Historia de España: De la Edad Media a los Borbones
La España Medieval
Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura. El Legado Judío
Al-Ándalus, el Estado musulmán en la Península Ibérica (711-1402), se estableció tras la victoria de Tarik y Muza en la Batalla de Guadalete (711).
En Al-Ándalus, la economía se caracterizaba por una fuerte dependencia en la agricultura y el comercio. La innovación en técnicas de riego, como las norias, permitió un aumento en la producción agrícola, con cultivos tradicionales como trigo y olivo, y la introducción de nuevos cultivos como arroz y caña de azúcar. El comercio, especialmente en ciudades como Mayrit y Almería, impulsó la producción artesanal, con destacados productos como artículos de lujo, textiles y aceite, que era la principal exportación.
La sociedad estaba dividida por clases sociales, etnias y religiones, con una élite árabe dominante y comunidades musulmanas, judías y cristianas coexistiendo. En cuanto a la cultura, Al-Ándalus fue un crisol de influencias, donde se produjo un renacimiento del conocimiento clásico y se introdujo el sistema de numeración indoarábigo. Hubo avances notables en áreas como geografía, historia, astronomía y medicina, con figuras destacadas como Averroes en filosofía e Ibn Hazm en literatura.
La presencia judía en la península contribuyó significativamente al desarrollo cultural, con figuras como Maimónides dejando un legado perdurable en campos como la medicina y la filosofía. La migración de los judíos sefardíes a territorios cristianos también enriqueció la cultura y tuvo un impacto duradero en el idioma español, con muchas palabras de origen judío que todavía se utilizan hoy en día.
Modelos de Repoblación y Organización Estamental en los Reinos Cristianos Medievales
La repoblación en los reinos cristianos medievales fue esencial para asegurar los territorios conquistados a los musulmanes.
- En los siglos VIII-X se usó el modelo de presura, que consistía en otorgar tierras a quienes las ocupaban y cultivaban.
- Desde el siglo XI, la repoblación se expandió por los valles del Duero y Tajo con el sistema de repoblación concejil, otorgando fueros y cartas puebla a los nuevos habitantes.
- En el siglo XIII, con el repartimiento, los reyes entregaron tierras a la nobleza y las órdenes militares, creando grandes latifundios.
La organización estamental era feudal, con tres estamentos: nobleza, clero y estado llano. La nobleza era privilegiada y se dividía en alta y baja nobleza; los hidalgos eran parte de esta última. El clero también gozaba de privilegios, con un alto clero proveniente de la nobleza y un bajo clero cercano al pueblo. El estado llano estaba formado principalmente por campesinos, aunque también incluía a artesanos y burgueses, quienes adquirieron mayor relevancia con el crecimiento de las ciudades.
La Baja Edad Media en las Coronas de Castilla y Aragón y el Reino de Navarra
En la Baja Edad Media (siglos XIV-XV), Castilla consolidó su monarquía con la soberanía divina basada en el Derecho Romano y la creación de un código de leyes, como las Partidas de Alfonso X (1256) y el Ordenamiento de Alcalá (1348). Se unificaron las Cortes de Castilla y León, y se crearon el Consejo Real y la Audiencia. La Hacienda se reorganizó, apareciendo la Corte, el Chanciller y el Condestable. En lo territorial, surgieron las merindades y los adelantamientos. Los concejos se transformaron en regimientos con regidores y corregidores. Castilla se expandió hacia las Islas Canarias y el norte de África.
En Aragón, la monarquía era pactista, y las Cortes tenían poder legislativo. Las Diputaciones, como la Generalitat, velaban por los acuerdos. Apareció la figura del Justicia de Aragón y los virreyes representaban al rey. El territorio estaba dividido en honores y veguerías. La administración local estaba en manos de oligarquías urbanas, y los virreyes perdieron poder frente a los consellers. Aragón se expandió por el Mediterráneo, conquistando Nápoles y Sicilia.
Navarra, con su monarquía pactista, tenía la Corte general y la Cámara de los Comptos. Buscó la alianza con el reino franco.
La España Moderna: Siglos XV-XVIII
Los Reyes Católicos: Unión Dinástica e Instituciones de Gobierno. La Guerra de Granada
Con los Reyes Católicos comenzó la Edad Moderna en España. La unión dinástica de Castilla y Aragón se produjo tras la boda de Isabel y Fernando (1469) y su conversión en reyes al finalizar la guerra civil castellana y morir el rey aragonés Juan II. Isabel y Fernando acordaron gobernar conjuntamente sus territorios (Concordia de Segovia, 1475), si bien esto no supuso la creación de una Administración común, pues cada reino conservó sus propias peculiaridades e instituciones de gobierno. La política exterior y la Inquisición fueron los únicos elementos en común, y Castilla desempeñó un papel hegemónico. Su reinado supuso el paso de una monarquía feudal a una autoritaria. Se sometieron las instituciones que limitaban su poder: la nobleza (integrada en la corte), la Iglesia y los municipios (corregidores). Se creó un eficaz aparato burocrático con los Consejos (gobierno), las chancillerías y audiencias (justicia), la Hacienda (ingresos), la Santa Hermandad (seguridad), y un ejército profesionalizado y permanente.
La Guerra de Granada finalizó en 1492 con la incorporación a Castilla del reino nazarí. Boabdil acordó con los Reyes Católicos la entrega de Granada a cambio de que se respetase la propiedad, libertad religiosa, y usos y costumbres de los musulmanes. Los monarcas cristianos utilizaron la religión para cohesionar sus reinos expulsando a judíos (1492) y forzando a la conversión a los mudéjares en 1502 (moriscos).
Exploración, Conquista y Colonización de América
Conquistada Granada, Isabel de Castilla financió una expedición a las Indias a través del Atlántico propuesta por Cristóbal Colón. Las Capitulaciones de Santa Fe fijaron condiciones ventajosas para Colón (ganancias, títulos). El 12 de octubre de 1492 la expedición llegó a la isla de Guanahaní (San Salvador). Más tarde a Cuba y La Española. En 1494 Castilla y Portugal, para evitar disputas, firmaron el Tratado de Tordesillas que dividió sus zonas de influencia. Más tarde, buscando un paso hacia las Indias orientales, Núñez de Balboa llegó al Pacífico, y Magallanes y Elcano realizaron la primera vuelta al mundo, a principios del siglo XVI.
La Corona confió la exploración y conquista de América a particulares (conquistadores) mediante la firma de capitulaciones. Se conquistaron las civilizaciones precolombinas (Cortés, la azteca; Alvarado, la maya y Pizarro, la inca).
La magnitud y rapidez de las conquistas se explican por la superioridad militar, las rivalidades entre nativos y las pandemias. La colonización se practicó mediante el sistema de repartimiento primero, y los de la encomienda y la mita después. La Corona dictó las Leyes de Indias para proteger a los indígenas de los abusos de los colonos (Bartolomé de las Casas).
Para los indígenas la colonización provocó una catástrofe demográfica (nuevas enfermedades, dureza del trabajo), la imposición del cristianismo y la cultura hispana. Para Castilla supuso su conversión en primera potencia mundial, el establecimiento de un monopolio comercial y la llegada masiva de metales preciosos y nuevos productos (cacao, judías, tabaco, etc.).
Los Austrias del Siglo XVI: Política Interior y Exterior
El primer Habsburgo español, Carlos I (1516-1556), heredó tierras europeas y americanas, y el derecho al título de emperador alemán (Carlos V, 1520). En la política interior, Carlos I hará frente a dos revueltas de las que saldrá victorioso: en Castilla a la de las Comunidades (de la baja nobleza y la burguesía por la subida de impuestos y la subordinación de los intereses de Castilla a los del Imperio); y en Aragón a la de las Germanías (de artesanos y mercaderes por su marginación política y la presión fiscal).
En política exterior venció en numerosos conflictos políticos (frente a Francia en Pavía), y religiosos (contra los turcos musulmanes y en Mühlberg contra los príncipes protestantes alemanes, aunque estos últimos obtuvieron el derecho de libertad religiosa en la Paz de Augsburgo, 1555).
Al abdicar Carlos I en 1556, cedió Austria y los derechos imperiales a su hermano, heredando su hijo Felipe II (1556-1598) el resto de territorios, a los que se unirían las Filipinas. Fortaleció el gobierno centralizado heredado de los Reyes Católicos para facilitar la gestión del inmenso imperio. Se enfrentó a problemas internos como la rebelión de los moriscos de las Alpujarras y las Alteraciones de Aragón en defensa de sus fueros (Caso Antonio Pérez).
En la defensa de la hegemonía española, Felipe II se impuso sobre Francia (batalla de San Quintín, 1557), pero fracasó ante Inglaterra (derrota de la Armada Invencible). Defendió el catolicismo venciendo a los turcos en Lepanto (1571) y se enfrentó a los protestantes en los Países Bajos (provocando la independencia de facto de las provincias del norte). Se anexionó Portugal al morir sin herederos Sebastián I.
Los Austrias del Siglo XVII: Política Interior y Exterior
España vivió una profunda crisis política, social y económica durante el siglo XVII. Sus reyes (Austrias menores) delegaron el gobierno en validos.
- Bajo Felipe III, el duque de Lerma impuso una política exterior pacifista (Tratado de Londres con Inglaterra y Tregua de los Doce Años con las Provincias Unidas) y decretó la expulsión de los moriscos.
- Con Felipe IV, el conde-duque de Olivares propuso una política de defensa del catolicismo y el mantenimiento de la hegemonía de los Austrias en Europa entrando en la Guerra de los Treinta Años en apoyo de Austria frente a los protestantes. Tras los éxitos iniciales (rendición de Breda, Nördlingen) el conflicto dio un giro con la entrada de la católica Francia del lado protestante. La crisis de 1640 y la victoria francesa de Rocroi precipitaron la Paz de Westfalia (1648), por la que España reconocía la independencia de las Provincias Unidas. Olivares impuso la Unión de Armas para sufragar la guerra. Rechazada por Aragón, ocasionó la rebelión de Cataluña (1640) que supuso su unión temporal a Francia hasta 1652. Portugal también se independizó en 1640 aprovechando esta situación.
- Carlos II contó con varios validos, como Juan José de Austria, que no pudieron frenar el expansionismo francés (Luis XIV conquista el Franco Condado) ni la crisis económica. La falta de descendencia de Carlos II desató una grave crisis política internacional. En 1700 nombró heredero al francés Felipe de Anjou, despertando el recelo de Inglaterra y los Países Bajos, que apoyaron al archiduque Carlos de Austria. A su muerte comenzó la Guerra de Sucesión.
Sociedad, Economía y Cultura de los Siglos XVI y XVII
La sociedad sufrió grandes cambios a causa de la crisis del siglo XVII. La baja nobleza y clero vieron empeorar su situación económica. Ambos estamentos (privilegiados) crecieron en número (venta de títulos para afrontar la crisis). El estado llano, el más numeroso, fue seriamente perjudicado. La burguesía se hundió (crisis de la artesanía y comercio) y muchos campesinos y asalariados urbanos se vieron arrastrados a la mendicidad (rentas señoriales y carga fiscal). La población decreció (alta mortalidad, expulsión de moriscos).
La economía mejoró durante la primera mitad del XVI gracias a la colonización de América (llegada de oro y plata), que aumentó los ingresos de Hacienda, pero perjudicó al estado llano (aumento de precios). La crisis del XVII disminuyó los recursos para financiar las guerras de su política imperial. Por ello se incrementó la carga fiscal y se devaluó la moneda (crisis del vellón), arruinando artesanía y comercio. Las malas cosechas y la caída de los ingresos americanos empeoraron aún más la situación.
En el plano cultural, en el siglo XVI se desarrollaron el Humanismo y el Renacimiento. En literatura destacó la novela picaresca (La Celestina, El Lazarillo de Tormes) así como la poesía de Garcilaso de la Vega o de místicos como santa Teresa de Ávila y san Juan de la Cruz. En arquitectura sobresalió Juan de Herrera (Monasterio de El Escorial), Alonso de Berruguete en escultura y El Greco en pintura.
Conocido como «Siglo de Oro«, el XVII fue un momento de esplendor cultural en España. En literatura destacaron novelistas como Cervantes, poetas como Quevedo o Góngora, y autores teatrales como Lope de Vega y Calderón de la Barca. El Barroco inspiró a arquitectos como Gómez de la Mora, escultores como Gregorio Fernández y pintores como Velázquez, Ribera, Zurbarán o Murillo.
La Guerra de Sucesión. La Paz de Utrecht. Los Pactos de Familia
La falta de descendencia de Carlos II desencadenó la Guerra de Sucesión española (1700-1714) entre Austrias y Borbones por el trono español. El Borbón Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV de Francia, fue coronado rey como Felipe V tras la muerte de Carlos II (1700) que le había nombrado heredero, frente al archiduque Carlos de Austria. Austria, Prusia, Gran Bretaña, los Países Bajos, Saboya, Portugal y la corona de Aragón declararon la guerra a Francia y España en defensa del equilibrio europeo.
Tras la victoria borbónica en la batalla de Almansa (1707) y la elección de Carlos como emperador, se llegó a la firma de la paz (Tratado de Utrecht, 1713). Cataluña siguió luchando contra el ejército borbónico hasta la toma de Barcelona (1714). El Tratado de Utrecht reconoció a Felipe V como rey de España a cambio de renunciar al trono de Francia. España perdió todos sus territorios europeos (Flandes, Milanesado, Nápoles, Cerdeña, Sicilia) convirtiéndose en una potencia de segundo orden. Gran Bretaña obtuvo Menorca y Gibraltar, el navío de permiso y el asiento de negros con las colonias americanas.
Para revertir la situación España firmó a lo largo del siglo XVIII tres acuerdos (Pactos de Familia) con Francia. Con los dos primeros Pactos, con Felipe V, se recuperaron Nápoles y Sicilia para su hijo Carlos (futuro Carlos III) a cambio de que no reinase a la vez en dichos estados y España. El tercer Pacto se firmó, con Carlos III, empujó a España a participar contra Reino Unido en la guerra de los Siete Años (1756-1763). La derrota supuso la entrega de Florida a Reino Unido, compensada por la cesión francesa de la Luisiana.
La Nueva Monarquía Borbónica. Los Decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y Alcance de las Reformas
La dinastía Borbón sustituyó a la Habsburgo en España tras elegir Carlos II a Felipe de Anjou como heredero y su posterior victoria en la Guerra de Sucesión. El Tratado de Utrecht (1713) reconoció a Felipe V como rey. Con la llegada de los Borbones al trono, la monarquía española giró hacia Francia, convirtiéndose Reino Unido en el principal rival y llevando a la introducción en España de la Ley Sálica francesa, que impedía reinar a las mujeres.
Los Decretos de Nueva Planta (1707-16) fueron un conjunto de leyes aprobadas por Felipe V por las que se abolieron los fueros, instituciones y privilegios de los territorios de la corona de Aragón por su apoyo al archiduque Carlos de Austria durante la Guerra de Sucesión. Estos impusieron la uniformidad jurídica en toda España bajo las leyes de Castilla, conservando sus fueros sólo Navarra y las provincias vascas al haber apoyado la causa borbónica en la contienda.
Los Decretos de Nueva Planta impusieron un nuevo modelo de Estado absolutista y centralista como el de Francia. Se centralizaron los órganos de gobierno de la Administración buscando una mayor eficacia. En la Administración central se sustituyeron los Consejos de los Austrias por Secretarías de Estado o Despacho (unipersonales y especializados), precursoras de los ministerios actuales. A nivel territorial el reino se dividió en provincias o intendencias. A nivel local se reforzó el control sobre los municipios con la extensión a la corona de Aragón del modelo castellano (corregidores).