El Reinado de Fernando VII: Liberalismo frente a Absolutismo y el Proceso de Independencia de las Colonias Americanas
El Regreso de Fernando VII: 1814-1820
La expulsión de los franceses trajo a Fernando VII de vuelta a España en marzo de 1814. Llegó a Valencia en abril, donde los diputados absolutistas de Cádiz le presentaron el Manifiesto de los Persas, una invitación explícita para restaurar el absolutismo. En mayo, Fernando VII anuló toda la legislación gaditana, iniciando una implacable persecución contra liberales y afrancesados. Sus apoyos internos fueron el ejército, la nobleza y el clero, que manipulaban a un pueblo en gran medida indiferente al liberalismo. En el ámbito externo, con un Napoleón derrotado, Fernando VII se apoyó en la Santa Alianza, una coalición dispuesta a intervenir en cualquier país donde estallara una revolución liberal.
La oposición liberal, perseguida y clandestina, se apoyó en grupos liberales del ejército surgidos durante la guerra, conspirando para dar golpes de Estado (conocidos como pronunciamientos). Hubo varias rebeliones que fracasaron. La situación económica se agravó por los desastres de la guerra y la incipiente pérdida de las colonias americanas. Además, se reanudaron los privilegios fiscales de la nobleza y el clero. La miseria se generalizó y el pueblo español comenzó a apoyar a los liberales, culpando al rey de la situación.
En enero de 1820, entre Sevilla y Cádiz, en Lebrija, un ejército que se negaba a ir a América se sublevó bajo el mando del comandante Rafael de Riego. Tras un fracaso inicial en Cádiz, otras rebeliones en distintas partes de España permitieron a Riego entrar en Madrid, obligando a Fernando VII a jurar la Constitución de Cádiz.
El Trienio Liberal: 1820-1823
Dos grandes problemas marcaron el fin del gobierno liberal. Durante los dos primeros años, gobernaron los liberales moderados, quienes continuaron con la suspensión de los señoríos y la desamortización eclesiástica. Los absolutistas se opusieron violentamente, intentando golpes de Estado militares, apoyados indirectamente por el rey. En el verano de 1822, tras el fracaso de un golpe de Estado en Madrid, llegaron al poder los liberales exaltados, quienes formaron la Milicia Nacional, compuesta por voluntarios liberales radicales.
Este triunfo exaltado alarmó a la Santa Alianza. En el Congreso de Verona, y ante la incapacidad de Fernando VII para controlar la situación, decidieron la invasión de España con los Cien Mil Hijos de San Luis. Ante la indiferencia popular, los liberales tomaron a Fernando VII como rehén y huyeron a Cádiz. La ciudad fue atacada y se rindió en septiembre de 1823.
La Década Ominosa: 1823-1833
Fernando VII volvió a derogar la legislación del Trienio y comenzó una sanguinaria y brutal represión. Miles de liberales fueron ejecutados, torturados o exiliados a Gran Bretaña. Riego fue ejecutado en la Plaza de la Cebada en Madrid en 1824. La policía desarticuló conspiraciones secretas liberales, como la de Torrijos.
Hacia 1827, la represión se suavizó y liberales muy moderados entraron en el gobierno. Se inició la industrialización textil de Cataluña. Esta débil apertura liberal provocó la desconfianza del sector ultrarrealista, en torno al infante Carlos María Isidro. El infante comenzó a reclamar el trono ante la falta de un heredero masculino.
El nacimiento de Isabel II en 1830 trajo consigo la creación definitiva del partido Carlista, de carácter ultrabsolutista. Fernando VII derogó la Ley Sálica de Felipe V y publicó la Pragmática Sanción, que permitía la sucesión femenina. Fernando VII murió en septiembre de 1833, iniciándose así una cruenta guerra civil.
Emancipación de la América Hispana
Antecedentes de la Emancipación
La independencia de las colonias hispanoamericanas se inició aprovechando el vacío de poder generado por los sucesos del 2 de mayo de 1808 en la metrópoli. Los antecedentes clave fueron:
- La independencia de Estados Unidos frente a los británicos en 1783 (Tratado de Versalles), que fascinó a los criollos.
- Los sucesos de la Revolución Francesa y sus ideales de libertad.
- Las reformas borbónicas del siglo XVIII, que perjudicaron los intereses criollos al empobrecerlos y limitar su participación política.
En 1809 se inició la rebelión en Bolivia, en 1810 en Nueva España, y se extendió al resto del continente hasta la completa independencia en 1825, culminando en Bolivia. Solo se mantuvieron bajo dominio español Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
La Guerra de la Independencia: 1809-1825
Dirigida por una minoría criolla, inicialmente buscaba la autonomía dentro de la monarquía hispánica. Se distinguen las siguientes fases:
- 1808-1814: Tras el 2 de mayo, se formaron juntas en las colonias, al igual que en España, ante el vacío de poder, siendo inicialmente leales a Fernando VII. Algunas de estas juntas acabaron por pedir la independencia. Ejemplos notables incluyen Caracas con Simón Bolívar, Buenos Aires con José de San Martín y México con Morelos.
- 1814-1820: Hubo una contraofensiva española que logró la recuperación de la mayoría de las colonias, salvo el Río de la Plata (actual Argentina). Hacia 1817, Bolívar regresó desde Venezuela hacia el sur, y San Martín avanzó desde Buenos Aires hacia el norte, atacando Perú, el último gran bastión español.
- 1820-1825: Tras el pronunciamiento de Riego en la metrópoli, las tropas españolas quedaron aisladas en Perú y en 1824 fueron derrotadas en las batallas de Junín y Ayacucho. Nueva España se independizó y dio origen a México. Solo se conservaron Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Conclusión General
Estas largas guerras fueron lideradas principalmente por criollos, tanto aquellos que buscaban la autonomía como los que anhelaban la independencia total. Los indígenas y mestizos, sin embargo, siguieron marginados y su situación socioeconómica apenas mejoró, e incluso en algunos casos empeoró, respecto a la época colonial. Se introdujo una explotación económica indirecta por parte de Gran Bretaña y, posteriormente, de Estados Unidos.