionalcatolicismo.

En este periodo, España se definíó legalmente como un reino y el Fuero de los Españoles (1945) 
se presentó como una especie de carta de derechos individuales, cuya suspensión contemplaba el propio Fuero.

En los años cincuenta se rompíó el aislamiento internacional. 
En 1953, España firmó acuerdos con el Vaticano y con los Estados Unidos y, dos años más tarde, fue admitida en la ONU.
 La economía española, por su parte, sufría aún las secuelas de la Guerra Civil. En un marco internacional antifascista, el franquismo promovíó una política económica autárquica. La autarquía tenía como objetivo lograr la autosuficiencia frente al exterior; para ello, se limitaron las importaciones y se trató de desarrollar la industria nacional. Se instauró una reglamentación severa de la producción agraria y se controlaron salarios y precios.

Los resultados de esta política económica no fueron los deseados. La escasa producción obligó al racionamiento de alimentos, y la falta de materias primas industriales y de combustibles redujo la actividad económica. 
Pronto hubo que importar trigo y petróleo, pero el Estado carecía de capacidad de pago.

La situación internacional jugó entonces a favor del régimen. En el marco de la Guerra Fría, España firmó acuerdos con Estados Unidos y, a cambio del permiso para utilizar cuatro bases militares españolas, obtuvo ayuda técnica, militar y económica, además de alimentos y materias primas para la industria. Esto posibilitó que el país superara la penuria en un corto plazo.

Sin embargo, en 1956, la crisis se agudizó. Surgieron disturbios universitarios que mostraban el descontento de los jóvenes con el régimen autoritario. Al mismo tiempo, el fracaso de la autarquía provocó una inflación sin precedentes y las huelgas se sucedieron en el País Vasco, Asturias y Cataluña. Franco destituyó a algunos miembros del Gobierno y nombró en su lugar a jóvenes economistas del Opus Dei —los tecnócratas o desarrollistas—, que diseñaron una nueva política

02.3 El desarrollismo: los avances económicos

Laestrategia económica se centró en permitir las importaciones de bienes y capitales, devaluar la peseta y controlar el gasto público y los ingresos fiscales. La mejora económica no se percibíó inmediatamente, por lo quemás de un millón de españoles emigraron a otros países de la Europa desarrollada en busca de empleo. Sin embargo, pronto se produjo un despegue económico basado en tres pilares: la llegada de capital extranjero, el turismo y los envíos de dinero de los emigrantes. Lainversión de estos capitales permitíó que la economía creciera, lo que se vio reflejado en los siguientes ámbitos:La autarquía dio paso a un nuevo periodo marcado por la apertura progresiva al comercio exterior. El Plan de Estabilización, en 1959, y, desde 1964, los diferentes planes de desarrollo convertirían a España en un país desarrollado, urbano e industrial.

  • El sector industrial se convirtió en el más dinámico del país, gracias al crecimiento de las importaciones de tecnología y al impulso a las industrias de bienes de equipo y maquinaria. Se desarrollaron nuevos núcleos industriales en la cornisa cantábrica, Cataluña, Levante y Madrid.
  • La agricultura tradicional se transformó en una agricultura moderna: 
    se ampliaron los regadíos y se incrementaron la mecanización y el uso de fertilizantes. La productividad agraria y ganadera crecíó para satisfacer los cambios en los hábitos de consumo alimentario: la dieta, hasta entonces basada en cereales, legumbres y hortalizas, pasó a completarse con carne, leche, frutas y huevos.
  • Se produjo una transformación completa de la composición de la población activa. 
    El sector agrario redujo su importancia: en solo veinte años, de 1950 a 1970, pasó de emplear al 47,6% de la población activa a dar trabajo solo al 22,8%. Los excedentes de población rural fueron absorbidos por el sector secundario (actividades industriales y construcción) y por el terciario (comercio y otros servicios).

El Instituto Nacional de Industria

En 1941, el Estado franquista fundó el Instituto Nacional de Industria (INI) para financiar grandes proyectos industriales. Se buscaba encauzar las inversiones hacia sectores fabriles, muy necesarios en la época autárquica. Se crearon, entre otras, empresas eléctricas, navieras y de transpors.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *