Una Nueva Fase en la Guerra Fría: Cambios de Liderazgo (1953-1956)
En 1953 se produjeron cambios en el liderazgo político de ambos bandos, que dieron comienzo a una nueva fase en la Guerra Fría.[43] En enero de 1953, Dwight D. Eisenhower fue investido presidente de EE. UU. Durante los últimos meses de la administración Truman, el presupuesto para Defensa se había cuadruplicado; Eisenhower pretendió reducir el gasto militar apoyándose en la superioridad nuclear estadounidense y en una gestión más efectiva de las situaciones provocadas por la Guerra Fría.[8]
En marzo murió Iósif Stalin, y Nikita Jrushchov se convirtió en el nuevo líder de la URSS, tras haber depuesto y ejecutado al jefe de la NKVD, Lavrenti Beria, y finalmente al apartar del poder a Gueorgui Malenkov y Viacheslav Mólotov. El 25 de febrero de 1956, Jrushchov impresionó a los delegados del XX Congreso del PCUS al denunciar los crímenes cometidos por Stalin durante su discurso Acerca del culto a la personalidad y sus consecuencias. En el discurso se sostenía que la única manera de conseguir una reforma exitosa era siendo conscientes de los errores cometidos en el pasado, apartándose de las políticas llevadas a cabo por Stalin.[43]
La Ruptura Chino-Soviética
Artículo principal: Ruptura Sino-Soviética.
Tras el cambio de líder en la Unión Soviética se produjeron numerosas fricciones con algunos de los aliados soviéticos más proclives al estalinismo o a la figura de Stalin. La más notable de estas discrepancias entre países comunistas se plasmó en la ruptura de la alianza chino-soviética. Mao Tse Tung defendió la figura de Stalin tras la muerte de este en 1953 y describió a Jrushchov como un arribista superficial, acusándolo de haber perdido el perfil revolucionario del Estado.[44]
Jrushchov se obcecó en reconstruir la alianza chino-soviética, pero Mao consideró que sus propuestas eran inútiles y descartó cualquier tipo de proposición.[44] Chinos y soviéticos comenzaron un despliegue propagandístico dentro de la propia esfera comunista[45] que acabaría convirtiéndose en una lucha por el liderazgo del movimiento comunista internacional,[46] hasta llegar tres años más tarde al enfrentamiento militar directo en la frontera que ambas potencias compartían.[47]
Aumento de las Tensiones y la Doctrina Nuclear
El 18 de noviembre de 1956, durante un discurso frente a embajadores del Bloque Occidental en la Embajada de Polonia, Jrushchov pronunció unas polémicas palabras que impresionaron a los presentes: «Os guste o no, la Historia está de nuestro lado. ¡Os enterraremos!».[48] Sin embargo, posteriormente aclaró que no se refería a la posibilidad de una guerra nuclear, sino a la inevitabilidad histórica de la victoria del comunismo sobre el capitalismo.[49]
El secretario de Estado de Eisenhower, John Foster Dulles, inició un nuevo giro en la Teoría de la Contención al enfatizar el posible uso de armas nucleares contra los enemigos de EE. UU.[43] Agregó al discurso clásico de la «contención» un nuevo punto de apoyo al anunciar la posibilidad de una «represalia masiva», haciendo entender que cualquier agresión soviética sería respondida con todos los medios necesarios. Esta nueva teoría se puso en práctica durante la Crisis de Suez, donde la superioridad nuclear de Estados Unidos, junto con la amenaza de usarla, retrajo a los soviéticos de comenzar una batalla abierta contra intereses estadounidenses.[8]
Entre 1957 y 1961, Jrushchov mostró abiertamente su confianza en la superioridad nuclear de la Unión Soviética. Afirmaba que la capacidad misilística de la URSS era muy superior a la de Estados Unidos y que sus misiles podrían alcanzar cualquier ciudad estadounidense o europea. Sin embargo, Jrushchov rechazaba la visión de Stalin de una guerra inevitable y declaró que su intención era abrir una nueva época de coexistencia pacífica.[50] Jrushchov trató de reformular la idea soviético-estalinista, según la cual la lucha de clases a nivel mundial provocaría inevitablemente una gran guerra entre proletarios y capitalistas cuyo resultado final sería el triunfo del comunismo. Jrushchov arguyó que la guerra era evitable, pues durante el tiempo de paz el capitalismo se colapsaría por sí mismo,[51] mientras que la paz dejaba tiempo y recursos disponibles para mejorar la capacidad económico-militar de la URSS.[52] Los EE. UU. se defendían mostrando su capacidad militar fuera de sus fronteras y el éxito del capitalismo liberal en todo el mundo.[53] A pesar del discurso de Kennedy que caracterizó a la Guerra Fría como una «lucha por las mentes de los hombres» entre dos sistemas de organización social, a mediados de la década de 1960 la lucha ideológica había quedado apartada frente a los objetivos geopolíticos de carácter militar y económico.[54]