Imperialismo y colonialismo en el siglo XIX

El problema de la esclavitud y la guerra de secesión

La Constitución de los Estados Unidos dejaba en manos de cada estado la abolición de la esclavitud. El enfrentamiento entre estados abolicionistas y estados esclavistas se intensificó a mediados del siglo XIX. En 1860 fue elegido presidente del país Abraham Lincoln, que se oponía a la extensión de la esclavitud en los nuevos territorios. Poco después, once estados del sur se separaron y crearon una confederación. El presidente Lincoln y el Congreso de Estados Unidos mantuvieron que ningún estado tenía derecho a separarse y se propusieron someterlos por la fuerza. La guerra de secesión duró cuatro años y terminó con la victoria del norte (el norte quería acabar con la esclavitud, y el sur se quería separar).

La consolidación del liberalismo en Gran Bretaña y Francia

La democracia avanzó poco a poco: se aprobó el sufragio universal masculino; se desarrollaron la libertad religiosa y la libertad de expresión; y surgieron los partidos políticos modernos. La concesión del voto a todos los varones provocó cambios, por una parte los partidos socialistas empezaron a tener representación parlamentaria, los partidos empezaron a desarrollar estrategias políticas modernas. Todavía no se puede hablar de que en estos países hubiera una auténtica democracia por dos motivos. Las mujeres carecían de muchos derechos entre ellos el derecho al voto, y seguían legalmente sometidas a los varones. Otro factor que impedía el desarrollo de la democracia era la práctica generalizada de la manipulación electoral. El progreso de la democracia se acompañó de medidas para proteger a los más desfavorecidos, lo que ponía las bases del estado social. Se crearon los primeros subsidios de paro y las pensiones de jubilación.

¿Qué es el imperialismo?

Implica la extensión del dominio de un país sobre otros. El país que conquista es la metrópoli y las colonias son los territorios conquistados. Gran Bretaña y Francia fueron las principales potencias coloniales, pero también crearon imperios otros países europeos (Alemania, Italia, Bélgica) y extraeuropeos (Estados Unidos y Japón). Por el contrario, España perdió sus colonias en Iberoamérica y el Pacífico. Se podía decir que Europa era la dueña del mundo. La rapidez de la conquista se explica por la superioridad militar de los países colonizadores. Las grandes potencias se expandieron por motivos de diversa índole.

Los factores económicos:

Los factores económicos tuvieron mucha importancia. Ante el aumento de la producción que acompañó a las revoluciones industriales, las colonias se convirtieron en mercados. También eran espacios donde invertir sus capitales, mediante la construcción o mejora de obras públicas, ferrocarriles y puertos. Asimismo se colonizaban ríos ricos en recursos naturales, que ofrecían materias primas baratas para sus industrias.

Los factores políticos:

Las potencias conquistaron algunos lugares que eran estratégicos para controlar rutas marítimas y terrestres importantes. La expansión territorial también servía para aumentar el prestigio de un país en el mundo y fortalecer el orgullo nacional.

Los factores demográficos:

En los países occidentales la población creció intensamente en el siglo XIX. Millones de europeos emigraron a las colonias. Esto aminoró los problemas de paro y malestar en las metrópolis.

Los factores ideológicos:

No se puede entender la intensidad del imperialismo sin tener en cuenta la fuerza que tenían las ideologías racistas en Occidente en el siglo XIX. Los occidentales estaban convencidos de que la raza blanca era superior, pensaban que tenían la misión de civilizar a los demás pueblos que consideraban atrasados y de convertirlos al cristianismo, impulso también la expansión colonial. Se fundaron centenares de misiones. Otra idea que impulsó las conquistas fue la curiosidad científica. Se crearon sociedades geográficas, que se lanzaron a realizar expediciones científicas por todo el planeta. Podemos decir que los emigrantes, los exploradores y los misioneros fueron los vehículos que transmitieron la civilización europea fuera de sus fronteras.

El proceso de conquista

A principios del siglo XIX la idea colonial parecía abandonada, pero desde 1830 se retomó. El proceso se aceleró a partir de 1870, en la Conferencia de Berlín de 1885 el territorio africano pasó a manos de los principales estados europeos. A principios del siglo XX la expansión imperialista había terminado. En África solo quedaban dos estados independientes: Etiopía y Liberia. En Asia, quedaban grandes imperios sin conquistar pero estos estaban cada vez más controlados por los occidentales. Un caso especial fue el de América Latina. Esta había logrado su independencia, pero la realidad es que seguía dependiendo económicamente de los países europeos y más tarde de Estados Unidos.

El choque de los imperialismos:

La carrera colonial aumentó las tensiones entre las potencias europeas y amenazaba la paz entre ellas. En África chocaron los proyectos imperiales británico y francés.

Una sociedad racista

Los indígenas fueron desposeídos de sus tierras y se convirtieron en una minoría marginada. En los casos más dramáticos como Australia, la población indígena fue sometida a una política de exterminio. En las demás colonias colonizados y colonizadores vivían realidades completamente separadas. La población occidental era un grupo pequeño, pero que ocupaba los principales cargos y controlaba la economía, la población nativa vivía una situación de pobreza y falta de derechos. La expansión colonial impuso la civilización occidental mientras que las culturas autóctonas fueron minusvaloradas.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *