Guerra larga de Cuba

Romanización: Proceso de adaptación de la cultura, sociedad, política y economía romanas por parte de los pueblos de la Península Ibérica. Se desarrolla desigual: de forma pacífica y rápida en el levante peninsular y en el valle del Guadalquivir (iberos) y de forma lenta y conflictiva en el resto de la Península (en el centro y oeste fue difícil e irregular; en el norte incompleta). Se inicia con la conquista de Hispania en el siglo III a.C. (campamentos militares acabaron convirtiéndose en ciudades). Destacan Hispalis, Gades o Malaca. Hispania se limitó a exportar materias primas. Roma impone en Hispania el latín como lengua oficial y la propiedad privada, el derecho romano, y se establecíó el cristianismo, que fue fuerte y consistente. En el ámbito político cabe destacar a Trajano y Adriano. En el cultural destaca Séneca.


“uníón dinástica”: Isabel de Castilla y Fernando de Aragón llegan a la Concordia de Segovia, en el que quedó fijado el sistema de gobierno. Aragón y Castilla mantuvieron sus fronteras, sus leyes e instituciones. El único organismo común fue la Inquisición. No hubo intento de avanzar hacia una fusión de reinos. Por su mayor tamaño, población y auge económico, Castilla desempeñó el papel hegemónico: en ella obténían los reyes sus recursos fiscales, y las principales fuerzas militares y también de Castilla salieron las empresas de conquista. El castellano acabaría imponiéndose como lengua predominante.

Ampliación Territorial: • Conquista del reino Nazarí de Granada: La guerra se prolongó durante 10 años, tuvieron gran importancia la capacidad de coordinación de lo corona y un esfuerzo militar y económico. • Rosellón y Cerdaña: La habilidad diplomática de Fernando consiguió la recuperación de los territorios que su padre había cedido a Francia. • Islas Canarias: 1496 se completó con el dominio de Tenerife. • Navarra: Fernando aprovechó la declaración de guerra al rey de Francia para ocupar militarmente Navarra.


Decretos de Nueva Planta: Suprimieron los fueros e instituciones propias de Aragón, Valencia, Mallorca y Cataluña. Se introdujeron las leyes de Castilla y sus tribunales, chancillerías y audiencias. La autoridad pasaron a desempeñarla capitanes generales e intendentes. También se suprimieron las fronteras y se impuso el castellano como lengua oficial. El sistema de impuestos fue sustituido por el catastro. Todo el territorio quedó uniformizado y sólo los territorios vasco y navarro, pudieron mantener sus fueros.


Crisis del 98: La guerra estalló en Febrero 1895 (“Grito de Bayre”), bajo la dirección de José Martí, Máximo Gómez y Antonio Maceo. El general Weyler, llevó a cabo una política represiva muy dura, que no logró acabar con los sublevados. Tras el asesinato de Cánovas, Sagasta intentó una estrategia de conciliación, ofreciendo una amplia autonomía política y económica a la isla, y sustituyendo a Weyler por Blanco. En ese momento, los EEUU decidieron intervenir. En Febrero de 1898 la voladura del Maine, fue el pretexto para la declaración de guerra, ya que los norteamericanos le atribuyeron toda la responsabilidad a España (encargados de la seguridad del puerto). Los americanos propusieron la compra de la isla por 300 millones de dólares y lanzaron un ultimátum que amenazaba con la guerra si en tres días España no renunciaba a la soberanía. La diferencia de potencial militar dio la victoria a los americanos, que derrotaron a los españoles en Filipinas y Cuba. Con la Paz de París, España perdíó lo que le quedaba de su Imperio ultramarino (Puerto Rico y de Filipinas y Cuba) La derrota de 1898 sumíó a la sociedad y a la clase política española en un estado de desencanto y frustración. • La guerra supuso unas 120.000 muertes, la mitad de ellas de soldados españoles. Poco a poco comenzaron las protestas y se extendíó la amargura por no poder pagar las quintas. • No hubo una gran crisis política y el sistema de la Restauración sobrevivíó, aunque propició el desgaste progresivo de los partidos del turno, que tuvieron que adaptarse a los nuevos tiempos y a la “regeneración”. • Tampoco hubo crisis económica a pesar de la pérdida de los mercados coloniales y de la guerra. O Surgíó el Regeneracionismo, que planteaba la necesidad de profundas reformas para lograr la modernización económica, el avance de la educación y la ciencia, la mejora del campo. El representante más conocido fue Joaquín Costa, que denunció al caciquismo y pedía reformas económicas y sociales. O Dentro del mundo intelectual y literario surgíó la Generación del 98, un grupo de pensadores y literatos pesimistas respecto a nuestra historia. La gran crisis del 1898 acabó con el sistema de la Restauración y obligó a los futuros gobiernos a seguir una política de reformas que no fue lo suficientemente profunda para cambiar las cosas.


Crecimiento demográfico

Fue débil en sus inicios y se aceleró a partir de 1870 pasando de los 10,5, según el censo de Godoy de 1797, a 18,6 millones de habitantes según el censo de 1900, un aumento superior al 60%. Este crecimiento estaba condicionado: • Una alta natalidad (por el predominio de una economía y sociedad rurales y por la inexistencia de sistemas eficaces para controlar los nacimientos). • Una alta mortalidad por el bajo nivel de vida y las precarias condiciones médicas y sanitarias. A esta se sumaban momentos de mortalidad por: Las frecuentes guerras, crisis de subsistencia, Las enfermedades infecciosas, La esperanza de vida era baja, sobre todo por la alta mortalidad infantil y materna. • Crecimiento natural era bajo (0,5% anual) y presentaba oscilaciones. A medida que estas condiciones fueron mejorando, finales s.XIX y principios s.XX, hubo un crecimiento más rápido debido a el cambio de un régimen demográfico antiguo a otro de transición.

La emigración interna y externa: A finales del Siglo XIX, el desarrollo de los medios de transporte, abarataron los viajes, y las migraciones aumentaron. En el interior, se dio del campo a la ciudad (éxodo rural) provocando un crecimiento de las ciudades periféricas y de Madrid, por el auge industrial y la demanda de servicios. Las migraciones exteriores se producen por causas económicas o políticas (exilio). Económicas: Falta de empleo, la presión demográfica y la escasa formación. Los emigrantes procedían, en mayor parte, de las regiones atlánticas. El perfil era varón, joven, soltero, de baja cualificación y dedicado a la agricultura. El destino fue ultramar. Esta emigración fue permanente y asistida, pero también hubo salidas temporales y estacionales. Aunque de menor importancia, también hubo una emigración de carácter político. El momento de máxima emigración llegó a comienzos del Siglo XX, con más de un millón de personas. A finales de siglo la emigración exterior se frena a causa de las guerras coloniales.

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