La Segunda República Española: Constitución de 1931 y Bienio Reformista (1931-1933)
Proclamación y Primeros Desafíos de la República
Tras la victoria de los republicanos en las ciudades en las elecciones municipales, el 14 de abril de 1931 se proclamó la República. El rey, al ver que no contaba con apoyo, tomó el camino del exilio. En medio del entusiasmo popular, se organizó un gobierno provisional presidido por Niceto Alcalá-Zamora y con representantes de las diferentes opciones políticas de la coalición republicano-socialista, que debía llevar a cabo la transformación del Estado pacíficamente.
El primer problema al que se enfrentaron fue la proclamación en Barcelona de la República Catalana, dentro de la federación de repúblicas ibéricas, pero el gobierno provisional pudo convencer a Francesc Macià de la conveniencia de deponer su actitud y esperar a un próximo estatuto autonómico. Por otra parte, el arzobispo y cardenal Segura fue expulsado por una pastoral de contenido antirrepublicano y, apenas un mes más tarde, un centenar de edificios religiosos fueron incendiados por viejos anticlericales que consideraban a la Iglesia Católica un lastre para la modernización del país. Sin embargo, estos hechos solo sirvieron para agitar a los católicos y darles razones contra la República.
La tarea prioritaria del nuevo gobierno era convocar elecciones a Cortes Constituyentes, que se celebraron en junio. En las urnas triunfaron de forma aplastante los republicanos de izquierda y los socialistas sobre la derecha, mal organizada tras la dictadura. Al mes siguiente se creó la comisión parlamentaria encargada de presentar el proyecto de Constitución, que se aprobaría en 1931.
La Constitución de 1931: Pilares de la Nueva España
La Constitución de la Segunda República Española se propuso hacer del país una democracia formal y real. Sus aspectos fundamentales fueron:
El Reconocimiento del Derecho al Voto de la Mujer
El sufragio femenino todavía no había sido reconocido en países como Francia. Los adversarios a reconocer este derecho alegaban la dependencia económica de las mujeres de sus padres o esposos y su analfabetismo, todo lo cual las haría muy influenciables. Destacó por su decidida defensa de este derecho la diputada radical Clara Campoamor.
El Modelo Autonómico Regional
Se incluía una fórmula para posibilitar las autonomías regionales con carácter particular y no general. Así, una o varias provincias con características históricas peculiares podían solicitar un Estatuto de Autonomía. De este modo, Cataluña consiguió el suyo en 1932 y, durante la Guerra Civil, se aprobaron los del País Vasco y Galicia.
La Cuestión Religiosa y la Separación Iglesia-Estado
El Estado republicano se declaró no confesional, por lo que establecía la separación Iglesia-Estado y la libertad de culto. Sin embargo, suprimió toda ayuda económica al clero y prohibió a las órdenes religiosas ejercer la enseñanza, lo que enconó el conflicto con los católicos.
Ampliación de Derechos Ciudadanos y Sociales
El reconocimiento sin limitaciones de los derechos individuales se completó, por primera vez en la historia constitucional española, con una serie de derechos sociales al trabajo, a la educación, a la salud y a una vivienda digna.
Nueva Organización de Poderes del Estado
El poder legislativo quedó depositado en un parlamento unicameral. El Presidente de la República, elegido por los diputados y no directamente por los electores, ocupaba la Jefatura del Estado. Su mandato, sin posibilidad de reelección, duraba seis años y sus atribuciones eran reducidas. Designaba al presidente de gobierno y a los ministros.
La Propiedad Privada y el Bien Común
La propiedad privada quedaba supeditada al bien común y, por tanto, el Estado podía expropiar bienes particulares.
El Bienio Reformista (1931-1933): Transformaciones Clave
El nuevo gobierno, con Alcalá-Zamora como presidente de la República y Manuel Azaña (Acción Republicana, partido burgués reformista) como presidente de gobierno, emprendió un extraordinario esfuerzo reformista cuyo propósito era afrontar los graves problemas irresueltos de España.
a) La Reforma Militar: Modernización y Control Civil
La necesaria transformación de las fuerzas armadas fue impulsada por Azaña con un doble objetivo: en primer lugar, someter al ejército, que culpaba a los políticos de los desastres coloniales y de ineficacia, al poder civil gubernamental; y en segundo lugar, reducir el número de oficiales para ajustarlo a las necesidades reales y a la capacidad presupuestaria del país. Suprimió capitanías generales, limitó la primacía de los africanistas y se cerró la Academia Militar de Zaragoza. Todo ello le valió la enemistad de muchos que veían sus intereses en peligro o que consideraban que las medidas autonomistas o sociales ponían a España en peligro.
b) La Reforma Educativa: Hacia una España Ilustrada
Era considerada la cuestión clave para la modernización del país. Ya en la Constitución se había declarado la escuela primaria obligatoria, gratuita y mixta. El gobierno incrementó considerablemente el presupuesto de educación, construyó 6.500 escuelas para luchar contra el analfabetismo, mejoró la enseñanza secundaria y potenció la investigación en los niveles universitarios, pero el cierre de los centros religiosos dejó a muchos sin plaza.
c) La Reforma Agraria: Desafíos y Limitaciones
Los problemas principales eran el latifundismo y el elevado número de jornaleros sin tierra. Así, los tres objetivos de la reforma agraria fueron:
Objetivo Social
Entregar tierras a los campesinos a fin de obtener su apoyo para afianzar el recién nacido régimen republicano y evitar conflictos y revueltas en las zonas rurales.
Objetivo Político
Eliminar el poder económico de los grandes terratenientes, en su inmensa mayoría monárquicos y enemigos de la República.
Objetivo Económico
Incrementar la producción total del sector agrario y elevar el nivel de renta del campesinado, que aumentaría sus niveles de consumo estimulando así el desarrollo de las actividades industriales y comerciales.
En 1932 se aprobó en el Parlamento la Ley de Reforma Agraria tras largas discusiones con los partidos de derechas. Los puntos fundamentales de esta ley fueron:
- Las tierras de la antigua Grandeza de España quedaron expropiadas sin indemnización.
- Todos los latifundios, terrenos sistemáticamente arrendados y tierras incultas o abandonadas se declararon expropiables a cambio de una indemnización del Estado.
- Estas tierras se destinarían al asentamiento de campesinos.
Sin embargo, la aplicación de esta ley fue lenta por la falta de recursos; se expropiaron pocos terrenos y solo se habían asentado a 8.000 campesinos en 1934. En consecuencia, los jornaleros hambrientos de tierra quedaron decepcionados con la República y se inclinaron hacia las opciones revolucionarias anarquistas.
d) La Reforma Religiosa: Conflictos y Consecuencias
El gobierno republicano-socialista deseaba eliminar el poder y la influencia social de la Iglesia, pero su actuación agredió a los católicos y creó muchos enemigos que identificaron a la República con el ataque a sus creencias. El reconocimiento del divorcio, la supresión de la obligatoriedad de la enseñanza religiosa en los colegios, la eliminación de los crucifijos en las aulas y la disolución de la Orden Jesuita acentuaron el enfrentamiento entre españoles. En 1932, un grupo de militares dirigidos por el general Sanjurjo organizó en Sevilla un golpe militar que fue descubierto y sus cabecillas procesados.
e) Política Autonomista: El Estatuto de Cataluña
Cataluña consiguió un estatuto de autonomía en 1932 que contemplaba un gobierno o Generalitat, un Parlamento, amplias competencias y la existencia de dos lenguas oficiales. En las primeras elecciones triunfó Esquerra Republicana, que lo había hecho posible, por lo que el primer presidente fue el anciano Macià.
Impacto de la Crisis de 1929 y Radicalización Social
Aunque con retraso, debido a su atraso económico y su menor implicación en la economía internacional, España sufrió en esta etapa el impacto de la crisis de 1929. Esto se tradujo en una considerable disminución de las exportaciones y del consumo, así como en un crecimiento del paro, lo que provocó una mayor radicalización de las masas populares hacia opciones revolucionarias, pues consideraban a la República burguesa e incapaz de reformas profundas.
Se produjeron huelgas y levantamientos en el campo con ocupaciones de fincas e incidentes violentos. El más grave fue el de Casas Viejas (enero de 1933), en el que un grupo de jornaleros anarquistas asaltaron el cuartel de la Guardia Civil, que respondió con frialdad y crueldad. Azaña fue culpado de lo ocurrido y los campesinos radicalizaron sus posturas; entre los anarquistas triunfaba la violenta FAI, y en la UGT ganaban apoyos las teorías revolucionarias de Largo Caballero. La derecha, ante esto, se reorganizó y se presentó unida a las elecciones que el presidente tuvo que convocar para noviembre de 1933.