Isabel II la organización del régimen liberal

La muerte de Fernando VII, en 1833, abríó un largo Periodo de transformación en la vida española, dando lugar a nuevas estructuras Políticas, económicas, sociales y culturales. Durante el reinado de su hija, Isabel II, se produjo el paso definitivo del Antiguo Régimen al liberalismo Burgués. Se configuró una monarquía constitucional inspirada en los principios Del liberalismo político, se sentaron las bases de una economía capitalista y Desaparecíó la vieja sociedad estamental, dando paso a una nueva sociedad de Clases.

Pero a diferencia de otros países europeos, donde la Burguésía era la base social y el más firme apoyo del liberalismo, España Contaba con una burguésía escasa y débil y la monarquía tuvo que apoyarse en el único grupo capaz de defenderla de las amenazas del carlismo: los militares Liberales.

Cuando Fernando VII muere en 1833, su viuda, María Cristina, se encargó de la regencia hasta que Isabel, nacida en 1833, alcanzase La mayoría de edad. Pero los partidarios de Carlos María Isidro, procedentes Del sector absolutista más intransigente, no aceptaron la situación y se Alzaron en armas. Comenzando así la guerra civil, que no finalizará hasta 1839 Con el Convenio de Vergara, aunque a lo largo del siglo habrá nuevos Levantamientos carlistas.

Este conflicto tendrá importantes consecuencias, además de Los elevados costes humanos:

∙ La inclinación de la monarquía hacía el liberalismo.

∙ El protagonismo político de los militares. Los generales o “espadones”, se acomodaron al frente de los partidos políticos. El recurso del Pronunciamiento se convirtió en la fórmula habitual de instaurar cambios de Gobierno durante todo el reinado.

∙ Los enormes gastos de guerra situaron a la monarquía ante Serios apuros fiscales y condicionaron la orientación de ciertas reformas como La desamortización de Mendizábal.

Por otro lado, el reinado de Isabel II se caracterizó por La alternancia en el gobierno de progresistas y moderados, en un clima de Inestabilidad política acentuado por los continuos pronunciamientos militares.

A comienzos del reinado surgieron los primeros partidos Políticos como forma de canalizar las distintas corrientes del liberalismo:

∙ El partido moderado con el general
Narváez a la cabeza, Se apoyaba en los grandes terratenientes, la alta burguésía y la clase media Alta. Defendía la soberanía compartida entre el rey y las Cortes, dotar al Monarca de amplios poderes y la limitación de los derechos individuales de los Ciudadanos.

∙ El partido progresista, encabezado por el general Espartero, militar de gran carisma popular, por su papel en la primera guerra Carlista, tenía su base social en la pequeña y mediana burguésía y en general En las clases medias, empleados y artesanos que aspiraban a llevar las reformas Lo más lejos posible. Defendían la soberanía nacional, representada en las Cortes, que debía limitar el poder del rey.

Del ala izquierda del progresismo, surgirán durante la Década de los 40 otras fuerzas políticas de tendencias democrático­republicanas.

La minoría de edad de Isabel II transcurrirá bajo dos Regencias, primero la de la reina María

Cristina, su madre, (1833­1840) y después la del general Baldomero Espartero (1840­1843)

La primera regencia: María Cristina, (1833­1840)


Los tres primeros años de regencia sirvieron para que los Liberales moderados, algunos de ellos retornados del exilio, fueron Afianzándose en la política. El principal instrumento fue el Estatuto real de 1834, no era una constitución sino una carta otorgada, se centraba en la Reforma de las Cortes, que pasaron a ser bicamerales, compuestas por Próceres Designados por el rey y Procuradores elegibles, aunque para ser candidato era Imprescindible disponer de cierto patrimonio.

Ambas cámaras tenían una función más consultiva que Legislativa, pues eran convocadas, suspendidas y disueltas por el monarca y Sólo podían deliberar sobre asuntos planteados por el mismo. Además la ley Electoral establecía un sufragio electoral que reducía el número de votantes al 0,15% de la población total.

La Guerra Civil y la desastrosa situación económica Provocaron ya en 1835 sublevaciones de las milicias urbanas, que exigen una Ampliación de las libertades políticas y del sufragio electoral y la entrega Del poder a políticos progresistas.

En 1836, una revuelta contra la regente, organizada por Suboficiales del ejército (El motín del Palacio de la Granja) obligó a María Cristina a aceptar la puesta en vigor, de nuevo de la constitución de 1812. Aunque inmediatamente redactó una nueva constitución: la Constitución de 1837.

Esta constitución presenta semejanzas con la de Cádiz: Soberanía nacional, reconocimiento de amplios derechos ciudadanos, la división De poderes (legislativo, judicial y ejecutivo, papel destacado de las Cortes y Limitación del poder del monarca. Aunque para atraerse el apoyo de los Moderados recogía algunos aspectos del Estatuto Real: El poder del monarca de Convocar y disolver las cortes y de vetar leyes. Cortes bicamerales con un Senado integrado por miembros de de designación real y un Congreso de Diputados Elegidos por sufragio directo, pero la nueva ley electoral mantuvo el sufragio Censitario que no incluía ni al 5% de la población. Con el nuevo marco Constitucional se promulgaron algunas leyes progresistas como la supresión de Pagar diezmos a la Iglesia, la eliminación de aduanas interiores y la supresión De los gremios para favorecer el crecimiento de la industria.

Además se adoptaron medidas para liberalizar el mercado de La tierra: la supresión de los mayorazgos, la abolición del régimen señorial y Las desamortizaciones es decir la expropiación, por parte del Estado de las Tierras eclesiásticas y municipales para su posterior venta a particulares en Pública subasta.

En 1835 se disolvieron las órdenes religiosas, salvo las Consagradas a la enseñanza o al cuidado de enfermos y sus fincas se declararon Bienes nacionales.

La desamortización de Mendizábal (ley de 1837) consistíó en La venta por subasta de las tierras expropiadas a la Iglesia, por lo que se la Conoce también como desamortización eclesiástica. Sus objetivos eran sanear la Hacienda, financiar la Guerra Civil contra los carlistas y convertir a los Nuevos propietarios en adeptos a la causa liberal, aunque provocó graves Tensiones entre la Iglesia y el Estado liberal.

Finalizada la guerra carlista, un gobierno dirigido por el Moderado Pérez de Castro intentó nuevamente limitar las reformas y la Participación de las clases medias urbanas, promulgando una ley de Ayuntamientos, que suprimía el derecho de los ciudadanos a elegir a sus Alcaldes. Los progresistas suscitaron un movimiento insurreccional que obligó a La regente a recurrir al general Espartero. La suspensión de dicha ley y la Decisión de suspender las Cortes provocaron la renuncia de María Cristina, Siendo asumida esta por Espartero. 

Segunda regencia: General Espartero (1840­1843)

El general Espartero gobernó hasta 1843 de manera Dictatorial, reprimiendo a los moderados y sin someterse al Parlamento. Se ganó así el rechazo de todos: su política librecambista Ponía en peligro la industria catalana. Al movimiento catalán contra Espartero Se uníó la oposición de los vascos que por su apoyo al Carlismo veían reordenados sus fueros. Algunos sectores Liberales progresistas, que habían apoyado inicialmente a Espartero, se Enfrentaron a sus formas autoritarias.

En 1843 se inició una revuelta militar encabezada por Narváez que hizo caer al gobierno, Espartero se exilió en Londres. No regresó a España hasta 1849. Las Cortes para evitar una nueva regencia, adelantaron la mayoría De edad de Isabel II, que de esta forma fue coronada reina a los trece años.

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