La Revolución Francesa: De la Monarquía a la República

La Monarquía Constitucional (1791-1792)

La Asamblea Legislativa comenzó a elaborar leyes para implantar el liberalismo económico y político. Las propiedades de la iglesia fueron declaradas bienes nacionales, se procedió a su venta y se obligó al clero a jurar fidelidad a la Constitución. La burguesía acomodada logró implantar un liberalismo moderado, pero no así las del pueblo llano. Solo los ricos participaban en política, y muchos nobles descontentos huyeron hacia Austria y organizaron una intervención armada para restaurar el absolutismo.

La Asamblea Nacional Constituyente (1789-1791)

La amenaza de una reacción de los privilegiados del ejército real condujo a una revuelta popular el 14 de julio, cuando el pueblo de París asaltó la Bastilla, prisión y símbolo del absolutismo. La noticia se extendió y dio lugar a acciones similares. Los campesinos protagonizaron revueltas antiseñoriales. Después, la Asamblea Nacional tomó una serie de medidas que iniciaron el desmantelamiento del Antiguo Régimen: la noche del 4 de agosto de 1789 fueron abolidos todos los privilegios y los derechos feudales. El 28 de agosto se aprobó la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano. La Asamblea también elaboró una constitución en 1791, donde el monarca conservaba el poder ejecutivo, la asamblea y los jueces eran independientes.

Las Causas de la Revolución

En 1780, muchos sectores sociales en Francia mostraban su descontento con la situación económica y social. El Tercer Estado rechazaba un sistema que lo marginaba y le hacía soportar todas las cargas económicas. Los campesinos en el pueblo llano vivían una situación de grave necesidad, no eran propietarios de las tierras y sus cosechas solo servían para pagar impuestos. La burguesía, marginada social y políticamente, aunque enriquecida por manufacturas, comercios y finanzas. La monarquía de Luis XVI se mostraba incapaz de hacer frente a esta realidad, ya que la Hacienda estaba en bancarrota. La única solución pasaba por hacer tributar a los privilegiados (nobleza y clero) que eran ricos.

La Convocatoria de los Estados Generales (1789)

Ante la propuesta de una reforma fiscal, la nobleza se rebeló y exigió la convocatoria de los Estados Generales, los únicos con la capacidad de aprobar nuevos impuestos. Luis XVI acabó cediendo y los convocó para mayo de 1789. La elección de los representantes de cada estamento conllevó un debate sobre las peticiones de cada grupo social. El 5 de mayo de 1789 se reunieron los Estados Generales en Versalles, donde Luis XVI y su ministro Necker pretendían discutir solo sobre finanzas y descartaban las propuestas de reforma social. Ante la negativa del Rey y los privilegiados, los diputados del Tercer Estado declararon que representaban a la mayoría de la población. Se constituyeron en Asamblea Nacional el 20 de junio y juraron no disolverse sin haber dado una constitución a Francia.

¿Cómo se convirtieron los súbditos del Rey en ciudadanos con derecho?

Tras la revolución de 1789, el Antiguo Régimen fue progresivamente desmantelado y se implantó un régimen político constitucional y parlamentario. La Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, las leyes posteriores y la constitución de 1791 garantizaban la igualdad legal, las libertades públicas y la propiedad. La Convención Nacional proclama la República (1792). El 20 de abril de 1792, la Asamblea Nacional decidió declarar la guerra a Austria, considerada el foco de la contrarrevolución y amenazaba con invadir Francia. Las clases populares parisinas protagonizaron una insurrección. El 10 de agosto de 1792 asaltaron el palacio de las Tullerías y detuvieron al monarca Luis XVI y a su esposa, exigiendo el fin de la Monarquía. Una nueva asamblea constituyente elegida por el sufragio universal proclamó la abolición de la monarquía.

La República Girondina (1792-1793)

El grupo de los girondinos, dirigidos por Brissot, obtuvo la mayoría en la Convención. Consideraban que la Revolución habría acabado y que todo nuevo paso adelante conduciría a la anarquía y el caos. El grupo de los jacobinos se erigió en portavoz de los sectores populares de París que deseaban una revolución que avanzase en la igualdad social. Girondinos y Jacobinos los primeros querían castigar al rey y los segundos lo querían juzgar, condenar y ajusticiar. La presión popular obligó a la Convención a tomar esta última opción: Luis XVI fue guillotinado en enero de 1793. Las ejecuciones reales dieron impulso a una coalición europea antirrevolucionaria contra Francia. En París, las clases populares reclamaban reformas sociales igualitarias ante la falta de comida, el acaparamiento de víveres y la especulación.

La República Jacobina (junio 1793-julio 1794)

Los jacobinos acusaban al gobierno girondino de no responder a las necesidades populares y de no tomar las decisiones que el pueblo demandaba. En junio de 1793, respaldados por los sans-culottes, sus líderes más radicales (Danton, Marat, Robespierre y Hébert) asaltaron la Convención. A partir de ese momento, el poder quedó en manos de los jacobinos y elaboraron una nueva Constitución en 1793 que reflejaba los principios de la democracia social: soberanía popular y sufragio masculino universal. Impulsaron reformas sociales como la redistribución de la propiedad agraria, el precio máximo para los artículos de primera necesidad (Ley de máximo) y el castigo a los especuladores, la enseñanza obligatoria y gratuita, y también la asistencia social. Se estableció un calendario revolucionario que marcaba el inicio de la República (1792) como el año I y se llevó a cabo la descristianización.

El Comité de Salud Pública: El Terror

Para imponer todas estas reformas, se estableció un gobierno revolucionario, el Comité de Salud Pública, que suspendió las garantías constitucionales e inició una política conocida como el Terror: concentró todos los poderes y tomó medidas excepcionales. Los sospechosos contrarrevolucionarios eran detenidos, juzgados por tribunales populares y, en muchos casos, ajusticiados. A principios de 1794 parecía que la República se había salvado: los éxitos militares del nuevo ejército alejaron el peligro de invasión, mientras las medidas contra los especuladores mejoraron la situación económica. Robespierre y sus fieles eliminaron a sus adversarios y llevaron a cabo una sangrienta represión. Todos sus enemigos se unieron contra ellos y un golpe de Estado en la Convención detuvo a Robespierre, que fue guillotinado junto a sus seguidores.

La República Burguesa Moderada (1794-1799)

La Convención pasó a estar controlada de nuevo por los sectores burgueses más moderados. Se aprobó una Constitución (1795) que restableció el sufragio censitario (solo 30,000 electores), creó un nuevo poder ejecutivo (gobierno de cinco miembros), el Directorio. No consiguió estabilizar la situación. Los problemas económicos continuaban, los monárquicos no cejaban en su empeño de volver a instaurar el absolutismo y los sans-culottes exigían el retorno de los jacobinos. Las clases acomodadas vieron en Napoleón Bonaparte a un general victorioso, que podía garantizar la revolución liberal y evitar los excesos democráticos de los sectores populares. Con el apoyo de la burguesía y del ejército, Napoleón protagonizó el 9 de noviembre (18 Brumario) de 1799, un golpe de Estado y concentró todo el poder en sus manos.

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