La restauracion de alfonso XII

L mapa de la Guerra de Independencia. Comentario

El mapa representa el desarrollo de la Guerra de Independencia, 1808-1814, al finalizar el reinado de Carlos IV. Aparecen reflejados los movimientos del ejército francés, el contraataque de las tropas anglo-españolas, las respectivas victorias de cada bando y las ciudades sitiadas. Especial importancia tuvieron los sitios de Zaragoza y Gerona que, en los primeros meses de la guerra, sirvieron, además, para alentar a los insurrectos de todo el país. También destacaron por su importancia los puertos, donde desembarcaron las tropas inglesas, nación que tenía el dominio de los mares, y cuya estrategia de desembarcos sorpresa en distintos puntos de la costa para mantener en continuo movimiento a los franceses, resultó muy eficaz. En este sentido, Lisboa, Algeciras (recuérdese que Gibraltar es posesión inglesa desde 1713, como resultado del Tratado de Utrecht) y Mahón (devuelto a España por la paz de Versalles en 1783) permitieron el avance anglo-español hacia Madrid, Andalucía y Cataluña, respectivamente. Destacan en el mapa
 Las victorias francesas de Somosierra (1808) y Ocaña (1809), así como las obtenidas por las tropas hispano-británicas en Bailén (1808), Los Arapiles (1812) y San Marcial (1813). _ El origen de la guerra se encuentra en los pactos entre Francia y Godoy, y más en concreto, el Tratado de Fontainebleau (1807), por el que España permitiría la entrada de tropas francesas camino de Portugal, tradicional aliado de los ingleses, para repartirse este país entre Francia, España y el propio Godoy, quien, con el título de rey, se quedaría con el Alentejo y el Algarbe. La Francia revolucionaria había emprendido una campaña de conquistas desde 1792, continuadas por Napoleón, que llevaron a la anexión a Francia o al dominio como Estados aliados, de Los Países Bajos, Italia, Suiza, La Confederación del Rhin, Las Provincias Ilíricas y Polonia, además de España. Iniciada la ocupación, supuestamente pacífica, del ejército francés, el descontento general con el monarca, Carlos IV, y su ministro Godoy, llevan al Motín de Aranjuez, alentado por la camarilla del príncipe de Asturias, en quien abdicaría su padre. En este clima convulso se produjeron las abdicaciones de Bayona cuando los monarcas españoles, llamados a esa ciudad francesa por Napoleón, ceden la corona a éste y Napoleón abdica en su hermano José I. La insurrección popular del 2 de mayo dio origen a la guerra. _  La 1ª fase (1808-10) del conflicto se representa en el mapa con el avance de las tropas francesas, fruto del Tratado de Fontainebleau (1807), desde Bayona hasta Lisboa (al mando del general Junot), con penetración hacia Madrid (controlada por Murat, como lugarteniente de Napleón) vía Burgos, y de la capital del Reino hacia la Meseta Sur, camino de Andalucía. Al mismo tiempo, avanzan desde los Pirineos hacia Cataluña y el valle del Ebro, y desde Madrid hacia el NO. Los grandes puertos: Lisboa, Barcelona, Valencia, Cádiz (que nunca fue sometido por los franceses) y La Coruña constituyen un importante objetivo francés, conscientes de la superioridad naval inglesa y del peligro que suponía permitir el desembarco de tropas. Sin embargo, la resistencia de Zaragoza y Gerona, y la derrota de Bailén (julio 1808) acabaron con los planes de Napoleón de obtener una victoria rápida. Andalucía no pudo ser ocupada y la corte de José I debió evacuar Madrid._ Napoleón reaccionó viniendo en persona, al frente de su Gran Armada, formada por unos 200.000 hombres, y recuperó rápidamente Madrid (tras la batalla de Somosierra, 1808), Galicia, Cataluña, Aragón (una vez tomadas Gerona y Zaragoza), Valencia y Andalucía (tras la victoria francesa en Ocaña), es decir, prácticamente todo el territorio peninsular._ En la 2ª fase (18010-12) el ejército francés ha conquistado casi todo el país, pero la dispersión de las fuerzas francesas por la Península, el enfrentamiento a las tropas angloespañolas y, fundamentalmente, el desgaste continuo de la guerrilla impiden a Napoleón someter efectivamente el territorio y acabar la guerra. Para sorpresa de Napoleón, la que creía fácil ocupación se convirtió en una larga guerra ante la resistencia popular española, que se negó a aceptar el cambio dinástico y el dominio francés.
La táctica de guerrilla se explica por el desmoronamiento y dispersión del ejército español ante la superioridad francesa. La guerrilla estaba formada por partidas de composición muy heterogéneas: soldados aislados de sus unidades, campesinos conocedores del terreno, incluso bandoleros. Su ventaja procedía del conocimiento del terreno, la movilidad y el apoyo de la población. La fuerte represión francesa contribuyó a aumentar el odio contra el francés._ Los sitios suponían la defensa a ultranza de una ciudad, en la que se luchaba casa por casa, combinando la insurrección callejera y la táctica de guerrilla. El ejército francés, acostumbrado a luchar en campo abierto, perdía la ventaja de su superioridad. Los más destacados fueron los de Zaragoza, defendida por el general Palafox, tomada en febrero de 1809; Gerona, sitiada por tres veces y sólo conquistada en diciembre de ese mismo año; y Cádiz, que nunca fue ocupada._ En cuanto a la intervención inglesa, fue fruto de la alianza pactada con la Junta Central (enero de 1809), institución que, en sustitución de las antiguas autoridades españolas, se encarga de dirigir la insurrección contra los franceses. El dominio inglés de los mares permitió el desembarco de tropas en distintos puertos peninsulares, rompiendo la supremacía napoleónica. Desde el inicio de la R.F., Francia e Inglaterra se enfrentaron en una guerra que tendrá distintas etapa y que se prolongó durante el imperio napoleónico, como reflejan los tratados hispanofranceses contra Inglaterra (San Ildefonso, 1795 y 1800). Fruto de los mismos, tendrá lugar el enfrentamiento naval de Trafalgar y, posteriormente, al ponerse de manifiesto la superioridad naval de Gran Bretaña, el bloqueo continental diseñado por Napoleón. Tras la ocupación francesa, las alianzas se trocan y las tropas angloespañolas, al mando del duque de Wellington, acabarán imponiéndose al francés, en España y en Europa, tras la victoria de Waterloo._ La 3º fase (1812-14) viene marcada por el desarrollo de la campaña rusa. Ésta cambiaría la situación en España, de donde Napoleón retira casi la mitad de sus efectivos. Wellington, al frente de las tropas angloespañolas, aprovechando esta circunstancia, avanza desde la frontera portuguesa, consiguiendo las importantes victorias de Ciudad Rodrigo y Los Arapiles (1812), recuperando así Salamanca y Valladolid, como se muestra en el mapa.
El triunfo en Vitoria y San Marcial (1813), en el Norte peninsular, expulsó a los franceses más allá de los Pirineos. ElTratado de Valençay pondría fin a la guerra. La prolongación de la guerra, que Napoleón preveía rápida y que se transformó en una guerra de desgaste; la estrategia de guerra total, mediante la táctica de guerrilla y el sitio, tan distinta a la táctica del gran ejército napoleónico, curtido en las guerras europeas; la insurrección popular; el apoyo militar inglés; las consecuencias de la campaña rusa, etc. explican la derrota final francesa._ En cuanto a las consecuencias de la Guerra, conviene destacar, en primer lugar, las humanas y económicas. Si, por lo que respecta a las primeras, se calcula en cerca de medio millón los muertos, en lo económico podemos hablar de un país destruido: casas e infraestructuras (caminos, puentes, industrias, etc.) arrasadas, campos incultos y ganados sacrificados, ruina de la Hacienda Pública, robo y destrucción de buena parte del patrimonio histórico-artístico, etc._ Desde el punto de vista político, supuso la crisis del A.R. al producirse, junto con la guerra nacional de liberación, un proceso revolucionario que llevaría a adoptar la soberanía nacional, columna vertebral del Estado liberal. La guerra, además, al otorgar protagonismo a las clases no privilegiadas, acabó por socavar las bases del A.R., pues la Nación, sin sus reyes, tuvo que gobernarse a sí misma. Aunque a la vuelta de Fernando VII se restauró el absolutismo, este sistema ya estaba herido de muerte. También puso fin al imperio español, al alentar la emancipación de las colonias americanas y, finalmente, el paso de España a potencia de segundo orden en el ámbito internacional.


LOS PARTIDOS TURNISTAS DURANTE LA REGENCIA (1886-1901)


 Esta gráfica de barras múltiple, de naturaleza política, representa, en número de diputados, el turno de los partidos durante la Regencia de Mª Cristina de Habsburgo. Las siete consultas tienen lugar durante la Regencia de Mª Cristina de Habsburgo, tras la muerte de Alfonso XII, entre 1886 y 1901. En el eje de las abscisas tenemos los años en que se celebran las elecciones, y en el de las ordenadas el número de diputados que en intervalos de 50, hasta 300. Los dos grandes partidos dinásticos de la Restauración (Conservador en negro y Liberal en blanco) obtienen alternativamente la victoria electoral donde el partido ganador suele obtener entre 220 y 270 diputados mientras que el partido que queda en la oposición conserva entre 50 y 80 diputados.  La gráfica no refleja los resultados de otros grupos políticos, cuya representación parlamentaria fue totalmente marginal durante este periodo. 

2. Interpretación de la gráfica:


Estos datos deben interpretarse como reflejo del turno pacífico, organizado por Cánovas del Castillo con la Constitución de 1876. La Corona ostentaba la potestad de nombrar a los presidentes del gobierno y a los ministros. El elegido (siempre Cánovas o Sagasta) necesitaba unas Cortes favorables a sus tesis políticas. Cuando el partido en el poder sufría un proceso de desgaste perdía la confianza de las Cortes, el monarca ejercía de árbitro, llamaba al jefe del partido de la oposición a formar gobierno y éste convocaba elecciones.

El decreto de disolución que les concedía la Regente les permitía convocar elecciones para obtener una holgada mayoría parlamentaria recurriendo al fraude electoral.
Organizado desde el Ministerio de la Gobernación, serán loscaciques rurales los encargados de aplicar las medidas necesarias para lograr el resultado apetecido por el gobierno. La apatía del electorado y la complicidad de los dos grandes partidos beneficiados por el sistema eran requisitos imprescindibles para lograr los resultados que refleja la gráfica._ La decisión de cambiar el gobierno correspondió a la Regente, apoyada por los dos grandes partidos dinásticos tras la prematura muerte de Alfonso XII, la cual generó una situación de riesgo y ambos líderes acordaron el llamadoPacto de El Pardo para mantener la estabilidad constitucional en 1885 para garantizar la continuidad del sistema. Precisamente, en ese momento, Cánovas renunció al gobierno y fue llamado a presidirlo el líder del Partido Liberal,Sagasta, quien dirigió su «gobierno largo» entre 1885 y 1890. Tras su nombramiento obtuvo la mayoría en las elecciones de 1886 ._ La alternancia venía condicionada por  el desgaste del gobierno o por acontecimientos externos que así lo exigían. Así, el agotamiento del gobierno liberal y la demanda de una política proteccionista conducen al regreso de Cánovas al gobierno en 1890 (convoca elecciones en 1891); en 1892, el aumento de los conflictos sociales y una polémica con la Iglesia fuerzan el regreso de Sagasta (elecciones en 1893); el inicio de la tercera guerra cubana en 1895 hace que Mª Cristina llame a Cánovas para hacer frente al conflicto (mayoría conservadora de 1896); 
el asesinato de Cánovas en 1897 obliga a llamar de nuevo a Sagasta (mayoría liberal en 1898); a pesar de su estrategia conciliadora deberá hacer frente a la guerra contra EE.UU.
 y la consiguiente derrota. Tras ella, el nuevo líder conservador,Francisco Silvela, vuelve al gobierno (elecciones de 1899); su fracasado intento regeneracionista llevará de nuevo aSagasta al poder (mayoría liberal de 1901)._ A pesar del carácter antidemocrático de estas prácticas, su aplicación logró mantener la estabilidad política durante un largo periodo de tiempo así como alejar al ejército de posibles intromisiones en la vida política, ya que dejó de ser considerado como una herramienta para lograr objetivos políticos. A partir de 1903 con la muerte de Sagasta, el sistema entrará en crisis y se verá cuestionado por los nuevos partidos pero sobrevivirá hasta el golpe de Estado de Primo de Rivera. 


COMENT:


Se nos presenta para comentar un texto que tiene por título “Constitución de 1876″. Nos presenta una serie de artículos que resumen los fundamentos en los que se basa la constitución Monárquica de 1876, aprobada por las Cortes y sancionada por el rey Alfonso XII.

Para realizar el comentario de este texto, procederemos de la siguiente forma: localización del texto, análisis del mismo y contextualización. Finalizaremos con unas breves conclusiones, señalando la importancia que tuvo el texto

1.- LOCALIZACIÓN:


Tipo de texto: según la fuente es un texto histórico primario; según la forma es una Constitución y según el tema es un texto político-jurídico.

Autor: colectivo (las Cortes  junto con el rey Alfonso XIII)


Destino: está dirigido a un colectivo y su finalidad es pública


Época: Madrid, 30 de junio


2.- ANÁLISIS:


El tema central del texto es mostrar algunos artículos significativos de la Constitución de 1876 y lasprincipales ideas hacen referencia a la cuestión religiosa, los derechos individuales de opinión, reunión y asociación,  la existencia de una monarquía constitucional y algunas otras cuestiones políticas: sistema bicameral, separación de poderes, establecimiento de un solo Fuero para todos los españoles reconociendo las peculiaridades territoriales. Ampliamos brevemente cada una de estas ideas.

Art. 11: La confirmación de la religión católica como la propia del Estado. La Constitución recoge que la nación mantendrá el culto y sus representantes. Asimismo, recoge también el compromiso de respetar a quienes profesen una religión distinta de la católica; siempre que se respete la moral cristiana. Sin embargo, no serán permitidas otras ceremonias ni manifestaciones públicas que no sean las de la religión católica, la existente en el Estado. Aunque supone alguna apertura respecto a otras Constituciones no queda garantizad la libertad de cultos.

Art. 13: Los nuevos derechos de todos los españoles. Siguiendo las ideas ilustradas, la Constitución de 1876 reconoce las libertades de opinión, reunión y asociación de los españoles. Así, recoge que toda persona tiene el derecho de emitir sus ideas y opiniones sin ser censurado por ello. Se reconoce tanto la libertad de opinión hablada como escrita (a través de la imprenta). También se reconocen los derechos de reunirse pacíficamente y asociarse para resolver cuestiones que afecten a la vida humana.

Art. 18: La monarquía constitucional. La Constitución recoge que el poder de hacer las leyes reside tanto en las Cortes como en el rey. Este es un ejemplo de la soberanía compartida. Es una muestra más del sentido moderado de esta Constitución.

Art. 19: La composición de las Cortes. Se da en España un sistema bicameral ya que las Cortes están compuestas por dos cuerpos colegisladores: el Senado y el Congreso de los diputados.

Art. 20: La composición del Senado. El Senado se compone de senadores nombrados de diversas formas. Existen los senadores por derecho propio; los nombrados por la Corona y cuyo cargo es vitalicio; y por último, los senadores elegidos por los miembros del Estado y por los contribuyentes. Esta Ley tuvo algunas aplicaciones en el cuerpo legislativo constitucional posterior.

Art. 28: El método de elección de los diputados. La Constitución recoge que los diputados del Congreso serán elegidos por el método que determine la ley. También recoge su derecho a ser reelegidos indefinidamente.

Art. 50: El poder ejecutivo. Tras la separación de poderes defendida por los ilustrados (poder ejecutivo, poder legislativo, poder judicial); la Constitución otorga el  poder ejecutivo al rey. Así es éste el encargado de hacer ejecutar las leyes.

Art. 75: Los códigos que rigen la Monarquía. Este artículo recoge que los códigos que rigen la monarquía son iguales en toda ella, es decir, que no habrá variaciones en los diferentes territorios. Tras la abolición de los Fueros y con ella la eliminación de los privilegios de los que gozaban los habitantes de estos territorios, la Constitución establece un solo Fuero para todos los españoles en todos los juicios que se realicen.

3.- CONTEXTUALIZACIÓN:


En 1873 tras la caída del Régimen isabelino, causada por “La Gloriosa” (revolución de septiembre de 1868), y la abdicación de Amadeo de Saboya (febrero de 1873), se instauró en España la primera República. Esta República, en principio unitaria, buscaba convocar las Cortes Constituyentes para promulgar una nueva Constitución, pero no llegó a hacerlo ya que en enero de 1874 los generales Pavía y Serrano dieron un golpe de Estado suprimiéndola. Con este hecho y tras el pronunciamiento en diciembre de 1874 del general Martínez Campos, apoyado por Antonio Cánovas del Castillo, a favor del restablecimiento de la Monarquía tradicional, en favor de Alfonso XII (hijo de  Isabel II), comenzó la Restauración moderada.

La Restauración (1875-1902) es la época política que busca reinstaurar en España la monarquía en la figura de Alfonso XII. Este sistema fue apoyado por la Iglesia (que estaba distante por los ataques recibidos durante el período revolucionario), el ejército y el pueblo porque garantizaba el orden público. Sin embargo, fue rechazado por los antiguos y nuevos partidos políticos. Entre los partidos tradicionales destacaban los carlistas que aceptaban la monarquía pero no a Alfonso XII y los republicanos que estaban muy divididos y tenían muy poca representación. Entre los nuevos partidos destacaban los partidos obreros (las corrientes políticas del anarquismo y el socialismo) y los nacionalismos entre los que destacan el Catalanismo de Prat de la Riva, el Nacionalismo Gallego, el Regionalismo Andaluz de Blas Infante y el Nacionalismo Vasco de Sabino Arana. La oposición política a la Restauración no tuvo demasiada relevancia en un primer momento.

El sistema político restaurado se basaba en tres aspectos:


• La Constitución de 1876. Para elaborar una nueva Constitución, se convocaron las Cortes por sufragio universal. Esta buscaba un proyecto lo suficientemente amplio como para dar cabida a los distintos programas liberales y finalmente fue promulgada el 30 de junio de 1876. Esta Constitución establecía una división de poderes, reconocía algunas libertades, establecía un parlamento bicameral y determinaba un estado confesional. Se caracteriza por ser: monárquica (ya que estaba a favor de Alfonso XII), moderada (muy influida por Antonio Cánovas del Castillo) y ecléctica, recogía los aspectos más destacables de otras Constituciones anteriores.

• El bipartidismo: era el sistema político existente. Se basaba en la existencia de dos únicos partidos: el partido liberal-conservador (compuesto por la burguesía terrateniente, el alto funcionariado militar o civil y la nobleza) cuyo líder era Antonio Cánovas del Castillo que había conocido este sistema durante su destierro en Londres durante el periodo republicano; y el partido fusionista (formado por progresistas y demócratas que habían apoyado la Constitución de 1869 y a Amadeo I) liderado por Mateo Sagasta.

• El turnismo: era el procedimiento político utilizado que se basada en la alternancia en el Gobierno de los dos partidos políticos. Para ello se recurrió al caciquismo, un mecanismo para aplicar el turno, consistente en el control de una determinada zona por un cacique responsable de hacer que venciera las elecciones el partido que debía hacerlo. Para ello se recurrió a la compra de votos o al amaño.

4.- CONCLUSIONES

El texto analizado hace referencia a la Constitución 1876 que asentó las bases de la vida política y social española al comienzo de la Restauración moderada. Junto con el bipartidismo y el turnismo, es una de las bases del sistema político de la Restauración.

Esta Constitución que se caracteriza por ser monárquica, moderada y ecléctica, recoge la cuestión religiosa, los derechos personales, la existencia y el poder de la monarquía constitucional y cuestiones políticas como el sistema bicameral, la separación de poderes y el establecimiento de un solo fuero. Con ello queda asumida la eliminación de los fueros vascos.

Tuvo un recorrido amplio, ya que fue valida durante todo el periodo de la Restauración, incluyendo una regencia y dos reinados. Este hecho pone de manifiesto la tendencia de conciliación en su redacción. Bajo esta constitución se construyó el sistema del turismo y el bipartidismo,se consolidó el capitalismo y la industrialización, se abolieron los fueros vascos y se aprobaron los conciertos económicos. También dotó de estabilidad al país, aunque no exento de oposición: el movimiento obrero, el nacionalismo, las fuerzas democráticas y el problema colonial.

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